NOTA DE PRENSA

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NOTA DE PRENSA
Los resultados de la investigación se han publicado recientemente en la revista
científica internacional “Stem Cells Translational Medicine”
INVESTIGADORES DE BIOCRUCES HALLAN UNA POSIBLE DIANA
TERAPÉUTICA PARA LA LIPODISTROFIA

La lipodistrofia asociada al gen LMNA se caracteriza por alteraciones en la
distribución de la grasa corporal y está asociada a complicaciones metabólicas
y cardiovasculares tempranas. Puede tener un origen tanto genético (debida a
mutaciones hereditarias) como adquirido (debida a fármacos que se han
empleado en la terapia contra el sida).

La investigación apunta a que la acción de los inhibidores de la proteasa del
VIH sobre las células madre mesenquimales da como resultado la
acumulación de proteínas lamin A inmaduras. Éstas se asocian
posteriormente de manera inadecuada con el factor de transcripción SP1,
limitando la actividad de éste y contribuyendo así al desarrollo de la
lipodistrofia.
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De este modo, el factor de transcripción SP1 puede constituirse como una
posible diana molecular contra la lipodistrofia.

La investigación ha constatado la idoneidad del modelo experimental con
células madre mesenquimales humanas como vía para el estudio de las
laminopatías.
Bilbao, noviembre de 2012.- La celebración esta mañana de un seminario científico en
el Instituto de Investigación Sanitaria BioCruces en el Hospital Universitario de Cruces
(Bizkaia) ha puesto de manifiesto la identificación de una posible diana terapéutica para
la lipodistrofia. El avance es el resultado de una investigación realizada por
investigadores de BioCruces mediante un modelo experimental con células madre
mesenquimales humanas, centrada en el estudio de las laminopatías (patologías que
tienen su origen en un problema de la lámina nuclear de las células). La investigación ha
sido publicada recientemente en la revista científica “Stem Cells Translational
Medicine” (http://stemcellstm.alphamedpress.org/content/1/4/309).
La lipodistrofia asociada al gen LMNA se caracteriza por alteraciones en la distribución
de la grasa corporal y está asociada a complicaciones metabólicas y cardiovasculares
tempranas. Puede tener un origen tanto genético (debida a mutaciones hereditarias)
como adquirido (debida a fármacos, prácticamente en desuso, que se emplean en la
terapia contra el sida).
Los investigadores, liderados por la doctora Clara Isabel Rodríguez, jefa del Grupo de
Células Madre y Terapia Celular del Instituto de Investigación Sanitaria BioCruces,
han averiguado que la acción de los inhibidores de la proteasa del VIH sobre las células
mesenquimales da como resultado la acumulación de proteínas lamin A inmaduras.
Éstas se asocian posteriormente de manera inadecuada con el factor de transcripción
SP1, limitando la actividad de éste y contribuyendo así al desarrollo de la lipodistrofia.
El conocimiento de la génesis de esta patología puede dar como resultado el considerar
al factor de transcripción SP1 como una diana molecular para el desarrollo de fármacos
contra la lipodistrofia.
Una línea de investigación novedosa
Dentro del seminario, la ponencia ha corrido a cargo de la doctora Arantza Infante,
investigadora del Grupo de Células Madre y Terapia Celular, y coautora de este trabajo
publicado recientemente en la revista científica “Stem Cells Translational Medicine”,
quien ha explicado “el estudio de los mecanismos moleculares implicados en el
desarrollo de laminopatías mediante un modelo experimental en células madre
humanas”.
Tal y como indicó, “se conoce que las laminopatías se producen cuando se da una
acumulación de proteínas lamin A inmaduras. Sin embargo no se sabía por qué dicha
acumulación generaba este tipo de patologías”. Entre las laminopatías más frecuentes, la
investigadora citó a la lipodistrofia, congénita o adquirida, y al síndrome de
envejecimiento prematuro en niños (progeria), de origen genético.
“Con el objetivo de determinar los mecanismos moleculares que dan lugar a la
lipodistrofia, nuestra línea de investigación llevaba varios años trabajando en un modelo
experimental de laminopatías, concretamente de lipodistrofia, y basado en células madre
mesenquimales, dado que muchos de los tejidos afectados por las laminopatías son de
origen mesenquimal”.
En este sentido, “en 2007 se describió que los inhibidores de la proteasa del VIH,
fármaco empleado en pacientes con sida, inhibían una enzima que se encarga de
procesar correctamente la proteína lamin A madura. Esto da como resultado una
acumulación de proteínas lamin A inmaduras que, a su vez, generan la lipodistrofia”.
Gracias a esta investigación llevada a cabo en el Instituto de Investigación Sanitaria
BioCruces “hemos podido generar la lipodistrofia en el laboratorio aplicando los
inhibidores de la proteasa a células madre mesenquimales humanas. El resultado es la
acumulación de proteínas lamin A inmaduras, que, a su vez, provocan cambios en el
entramado tridimensional que forma esta red de proteínas”.
“Entonces, nos planteamos la hipótesis de que esos cambios en la red tridimensional
provocados por la acumulación de las proteínas lamin A inmaduras originaban
interacciones no fisiológicas entre estas proteínas y determinados factores de
transcripción. De esta manera, estos factores no podrían ejercer sus funciones
correctamente, lo que traería como consecuencia el desarrollo de la enfermedad (en este
caso, la lipodistrofia)”, comentó la investigadora de BioCruces.
De este modo, “comprobamos que la función del factor de transcripción SP1 estaba
limitada por su interacción no fisiológica con la proteína inmadura lamin A acumulada.
De hecho esta investigación nos ha servido para determinar el papel esencial de SP1 en
la formación de adipocitos a partir de células madre mesenquimales, desconocido hasta
el momento. Así la alteración en la función de este factor de transcripción contribuye al
desarrollo de la lipodistrofia”.
La doctora Arantza Infante ha incidido en que este descubrimiento “puede dar como
resultado la consideración del factor de transcripción SP1 como una diana molecular
que pueda ser útil en el desarrollo de fármacos contra la lipodistrofia”.
Asimismo, ha valorado muy positivamente “la constatación de que el desarrollo de
modelos experimentales de laboratorio empleando células madre mesenquimales
humanas es una vía idónea para el estudio de enfermedades humanas como las
laminopatías”.
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