IDEOLOGÍAS OSCILATORIAS Carta al Ayuntamiento de Figueres en motivo de la censura de la obra de Núria Güell y Levi Orta realizada en el marco del Festival Ingrávid 2015. Cuando tomabais la decisión de censurar el proyecto artístico Ideologías Oscilatorias, justo hacía 40 años que fueron fusilados después de un Consejo de Guerra, José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz, Juan Tabicas Manot "Txiki" y Ángel Otaegui. Cinco militantes antifascistas, el último crimen cometido durante la Dictadura de Francisco Franco. José Antonio Sáenz de Santamaría fue el general de la Guardia Civil que dirigió los preparativos de las ejecuciones. Asesino franquista que del 1986 hasta el 1996, paradójicamente, fue asesor contra el terrorismo del "democrático" Ministerio del Interior socialista. Él murió impune, igual de impune que los jueces que los condenaron, los ministros que lo convalidaron, las manos ejecutoras, así como todos los responsables de los centenares de miles de asesinatos, de desapariciones forzosas, torturas y de tantos otros delitos cometidos durante la dictadura franquista. No sólo no se han reconocido a las víctimas, muchas de las cuales siguen enterradas a las cunetas junto con la memoria de cualquier país que se quiera democrático, sino que muchos de los responsables franquistas fueron premiados con cargos institucionales dentro de la etapa democracia surgida de la falsa Transición. El proyecto Ideologías Oscilatorias pretende repensar la presencia actual de la ideología franquista y las actitudes fascistas, que como un fantasma recorren constantemente este país sin memoria. Consideramos oportuno y necesario reflexionar sobre el fascismo creciente que se expresa de diferentes formas -desde las políticas institucionales que segregan y matan, a los múltiples ataques de grupos neonazis- tanto en la Europa Fortaleza como en nuestra casa. No se trata de abrir heridas que nunca han sido cerradas, lo que no nos podemos permitir es cerrar los ojos. Continuamos con un gobierno que mantiene una apasionada defensa de los valores de la dictadura, como pone de manifiesto la recientemente aprobada ley mordaza. Sólo una dictadura puede negar al pueblo su derecho a manifestarse. Y supuestamente sólo en dictadura se censuraban las obras de arte con voluntad crítica. Partiendo del beneficio de la duda, queremos creer que esta censura es debido a vuestro desconocimiento en materia artística. Lo que no es justificable es repetir las mismas actitudes de las que nos queremos liberar: decisiones autoritarias sin espacio para el diálogo, enmarcadas en una concepción utilitaria del arte como herramienta para hacer política desde la institución, en vez de entender el arte como un medio para repensar críticamente la política y a nosotros mismos como sociedad. Núria Güell y Levi Orta Beirut, 4 de octubre del 2015