1 1 2 3 4 Radio – Programa 468 Vida en Familia Hoy Cómo permanecer juntos en las tormentas: La historia de Samuel 5 Bárbara: Recuerdo que mi ansiedad comenzó a aumentar y empecé a tener temores 6 que nunca había tenido antes. Mientras más observaba a Samuel, más me 7 preocupaba, más miedo tenía. Y recuerdo que me levanté después de haber 8 llegado a casa la mañana que íbamos a llevarlo al consultorio del doctor 9 porque yo había llamado en medio de nuestro viaje, con anticipación, para 10 hacer la cita después de observarlo un día. No quería esperar a llegar a casa 11 para hacer la cita porque eso hubiese podido tomar una semana, y yo 12 quería llevarlo tan pronto como llegáramos a casa. Así que hice la cita a 13 larga distancia. 14 Roberto: Bienvenidos a Vida en Familia Hoy. Gracias por sintonizarnos. En el 15 Programa de hoy le acompañaremos Dennis y Bárbara Rainey, y quien les 16 habla Roberto Lepine. 17 Cuando cumplimos 5 años de matrimonio juntoa mi esposa Ana María, 18 empezamos a buscar una nueva casa para mudarnos en un barrio en 19 especial, lo recuerdas Dennis? 20 Dennis: Claro que lo recuerdo Roberto. 21 Roberto: Bueno, la razón por la que quise hablar de ese lugar, es porque puedo 22 recordar una noche que estaba sentado en la puerta que daba a la calle en 23 nuestra casa, y esa era una casa nueva para nosotros. De hecho, la 24 construimos desde los planos. Estábamos emocionados de poder construir 25 un hogar en el que quizá podríamos vivir el resto de nuestras vidas. 26 Teníamos uficientes habitaciones para los niños y estábamos bien ubicados. 27 No era nada lujoso, pero era la clase de casa en la que uno se imagina vivir 28 para siempre. 29 mientras miraba la puesta del sol y pensaba: “Las cosas van demasiado 30 bien. Ha habido calma por demasiado tiempo”. No sé si han atravesado 31 períodos como este, tiempos como este en sus vidas. Pero yo me sentía de Y recuerdo estar sentado ahí durante una linda noche, 2 1 esta manera: “No caigas en el engaño que siempre será así toda la vida, 2 porque las tormentas vendrán”. 3 Dennis: Las tormentas en la vida son inevitables, en el matrimonio y, sin duda, en 4 una familia. De hecho, como Bárbara, que está en el estudio con nosoros 5 hoy, bienvenida a Vida en Familia Hoy, cariño… 6 Bárbara: Gracias. 7 Dennis: Como ella sabe, cuando comenzamos a tener a nuestros hijos, con cada 8 hijo adicional, interactuábamos: Bueno, esta es una especie de juego 9 insensato si tratamos de mantener el menor riesgo posible, porque con cada 10 persona que añadimos a esta unidad familiar, estamos incrementando la 11 posibilidad y la probabilidad de un mayor sufrimiento, mayores problemas, 12 dificultades y penurias en la vida. Realmente me doy cuenta por qué la 13 gente trata de no arriesgarse. Es el camino más fácil. 14 Roberto: Bueno, recuerdo que un par de meses después recordaba la noche profética 15 cuando estábamos levantándonos para tratar de encontrar un nuevo 16 trabajo, pusimos la casa en venta, las cosas habían cambiado. En ese punto 17 estábamos en medio de una tormenta, y me di cuenta que para resistir una 18 tormenta, hay que hacer un trabajo de preparación, ¿no es así? 19 Bárbara: Cuando recién nos casamos, vivíamos un una ciudad donde todas las 20 construcciones son edificadas sobre un pedazo grueso de unos dos metros 21 o dos metros y medio de arcilla que rodea el edificio. Y si usted no tiene 22 un cimiento realmente bueno en esta ciudad, comenzará a ver grietas que 23 inician desde la parte de abajo del muro y van hasta arriba, hasta el techo. 24 En realidad, el problema se da en toda esa región. Mis papás vivían por ahí 25 y literalmente tenían que ir bajo los cimientos de esa casa y cavar agujeros 26 de hasta tres metros de profundidad en la arcilla para encontrar la roca para 27 construir ese cimiento. 28 Roberto: Eso es lo que dice Jesús en Mateo, capítulo 7, cuando comparó dos clases 29 de cimientos. Él dijo: “Todo el que me oye estas palabras y las pone en 30 práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la 3 1 roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y 2 azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba 3 cimentada sobre la roca”. Ahora, la frase clave es que todo había sido 4 construido sobre la roca. Entonces, cuando crecieron los ríos y soplaron 5 los vientos, ese cimiento le permitió resistir la tormenta. Jesús la contrastó 6 con otra casa que había sido construida y dijo: “Pero todo el que me oye 7 estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que 8 construyó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y 9 soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina”. 10 11 Dennis: No creo que los matrimonios y las familias se caigan de repente. Recuerdo 12 hace varios años íbamos a ver a nuestra hija Ashley. Estábamos en la 13 carretera y de repente el automóvil casi se salió del camino y se nos reventó 14 un neumático. Al día siguiente, fui a un lugar y pregunté si el neumático 15 tenía garantía. Y el joven me respondió: “Esa no, señor. Usted destruyó 16 ese neumático”. Entonces le dije: “Bueno, mírelo. Se me ponchó”. Y él 17 hizo una declaración interesante, me dijo: “Los neumáticos no simplemente 18 se revientan. Estos desarrollan un pequeño agujero mientras usted conduce 19 por la carretera y no lo nota. Esto guarda tanto calor que finalmente ese 20 aire caliente debe ir a algún lado, así que se va por los lados del neumático 21 y revienta”. Eso es lo que ocurre con muchos matrimonios. No responden 22 cuando aparece el primer agujero y no abren su corazón a Cristo cuando Él 23 les pide que lo hagan. Y si no actuamos segújn lo que Cristo dice que 24 debemos hacer, luego comenzamos a tener pequeños agujeros y grietas en 25 nuestros cimientos. 26 Roberto: Bárbara, permíteme hacerte una pregunta. Al recordar tus años de 27 matrimonio, quizá no se ha reventado el neumático, pero deben haber 28 pasado por algunos caminos difíciles durante ese tiempo, ¿no es así? 29 30 Bárbara: Así es. Hemos tenido varios baches en el camino. Y hemos tenido muchos giros inesperados e interrupciones en lo que yo pensé que debía ser nuestro 4 1 plan a lo largo del camino. Así que hemos tenido mucho más de lo que 2 hubiese podido esperar. 3 Roberto: Cuando recuerdas,¿ha habido una media docena de desvíos muy 4 importantes, o quizá hubo uno o dos puntos en los que podrías decir que se 5 encontraron con un giro que no esperaban? 6 Bárbara: No, yo diría que al menos una media docena. 7 Roberto: ¿En verdad? 8 Bárbara: Sí… 9 Roberto: Bueno, Dennis, uno de esos giros inesperados ocurrió en el año de 1993, 10 mientras ibas en camino a una de las Conferencias de Paternidad de Vida 11 en Familia, ¿no es así? 12 Dennis: Ese fue un fin de semana para recordar para toda nuestra familia. Fuimos a 13 esta Conferencia y todos nuestros hijos estaban con nosotros. Recuerdo 14 que la primera noche decidimos que iríamos temprano a comer una 15 hamburguesa juntos y caminamos por el estacionamiento en este 16 restaurante, y notamos que nuestro hijo Samuel tenía dificultad para seguir 17 dentro del grupo. Él no podía caminar al ritmo del resto de la familia. No 18 estábamos caminando demasiado rápido, pero nos dirigíamos con celeridad 19 hacia nuestro objetivo. No pensamos nada en ese momento, pero el resto 20 del fin de semana comenzamos a notar otras cosas. 21 Bárbara: En el aeropuerto, estábamos apurándonos por los pasillos para no perder 22 nuestro avión, pero Samuel no podía cargar las maletas y correr al mismo 23 tiempo. Ahora, este era un joven que el año pasado tuvo el séptimo puesto 24 en el ranking de tenistas novatos en el grupo de 13 y 14 años. 25 Dennis: Algunos torneos terminó con puntajes muy altos. Samuel, nuestro hijo, 26 tenía mucha habilidad atlética y de repente estábamos mirando a un hijo 27 que no podía correr a través del aeropuerto. Tanto Bárbara como yo nos 28 sentimos desconcertados por esto, de modo que el lunes por la mañana 29 después de regresar de la conferencia, tuvimos que hacer una cita con el 30 médico en la clínica. 5 1 Roberto: Este era el período que podría describirse como la advertencia de la 2 tormenta. La tormenta todavía no había golpeado, pero había nubes en el 3 cielo comenzándose a agrupar. Y me pregunto si al discutir la situación 4 entre los dos, hubo la tendencia en alguna de las partes a negarlo de cierta 5 manera y decir: “No creo que pueda ser nada muy serio”, mientras el otro 6 incrementa su preocuación y dice: “No, parece que sí va a llover”. 7 Bárbara: Recuerdo que me preocupé mucho más. Recuerdo que mi ansiedad 8 comenzó a aumentar y empecé a tener temores que nunca había tenido 9 antes. Mientras más observaba, más me preocupaba, más miedo tenía. Y 10 recuerdo que me levanté después de haber llegado a casa la mañana que 11 íbamos a llevarlo al consultorio del doctor porque yo había llamado en 12 medio de nuestro viaje, con anticipación, para hacer la cita después de 13 observarlo un día. No quería esperar a llegar a casa para hacer la cita 14 porque eso hubiese podido tomar una semana, y yo quería llevarlo tan 15 pronto como llegáramos a casa. Así que hice la cita a larga distancia. 16 La cita se programó para el día siguiente de nuestro regreso. Esa mañana 17 me levanté y busqué un diccionario. Entonces pensé, porque esa noche ni 18 siquiera pude dormir, estaba tan preocupada que esto sería algo realmente 19 serio. Quería tener alguna seguridad que no sería realmente serio, y lo 20 único en lo que podía pensar era distrofia muscular. Y pensé: ¿Qué 21 significa eso? ¿Qué es esta enfermedad? Yo no sabía y no tenía un lugar a 22 dónde acudir. Creo que Dennis estaba todavía en cama y yo me había 23 levantado muy temprano porque no podía dormir. Busqué en el 24 diccionario, un diccionario sencillo porque ni siquiera sabía lo que eso 25 significaba. Había escuchado ese nombre durante años, pero ni siquiera 26 sabía lo que significaba. El diccionario me dio una definición muy sencilla 27 de lo que era la distrofia muscular. Recuerdo que cerré el diccionario y 28 pensé: “No creo que sea eso lo que tiene. Todo va a estar bien”. Y eso me 29 dio una especie de sensación de alivio porque esa descripción era muy 30 seria, y, en mi propia opinión, llegué a la conclusión que eso no podía ser 6 1 lo que tenía mi hijo, y eso era porque se trataba de mi miedo más grande, 2 que él tuviera algo como eso. Así que estaba tratando de lidiar con mis 3 temores. Realmente estaba muy preocupada. No podría decir si Dennis 4 estaba preocupado o no, él estaba preocupado ese fin de semana de la 5 conferencia porque estaba a cargo de ella, tenía que hablar, tenía que hacer 6 que funcione. Y era más fácil para mí no preocuparme tanto como él 7 debido a las diferentes responsabilidades que teníamos en la conferencia. 8 Así que realmente no puedo decir quién se preocupó más en ese punto. Yo 9 sé que yo sí me preocupé muchísimo. Puede ser que él también haya estado preocupado, pero simplemente no lo demostró. 10 11 Roberto: Dennis, ¿lo que pasó fue que compartimentaste esto? Eso es lo que 12 solemos hacer los hombres, lo hacemos a un lado hasta que tengamos 13 tiempo de enfrentarlo y lidiar con ello. 14 Dennis: Creo que durante la conferencia lo hice, pero tan pronto como terminó y 15 observé la situación en el aeropuerto, mis botones de alarma comenzaron a 16 activarse. Las luces rojas estaban brillando. 17 Roberto: Bueno, no me gusta tener que terminar en este punto, pero tendremos que 18 pedirles que regresen al próximo programa, mientras seguimos viendo 19 cómo su familia enfrentó la noticia que estaban a punto de recibir de los 20 médicos. Le invitamos que nos acompañe en el siguiente programa de Vida 21 en Familia Hoy. Que Dios le bendiga. 22 23 24 25 26 27 28 29 30