La prohibición del incesto, el filicidio y el proceso sociocultural * Arnaldo y Matilde Rascovsky ** El psicoanálisis ha reafirmado que el incesto constituye la finalidad instintiva más profunda, intensa y.universal. La superación del ligamen endogámico res~lta el principal obstáculo-emocional para la evolución y socialización del individuo, expresado en las dificultades ' para la elaboración del complejo de Edipo. No obstante, inicialmente el impulso incestuoso constituye el factor sexual fundamental para el desarrollo del niño y el desenvolvimiento genital del adulto. Ante la absoluta generalización. de la prohibición del incesto en todos los grupos socio-culturales surge el interrogante ineludible: ¿En qué consistieron los procedimientos irrevocables y persistentes empleados para distorsionar la más esencial finalidad instintiva? Paralelamente a la universal prohibición del incesto, registramos otra institución generalizada en toda cultura: los mitos primitivos 7,16,17, los ritos de iniciación 19; el estudio del sacrificio humano 7 y múltiples expresiones de los sistemas sociales, nos revelan qUE! la matanza, mutilación y mortificación real o simbólica de los hijos en sus más variadas expresiones, constituyen prácticas igualmente universales desde los albores de la humanidad 7,17,2'0. En la clínica psicoanalítica podemos observar la expresión endopsíquica de tal fenornenoloqía en las interrelaciones entre el Superyó y el Yo 2 evidenciada por trastornos tales como la neurosis obsesiva, la melancolía o el suicidio, o en el análisis de las sanciones punitivas ímpuestas al Yo, especialmente ante las fantasías incestuosas. Esta amenaza del Superyó, resultante de actitudes parentales arcaicas introyectadas, fundamenta el concepto de tabú. De ahí que la conceptuación del filicidio adquiera excepcional trascendencia para la teoría psicoanalítica añadiendo nueva dimensión al complejo de ~dipo a la comprensión de las fuerzas represoras y de los perseguidores internalizados y a la estructura de la culpa. , • •• I • ' •. Trabajo presentado en el XXVIII Congreso· Psicoanalítico Internacional, Dirección: Cerrito 1486, 139 Piso, Buenos Aires, Argentina. Viena, 1971. 85 , . - - -,Arnaldo y Matilde Rascovsky La hipótesis de que la culpa y el crimen original surgen del parricidio exige una completa revisión. El parricidio constituye la consecuencia y no la causa de la conducta filicida, y su raíz se encuentra en la identificación del niño con la actitud agresiva previa de sus 'padres. Este enfoque acentúa la slqnlficaclón de la actitud parental en ta. requlaciónríe la agresión infantil innata explicando cómo el ambiente configura la fantasía parricida que se establece en períodos ulteriores del desarrollo.' ' . El acontecimiento "típico" consignado por Freud como "matanza y comida del padre ---"'sentimiento de culpa", debe modificarse considerando que la víctima originaria fue el hijo y .que al, acontecimiento "típico!' :lo constituye unaeeeuenclaInteqrada por "matanza y comida del hijo o de un sector de hijos -amedrentación culpógena de toda la progenie- negación del proceso real". La sustitución de la matanza del hijo mediante el pars pro tato se renueva en .la circuncisión del reciénnacido entre los judíos y en edad posterior entre los musulmanes o bien en la identificación que experimenta el cristiano a través de la comunión con Jesús circuncidado y sacrificado. Sólo mencionaremos sumariamente la crítica antropológica más fundada contra la concepción del parricidio. Según Kroeber 13: , "Un hecho típico, históricamente hablando, es recurrente. Esto dltlcilrnente puede admitirse para la matanza y comida del padre y el sentimiento de ·culpa ... ciertos procesos psíquicos tienden siempre a ser operativos y'encuentran expresión en las instituciones humanas." ... EI lilicid!O constituye realmente un hecho típico demostrable a través de lnstltuclonea humanas que reiteran su consumación en cada generación y qué lo perpetúan mediante múltiples formas sociales primitivas y contemporáneas, siendo la más constante la constituida por la ·guerra 18: ... . . Cuando Freud afirmó 9: 86 "El parricidio ... es el crimen primario y principal de la humanidad, así como dél individuo. En todo caso constituye la. fuente fundamen- La prohibición del incesto, el filicidio y el proceso scclccutturat tal del sentimiento de culpa, aunque no sabemos si la única", se fundamentó en el temor al padre según lo señaló 10: "Lo que hace inaceptable el odio hacia el padre es el temor al padre; la castración es terrible, ya sea como castigo o como precio por el amor. De los dos factores que reprimen el odio hacia el padre, el primero, el temor directo a la castración y al castigo, debe ser considerado normal." También señaló Freud 11: "El niño, cuando reacciona frente a las primeras grandes privaciones instintivas con agresión excesiva y con una severidad correspondiente del Superyó, no hace sino repetir un prototipo filogenético. La reacción excede a la justificación actual, pues el padre prehistórico· seguramente fue terrible y bien podría atribuírsele, con todo derecho, la más extrema agresividad." En el análisis del temor al padre es preciso escrutar tal agresividad en las interrelaciones arcaicas con los progenitores, esclareciendo los factores internalizados resultantes de la capacidad parental para absorber, ser depositarios y elaborar la primitiva agresión innata del hijo. La conducta destructiva de los padres aparece entonces en un amplio espectro que varía desde el rechazo o desconsideración, hasta actitudes directas que alcanzan a la matanza del niño 2, 7,17. Más recientemente se ha ampliado el estudio de los efectos de la interrelación parentofilial 1,4, 5,6, considerando que los padres funcionan inicialmente como "Yo auxiliar" 21 del hijo, quien puede sobrevivir mediante tal "Yo auxiliar", indispensable para su adaptación al mundo exterior. La carencia inicial de la función parental * produce la muerte del hijo y posteriormente implica un daño proporcional a la magnitud del defecto. Tal carencia se expresa mediante actitudes activas y/o pasivas cuyas formas más comunes están constituidas por la circuncisión, el abandono temprano y/o reiterado, el castigo mental o corporal, la prohibición instintiva, la amenaza, la castración, las penalidades y vejaciones, la crueldad, los ataques físicos o ver• A ca"go de los padres o substitutos. 87 Arnaldo y Matilde Rascovsky bales, las negaciones despóticas, la insensibilidad ante el sufrimiento, el enjuiciamiento denigratorio y las múltiples actitudes parentales, ocasionales o permanentes que imprimen heridas inmediatas o remotas en el 8elf del niño. El filicidio complementa la relación entre prohibicióh del incesto y parricidio, y se plantea como el procedimiento fundamental que estableció la prohibición y sus consecuencias socio-culturales. Así se explica por qué el sacrificio de los hijos, base del sacrificio humano, se convirtió en la exigencia cultural por excelencia, extendida en modalidades atenuadas bajo el rubro de educación. También se amplía la interpretación del sentimiento de culpa, puesto que el incremento paranoico proveniente de la amenaza directa de los padres intensifica la culpa persecutoria 12. El enfrentamiento del filicidio nos conduce a desentrañar las microformas agresivas que actúan sobre el Yo y configuran la organización paranoica incluyendo la estructura de los objetos persecutorios internos, no sólo en función de la fantasía sino también sobre la base de la realidad parental. La prohibición del incesto y el proceso socio-cultural . La caracterlstlca humana más específica está constituida por el violento bloqueo de su más profunda gratificación: el incesto. Este acontecimiento fundamental que jalona el comienzo de la cultura fue así consignado por Levi-8trauss 14: "El instinto sexual, por ser él mismo natural, no constituye el paso de la naturaleza a la cultura, ya que eso sería inconcebible, pero explica una de las razones por las cuales en el terreno de la vida sexual, con preferencia a cualquier otro, es donde debe y puede operarse el tránsito entre los dos órdenes ... la prohibición del incesto se encuentra a la vez en el umbral de la cultura, en la cultura y, en cierto sentido, como trataremos de demostrarlo, es la cultura misma," 88 La prohibición del incesto produjo: La prohibición del incesto, el filicidio y el proceso sociocultural 1. La institución de la exogamia y la ampliación del grupo social, incluyendo el desplazamiento de la dependencia primitiva de los padres a la comunidad. 2. El sobredesarrollo y la organización de la sublimación, que implican la desviación de las tendencias instintivas prohibidas hacia actividades que multiplicaron la expresión creativa y laboral humana. 3. La transmisión de experiencias y aprendizajes adquiridos por las generaciones anteriores y la participación del grupo total en el aleccionamiento infanto-juvenil. Tal proceso, que representa la muerte individual en la sociedad incestuosa y el renacimiento en la sociedad exoqámlca, constituye el contenido latente que subyace en la descripción de Frazer 8 del ritual de "muerte y resurrección" existente en todas las culturas. Esta evolución es revivida en cada individuo a través de las vicisitudes que sufre el complejo de Edipo. Cuando el niño llega al clímax incestuoso genital, surge el complejo de' castración que origina la muerte endogámica, con ei abandono de la orientación hacia la madre y el renacimiento en la sociedad extrafamlliar, Consecuentemente, el niño entra en ,el período de latencia hasta la reactivación puberal de la presión instintiva. Durante este período se incrementa la sublimación y se inicia la sociedad escolar como expresión exogámica. El aleccionamiento que iniciaron los padres se desplaza ahora a maestros y sustitutos. La prohibición del incesto exigió una fuerza violenta capaz de oponerse a la pujanza del anhelo instintivo que debía bloquear. Tal sometimiento traumático implicó, en primer lugar, la inmolación de un sector infantil a partir de la matanza del primogénito. Esta exigencia, que fue institucionalizada posteriormente mediante los sistemas religiosos como una demanda sagrada de la divinidad, aparece explicitada en diversos testimonios histórico-religiosos 16 y debe considerarse como una norma antiquísima cuyos orígenes se pierden en los comienzos de la cultura. 89 Arnaldo y Matilde Rascovsky Los orígenes del filicidio Si bien la matanza de los hijos se convirtió en el procedimiento principal que estableció la prohibición del incesto, originariamente constituyó una urgencia instintiva transformada luego en norma socializada como el "sacrificio humano". Hemos demostrado 16 que los mitos iniciales de las diversas culturas comienzan con el asesinato o el abandono equivalente de los hijos. En los vertebrados superiores, señala Lorenz 15: "No creo que las tendencias específicamente humanas hacia el canibalismo, para las que parece haber amplia evidencia psicoanalítica, tengan algo que ver con la comida ocasional de los mamíferos jóvenes por sus padres. '" En general, el canibalismo es bastante raro entre los vertebrados superiores." 90 También Blin y Favreau 3, refiriéndose al infanticidio y al canibalismo puerperal, afirman: . "En los mamíferos ... el hecho no deja de constituir un verdadero trastorno del comportamiento y ha de considerarse como patológico." El canibalismo ocasional de los mamíferos responde al excesivo stress. Esta respuesta se hizo permanente en el humano expuesto a constantes circunstancias stressantes, y 'creó una adaptación basada sobre la regresión a la etapa oral-canibalista. En esta regresión se perdieron capacidades eróticas adquiridas que habrían servido para la preservación y el cuidado de los hijos. El canibalismo por ingestión de partes de la madre constituye un proceso normal en los mamíferos hasta tanto el crío es capaz de asimilar alimentos más diferenciados que la leche materna. En el humano coexiste con la relación parcial de objeto y se abandona cuando el niño llega a integrar la totalidad del objeto amado. Por lo tanto, el canibalismo está ligado a la posición esquizo-paranoide. El pasaje a la relación total de objeto significa un considerable progreso erótico que permite unir las partes de la totalidad. Tal desarrollo erótico inhibe el canibalismo y con el La prohibición del incesto, el filicidio y' el proceso sociocultural pasaje a la posición depresiva surge la imposibilidad de destruir el objeto amado. La reiteración filicida humana y su perpetuación institucionalizada se comprende admitiendo que en un pasado remoto surgieron en la vida cotidiana condiciones de extremo stress, inductoras de una regresión oralcanibalista que implica un considerable Incremento paranoico. Al perderse las inhibiciones adquiridas para evitar la matanza de la progenie, ésta se convirtió en objeto parcial propicio para su intensificado sadismo oral. En la' clínica, tal regresión se presenta comúnmente ante el advenimiento del primogénito, como lo ejemplifica la siguiente secuencia: a) Cuando el parto de la esposa pareció inminente, un paciente manifestó, en su sesión siguiente, que aquélla había consultado al partero, quien le anunció la avanzada dilatación del cuello uterino. Comunicó dos sueños de la noche anterior: 1. "Estábamos en un hall de hospital. Con mi mujer vemos aparecer a G que venía en nuestra dirección, con la camisa manchada en el cuello y en el pecho. Impresionaba como 'mamado', borracho. Pienso que viene de una comilona en casa de J. Me da rabia que J tenga problemas para invitarme y no para invitar a comer a G. El hall se transforma en el sanatorio donde se internará mi mujer." Sus asociaciones lo llevaron a G (amigo con quien mantiene una relación con franca ambivalencia). Representaba a su futuro hijo mamando, con la camisa manchada en Ia zona correspondiente al babero de los bebés, y que compartiría la comida con J (la mujer-madre) excluyéndolo de la comilona (pecho). La envidia oral aparecía como rabia por no haber sido invitado. 2.. "Voy al cine con mi mujer. Es día de fiesta. El cine está cerrado pero van a exhibir la película. Nos acompaña una pareja. Me llama la atención que ofrezcan el espectáculo con el'cine cerrado. Me dán locatldad pullman. Pienso que están alejadas, pues preferiría ir platea.'" . a 91 Arnaldo y Matilde Rascovsky En sus asociaciones señaló que no podía tener relaciones sexuales porque su mujer estaba excesivamente hinchada y ocupada por el feto. Era una alusión al cine cerrado en día de fiesta (la fiesta como el coito) que lo obligaba a estar alejado. La pareja que los acompañaba fue asociada con los genitales. Aparecía así la sensación de ser excluido genital mente de la relación con su mujer por el embarazo del que debía ser lejano espectador. b) Dos días después había nacido el niño y se encontraba con la madre en el sanatorio. A la mañana siguiente nuestro paciente aportó dos sueños: 1. "Me encontraba con P (amigo con atributos relacionados con el niño), G (aparecido anteriormente como el niño) y V (el soñante). V expresa que hay que festejar el nacimiento con un asado que podría efectuarse en el Luna Park. G aclara que no en el Rotary Club. P me reprocha que no esté recibido de médico y que sea incapaz de estudiar." Asoció el Luna Park con el lugar de las peleas de box, en oposición al Rotary Club, expresión del amor entre los hombres. El asado significaba la matanza y comida del hijo. Contra esto se levantaba la protesta del niño como instancia superyoica, acusándolo de inmadurez e incapacidad para ser padre por su canibalismo no superado. 2. "Veo a la madre de mi concuñado enferma, a punto de morirse." El paciente tuvo este sueño después de haber atendido al niño durante la noche. Representaba la envidia y el deseo de muerte de su mujer desplazados a la madre de su concuñado. Intentaba sustituir a su esposa en la relación con el niño. 92 c) El niño y la madre estaban en la casa desde hacía dos días. El siguiente sueño surgió después de haber atendido nuevamente al niño durante la noche: La prohibición del incesto, el filicidio y el proceso sociocultural "Voy hasta la cocina a preparar un biberón. La puerta del apartamento está abierta. Quiero cerrarla pero alguien forcejea desde afuera. Pienso en un asaltante y trato de no dejarlo entrar. Pero logra abrirla y la puerta cae sobre mí. El presunto ladrón era mi hermano." Esa tarde se había despedido de su hermano con un abrazo. Sintió que le molestaba que éste se apoyara demasiado en él. También asoció que en los relatos infantiles los niños son traídos de París, de donde acababa de regresar su hermano. El ladrón representaba la intrusión de su hijo que amenazaba desplazarlo, y contra esta situación expresaba su oposición inútil. Este relato fragmentario de un paciente que experimenta el nacimiento del primogénito, constituye una muestra de la respuesta inconsciente universal ante el advenimiento de hijos . . Los procedimientos para la imposic:ión de la prohibición del incesto Retornamos a nuestra pregunta inicial: ¿En qué consistieron los procedimientos que pudieron Ilegal' a imponer la prohibición del incesto? La exigencia instintiva constituye una presión constante estructurada a través de la evolución flloqenétlca. Por el contrario, su coerción, históricamente muy posterior, requiere una acción antagónica incesante que pierde eficacia después de ejercerse, La reiteración de la oposición contra la demanda instintiva, impuesta desde afuera e introyectada como instancia superyoica, fue necesaria. para mantener la interdicción del incesto. La prohibición arcaica pudo ser impuesta mientras los padres dominaban física, mental y moralmente. Esta supremacía cedía ante el vigor creciente de los hijos y la decadencia concomitante de los padres, y entonces el mantenimiento de la prohibición resultaba imposible. La gerontocracia primitiva, tras repetidas experlenclas individuales y colectivas, 93 Arnaldo y Matilde 94 Rascovsky apoyándose en sustendencias sádicas y canibalistas, instituyó el despotismo parental definitivarnente durante la infancia de sus hijos, cuando por su debilidad y dependencia era factible. . Este principio consolidó la sociedad primitiva, la que estableció un cuerpo de procedirnlentos que aún se conservan con toda su fuerza: la matanza de un sector de los hijos y la mutilación y/o amedrentación del resto. Finalmente el procedimiento se integró encubriendo el conocimiento del mismo, negación que perdura igualmente con toda intensidad. Por ello, a pesar de la presentación obvia, ostensible y constante del filicidio, su conceptuación permanece negada en tanto se exagera el ,significado del parricidio. Con esta acentuación antagónica se· intensifican. las culpas persecutorias que recaen sobre los hijos, añadiéndoles una connotación melacólica que incrementa la sumisión buscada. Además, mediante la negación se invierte la observación del sadismo parental tergiversándolo como la cólera justiciera de los padres o sus instituciones (ta sociedad y sus dioses). La acusación parricida constituye otra modalidad añadida de la actuación filicida que transforma en acusación culpógena a las culpas parentales por la envidia de los hijos y sus consecuentes actuaciones mortificantes y asesinas. Ya hemos señalado que el proceso total puede ser seguido a través de observaciones antropológicas en las culturas primitivas, en el análisis de los.antiguos mitos o de los ritos de iniciación yen diversas instituciones sociales arcaicas o modernas, o bien en la lnvestiqación psicoanalítica, ya que en la transferencia se reactualiza el pensamiento primitivo y se reviven sus afectos. Encontraremos así reiteradamente una secuencia constituida por la matanza real o fantaseada yla consecuente satisfacción de la agresión oral 'contra el niño, quien es sacrificado con la finalidad secundaria de atemorizar al resto de la progenie. Satisfecha la necesidad de calmar la rivalidad oral de los padres, sigue la resurrección del niño de este acto voraz. Surge ahora la rivalidad genital con la castración lntirnidatoria, mediante procedimientos diversos que varían desde la auténtica castración, que se cumple aún hoy en ciertas culturas, hasta la inhibición genital lntroyectada y orpanlzada mediante distintas modalidades endopsl- La prohibición del lncesto, el filicidio y el proceso sociocultural quicas. Entre los procedimientos intermedios se encuentra la circuncisión, extensamente practicada en nuestras culturas más destacadas . . No creemos que las consecuencias de la prohibición del incesto, que originaron el proceso socio-cultural, fueran las primeras motivaciones de la matanza y mortificación de los hijos. Es más verosímil suponer que la motivación partió de la envidia parental contra el hijo, sin posibilidades de una intencionalidad socio-cultural futura. Condiciones de extremo stress provocaron la regresión de los genitor'es y la exaltación de la envidia oral que llevó al asesinato y la ingestión de los hijos. Posteriormente fue la rivalidad genital la que impulsó a la matanza o, mediante el pars pro toto, a la castración real o atenuada. La prohibición del incesto pudo aun ser un progreso ulterior transaccional para evitar matar al hijo, cuando se estableció con él un vínculo erótico suficiente. Este proceso total quedó definitivamente asentado en el Superyó de la especie como regulador inhibitorio interno de la actividad geni1tal. Resumiendo: La prohibición del incesto y sus consecuencias socioculturales partieron de una tríada compuesta por: 1. La matanza de un sector de hijos mantenida con diversas técnicas, la más característica constituida por la "pira sacrificial permanente que representa la guerra" 18. 2. La inducción paranoica de la progenie mediante la amedrentación reiterada, que lleqa hasta la aterrorización. 3. La ocultación del proceso total y la inversión de la causalidad, negando el filicidio mediante el parricidio para incrementar las culpas y la ansiedad persecutorias infanto-juveniles. El filicidio surgió de la regresión esquizo-paranoide de los progenitores e instituyó una exacerbación paranoica permanente del desenvolvimiento socio-cultural que organizó la prohibición del incesto. El proceso se integró mediante el desarrollo de defensas maníacas que culminaron en la idealización de los perseguidores y en la negación omnipotente del procedimiento total. 95 Arnaldo y Matilde Rascovsky Bibliografía 96 1. Ainsworth, M., Andry, R. G., Harlow, R. G., Lebovici, S., Mead, M., Pruqh¿ D. G., Wooton, B., "Privación de los cuidados maternos. Revisión de sus consecuencias", Organización Mundial de la Salud, Ginebra, 1963. 2. Berliner, B., "Psychodynamics of the Depressive Character", The Psychoanalytic Forum, 1, 3, 1966, págs. 244-264. 3. Blin, P. Ch., Y Favreau, J. M., "Infanticidio y canibalismo puerperal, Matadoras y comedoras de pequeños", en P.'siquiatria animal, por A. Brion y H. Ey, Siglo XXI, México, 1968, pág. 282. 4. Bowlby, J., "Los cuidados maternos y la salud mental", Organización Mundial de la Salud, Monografía n9 2. "The Nature of the Child's Tie to his Mother", Int. J. Psa., XXXIX, pág. 350, 1958. 5. 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