El factor grotesco. Museo Picasso Escrito por José Manuel López Gaona Lunes, 05 de Noviembre de 2012 16:57 A propósito de una exposición y de los malagueños que van a verla Texto: José Manuel López Gaona | Fotos: Web El domingo de 18.00 a 20.00 la entrada al Museo Picasso es gratis. A esa hora fuimos a visitar la exposición y, para nuestra sorpresa, había una cola larga –tardamos en entrar unos 20 minutos- y casi no había extranjeros –acaso algún estudiante de español-. Esto de que los malagueños sean mayoría entre los visitantes me pone de buen humor, como si el Málaga hubiera ganado un partido. Entré despistado, pues pensaba que lo grotesco era una especie de concesión a lo feo. No, ni mucho menos. Lo primero que debemos entender es el concepto y luego, ver como lo han desarrollado los distintos artistas en la exposición. Lo primero que vemos en la sala es la etimología de grotesco: viene de Grota; gruta, cueva. Grotesco es lo que está dentro de la gruta. La normalidad como la forma aceptable recomendable por lo correctamente establecido. Lo grotesco como las formas que se separan, se independizan de lo aceptable. Hoy, esta exposición que nos recomienda José Lebreros – su comisario- es muy pertinente; porque invita a pensar el arte desde la perspectiva de lo que no es habitual. Nos vamos a encontrar con dibujos de Paul Klee, inmerso en la Alemania de 1938. Aquel momento, imbuido por el ardor de salir, como sea, de la situación social y económica inaceptable. Con orgullo, Hitler los guiaba y Klee pensaba que el remedio sería catastrófico; que de esos soldados no podría venir nada bueno. Por eso las cabezas de sus dibujos son “grotescas”, imposible representar de otra manera a semejantes ciudadanos majaderos. 1/2 El factor grotesco. Museo Picasso Escrito por José Manuel López Gaona Lunes, 05 de Noviembre de 2012 16:57 Es tal la colección de artistas, con obras interesantísimas sobre esa visión de la realidad desconcertante, que solo ver dibujos de Leonardo Da Vinci da sentido a su visita. Acaba con los videos actualísimos de Bill Viola, con su reivindicación de las personas no jóvenes. Y los caprichos de Goya, obras de Magritte y tantos otros Lo grotesco nos invita a pensar con un sentimiento nuevo. Lo que está oculto en la cueva, ahora aflora. Se nos muestra sin rubor. Esto es lo feo; está feo y el arte no está para embellecer nada. El catálogo de artistas es soberbio. El comisario ha traído gentes y obras espectaculares. Es la primera vez que noto la importancia de un comisario en una exposición. Brillante, brillantísimo el trabajo de Lebreros. Un oro de muchos kilates. Y las salas estaban llenas; era gratis pero la sala estaba llena de malagueños. Hace tiempo me quejaba de los pocos que se daban cita aquí, que era un sitio de guiris. Hoy veo mucha gente joven y no joven, admirando obras sublimes. Porque esta es la misión de un museo: animar la vida cultural de la ciudad, y atraer a gentes hartas de tanta Tv fecal, que se viene a llenar sus salas, que, ahora si, no son recipientes funerarios de lánguidos ramos de rosas muertas. Son lugares llenos de vida, mostrando obras surgidas de la sensibilidad mas extrema de los artistas. Esta exposición no nos muestra obras que hay que ver por culturilla personal, sino por necesidad del espíritu que lucha por emerger entre tanta mediocridad que nos persigue en la realidad crítica actual. 2/2