INFRACCION URBANISTICA AL REGIMEN DE OBRAS - Aplicación del artículo 38 del C.C.A para la caducidad de la acción sancionatoria / CADUCIDAD DE LA FACULTAD SANCIONATORIA - En infracción al régimen de obras debe contabilizarse a partir del último acto constitutivo de la falta / CADUCIDAD DE LA FACULTAD SANCIONATORIA - Ante infracciones sucesivas al construir sin licencia se contabiliza a partir del último acto Puesto que la Ley 9ª de 1989 no contempló término de caducidad para las sanciones por infracciones urbanísticas, y no habiéndose planteado violación de normas del orden distrital, debe aplicarse la norma supletiva, consignada en el artículo 38 del CCA que es del siguiente tenor literal: «ARTÍCULO 38. Salvo disposición especial en contrario, la facultad que tienen las autoridades administrativas para imponer sanciones caduca a los tres (3) años de producido el acto que pueda ocasionarlas.» Le corresponde a la Sala determinar cuál es el punto de partida para computar el término de tres (3) años de caducidad de la potestad sancionatoria de las autoridades administrativas, establecido en el artículo 38 CCA. Para la Sala, en este caso, este término se cuenta a partir de la fecha en que se produjo el último acto constitutivo de falta o infracción al régimen de obras previsto en las normas urbanísticas, a menos que se trate de una obra clandestina. No a partir del auto de apertura de la investigación, como equivocadamente lo sostienen la actora y el Tribunal. La conducta consistente en «construir sin licencia, requiriéndola» que al tenor de lo preceptuado por el literal a) del artículo 66 de la Ley 9ª. de 1989 constituye infracción urbanística al régimen de obras y por la cual se impuso la sanción a la actora fue, en este caso, desplegada por la actora con todos los actos u operaciones materiales sucesivas de que resulta la construcción. Las pruebas obrantes en el expediente demuestran que según lo reportado por la Corporación La Candelaria al Alcalde Local, el 5 de octubre de 1995 la obra seguía adelantándose sin licencia. Ahora bien, el acto sancionatorio definitivo, o sea, la Resolución AO-056797 mediante la cual la Alcaldía de la Candelaria impuso multas sucesivas a la actora, fue expedido el 28 de agosto de 1997 y notificado por edicto fijado el 15 de septiembre de 1997 y desfijado el 25 del mismo mes y año, o sea, dentro del término que tenía la Administración para hacerlo, pues este vencía el 5 de octubre de 1998. Así, pues, no operó la caducidad de la facultad sancionatoria de la Administración. CONSEJO DE ESTADO SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO SECCION PRIMERA Consejero ponente: CAMILO ARCINIEGAS ANDRADE Bogotá, D.C., veinticinco (25) de abril de dos mil dos (2002) Radicación número: 25000-23-24-000-1998-0939-01(6896) Actor: ALICIA PINZÓN DE CASCIELLO Demandado: ALCALDÍA LOCAL DE LA CANDELARIA Y LA SALA DE OBRAS Y URBANISMO DEL CONSEJO DE JUSTICIA DE SANTAFÉ DE BOGOTÁ Referencia: APELACIÓN SENTENCIA Se resuelve el recurso de apelación interpuesto por la Alcaldía Mayor del Distrito Capital contra la sentencia de 23 de noviembre de 2000, mediante la cual el Tribunal Administrativo de Cundinamarca (Sección Primera, Subsección A) declaró la caducidad de la potestad sancionatoria de la Administración, en el proceso de nulidad y restablecimiento del derecho instaurado por la señora ALICIA PINZÓN DE CASCIELLO contra los actos sancionatorios que en su contra expidieron la Alcaldía Local de la Candelaria y la Sala de Obras y Urbanismo del Consejo de Justicia de Santafé de Bogotá. I. LA DEMANDA La señora ALICIA PINZÓN DE CASCIELLO, por intermedio de apoderado, formuló demanda de nulidad y restablecimiento del derecho contra el Distrito Capital –Alcaldía Local de la Candelaria y Consejo de Justicia de Santafé de Bogotá- así: 1.1. Pretensiones 1.1.1. Que se declare nula la Resolución A0-056 de 28 de agosto de 1997 mediante la cual la Alcaldía Local de la Candelaria la declaró contraventora y le impuso multas sucesivas, de diez salarios mínimos legales mensuales, hasta que subsanare la infracción urbanística cuando incurrió al ejecutar obras en el inmueble de la calle 10 No. 1-77, Localidad de la Candelaria de esta ciudad, sin licencia o permiso de construcción. 1.1.2. Que se declare nula el Acta 016 de 26 de mayo de 1998 mediante la cual el Consejo de Justicia de Santafé de Bogotá decidió el recurso de apelación contra la anterior, negando la declaración de caducidad de la sanción; la declaró infractora y ordenó aplicar el valor de las multas a la destinación prevista en el parágrafo único del artículo 66 de la Ley 9 de 1989. 1.1.3. Que a título de restablecimiento del derecho, se condene al Distrito Capital a pagar a la actora como resarcimiento de perjuicios materiales, la suma de $2.300.000.oo, y de los perjuicios morales la suma equivalente a 500 gramos oro. 1.1.4. Que se comunique al Distrito Capital la sentencia para su cumplida ejecución en las modalidades, plazos y términos señalados en el artículo 177 y concordantes del Código Contencioso Administrativo. 2. Hechos Los relata así: El anterior propietario de la edificación ubicada en la Calle 10 No. 1- 77 había formulado el 21 de febrero de 1986 al Secretario General de la Corporación La Candelaria solicitud tendiente a obtener permiso de remodelación. En octubre de 1993 la actora solicitó permiso para realizar proyecto de remodelación que consistía de 4 aparta-estudios, 1 oficina y 6 apartaestudios en la parte trasera, sin modificar volúmenes, altura, fachada y tipología en general. El permiso fue negado sin ninguna explicación valedera y razón suficiente. El término de caducidad de la facultad sancionatoria debe computarse desde el 12 de octubre de 1993, fecha del auto por el cual la Alcaldía Local de la Candelaria avocó conocimiento de la querella 136, iniciada de oficio, a raíz de la construcción de la obra sin licencia en la calle 10 No. 1-77, inmueble de la actora. Los actos sancionatorios acusados son extemporáneos porque fueron expedidos por fuera del término autorizado por el artículo 38 CCA, que venció el 12 de octubre de 1996. 1.3. Normas violadas y concepto de la violación Según la actora, los actos acusados violan los artículos 58 de la Constitución Política; 38, 44, 62, 63, 64, 66, 84, 85, 131-1 , 132-9, 136-2 del Código Contencioso Administrativo; 134E y 164 de la Ley 446 de 1998 y el Decreto 597 de 1998, ya que para la fecha en que se expidieron, la Administración Distrital carecía de competencia para sancionar la infracción urbanística, como quiera que la potestad sancionatoria caducó el 12 de octubre de 1996, ya que desde que se inició la investigación el 12 de octubre de 1993, hasta que culminó con el Acta 015 de 26 de mayo de 1998, mediante la cual el Consejo de Justicia de Santafé de Bogotá resolvió el recurso de apelación, transcurrieron 4 años y 7 meses, lo que demuestra que se ejerció por fuera del límite temporal de 3 años a que la sujeta el artículo 38 CCA. Puntualiza que para los efectos contemplados en el artículo 38 CCA, la caducidad se tiene que contar rigurosamente a partir del 12 de octubre de 1993, cuando la Alcaldía Local de la Candelaria avocó el conocimiento de la querella No. 136 por la ejecución de obras sin licencia en la Calle 10 No. 1-77 de esta Ciudad. Manifiesta que la administración pública no está autorizada para escoger arbitrariamente o según su conveniencia el punto inicial para el cómputo de la caducidad. Que no le asiste razón al Consejo de Justicia cuando contabiliza la caducidad a partir del 12 de julio de 1995, cuando la actora reanudó la obra. Sostiene que como el término de caducidad previsto en el artículo 38 CCA debe computarse a partir del 12 de octubre de 1993, cuando la Alcaldía de la Candelaria avocó el conocimiento de la querella, se infiere que las decisiones materia de impugnación fueron dictadas por fuera del término autorizado por la ley, que venció el 12 de octubre de 1996. De otra parte, sostiene que la multa impuesta es confiscatoria, pues su monto excede desproporcionadamente el valor del inmueble. II. LA CONTESTACIÓN La Alcaldía Mayor del Distrito Capital, por conducto de apoderada judicial, se opuso a las pretensiones de la actora, con los siguientes argumentos: La caducidad de la potestad sancionatoria debe contarse a partir del 27 de junio de 1995, día en que la Corporación La Candelaria informó que la actora habría proseguido la construcción de obras sin permiso. Aunque es cierto que la investigación a que dio lugar la querella se inició el 24 de diciembre de 1993, debe tenerse en cuenta que la actora suspendió la actividad ilegal a causa de la intervención de la Corporación La Candelaria, como lo admitió en la diligencia de descargos practicada el 25 de abril de 1994 dentro de la investigación a que dio lugar la queja No. 104, que se acumuló a la No.136, ambas de 1993. La reanudación de la obra configura el acto ilegal. Manifiesta que no es cierto que la potestad sancionatoria hubiese caducado, pues desde el 27 de junio de 1995 hasta el 28 de agosto de 1997 no habían transcurrido los 3 años que para la caducidad, prevé el artículo 38 CCA. En aplicación de los artículos 306 del Código de Procedimiento Civil y 164 CCA plantea la excepción de caducidad de la acción de nulidad y restablecimiento del derecho. III. ALEGATOS DE CONCLUSIÓN 3.1. Las partes reiteraron los argumentos que expusieron en la demanda y en la contestación. 3.2. La Procuradora Décima Judicial considera que la facultad sancionatoria fue ejercida dentro del término previsto por el artículo 38 CCA, tomando en cuenta que mediante oficios del 27 de junio, 11 de julio y 5 de octubre de 1995 la Corporación La Candelaria informó a la Alcaldía Local sobre la reanudación de las obras en el inmueble de la calle 10 No. 1-77 y ese Despacho mediante providencia de 12 de julio de 1995 inició la investigación que culminó con la expedición de los actos acusados que sancionaron la infracción urbanística, cuya existencia comprueba la Resolución 9910182 de 30 de noviembre de 1999 que concedió la licencia de construcción en la modalidad de ampliación. IV. LA SENTENCIA APELADA El Tribunal Administrativo de Cundinamarca (Sección Primera, Subsección A) mediante sentencia de 23 de noviembre de 2000, desestimó la excepción de caducidad de la acción impetrada por la parte demandada, por las siguientes razones: - En el caso sub-examine el debate gubernativo se cerró con el acto administrativo contenido en el Acta No. 015 de 26 de mayo de 1998 mediante la cual el Consejo de Justicia de Santafé de Bogotá, al resolver el recurso de apelación, negó la declaración de caducidad de la sanción. - Dicha decisión se notificó mediante edicto No. 512 que se fijó por 10 días, desde el 5 hasta el 19 de junio de 1998, en lugar público en el Consejo de Justicia. - Como la notificación por edicto se cumplió el 19 de junio de 1998, la actora disponía hasta el 19 de octubre de ese mismo año de la oportunidad para presentar la demanda. Como la presentó el 16 de ese mes, actuó dentro del término previsto en el inciso 2º. del artículo 136 CCA. De otra parte, el Tribunal declaró la nulidad de los actos acusados por considerar que cuando el Consejo de Justicia de Santafé de Bogotá resolvió el recurso de apelación, e incluso cuando se expidió el primer acto acusado, la Administración ya había perdido la competencia para decidir, pues había operado la caducidad de la facultad sancionatoria, teniendo en cuenta que habían transcurrido más de los 3 años que señala el artículo 38 CCA. El Tribunal sostiene que la Alcaldía de la Candelaria avocó el conocimiento de la conducta violatoria del régimen urbanístico mediante auto de 24 de diciembre de 1993, al paso que la última decisión adoptada por el Consejo de Justicia de Santafé de Bogotá, mediante la cual decidió el recurso de apelación y con la cual quedó agotada la vía gubernativa se expidió el 26 de mayo de 1998. Manifiesta que contrariamente a lo afirmado por la actora, el auto de 12 de octubre de 1993 no puede tomarse como el que válidamente dio inicio a la investigación administrativa, pues no fue firmado por el Alcalde sino por la Asesora Jurídica. A título de restablecimiento del derecho declaró que la actora no está obligada a pagar la multa impuesta por la administración distrital. No accedió al resarcimiento de los perjuicios morales por estimar que no se demostró su causación. V. EL RECURSO DE APELACIÓN La entidad demandada por conducto de apoderado judicial interpuso el recurso de apelación que sustenta en los mismos argumentos expuestos en la contestación. VI. 6.1. ALEGATOS DE CONCLUSIÓN El apoderado de la entidad demanda reiteró los argumentos expuestos al sustentar el recurso de apelación. 6.2. La actora reitera los argumentos que expuso en la demanda y en los alegatos de conclusión de la primera instancia. 6.3. La Procuradora Primera Delegada ante el Consejo de Estado solicita a esta Sala confirmar el fallo apelado, pues en su concepto, hizo bien el Tribunal en considerar que la fecha a que debe atenderse para contar el término de caducidad es la del auto por el que la Alcaldía de la Candelaria avocó válidamente el conocimiento de la querella No. 136, que fue el 24 de diciembre de 1993, y no el 12 de octubre de 1993 por las razones que el a-quo expuso. VII. CONSIDERACIONES DE LA SALA El presente proceso de nulidad y restablecimiento del derecho tiene dos instancias, dado que el valor de la pretensión a la fecha de presentación de la demanda superaba el límite de la cuantía de única instancia establecido en el artículo 4 del decreto 597 de 1998 ($4.320.000.oo). En efecto, la actora reclama como restablecimiento del derecho una indemnización de perjuicios, así: - Como daño emergente, un valor de $2.300.000.oo. - Como perjuicios morales, el equivalente a quinientos (500) gramos oro. Según certificación del Banco de la República, el 16 de octubre de 1998 cuando se presentó la demanda, el gramo oro tenía un valor de $13.298.78, lo que arroja la suma de $6.649.390.oo Puesto que la Ley 9ª de 1989 no contempló término de caducidad para las sanciones por infracciones urbanísticas, y no habiéndose planteado violación de normas del orden distrital, debe aplicarse la norma supletiva, consignada en el artículo 38 del CCA que es del siguiente tenor literal: «ARTÍCULO 38. Salvo disposición especial en contrario, la facultad que tienen las autoridades administrativas para imponer sanciones caduca a los tres (3) años de producido el acto que pueda ocasionarlas.» Le corresponde a la Sala determinar cuál es el punto de partida para computar el término de tres (3) años de caducidad de la potestad sancionatoria de las autoridades administrativas, establecido en el artículo 38 CCA. Para la Sala, en este caso, este término se cuenta a partir de la fecha en que se produjo el último acto constitutivo de falta o infracción al régimen de obras previsto en las normas urbanísticas, a menos que se trate de una obra clandestina. No a partir del auto de apertura de la investigación, como equivocadamente lo sostienen la actora y el Tribunal. La conducta consistente en «construir sin licencia, requiriéndola» que al tenor de lo preceptuado por el literal a) del artículo 66 de la Ley 9ª. de 1989 constituye infracción urbanística al régimen de obras y por la cual se impuso la sanción a la actora fue, en este caso, desplegada por la actora con todos los actos u operaciones materiales sucesivas de que resulta la construcción. Ello explica por qué la sanción que por violación del literal a) del artículo 66 de la Ley 9ª. de 1989 impuso la Alcaldía de la Candelaria a la actora mediante la Resolución AO-056/97 de 28 de agosto de 1997, fue la de «... multas sucesivas, cada mes, de diez (10) salarios mínimos legales mensuales, hasta que se subsane la infracción, esto es, hasta que se aporte la correspondiente licencia o permiso de construcción de los trabajos hechos en el inmueble de la Calle 10 No. 1-77 de esta Ciudad.» Por tanto, el término de 3 años previsto en el artículo 38 CCA para la caducidad de la facultad sancionatoria de la administración, en este caso, computarse a partir debe de la última vez en que la actora realizó la conducta constitutiva de infracción al régimen de obras previsto en las normas urbanísticas. En el expediente administrativo que contiene la investigación que concluyó con la expedición de los actos sancionatorios controvertidos, obran sendas comunicaciones en que el Subgerente Técnico de la Corporación La Candelaria hace saber al Alcalde de esa Localidad que continúa adelantándose la obra sin licencia. En oficio de 27 de junio de 1995 consta lo siguiente: «Nuevamente informo a usted de la obra ilegal que se viene efectuando en el predio ubicado en la calle 10 No. 1-77, en la cual se sigue realizando la entrada de materiales de construcción. Por tal razón le solicitamos su colaboración para dar pronta solución a este problema.» En oficio de 11 de julio de 1995 se lee: «... Con fecha del trece (13) de diciembre de 1994, se le comunicó a la señora Alicia Pinzón de Casciello los requerimientos exigidos en el Decreto 678 de 1994 para obtener licencia de construcción en el predio localizado en la calle 10 No. 1-77 A pesar que hasta el momento no se han recibido dichos documentos, los propietarios adelantan de forma ilegal obras de construcción en el predio de la referencia. Por tal motivo solicito a usted realizar las acciones necesarias para evitar que esta situación se siga presentando, y se impongan las sanciones que contempla la norma para estos casos. ...». Y en oficio de 5 de octubre de 1995 se hace constar: «Hemos visto con preocupación que a pesar de las múltiples denuncias que se han hecho en los últimos dos (2) años sobre la existencia de obras ilegales en el inmueble de la calle 10 No. 1 – 77 se siguen ingresando materiales de construcción y se continúa la obra.» Así, pues, erró el Tribunal al tomar el auto de 24 de diciembre de 1993, en que la Alcaldía de la Candelaria avocó el conocimiento de la querella No. 136, como punto de partida para computar la caducidad de la facultad sancionatoria, pues como quedó analizado, el artículo 38 CCA determina inequívocamente que el cómputo debe hacerse desde que se produjo el acto que pueda ocasionar las sanciones. Corresponde ahora determinar si los actos acusados fueron expedidos dentro del término con que contaba la Administración Distrital, según el artículo 38 CCA, para sancionar la falta. Las pruebas obrantes en el expediente demuestran que según lo reportado por la Corporación La Candelaria al Alcalde Local, el 5 de octubre de 1995 la obra seguía adelantándose sin licencia. Ahora bien, el acto sancionatorio definitivo, o sea, la Resolución AO-056797 mediante la cual la Alcaldía de la Candelaria impuso multas sucesivas a la actora, fue expedido el 28 de agosto de 1997 y notificado por edicto fijado el 15 de septiembre de 1997 y desfijado el 25 del mismo mes y año, o sea, dentro del término que tenía la Administración para hacerlo, pues este vencía el 5 de octubre de 1998. Así, pues, contrariamente a lo sostenido por la actora, no operó la caducidad de la facultad sancionatoria de la Administración. Resta examinar el cargo de violación del artículo 58 de la Constitución Política, para determinar si es o no cierto que atendida su cuantía, la multa es confiscatoria. La Sala estima que la cuantía de la multa, equivalente a diez (10) salarios se ajustó a la gravedad de la infracción, teniendo en cuenta que la actora reincidió, a sabiendas; que las obras desconocían las políticas sobre inmuebles en zonas de conservación histórica y que la transgresión de las normas urbanísticas perturba la convivencia pacífica, propicia la anarquía y estimula a otros a imitar la conducta prohibida, al mostrar que el efecto disuasivo de la ley es inoperante. Por lo demás, la cuantía es mínima, si se tiene en cuenta que el literal a) del artículo 66 de la Ley 9ª. de 1989 fija un tope máximo de hasta doscientos (200) salarios mínimos. Así, pues, lejos de violar el artículo 58 de la Constitución Política, la Sala encuentra que la cuantía de la multa impuesta se ajusta a sus artículos 6º., a cuyo tenor los particulares son responsables por infracción de las leyes y 2º., que dispone que las autoridades -por tanto las administrativas y judicialesdeben asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo. En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, FALLA: REVÓCASE la sentencia recurrida de 23 de noviembre de 2000. DENIÉGANSE las pretensiones de la demanda. Cópiese, notifíquese y, en firme esta providencia, devuélvase el expediente al Tribunal de origen. Cúmplase. La anterior sentencia fue discutida y aprobada por la Sala en reunión celebrada el 25 de abril de 2002. GABRIEL E. MENDOZA MARTELO CAMILO ARCINIEGAS ANDRADE Presidente OLGA INÉS NAVARRETE BARRERO MANUEL S. URUETA AYOLA