AMPARO 1386/2016 DIRECTO EN REVISIÓN PONENTE: MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ SECRETARIO: GABINO GONZÁLEZ SANTOS En atención a lo dispuesto por el artículo 73, segundo párrafo, de la Ley de Amparo, así como la jurisprudencia de rubro: “PROYECTOS DE RESOLUCIÓN DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN Y DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO. SÓLO DEBEN PUBLICARSE AQUELLOS EN LOS QUE SE ANALICE LA CONSTITUCIONALIDAD O LA CONVENCIONALIDAD DE UNA NORMA INTERPRETACIÓN GENERAL, O DIRECTA BIEN, DE SE REALICE UN LA PRECEPTO CONSTITUCIONAL O DE UN TRATADO INTERNACIONAL EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS.”1, a continuación se hace público el fragmento del proyecto de sentencia del Amparo Directo en Revisión 3916/2015, en el cual se realiza el estudio de constitucionalidad respectivo: 28. Ahora bien, para dar una contestación a lo argumentado por el recurrente, es pertinente señalar que el artículo 14, párrafo tercero, de la Constitución General de la República, establece la garantía de legalidad en materia penal, es decir, la garantía de exacta aplicación de la ley, en los términos literales siguientes: "ARTÍCULO 14. “[…] 1 Jurisprudencia P./J. 53/2014 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Pleno, Libro 12, Noviembre de 2014, Tomo I, Página: 61. “En los juicios de orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía, y aun por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata. “[…]” 29. En ese contexto, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido que la garantía de exacta aplicación de la ley en materia penal de que se trata, deriva de los principios “nullum crimen sine lege” y “nulla poena sine lege” que son aceptados y recogidos en nuestra Constitución Federal, al igual que en la mayoría de los países, con el objeto de dar seguridad jurídica a todos los gobernados y evitar arbitrariedades gubernamentales. 30. Por virtud de dichos principios, cualquier hecho que no esté señalado por la ley como delito, no será delictuoso y, por tanto, no es susceptible de acarrear la imposición de una pena y, por otra parte, para todo hecho catalogado como delito, la ley debe prever expresamente la pena que le corresponde, en caso de que se consume. 31. Con el propósito de que se respete la garantía constitucional de exacta aplicación de la ley en materia penal, se proscribe la imposición de penas por analogía y por mayoría de razón. 32. Garantía de seguridad jurídica que más allá de la prohibición literal que contiene, ha sido interpretada en el sentido que todo hecho considerado como delito debe constar en una descripción legal expresa en la que se señale tanto la conducta reprochable como su consecuencia jurídica; lo que técnicamente se conoce como principio de tipicidad. Así, respecto del precepto legal, debe estar conformado por expresiones y conceptos que resulten claros, precisos y exactos, lo que determina la necesidad que se incluyan todos sus elementos, características, condiciones o referencias; y, con relación a la sanción, que se precise el mínimo y máximo de su duración. 33. De esta manera, la esencia de la garantía propende a evitar cualquier confusión en las autoridades judiciales que se traduzca en una aplicación de la ley por analogía o por mayoría de razón; lo que redunda invariablemente en seguridad y certeza jurídica para los gobernados. 34. Los criterios asumidos encuentran apoyo en la tesis P. IX/95, sustentada por el Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultable en la página 82, Tomo I, mayo de 1995, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época; que a continuación se transcribe: “EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY EN MATERIA PENAL, GARANTÍA DE. SU CONTENIDO Y ALCANCE ABARCA TAMBIÉN A LA LEY MISMA. La interpretación del tercer párrafo del artículo 14 constitucional, que prevé como garantía la exacta aplicación de la ley en materia penal, no se circunscribe a los meros actos de aplicación, sino que abarca también a la propia ley que se aplica, la que debe estar redactada de tal forma, que los términos mediante los cuales especifique los elementos respectivos sean claros, precisos y exactos. La autoridad legislativa no puede sustraerse al deber de consignar en las leyes penales que expida, expresiones y conceptos claros, precisos y exactos, al prever las penas y describir las conductas que señalen como típicas, incluyendo todos sus elementos, características, condiciones, términos y plazos, cuando ello sea necesario para evitar confusiones en su aplicación o demérito en la defensa del procesado. Por tanto, la ley que carezca de tales requisitos de certeza, resulta violatoria de la garantía indicada prevista en el artículo 14 de la Constitución General de la República.” 35. Asimismo, en la tesis 1a. LXXXIX/2005, sustentada por esta Primera Sala de la Suprema Corte, visible en la página 299, Tomo XXII, agosto de 2005, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, cuyo rubro y texto, son: “EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL. SIGNIFICADO Y ALCANCE DE ESTA GARANTÍA CONTENIDA EN EL TERCER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 14 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL. El significado y alcance de dicha garantía constitucional no se limita a constreñir a la autoridad jurisdiccional a que se abstenga de imponer por simple analogía o por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al hecho delictivo de que se trata, sino que también obliga a la autoridad legislativa a emitir normas claras en las que se precise la conducta reprochable y la consecuencia jurídica por la comisión de un ilícito, a fin de que la pena se aplique con estricta objetividad y justicia; que no se desvíe ese fin con una actuación arbitraria del juzgador, ni se cause un estado de incertidumbre jurídica al gobernado a quien se le aplique la norma, con el desconocimiento de la conducta que constituya el delito, así como de la duración mínima y máxima de la sanción, por falta de disposición expresa.” 36. Bajo este tenor de ideas, claramente se puede observar que el contexto de la garantía de exacta aplicación de la ley penal atiende también a la ley misma, en cuanto al deber de consignar en las leyes penales que expida el legislador, expresiones y conceptos claros, precisos y exactos. 37. Por otra parte, el artículo 246 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, que se tilda de inconstitucional, textualmente, dice: “Artículo 246.- El Ministerio Público y la autoridad judicial apreciarán las pruebas, con sujeción a las reglas de este Capítulo.” 38. Como se puede advertir, el precepto transcrito se refiere a los límites tanto a la representación social como al juzgador, en relación con la facultad de que gozan, de ponderar las pruebas allegadas a un proceso penal, a fin de evitar arbitrariedades y constreñir la actuación, en el caso, de la autoridad judicial, a las reglas de valoración jurídica probatoria contenidas en el capítulo XIV, del referido ordenamiento adjetivo. 39. Además, únicamente refleja la obligación para el juzgador de sujetarse a las reglas del capítulo respectivo al realizar el ejercicio de valoración probatoria, lo que remite a los artículos específicos dependiendo del tipo de prueba que deba valorarse y los requisitos que debe cumplir en cada caso en particular para otorgarle valor indiciario o pleno; de manera que resulta entendible el contenido del precepto y su aplicación, sin que se aprecie que resulte en demerito del derecho de defensa del ahora quejoso, por lo que contrario a lo que afirma no carece de certidumbre, por lo que no resulta violatorio de la garantía de exacta aplicación de la ley. 40. En ese sentido, el artículo 246 del código adjetivo que se tilda de inconstitucional, únicamente ciñe al juzgador a las reglas de valoración de pruebas contenidas en el propio ordenamiento, esto es, a que observe los principios que en materia de valoración de pruebas establece el propio código; sin que sea un precepto ambiguo ni obscuro, sino que, al tenor del precepto constitucional que nos ocupa, contiene expresiones y conceptos claros y precisos. (…) 47. La tesis de jurisprudencia a que se ha hecho referencia es la número 133/2011, en la que se sostiene la constitucionalidad del artículo 261 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, en los términos siguientes: “PRUEBA PRESUNCIONAL. EL ARTÍCULO 261 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS PENALES PARA EL DISTRITO FEDERAL, QUE PREVÉ SU APRECIACIÓN, NO VIOLA LA GARANTÍA DE EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL. La garantía de exacta aplicación de la ley penal contenida en el tercer párrafo del artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, obliga a las autoridades legislativas que al tipificar un hecho como delictivo precisen mediante normas claras la conducta reprochable, así como la penalidad por su comisión, y exige a las autoridades judiciales la aplicación exacta de la sanción expresamente establecida en la ley, para evitar confusiones que se traduzcan en aplicaciones por analogía o por mayoría de razón, lo cual redunda en la seguridad y certeza jurídica de los gobernados. En congruencia con lo anterior, se concluye que el artículo 261 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, que dispone que los jueces y tribunales apreciarán en conciencia el valor de las presunciones hasta poder considerar su conjunto como prueba plena, no viola la mencionada garantía constitucional en virtud de que el referido dispositivo legal no describe abstractamente alguna conducta como delito ni faculta a dichas autoridades para determinar sanciones o autoriza su imposición por analogía o mayoría de razón, sino que señala las condiciones para que el juzgador tenga como prueba plena el conjunto de presunciones que le permitan arribar a la verdad histórica de los hechos sometidos a su consideración. Además, si bien es cierto que el citado artículo 261 confiere atribuciones al juzgador para que haga una valoración personal y concreta del material probatorio, también lo es que correlativamente le impone el deber de exponer los razonamientos que haya tenido en cuenta para valorar jurídicamente la prueba y requiere que se encuentren probados los hechos de los cuales deriven las presunciones, así como la existencia de un enlace natural más o menos necesario entre la verdad conocida y la buscada.”2 48. En este orden, se demuestra que el problema de constitucionalidad relativo al artículo 261 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, ya ha sido analizado por esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y ha declarado la constitucionalidad de tal precepto, dado que no es contrario a la garantía de exacta aplicación de la ley en materia penal, porque no se refiere a conducta típica alguna, sino que regula la denominada prueba indiciaria o circunstancial. 2Jurisprudencia de la Décima Época, Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro III, Diciembre de 2011, Tomo 3, página 2118 49. También se precisó, que la garantía de exacta aplicación de la ley penal se refiere a que los elementos constitutivos del tipo penal deben ser claros y precisos, a fin de que a una conducta considerada como delictiva se le imponga una pena determinada; empero, el artículo 261 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal no contiene conducta de esa clase, ni establece pena alguna, sino que atiende a normas adjetivas o de procedimiento, por lo que no puede contravenir esa garantía. 50. En similares consideraciones se resolvieron los Amparos Directos en Revisión 1165/20123, 3719/20144 y 5601/20145, resueltos por unanimidad de votos por esta Primera Sala. 41. De tal manera, resultan inoperantes los agravios que refieren la inconstitucionalidad del artículo 261 del código adjetivo, hechos valer en su escrito de revisión, toda vez que con la aplicación de la tesis jurisprudencial se da respuesta al tema planteado. Al respecto es aplicable la "AGRAVIOS jurisprudencia de INOPERANTES. esta Primera Sala, INNECESARIO SU de rubro: ANÁLISIS CUANDO EXISTE JURISPRUDENCIA.”6. 3 Ponente: Señor Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo, resuelto en sesión de seis de junio de dos mil doce. 4 Ponente: Señor Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo, resuelto en sesión de veintiocho de enero de dos mil quince. 5 Ponente: Señor Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, resuelto en sesión de diecisiete de junio de dos mil quince. 6 Novena Época, Instancia: Primera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo: V, Abril de 1997, Tesis: 1a./J. 14/97, Página: 21. De contenido: “Resulta innecesario realizar las consideraciones que sustenten la inoperancia de los agravios hechos valer, si existe jurisprudencia aplicable, ya que, en todo caso, con la aplicación de dicha tesis se da respuesta en forma integral al tema de fondo planteado.”