IDÉNTICOS, INDISCERNIBLES Y DUPLICADOS

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Idénticos, indiscernibles y duplicados
IDÉNTICOS, INDISCERNIBLES Y DUPLICADOS
(Identicals, indiscernibles and duplicates)
Agustín Arrieta Urtizberea
Departamento de Lógica y Filosofía de la Ciencia
Universidad del País Vasco
e-mail: ylparura@sf.ehu.es**
ABSTRACT
My purpose in this paper is to show up some problems and confusions concerning the notions of identity,
indiscernibility and duplication. They are very basic notions that appear in many philosophical discussions on
many different topics as if they were clear and distinct notions. However, in my opinion, they are far from
being clear and distinct. My first goal is to shed some light on these notions and on the relationship among
them. In a second part, I focus my work on the notions of duplication and intrinsic property and I try to solve
(or to dissolve) what I call Vallentyne's problem.
Keywords: identity, indiscernibility, duplicate, relational, internal, intrinsic/extrinsic, dispositions, philosophy
of logic, metaphysics.
RESUMEN
El objetivo central de este trabajo es sacar a la luz algunos problemas y confusiones relacionados con los
conceptos de identidad, indiscernibilidad y duplicación. Se trata de conceptos muy básicos que se asumen
como claros y distintos y a los que se recurre en numerosos debates filosóficos sobre diferentes temas. El
problema es que, en mi opinión, dichos conceptos están lejos de ser claros y distintos. Mi primer objetivo es
**
Mi agradecimiento a Fernando Migura y Agustín Vicente por sus comentarios, críticas y correcciones. Este
trabajo ha sido desarrollado en el marco del proyecto de investigación 1/UPV/EHU 00003.230-HA8110/2000 concedido por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). Parte del mismo fue presentado en el V
International Ontology Congress (Donostia. Octubre, 2002). Este trabajo emana del grupo de lectura y
discusión sobre el concepto de propiedad organizado por el departamento de lógica y filosofía de la ciencia
(UPV-EHU). Mi agradecimiento a todos los participantes (Juanba Bengoetxea, Carmen Carretero, Marijo
1
Idénticos, indiscernibles y duplicados
arrojar alguna luz sobre dichos conceptos y sobre las relaciones entre los mismos. En una segunda parte, me
centro en los conceptos de duplicado y de propiedad intrínseca, a la vez que trato de resolver (o disolver) lo
que denomino ‘problema de Vallentyne’.
Descriptores: identidad, indiscernibilidad, duplicado, relacional, interno, intínseco/extrínseco, disposiciones,
filosofía de la lógica, metafísica.
SUMARIO
Introducción
1.
Identidad
2.
Indiscernibilidad
3.
Duplicados
4.
Propiedades intrínsecas
5.
El problema de las propiedades disposicionales. Una disolución del problema. Conclusiones
Introducción
Hay toda una maraña de problemas que se tejen en torno a los tres conceptos
mencionados en el título de este trabajo. Son tres conceptos, sobre todo los dos primeros,
con 'pedigrí' filosófico. Como ocurre con la mayoría de los conceptos filosóficos, se
insertan e instalan con relativa naturalidad en el discurso cotidiano y en discursos de
carácter más sofisticado y especializado, como es el caso del discurso científico. Estos
conceptos, además, ocupan un lugar relativamente fundamental en el discurso filosófico. En
aras a la justificación de esta última afirmación, a lo largo de este trabajo, voy a plantear
García Encinas, Arantza Etxeberria, Jesús Ezquerro,...Puntualmente también intervinieron T. Mormann y E.
2
Idénticos, indiscernibles y duplicados
una muestra de problemas básicos o fundamentales en los que se recurre a los conceptos de
identidad, indiscernibilidad y duplicación, presuponiéndolos 'claros y distintos'. Sin
embargo, cabe constatar que existe una gran confusión en el uso de los conceptos que nos
ocupan. Mi objetivo en este trabajo es proporcionar un hilo de Ariadna que aunque no
asegure la claridad y la distinción, sí nos permita afrontar estos laberintos y confusiones con
alguna garantía.
1. Identidad
Trataré de presentar aquellos aspectos básicos concernientes al concepto de
identidad que resulten pertinentes para la discusión que nos ocupa.1 Me voy a centrar en tres
aspectos.
(i) La identidad (numérica) se nos presenta 'lingüísticamente' como si de una
relación se tratara.2 Sin embargo, hay que destacar un hecho peculiar: el discurso de la
identidad, en lo que a su coherencia o, en su caso, en lo que a su contenido informacional se
refiere se encuentra en una situación límite, ya que decir de dos objetos que son el mismo
resulta siempre una 'incoherencia', mientras que decir de un objeto que es idéntico consigo
mismo, no sólo es verdadero, sino que puede ser calificado como una trivialidad. No caben
casos intermedios cuando interpretamos el enunciado 'a y b son idénticos'.
Txapartegi.).
1
Para más detalles véanse Arrieta (1999), Arrieta (2001) y Arrieta (2003).
2
La forma 'lingüística' estándar es: 'a es b', donde 'a' y 'b' están por términos singulares (directamente
referenciales). En ocasiones, en lugar de 'es' (del es de identidad) se presentan expresiones como 'es idéntico a'
o 'es el mismo F que' o...
3
Idénticos, indiscernibles y duplicados
(ii) Este hecho, que hemos presentado de forma sucinta e intuitiva, ha motivado
que entre algunos filósofos se haya dado lo que podríamos considerar una posición
escéptica acerca de la identidad. He aquí algunos ejemplos.
(a) Wittgenstein. En el Tractatus Wittgenstein 'expulsa' el símbolo de identidad del
lenguaje lógico. Para ello acepta como un principio de dicho lenguaje que dos símbolos
distintos (sean de constante individual, sean de variable individual) se refieren a dos
particulares distintos.3
(b) Hume. El filósofo escocés considera que el discurso acerca de la identidad
tiene sentido fundamentalmente en un marco temporal, y en ese marco dicho discurso debe
basarse en un discurso causal. A su vez es sabido que el discurso causal en la filosofía
humeana también es reducible a un discurso espacio-temporal o, si se prefiere, la relación
de causalidad superviene sobre los hechos y las relaciones espacio-temporales entre los
mismos. En definitiva, la relación de identidad acaba diluyéndose en otras relaciones.4
(c) Geach. Este autor defiende un relativismo acerca de la identidad. Podríamos
resumir su tesis mediante el eslogan 'no hay una relación de identidad. Lo que tenemos es
una pluralidad de relaciones de equivalencia'.
No es mi objetivo en este trabajo llevar a cabo una crítica de estos escepticismos.5
En cualquier caso, considero necesario hacer notar lo siguiente: las razones que por lo
general se esgrimen para desterrar al concepto de identidad suelen ser ontológicas. Un
ejemplo paradigmático lo proporciona Armstrong (que en muchos aspectos es un filósofo
3
Tractatus, 5.53 y 5.533. Obviamente el principio recurre a este concepto de identidad que se quiere
'rechazar'.
4
Hume (1739), 134-135 (en la versión castellana).
5
En Arrieta (1999) y Arrieta (2001) me he ocupado del tercer tipo de escepticismo. En Arrieta (2003) hago
una valoración del escepticismo humeano y wittgensteiniano.
4
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que podría relacionarse tanto con Hume como con Wittgenstein. La referencia a ambos
autores es constante en la obra de Armstrong). Armstrong considera que la identidad
(numérica) es una relación ontológicamente gratuita. Se trata de una relación interna, una
relación que superviene sobre sus relata. En realidad, no sólo la identidad debería ser
eliminada de toda ontología respetable, también deberían serlo, por ejemplo, las relaciones
de semejanza. Posteriormente también expulsará de la ontología toda relación que pueda
poner en riesgo el principio wittgensteiniano de independencia (entre estados de cosas).
Entre ellas están, por ejemplo, las relaciones de equivalencia. 'La navaja ontológica de
Armstrong' es realmente afilada. Al final Armstrong nos deja con relaciones espaciotemporales y, a pesar de Hume, con relaciones causales. Todas las demás relaciones están,
valga la expresión, en nuestra cabeza o supervienen sobre las relaciones genuinas.
La única respuesta que cabe proponer ante estos mensajes escépticos, dejando a un
lado un análisis detallado de sus argumentos, pasa por señalar que la relación de identidad
aunque quizá no sea una relación relevante ontológicamente hablando, sí lo es desde un
punto de vista epistémico. Con ello quiero señalar simplemente que en la medida en la cual
lo epistémico, e incluso lo lingüístico-semántico, está entrelazado con lo ontológico, la
relación de identidad es una relación con gran interés y peso filosófico. De igual manera la
relación de causalidad, a la que sí se le reconoce un estatus ontológico, tiene interés
epistémico, por ejemplo, cuando abordamos cuestiones relacionadas con la explicación
causal. El peso fundamental de ambas relaciones (de la identidad y de la causalidad) está
condensado en diferentes zonas del quehacer filosófico, pero eso no desmerece a ninguna
de ellas desde un punto de vista global. La relación causal, pace Hume y Wittgenstein, es
un primitivo en el entramado ontológico, mientras que la identidad alcanza su relevancia
5
Idénticos, indiscernibles y duplicados
filosófica cuando nos adentramos, por ejemplo, en problemas relativos a cómo
especificamos un dominio u ontología.6 Por esta simple razón creo que cualquier intento de
expulsión de la relación de identidad de la reflexión filosófica es algo así como 'un cerrar
los ojos'. Esto es, precisamente, lo que a mi entender hacen los dos primeros escépticos a
los que me he referido. Hay muchos hechos acerca de la identidad que resultan de innegable
interés y que no deben ser obviados. Cabe recordar que Frege llega al controvertido
concepto de sentido a partir de una reflexión acerca de la identidad.
Pasemos a desarrollar el tercer aspecto destacable:
(iii) Frege en las líneas iniciales de Sobre sentido y referencia señala que una
teoría de la identidad debe explicar por qué los enunciados de tipo 'a=b', cuando resultan
verdaderos, no son triviales. Es más, en general, el descubrimiento de su verdad constituye
un logro teórico. Por lo tanto, la teoría de la identidad debe explicar por qué hay tal salto
epistémico (o cognoscitivo) entre los casos 'a=a' y los casos 'a=b', a pesar de que desde el
punto de vista referencial ambos enunciados dicen lo mismo, siempre que 'a=b' sea
verdadero; dicen que un objeto es idéntico a sí mismo.
En general, los conceptos de indiscernibilidad y duplicación no presentan los
problemas que se han señalado en (i) y (iii) en relación con la identidad. El discurso acerca
de la indiscernibilidad no está sujeto al problema al que se ha apuntado en (i) por una
sencilla razón: decir de dos objetos que son indiscernibles no parece incoherente y no
genera tensión alguna7 (aunque decir de un objeto que es indiscernible con respecto a sí
6
Arrieta (2001).
El comentario de Wittgenstein en el Tractatus, proposición 5.5302, asume que no hay nada absurdo en el
hecho de afirmar que dos objetos son indiscernibles. Wittgenstein está criticando la definición russelliana de
7
6
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mismo es trivialmente verdadero. Sin embargo, esta es una característica de otras relaciones
menos 'sospechosas' y con menor 'pedigrí' filosófico: decir de dos objetos que uno es más
alto que el otro no es incoherente, aunque decir de un objeto que es más alto que sí mismo
sí es algo trivialmente falso). Lo mismo cabe señalar en lo que concierne a la relación de ser
un duplicado.
Además el problema expuesto en (iii) tampoco se suscita cuando nos ocupamos de
estas dos relaciones. Afirmar que a y a son indiscernibles y afirmar que a y b también lo
son constituyen afirmaciones de diferente contenido cognoscitivo. Si a y b no son idénticos
(es decir, si 'a=b' es falso), entonces podemos dar cuenta del diferente valor cognoscitivo de
ambos enunciados en virtud de que entran dos objetos en juego. Si a y b son idénticos,
entonces se plantea el problema señalado por Frege, pero la resolución del problema pasaría
por solventarlo para el caso de la identidad, esto es, para el caso 'a=b'.
Estos hechos muestran claramente que hay un salto importante cuando pasamos
del concepto relacional de identidad al concepto relacional de indiscernibilidad. Aunque no
lo justificaré en este trabajo, cabe decir que la identidad es el único concepto lógico entre
aquéllos que nos ocupan.
2. Indiscernibilidad
El concepto de indiscernibilidad aparece en diferentes contextos y se recurre a él
para la formulación de problemas filosóficos de gran importancia. Propondré dos ejemplos
identidad. Esta definición no resulta satisfactoria ya que de acuerdo con ella no se puede afirmar que dos
objetos tienen todas las propiedades en común, es decir, que dos objetos son indiscernibles. Más adelante
volveremos a esta cuestión.
7
Idénticos, indiscernibles y duplicados
para ilustrar esa idea. Cuando Kim analiza el concepto de dependencia entre propiedades
(entre tipos de propiedades) propone la siguiente definición: las propiedades de tipo A
dependen de las propiedades de tipo B si y sólo si cosas indiscernibles desde el punto de
vista de las propiedades de tipo B, resultan indiscernibles desde el punto de vista de las
propiedades de tipo A (es decir, cosas B-indiscernibles son A-indiscernibles).8 Por ejemplo,
las propiedades mentales dependerían de las propiedades físicas si cosas indiscernibles
desde el punto de vista físico también lo son desde el punto de vista mental (la conversa no
tiene por qué darse). Asimismo, en algunas concepciones filosóficas, las propiedades éticas
atribuidas a una acción dependen de las propiedades 'descriptivas' o no-éticas de la misma si
no cabe que dos acciones indiscernibles desde el punto de vista no-ético resulten
discernibles desde el punto de vista ético.
Por otro lado, Block y Stalnaker en un reciente artículo proponen una definición de
la tesis fisicista en los siguientes términos: cualquier mundo posible que es un duplicado
físico de nuestro mundo es un duplicado sin más. Un mundo w es un duplicado físico de
otro mundo w' sólo si w y w' son indiscernibles con respecto a todos los objetos,
propiedades y relaciones físicas.9
Creo que es indudable que estos conceptos ocupan un lugar relevante en la
bibliografía filosófica y el uso de ellos es ineludible tanto en ontología como en
epistemología y ética. En cualquier caso lo que nos interesa destacar es el uso que se hace
de los conceptos de indiscernibilidad y de duplicado. ¿Son estos conceptos lo
suficientemente claros como para que sean utilizados sin ningún tipo de reserva en el
8
Kim (1990), 547.
Block-Stalnaker (1999), 10. He dejado de lado la condición de minimalidad que dichos autores consideran.
No es nuestro objetivo evaluar esta definición.
9
8
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análisis de problemas filosóficos tan importantes? En primer lugar, abordaremos esta
cuestión con respecto a la indiscernibilidad.
El concepto de indiscernibilidad plantea serios problemas. Por un lado, es un
concepto, como veremos a continuación, con una fuerte relación con el concepto de
identidad. Incluso, en ocasiones, se considera que la indiscernibilidad define la identidad.
Pensemos en el tratamiento que se hace de la identidad en una lógica de segundo orden.10
Por otro lado, es un concepto, como muestra la definición que hemos recogido de BlockStalnaker (1999) (definición que se atribuye a Jackson), estrechamente emparentado con el
concepto de duplicado, hasta el punto de que parecen intersustituibles.
La definición del símbolo de indiscernibilidad, 'I', es la siguiente:
x I y si y sólo si ∀P(Px ↔ Py), es decir, dos particulares son indiscernibles si
tienen las mismas propiedades.
Es sabido que en diferentes contextos y en el marco de diferentes problemas
filosóficos resulta natural hablar de F-indiscernibilidad en lugar de indiscernibilidad
simpliciter. La clave está en el rango de esa F, es decir, en cuáles son las propiedades a las
que nos referimos mediante 'F'. En definitiva, se trata de precisar cuál es el rango del
cuantificador '∀P' en la definición de arriba. Parece claro que es perfectamente concebible
una gradación de indiscernibilidades que arrancaría desde la indiscernibilidad más fuerte
que sería la resultante de considerar que el cuantificador '∀P' se mueve en un rango de
propiedades sin restricción alguna. Progresivamente podríamos pasar a conceptos de
indiscernibilidad más débiles que ese primero. Podríamos pensar que '∀P' se mueve en el
9
Idénticos, indiscernibles y duplicados
rango de las propiedades físicas, biológicas, mentales o en un dominio de propiedades que
contiene tanto las propiedades mentales como las físicas, etc. En función del rango por el
que se mueva '∀P', obtendremos diferentes indiscernibilidades.
En esa sucesión de indiscernibilidades, los filósofos han distinguido de manera
especial tres de ellas. La primera sería la indiscernibilidad donde el rango de '∀P', sea el que
sea, no ha sufrido ninguna restricción, es decir, se admiten propiedades tanto puras como
impuras. Una propiedad es impura si en su expresión lingüística aparece una expresión
directamente referencial: ser padre de Aitor, ser idéntico a Lewis Carroll,... Una propiedad
es pura si no es impura: ser padre (de alguien), ser rojo, ser redondo,... Posteriormente se
distingue el concepto de indiscernibilidad donde el rango de '∀P' contiene sólo propiedades
puras. Finalmente se considera la indiscernibilidad definida sobre el conjunto de
propiedades puras y no-relacionales: ser rojo (?), ser redondo,... Me referiré mediante 'I1',
'I2' e 'I3' respectivamente a las tres indiscernibilidades que he descrito. No podemos
profundizar en las razones por las cuales los filósofos, al menos cuando se han ocupado de
la indiscernibilidad desde una perspectiva general, y no, por ejemplo, de la indiscernibilidad
biológica, genética (concepto de clon), física, mental,... han distinguido I1, I2 e I3. El paso
de I1 a I2 se lleva a cabo dejando de lado las propiedades impuras como ser padre de Aitor,
o ser idéntico a Lewis Carroll. Hay una razón básica para dar este paso y es que las
propiedades impuras en cuanto que propiedades resultan sospechosas. Ayer lo expresa en
los siguientes términos:
10
Véase, por ejemplo, Jané (1995), 110.
10
Idénticos, indiscernibles y duplicados
'Se puede admitir todo predicado cualitativo o relacional, con tal que
tenga un significado descriptivo. Es sin embargo esencial que su significado sea
puramente descriptivo. En este contexto, la objeción contra una expresión tal
como 'ser idéntico a A' no sería que mencione la dudosa relación de identidad,
sino que contiene el nombre A'11
Según algunos filósofos, pues, no parece de recibo incluir en el universo de las
propiedades aquellas que presuponen un particular ya que, valga la expresión, son
pseudopropiedades. Una propiedad genuina es algo que, desde un punto de vista ontológico,
se contrapone a los particulares. No puede haber un particular en la definición de una
propiedad. Por lo tanto, algo relacionado con la propia elucidación del concepto de
propiedad nos lleva de I1 a I2. Razones análogas nos llevan de I2 a I3, ya que en algún
sentido las propiedades relacionales también son pseudopropiedades. Por ejemplo, tener la
propiedad de ser padre de alguien es estar en cierta relación con algún particular, con lo
cual algún particular está presente en la definición de la propiedad. Aunque no lo esté
explícitamente, sí lo está a través del cuantificador. Este tipo de razonamiento -o análogosque tiene como objetivo acceder a un conjunto de propiedades genuinas, ha provocado que
se distingan I1, I2 e I3.
Independientemente de los grandes problemas que pueda contener este concepto de
propiedad genuina, lo que me interesa señalar es que I1 se nos presenta tocando las puertas
de la identidad, mientras que I3 hace lo propio con el concepto de duplicado. Me explico.
11
Ayer (1953), 36. Además de al punto que nos ocupa, Ayer hace referencia al carácter dudoso de la relación
de identidad. Probablemente se trata de ecos humeano-escépticos con respecto a la identidad.
11
Idénticos, indiscernibles y duplicados
Una de las definiciones que se ha propuesto para la relación de identidad se ha
efectuado en términos de indiscernibilidad:
(D) (x = y) si y sólo si (x I y)
Aunque arriba he utilizado la expresión 'definición de la identidad', tengo que
señalar que hay que ser prudente con dicha afirmación. Admitir que D es una definición,
sería admitir que la identidad es definible, tesis sobre la cual existen dudas más que
razonables.12 En cualquier caso, en lo que a este trabajo afecta, nos conformaremos con una
interpretación más débil de D: el 'si y sólo si' lo interpretaremos como un bicondicional
(estricto, si se quiere).
Si consideramos el condicional de izquierda a derecha, nos encontramos con la ley
de Leibniz (LL), y no resulta factible poner en cuestión la verdad de la misma, ya que LL
parece formar parte del sentido del signo de identidad.
Los problemas con D empiezan cuando consideramos el condicional de derecha a
izquierda, es decir, cuando nos centramos en el principio de identidad de los indiscernibles.
(PII) Si (x I y), entonces (x = y)
Si nos preguntamos por la verdad de PII, la determinación de cuál es la
interpretación que hacemos del símbolo 'I' resulta crucial. Entenderemos PII como PII1 o
PII2 o PII3 según entendamos la indiscernibilidad en el sentido de I1 o I2 o I3. Es decir,
PII1, PII2 y PII3 son principios progresivamente más fuertes, en el sentido, de que la verdad
de los PII posteriores implica la verdad de los PII anteriores.
12
Véanse McGinn (2001), capítulo 1.
12
Idénticos, indiscernibles y duplicados
PII1 es un principio trivialmente verdadero, ya que en el rango de las propiedades
tenemos propiedades como ser idéntico a Lewis Carroll. El principio también tendría
instancias trivialmente verdaderas si por ejemplo consideramos dos mesas distintas, a y b,
(que no se solapan) y propiedades como ser una parte (mereológica) de a. Por razones que
ya hemos señalado PII1 no es considerado un principio interesante ya que el concepto de
propiedad que se presupone no es genuino en algún sentido. Pasemos, pues, a PII2 y PII3.
En cualquier caso, antes un comentario.
Hemos visto con relación a D cómo el concepto de indiscernibilidad se 'aproxima'
(aunque no lo defina) al concepto de identidad, si tenemos presente que LL y PII1 resultan
verdaderos. Al interpretar la indiscernibilidad como I1 impedimos que dos objetos noidénticos sean indiscernibles. Bajo PII1 esto no es factible. Si aceptamos que forma parte
del sentido de 'indiscernible' el hecho de que dos objetos no-idénticos puedan ser
indiscernibles, entonces efectivamente hay que interpretar 'indiscernibilidad' de una forma
distinta a I1. Pensemos en I2:
(PII2) Si (x I2 y), entonces (x = y)
Son conocidos los clásicos contraejemplos con relación a PII2, donde caben
objetos no-idénticos que resultan indiscernibles.13 A partir de aquí, si los contraejemplos
son buenos, y vamos a suponer que sí lo son, los conceptos de indiscernibilidad e identidad
empiezan a separarse de una manera que ya resulta de interés y compatible con las
intuiciones que he señalado. Los filósofos ya pueden echar mano de un concepto de carácter
13
Black (1952) y Ayer (1953).
13
Idénticos, indiscernibles y duplicados
ontológico (basta tener presente su definición) y hacer uso de él, como de hecho hacen, en
aras al análisis o elucidación de conceptos fundamentales dentro de la ontología. Ya hemos
visto algunas 'aplicaciones' del concepto de indiscernibilidad.14
3. Duplicados
Más allá de los tipos de indiscernibilidad que hemos analizado en el apartado
anterior (I1, I2), los filósofos han pretendido elucidar un concepto de indiscernibilidad más
débil. Por ser más débil, este concepto se 'separa' claramente del concepto de identidad
numérica. Este tipo de indiscernibilidad se define en términos, no ya de propiedades puras,
sino de propiedades puras no-relacionales o también -en ocasiones así se expresa- en
términos de propiedades intrínsecas. Ateniéndome a lo señalado anteriormente denominaré
a esta relación de indiscernibilidad (I3) 'relación de duplicación'. Dejando de lado
problemas relacionados con el nombre de este tipo de indiscernibilidad, aquí lo que tiene
interés filosófico es la delimitación del concepto de propiedad intrínseca. ¿Qué es ser una
propiedad intrínseca? Aquí empiezan los problemas.15 Por un lado, cuando hablamos de las
propiedades intrínsecas de un particular queremos hacer referencia a propiedades norelacionales, aspecto éste que ya ha sido subrayado. Por otro lado, hay una idea intuitiva
subyacente al concepto de propiedad intrínseca en el sentido de que se trata de una
propiedad que tiene un objeto en virtud de sí mismo. Hay una clara tensión entre estas dos
14
Khamara (1988) nos da otras razones para lanzar nuestras sospechas sobre PII2. Muestra que es difícil
mantener la coherencia entre la descripción que podamos hacer de un mundo, en términos de los objetos que
lo pueblan y de sus propiedades puras, con el resultado, en lo que al número de objetos se refiere, que
obtendríamos suponiendo PII2 verdadero. Este artículo de Khamara motivó de forma clara este trabajo.
14
Idénticos, indiscernibles y duplicados
características, consideradas ambas 'deseables' con relación al carácter intrínseco de una
propiedad. Dunn, por ejemplo, distingue dos tipos de caracterización del concepto de
propiedad intrínseca:
(i) Caracterización metafísica: una propiedad intrínseca de un objeto es una
propiedad que un objeto tiene en virtud de sí mismo, esto es, sin dependencia de ninguna
otra cosa.
(ii) Caracterización sintáctica: una propiedad intrínseca es una propiedad tal que
en su definición no 'aparece' ninguna relación.16
Por ejemplo, una propiedad que tiene Juan es la de ser idéntico a Juan. Esta
propiedad es sintácticamente relacional, ya que en su formulación incorpora una expresión
de la relación de identidad. Es decir, sintácticamente no es intrínseca. Pero según el criterio
metafísico sí lo sería ya que es una propiedad que el objeto tiene en virtud de sí mismo.
En definitiva, se produce un cierto conflicto entre la caracterización sintáctica y la
caracterización metafísica. La caracterización metafísica apela al carácter interno de una
propiedad intrínseca, mientras que la caracterización sintáctica obviamente apela al carácter
no-relacional de una propiedad intrínseca. Cabe pensar en otras propiedades que acentúan el
conflicto. Sea una superficie cuadrada A. Consideremos ahora una parte de esa superficie y
refirámonos a ella mediante el nombre B. A tiene la propiedad de tener a B como parte
suya. Esta propiedad es interna, en un sentido metafísico, pero es relacional en un sentido
15
Moore (1922), Kim (1982), Lewis (1983), Dunn (1990), Vallentyne (1997) y Langton-Lewis (1998) dan
una idea de la evolución que ha seguido el debate sobre esta cuestiones. Humberstone (1996) es mucho más
que un excelente 'overview' sobre el problema que nos ocupa.
16
Dunn (1990), 178. En realidad distingue tres tipos, pero no consideraremos la caracterización
epistemológica.
15
Idénticos, indiscernibles y duplicados
sintáctico. Una vez más estamos ante una propiedad intrínseca en un sentido, que no lo es
en otro sentido.
Digamos, pues, que tras el carácter intrínseco de una propiedad están tanto su
carácter interno como su carácter no-relacional. El problema es, pues, que hay propiedades
internas que son relacionales.
A lo largo de este trabajo al referirme a las propiedades intrínsecas me centraré
más en el polo no-relacional que en el polo interno. La razón para ello es que quiero seguir
siendo fiel a la idea de que cabe considerar dos objetos no-idénticos que sean duplicados. Si
nos centráramos en el aspecto interno de las propiedades intrínsecas, no tendría sentido
afirmar que dos objetos no-idénticos tienen las mismas propiedades internas. Basta
considerar los ejemplos de propiedad interna arriba señalados. Esto no debe interpretarse
como una minusvaloración del interés filosófico del concepto de propiedad interna. Por
ejemplo, si nuestro objetivo fuera fundamentar la diferencia existente entre un cambio
genuino y otro que no lo es (por ejemplo, la diferencia entre el cambio o evolución que
sufre una manzana debido a su naturaleza frente al cambio de precio que sufre dicha fruta
en el mercado) el concepto de propiedad interna resultaría central. Pero, como ya se ha
mostrado mediante los ejemplos de las aplicaciones filosóficas del concepto de
indiscernibilidad, nuestros intereses van en otra dirección.
En cualquier caso, y por razones que se presentarán en los siguientes apartados,
tampoco la no-relacionalidad constituye una característica esencial de las propiedades
intrínsecas.
4. Propiedades intrínsecas
16
Idénticos, indiscernibles y duplicados
Es hora, pues, de analizar algunas de las propuestas discutidas en la bibliografía
filosófica acerca del concepto de propiedad intrínseca. Antes de llevar a cabo esta tarea de
forma más detallada, resultan pertinentes algunos comentarios sobre aspectos generales de
dichas propuestas.
Entre las propuestas hay algunas que al definir el concepto de intrínseco recurren
al concepto de duplicado (especialmente Lewis (1983)). En principio, resultan más
convincentes aquellos proyectos que no siguen esa estrategia. En esta dirección alternativa
situaríamos Yablo (1999), Francescotti (1999) y, especialmente, el pionero Vallentyne
(1997). Las razones para decantarse a favor de este tipo de enfoque son las siguientes. En
primer lugar, siendo coherentes con el planteamiento general de nuestro trabajo, la
duplicidad no es más que un tipo de indiscernibilidad y como todo tipo de indiscernibilidad
debe definirse como tal, es decir, en virtud de un rango de propiedades, en este caso en
virtud del rango de las propiedades intrínsecas. Por ello, no tiene mayor sentido recurrir a
un concepto de duplicado, como si este tuviera cierto carácter primitivo, al definir el
concepto de intrínseco. En Sider (1996) encontramos una defensa del proyecto de Lewis
(1986). El planteamiento de Lewis (1986) difiere de Lewis (1983). Ahora en el punto de
partida se sitúa el concepto de propiedad natural (a la Lewis), y a continuación se define el
concepto de duplicado (duplicados son los que comparten todas las propiedades naturales),
para finalmente definir el concepto de intrínseco (una propiedad es intrínseca si no puede
darse el caso que dos duplicados difieran respecto a ella). Esta propuesta de Lewis es una
'mejora' de Lewis (1983) donde, como ya se ha indicado, hay una circularidad (o
interdefinibilidad) explícita entre los conceptos de duplicado y de intrínseco (los duplicados
17
Idénticos, indiscernibles y duplicados
tienen las mismas propiedades intrínsecas. Una propiedad intrínseca es aquella que no
puede diferir entre duplicados). Yablo pone en cuestión el proyecto de Lewis (1986) por
una razón: esa definición no es, por decirlo así, de jure, es más bien de facto, ya que la
definición de intrínseco depende de cuáles sean las propiedades naturales y Yablo no
descarta que haya propiedades naturales, en el sentido de Lewis, que resulten extrínsicas. Es
decir, la definición de Lewis sobregeneraría propiedades como intrínsecas, cuando en
realidad no lo son.17
Lewis (1986) tampoco parece satisfacer al propio Lewis. La prueba es que dicho
autor, en esta ocasión junto con Langton,18 ha realizado una nueva propuesta donde la
estrategia general es la siguiente:
(a) Se define el concepto de duplicado: x e y son duplicados si y sólo si tienen las
mismas propiedades intrínsecas básicas.
(b) Se define el concepto de propiedad intrínseca básica en términos de conceptos
independientes del de duplicado.19
Más adelante definen el concepto de propiedad intrínseca en general a partir del de
duplicado. Así pues, quedan rastros de la circularidad, pero en cualquier caso, se trata de
una propuesta (si nos centramos en (a) y (b)) que en lo que a sus características generales se
refiere se ajusta a nuestro desideratum. (a) es (aproximadamente) la definición de duplicado
17
Yablo(1999), 480. Yablo piensa en el fenómeno cuántico de no-localización como fuente de
posibles propiedades naturales extrínsecas (aunque no soy capaz de evaluar esta crítica por parte de Yablo he
querido dejar constancia de la misma). Yablo también critica el proyecto conjunto de Langton y Lewis ya que
en él se recurre al concepto de propiedad no-disyuntiva. Para Yablo este tipo de propiedad infunde el mismo
tipo de sospecha que las propiedades naturales.
18
Langton-Lewis (1998).
18
Idénticos, indiscernibles y duplicados
que ha sido propuesta en el apartado 3 de este trabajo y (b) proporciona la definición del
concepto de propiedad intrínseca (básica).
Es el momento de ocuparnos de aspectos más concretos y de abordar la cuestión de
las definiciones propuestas para el concepto de propiedad intrínseca. Lo haremos de forma
breve y sin ajustarnos con todo rigor a la letra, aunque sí al espíritu, de las diferentes
propuestas.20
(def1) P es una propiedad intrínseca si es posible que un objeto tenga esa
propiedad estando aislado.
Esta definición tiene un problema:
(pro1) La propiedad de estar aislado según (def1) sería una propiedad intrínseca,
cuando a todas luces parece que no lo es.
Por ello, se propone esta otra definición:
(def2) P es una propiedad intrínseca si y sólo si se dan estas 4 condiciones:
(i) es posible para un particular aislado tener la propiedad P.
(ii) es posible para un particular acompañado tener la propiedad P.
19
Por ahora no entraremos en los detalles de esta definición, ya que nos interesa la estrategia general asumida
en la misma. El concepto de propiedad intrínseca básica está relacionado con la solución de un problema al
que más tarde nos referiremos: el problema de las propiedades disyuntivas.
20
En el seguimiento de las diferentes propuestas nos ajustamos en gran medida a Francescotti (1999), 593597. Otra vía de clasificación de dichas propuestas se encuentra en Weatherson (2002).
19
Idénticos, indiscernibles y duplicados
(iii) es posible para un particular aislado no tener la propiedad P.
(iv) es posible para un particular acompañado no tener la propiedad P.21
(Def2) resuelve (pro1) ya que la propiedad de estar aislado no admite como
posibilidad que un objeto tenga esa propiedad y esté acompañado. Con lo cual, dicha
propiedad resulta extrínseca, como parece deseable.
Pero (def2) también tiene 'su' problema:
(pro2) la propiedad de [(ser cuadrado y estar acompañado) o (ser circular y estar
aislado)] es una propiedad intrínseca según (def2).
Tener dicha propiedad es compatible con estar acompañado (para las cosas
cuadradas) y es compatible con estar aislado (para las cosas circulares). Además no tener la
propiedad P es compatible con estar acompañado (cosas que sean circulares y
acompañadas) y es compatible con estar aislado (cosas cuadradas no acompañadas).
También es una propiedad intrínseca la propiedad de ser el único objeto cuadrado,
ya que tener esa propiedad es compatible con el aislamiento y con el acompañamiento
(cuando el resto de objetos no son cuadrados) y no tener dicha propiedad es compatible con
el aislamiento (si el objeto aislado no es cuadrado) y con el acompañamiento (si, por
ejemplo, además del objeto en cuestión alguno de los objetos restantes es cuadrado).
Esto ha dado lugar a nuevas propuestas:
21
Esta definición con algunos matices que veremos a continuación es la propuesta por Langton-Lewis (1998).
20
Idénticos, indiscernibles y duplicados
(def3) Esta propuesta está basada directamente en (def2) y consiste en utilizar
(def2) como definición del concepto de propiedad intrínseca básica, añadiéndole que la
propiedad en cuestión no tiene que ser ni disyuntiva ni negación de propiedades
disyuntivas. A continuación definimos el concepto de duplicado a partir del concepto de
propiedad intrínseca básica (objetos duplicados son los que tienen las mismas propiedades
intrínsecas básicas), para finalmente definir el concepto de propiedad intrínseca a partir del
concepto de duplicado (propiedades intrínsecas son aquellas que no pueden diferir entre
duplicados).
El lector habrá adivinado que se trata precisamente de la definición propuesta por
Langton y Lewis. Esta definición evita (pro2) ya que la citada propiedad disyuntiva, que es
no-básica, podría diferir entre duplicados. Basta considerar dos objetos duplicados por ser
cuadrados, de tal forma que uno tenga la propiedad disyuntiva por estar acompañado y el
otro no la tenga por estar aislado.
Vallentyne propone otra definición que también evita dicho problema:22
(def4) La propiedad P es intrínseca si y sólo si para todo mundo w, todo instante t
y todo objeto x: (i) si Px es el caso en el instante t en el mundo w, entonces Px es el caso en
el instante t en cada x-t-contracción de w y (ii) lo mismo en relación con no-P. Una x-tcontracción de w es un mundo obtenido a partir de w donde hemos eliminado todo objeto
distinto de x, todo tiempo distinto de t y toda posición espacial distinta de la ocupada por x.
22
Vallentyne (1997).
21
Idénticos, indiscernibles y duplicados
(Def4) supera la prueba planteada por (pro2), ya que un objeto x cuadrado y
acompañado en w (se trata, por lo tanto, de un objeto que tiene la propiedad disyuntiva)
dejaría de tener dicha propiedad en toda x-t-contracción de w por pasar a ser un objeto
aislado. Un argumento similar (ahora utilizando la cláusula (ii) de (def4)) nos llevaría a
concluir, como es deseable, que la propiedad de ser el único objeto cuadrado es extrínseca.
Tenemos, pues, a nuestra disposición una serie de definiciones que dan una
respuesta satisfactoria, en principio, a una cadena de tests a los que han sido sometidas. No
cabe afirmar que se haya dado el paso definitivo. Hay que destacar que siguen apareciendo
problemas que muestran que, a pesar de esta superación de pruebas, hay una clara necesidad
de esclarecimiento de aspectos conceptuales básicos. Antes de pasar a ellos hagamos un
breve balance de las definiciones comentadas, centrándonos básicamente en (def3) y (def4).
Aunque a primera vista ambas definiciones, una basada en el concepto de duplicado y la
otra en el concepto de contracción, puedan parecer heterogéneas, hay una estrecha relación
entre ambas. El propio Vallentyne expresa este hecho de la siguiente manera:
'For one world is a contraction of second world just in case it is exactly like it
except that the first has some objects in it that the second doesn’t. This notion is obviously
very close to the notion duplication.'23
Creo que la homogeneización entre ambos conceptos (contracción y duplicado) no
es tan obvia como el propio Vallentyne afirma. Es plausible que el concepto de contracción
23
Vallentyne (1997), 213.
22
Idénticos, indiscernibles y duplicados
pueda relacionarse con conceptos de carácter mereológico (mundos posibles que son partes
mereológicas de otros mundos posibles). Si esto fuera así, la relación entre el concepto de
propiedad intrínseca y el concepto de duplicado no sería tan circularmente estrecha. En este
sentido (def4) no estaría en desventaja con relación a otras propuestas que evitan la caída
hacia una circularidad obvia. Entiendo que la propuesta de Yablo en términos
mereológicos, tiene una relación de familiaridad con la definición de Vallentyne, y no está
nada claro que la propuesta de Yablo, como él mismo señala, implique una circularidad.24
Por otro lado, Langton y Lewis han lanzado sobre Vallentyne la crítica de la
circularidad desde otro punto de vista.25 Vienen a señalar que en (def4) lo que se dice en
definitiva es que una propiedad es intrínseca si no difiere entre duplicados, ya que en los
mundos posibles que son x-contracciones lo que consideramos es duplicados de x;
duplicados de x que están tan aislados como sea posible en dichos mundos. Con lo cual
volvemos a caer en una circularidad de poco interés, por ser demasiado obvia: por
definición, los duplicados tienen las mismas propiedades intrínsecas, y una propiedad
intrínseca es aquella que no difiere entre duplicados. Esta crítica asume el hecho de que los
'habitantes' de los mundos posibles que son x-contracciones son duplicados de x, y no x
mismo. Si esos habitantes fueran x mismo, el círculo se rompería. Obviamente Lewis (y
quizás también Langton) no aceptan esta última posibilidad teniendo en cuenta la ontología
de mundos posibles que el citado autor propone; en dicha ontología no cabe que un mismo
24
Yablo (1999), apartado XX. En la definición de Yablo el concepto clave es mereológico: un objeto como
parte (mereológica) de un mundo, un mundo como parte mereológica de otro mundo, etc. No vamos a
ocuparnos de esta definición (o, mejor dicho, de las tres definiciones que propone Yablo), ya que no es mi
objetivo, al menos en este trabajo, hacer una apuesta definitiva por alguna propuesta. Sí me interesa, en
cambio, subrayar ciertas tendencias y simpatías. Las definiciones de Yablo giran alrededor de la siguiente
idea: P es intrínseca sólo si (x) (w) (w') tales que x<w<w', x es P en w si y sólo si x es P en w' ('<' representa la
inclusión mereológica, x es un particular y w y w' son mundos posibles).
25
Langton-Lewis (1998), 345.
23
Idénticos, indiscernibles y duplicados
particular esté en diferentes mundos posibles. La cuestión es que no tenemos por qué
aceptar la ontología de mundos posibles propuesta por Lewis, ni ninguna otra cimentada en
los mismos principios.26
Parece que se ha producido cierto progreso filosófico con relación a un concepto
tan relevante como el de propiedad intrínseca. Este progreso afecta, en consecuencia, a los
conceptos de duplicación e indiscernibilidad. Pero, a continuación, veremos que tras estas
definiciones se presentan una serie de problemas más básicos aún, si cabe.
5. El problema de las propiedades disposicionales. Una disolución del
problema. Conclusiones
Vallentyne menciona una serie de problemas, relacionados entre sí, a los que debe
enfrentarse su concepción.27 En primer lugar nos recuerda el problema de las propiedades
secundarias o dependientes de respuesta. La propiedad de ser rojo, bajo determinada
concepción filosófica, es una propiedad dependiente de respuesta. Imaginemos que x es rojo
si alguien percibe x como rojo, y que si ese alguien no está, entonces, en consecuencia, x no
es rojo. Es claro que (def4) diagnostica que la propiedad de ser rojo es extrínseca. De
hecho, toda propiedad dependiente de respuesta sería extrínseca. En cualquier caso, dejo de
lado este problema, para pasar a otro relacionado con el mismo, al menos si aceptamos que
hay relaciones entre los conceptos de propiedad disposicional y de propiedad dependiente
de respuesta.
26
Véase a este respecto Weatherson (2002), sección 3.3.
Dejo de lado otros problemas sobre los que espero ocuparme en otro trabajo. Estoy pensando en el caso de
las propiedades esenciales y constitutivas.
27
24
Idénticos, indiscernibles y duplicados
Consideremos un caso típico de propiedad disposicional: la solubilidad en agua. El
que x sea soluble en agua depende de la constitución de x, así como de las leyes que rijan el
mundo y de las circunstancias en las que esté x. Por dicha razón, parece que según (def4)
esta propiedad disposicional es extrínseca ya que algo soluble deja de serlo al pasar a un
mundo contraído, donde, según Vallentyne, o no hay leyes o, si las hay, son pocas. En
general, toda disposición es una propiedad que en su constitución hace referencia a leyes
(law-constituted). Teniendo en cuenta que al contraer un mundo las leyes desaparecen o
pasan a ser muy pocas, entonces un objeto que tiene por propiedad una disposición,
perdería la misma. Por lo tanto, dicha disposición resulta extrínseca. En realidad, toda
disposición es extrínseca. En un trabajo reciente A. Vicente también asume que toda
propiedad disposicional es extrínseca, mientras que sus bases categóricas resultan ser
propiedades intrínsecas:
'I also think that this shows the functionalist approach to dispositions to be correct:
that is, dispositions are defined as functional roles whose occupants, or categorical bases,
are said to 'realize' them. The relata of this relation, then, are, apparently at least, different
kinds of properties: functional properties defined extrinsically by the causal role on the one
hand, and intrinsic properties on the other.'28
La posición de Mumford es aparentemente opuesta:
28
Vicente (2002), 329.
25
Idénticos, indiscernibles y duplicados
'Dispositions are actual, intrinsic states or properties rather than 'bare
potentialities'.'29
Vallentyne, al evaluar la conclusión de que toda disposición es extrínseca,
considera que ese resultado no es preocupante. Incluso parece pensar que debe ser
bienvenido:
'Initially, water-solubility and the like might seem like intrinsic properties, but
once one recognizes the dependence on what the laws of nature are, it seems more correct
to classify such properties as extrinsic.'30
¿Qué puede aportar nuestra discusión anterior a este debate? Creo que la senda
correcta ya ha sido prefigurada por Humberstone:31 todo este debate surge de una confusion,
llamémosla, conceptual.
Pensemos en el siguiente ejemplo y pensemos en términos de lo que Dunn
denomina caracterización sintáctica. (Nosotros, en ocasiones, utilizaremos la expresión
'caracterización conceptual'.) Conceptualmente hablando hay una distinción clara entre la
propiedad de medir m metros y la propiedad de medir lo mismo que la torre Eiffel mide
realmente (actually).32 La primera propiedad no es conceptualmente (o sintácticamente)
29
Mumford (1998), 74.
Vallentyne (1997), 214.
31
Humberstone (1996). Especialmente la sección 5.
32
Detalles sobre este ejemplo en Humberstone (1996).
30
26
Idénticos, indiscernibles y duplicados
relacional mientras que la segunda sí lo es.33 A pesar de ello, y dado que la torre Eiffel mide
realmente m metros, ambas propiedades resultan ser la misma propiedad. Esta última
expresión resulta un contrasentido, a no ser que la palabra 'propiedad' en sus dos
ocurrencias tenga distintos significados. Efectivamente en la primera ocurrencia, como se
ha asumido, estamos hablando de propiedades en un sentido conceptual, mientras que en el
segundo caso el criterio de identidad de una propiedad es otro. Por ejemplo, la
coextensionalidad necesaria. La expresión 'propiedad' se utiliza con sentidos distintos, si
consideramos que el criterio de identidad para propiedades forma parte del sentido de
'propiedad': a diferentes criterios diferentes sentidos. Obviamente, y sin que necesitemos
precisar más, el criterio de identidad asociado a 'propiedad' cuando utilizamos esta
expresión en un sentido conceptual es más fuerte que el criterio de identidad considerado
para el segundo caso: la prueba es que una única propiedad (desde el punto de vista de la
coextensionalidad necesaria) puede estar asociada a dos propiedades distintas
conceptualmente hablando: una de ellas es relacional impura y la otra no-relacional. Si ser
una propiedad intrínseca es lo mismo que ser una propiedad no-relacional, entonces medir
m metros sería una propiedad intrínseca, mientras que medir lo mismo que la torre Eiffel
mide realmente no lo sería. Sin embargo, teniendo presentes las razones arriba señaladas, la
cuestión no resulta tan sencilla y, como se verá, ninguna de las definiciones de 'intrínseco'
33
Tanto Fernando Migura como Agustín Vicente me han señalado que el ejemplo no parece adecuado ya que
medir m metros es una propiedad relacional (de hecho se trata de una relación con el metro de París). No
estoy seguro sobre si esta observación es correcta o no. Si lo fuera, podríamos proponer otro ejemplo (que
también puede ser discutible desde algunas perspectivas filosóficas): la propiedad de ser rojo y la propiedad
de tener el mismo color que los tomates maduros tienen relamente. En cualquier caso, siguiendo análisis
kripkeanos, cabe poner en cuestión dicha observación: la relación con el metro de París puede fijar la
referencia, pero no nos da el significado de 'mide m metros'. Comentarios análogos son aplicables a masa y
kilogramo. Véase Smith (1990), 251.
27
Idénticos, indiscernibles y duplicados
que se han considerado (apartado 4) hila tan fino como para concluir que ambas
propiedades sean tan diferentes en lo que a su carácter intrínseco/extrínseco se refiere.
Pasemos ahora al caso de las propiedades disposicionales. Los casos anteriormente
citados muestran que hay una tendencia a calificar las propiedades disposicionales como
siendo o todas intrínsecas o todas extrínsecas. Lo que queremos defender es que esto puede
ser un error. En principio puede resultar compatible el carácter disposicional (o categórico)
de una propiedad con el hecho de que la propiedad sea tanto intrínseca como extrínseca.
Para ello defenderemos que la distinción disposicional/categórica es una distinción
conceptual (al igual que la distinción relacional/no-relacional), mientras que la distinción
entre propiedades intrínsecas y extrínsecas corresponde al uso de la palabra 'propiedad'
asociado al criterio de identidad de coextensionalidad necesaria. Esta idea aparece
claramente en el texto de Humberstone y puede utilizarse para resolver o, quizás mejor,
para disolver determinados problemas. Mellor parece apuntar en la misma dirección:
'Dispositionality is a feature not of of properties but of predicates.'34
Que la distinción entre propiedades disposicionales y no-disposicionales es
conceptual se puede argumentar de la siguiente manera:
Consideramos que una propiedad P es disposicional si asociamos a priori con P un
condicional subjuntivo del tipo: si un objeto con la propiedad P fuera puesto en las
condiciones C, entonces se manifestaría M. Para nuestra discusion resulta relevante el
carácter a priori de la asociación. Este carácter a priori hace que el criterio de identidad de
34
Mellor (2000), 767.
28
Idénticos, indiscernibles y duplicados
las propiedades cuando la expresión 'propiedad' se aplica a las propiedades disposicionales
sea más fuerte por ejemplo que el criterio de coextensionalidad necesaria, donde no hay
aspectos 'a priori', ya que la necesidad es necesidad metafísica en el sentido kripkeano, es
decir, compatible con su carácter a posteriori. Aunque no resulte central para nuestra
discusión concretar a qué tipo de asociación nos referimos en la definición de propiedad
disposicional, sí resultará pertinente que seamos más concretos. El condicional subjuntivo
no constituye una definición de la disposición, ya que si lo fuera nos enfrentaríamos a todos
los problemas y argumentos (que consideramos convincentes) que se han propuesto en
contra de concepciones eliminacionistas acerca de las disposiciones. Por todo ello, una
asociación de carácter más débil resulta más adecuada. Por ejemplo, P es disposicional si la
adscripción de P a un objeto implica conceptualmente (y, en consecuencia, a priori) un
condicional subjuntivo del tipo arriba señalado. La propiedad es no-disposicional en caso
contrario.35
García
Carpintero
considera
otra
caracterización
de
la
distinción
disposicional/categórico que no pasa por la asociación a priori de un condicional
subjuntivo: una propiedad P es disposicional si aun en el caso de que descubramos que P es
Q (siendo Q una propiedad caracterizada, digamos, científicamente) sabemos que P es Q no
es metafísicamente necesario, es decir, sabemos a priori que otra propiedad R también
puede realizar P.36 Un posible argumento que apoye este tipo de planteamiento podría ser el
siguiente. Cuando Kripke argumenta a favor de la compatibilidad entre a posteriori y
necesario, lo hace siguiendo el siguiente esquema argumental: nosotros sabemos
(conceptualmente, a priori o por análisis filosófico) que si P es Q entonces necesariamente
35
Mumford (1998).
29
Idénticos, indiscernibles y duplicados
P es Q (P=agua; Q=H2O).37 La ciencia descubre a posteriori que P es Q. Por lo tanto,
necesariamente y a posteriori P es Q. En el caso de que P sea una disposición, nosotros
sabemos conceptualmente que la primera premisa del argumento kripkeano no es
verdadera, es decir, no es verdad que si P es Q, lo sea necesariamente. Por esta razón no se
sigue del descubrimiento de que P es Q la necesidad de dicho hecho. Hay pues una
diferencia clara entre la propiedad de ser agua y la propiedad de ser soluble. Sea cual sea la
caracterización que aceptemos para el concepto de disposición, lo importante es subrayar
que esa caracterización tiene un componente conceptual y a priori.38
Cabe pensar que al igual que no hay incompatibilidad entre relacional/intrínseco y
relacional/extrínseco o no-relacional/intrínseco y no-relacional/extrínseco, tampoco la haya
entre disposicional/intrínseco y disposicional/extrínseco. Para justificar esto bastaría con
mostrar que el criterio de identidad asociado al término 'propiedad' cuando este último se
aplica a propiedades intrínsecas o extrínsecas es un criterio de coextensionalidad
(metafísicamente) necesaria. Creo que efectivamente en las definiciones que hemos
considerado el nivel de finura máximo al que cabe aspirar en lo que a criterios de identidad
de propiedades se refiere es el de coextensionalidad necesaria. Consideremos el ejemplo
siguiente:
36
García Carpintero (1999).
Kripke (1980), 109.
38
En Smith (1990) encontramos un análisis histórico-conceptual de la distinción entre cualidades primarias y
secundarias. Esta distinción es un ancestro (confuso) de la distinción entre propiedades disposicionales y
categóricas. Quiero subrayar dos aspectos señalados por Smith en este interesante trabajo. En primer lugar,
nos recuerda que la dicotomía se aplica en primera instancia a ideas (o conceptos) e indirectamente a
propiedades (229-230). En segundo lugar, afirma que la lista de cualidades secundarias puede determinarse a
priori (248).
37
30
Idénticos, indiscernibles y duplicados
P es intrínseca si y sólo si ∀x∀y(xDy → (Px ↔ Py)) ('xDy' expresa que x e y son
duplicados).
El grado de finura que cabe alcanzar mediante el definiens no puede ir más allá de
los límites de los contextos extensionales. Si x e y se 'mueven' únicamente el mundo real, el
criterio que se deriva a partir de esta definición es el de coextensionalidad. Si, por
extensión, x e y se mueven en un conjunto de mundos posibles, entonces el criterio puede
ser más fino, pero su límite es el de criterio de coextensionalidad necesaria.39 Por lo tanto,
vía este definiens, no cabe inducir un criterio que vaya más allá.
Si volvemos al problema de Vallentyne vemos que la salida no pasa por afirmar
que todas las propiedades disposicionales son extrínsecas o que todas ellas son intrínsecas.
Estamos, más bien, ante una cuestión abierta que la investigación científica debe responder:
¿la propiedad asociada al concepto disposicional P es intrínseca o extrínseca? Esta cuestión
no tiene una respuesta a priori, como Vallentyne (Mumford y Vicente) parece asumir.
Podemos decir a priori que soluble es un concepto disposicional que presenta,
supongamos, una propiedad intrínseca (determinada estructura molecular) E, sin que ello
equivalga a la afirmación de que P es intrínseca. En cambio, el concepto disposicional de
ser cómico quizás sí constituya un modo de presentación de una propiedad extrínseca. En
cualquier caso, no hay relación conceptual entre el hecho de ser disposicional y el hecho de
ser intrínseco (o extrínseco).
31
Idénticos, indiscernibles y duplicados
Posteriormente Vallentyne plantea un nuevo problema que podríamos describir de
la siguiente manera: si tenemos una concepción de las propiedades a la Shoemaker, bajo la
cual toda propiedad está constituida por leyes, por las mismas razones que Vallentyne ha
considerado para el caso de las disposiciones, debemos concluir que toda propiedad es
extrínseca. El concepto de propiedad intrínseca no ha lugar. Esta conclusión sería
catastrófica o bien para toda reflexión que se apoya en el concepto de propiedad intrínseca o
bien para una concepción a la Shoemaker. Sin embargo, sospecho que una vez más se ha
producido una confusión entre niveles.
La concepción de propiedad propuesta por Shoemaker es metafísica, no
conceptual. Supongamos que dicha concepción es correcta. Vallentyne, contrariamente,
tiene un concepto de propiedad que no es metafísico, sino más bien conceptual.
'Here we are concerned with properties in the logically abundant sense of anything
that can be instantiated or which has a negation that can be instantiated. Even in lawless
worlds there are properties in this sense.'40
Vallentyne afirma que es difícil que una teoría a la Shoemaker pueda resultar
verdadera. Sin embargo, esta conclusión no es fruto más que de una confusión producida al
compararse dos concepciones, en cierto sentido, heterogéneas; una concepción metafísica y
otra conceptual.
39
Humberstone distingue entre réplicas y duplicados en función de por dónde se 'muevan' x e y. Humberstone
(1996), 233-234.
40
Vallentyne (1997), 214.
32
Idénticos, indiscernibles y duplicados
Si dejamos este problema general a un lado y nos centramos en el concepto
metafísico de propiedad, entonces Vallentyne considera que tenemos que aceptar que toda
propiedad es extrínseca. No es mi objetivo abordar este problema, pero lo que para
Vallentyne es una inferencia obvia, para nosotros no lo es. Su argumento viene a señalar
que si una propiedad está constituida por leyes, entonces al contraer el mundo (punto básico
en su definición de intrínseco) las leyes desaparecen (o restan muy pocas) y la propiedad
constituida por ellas también. Este argumento se nos antoja muy débil, y exige en cualquier
caso una reflexión detenida sobre el concepto de ley natural y de persistencia de una ley
natural a través de los mundos posibles. Sin embargo, cabe otra interpretación del
argumento de Vallentyne: toda propiedad a la Shoemaker no es más que una disposición, y
por lo tanto, en cuanto que toda disposición es extrínseca, resultaría que toda propiedad es
extrínsica. Este argumento quedaría bloqueado, si nuestras consideraciones anteriores sobre
el concepto de disposición fueran correctas. Además la primera premisa tampoco sería
verdadera, ya que cabe defender una concepción a la Shoemaker de las propiedades sin
considerar que toda propiedad es disposicional. Shoemaker asocia poderes causales a las
propiedades, pero esta asociación, a diferencia de lo que ocurre en el caso de las
disposiciones, no es a priori. Es, más bien, a posteriori. En definitiva, para llegar a la
conclusión de que toda propiedad (a la Shoemaker) es extrínseca no conviene pasar por el
concepto de disposición. Hay que seguir una ruta directa. La viabilidad de esta ruta es una
cuestión que queda pendiente.
33
Idénticos, indiscernibles y duplicados
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41
En Philosophy and Phenomenological Research LXIII (2) (2001), hay una serie de artículos
(además de réplicas a los mismos) que valoran la propuesta de Langton-Lewis (1998).
34
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Idénticos, indiscernibles y duplicados
Agustín Arrieta Urtizberea es profesor titular en el departamento de Lógica y
Filosofía de la Ciencia de la Universidad del País Vasco. Su actividad docente se centra en
asignaturas relacionadas con la lógica, filosofía e historia de la lógica y filosofía analítica.
Entre sus publicaciones hay artículos en las revistas Contextos, Revista de Filosofía,
Theoria y Teorema. Recientemente ha publicado en euskara un libro de introducción a la
filosofía (Zertaz dihardu filosofiak? (¿De qué se ocupa la filosofía?) Donostia: Jakin
irakurgaiak) y ha traducido al euskara la obra de B. Russell The Problems of Philosophy
(Filosofiaren arazoak. Bilbo: Pentsamenduaren klasikoak).
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