Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 89.181 REVISIÓN Modelizando las fases tempranas de la esquizofrenia H. Häfner, K. Maurer, W. Löffler, W. an der Heiden, M. Hambrecht y F. Schultze-Lutter Utilizando la Entrevista para la Evaluación Retrospectiva del Inicio de la Esquizofrenia (IRAOS), evaluamos los 170 primeros episodios con una fase prodrómica no psicótica (el 73% de una muestra de 232 primeros episodios de esquizofrenia, extraída de un estudio poblacional sobre edad, inicio y curso [age, beginnig, course, ABC], realizado sobre una población alemana de aproximadamente 1,5 millones de individuos). Los modelos de Conrad (1958) y Docherty et al (1978) acerca de las fases iniciales del curso temprano de la esquizofrenia postulan la existencia de unos patrones de manifestación de síntomas unidireccionales y consistentes. Utilizando un modelo de ecuaciones estructurales, evaluamos el poder explicativo de las fases como variables latentes, así como en qué medida estos modelos coincidían entre sí y con los datos al inicio de los síntomas. Los modelos no convergieron ni fueron confirmados. Se discuten las razones y las posibles implicaciones de este resultado. También evaluamos, utilizando diversas técnicas, un modelo causal de los determinantes de la repercusión social. Los únicos predictores significativos de la repercusión social de la enfermedad al cabo de 5 años resultaron ser el nivel de desarrollo social en el momento del inicio de la psicosis y una conducta socialmente hostil ante la enfermedad en el caso de los varones jóvenes. La influencia de las variables predictoras tradicionales, edad y sexo, tipo de inicio (crónico o agudo) y sintomatología, estaba mediada por estas 2 variables evaluadas al final de la fase prodrómica. Palabras clave: Modelos de las fases de la enfermedad. Esquizofrenia. Fase prodrómica. Modelo de curso. Fase temprana. Repercusión social. Determinantes del curso. Schizophrenia Bulletin 2003;29:325-40. Traducción al castellano: Dr. Alberto Pertusa Rodríguez. Correspondencia: Dr. H. Häfner. Schizophrenia Research Unit, Central Institute of Mental Health. J5, D-68159 Mannheim, Alemania. Correo electrónico: hhaefner@as200.zi-mannheim.de 39 Modeling the early course of schizophrenia Using the Interview for the Retrospective Assessment of the Onset of Schizophrenia (IRAOS), we assessed 170 first illness episodes with a nonpsychotic prodromal stage (73% of the population-based Age, Beginning, Course [ABC] study sample of 232 first illness episodes of schizophrenia from a German population of about 1.5 million). Conrad’s (1958) and Docherty et al (1978) stage models of the early course presume unidirectional and compelling patterns of symptom manifestation. Using structural equation modeling, we tested the explanatory power of the stages as latent variables and to what extent these models tally with each other and with data on symptom onset. The models neither converged nor were they confirmed. The reasons for and possible implications of this result will be discussed. We also tested, using various techniques, a causal model of the determinants of social course. The only significant predictors of 5-year social outcome turned out to be social development at psychosis onset and the socially adverse illness behavior of young men. The influence of the traditional predictors, age and gender, type of onset (chronic, acute), and symptomatology, was mediated by these 2 variables assessed at the end of the prodromal stage. Key words: Modeling of illness stages. Schizophrenia. Prodromal stage. Course model. Early course. Social course. Determinants of course. Se conoce desde hace mucho tiempo que el primer episodio psicótico en la esquizofrenia viene precedido con frecuencia por una fase prodrómica caracterizada por la presencia de síntomas no psicóticos, y a menudo también por deterioro cognitivo y social (véase, p. ej., Griesinger, 1845; Kraepelin, 1883; Sullivan, 1927; Cameron, 1938). Esta fase se continuaría con la aparición y la acumulación más o menos rápida de síntomas psicóticos, con frecuencia asociados a un incremento en el deterioro. Desde sus inicios (p. ej., Sullivan, 1927), la Psiq Biol 2004;11(6):227-41 227 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Häfner H, et al. Modelizando las fases tempranas de la esquizofrenia búsqueda de consistencia en la secuencia de presentación de síntomas en estas fases iniciales de la enfermedad ha estado inspirada por la esperanza de ser capaces de reconocer y tratar la enfermedad de la forma más temprana posible. Cameron (1938) fue, asimismo, el primero en estimar la duración de la fase no tratada de la enfermedad: el 83% de sus pacientes había experimentado una fase prodrómica con una duración de semanas a años antes de la instauración de los síntomas psicóticos. Estos síntomas habían precedido a la hospitalización en días o meses y, con menos frecuencia, años. En 1959, Janzarik describió una fase temprana de “insuficiencia prepsicótica”, caracterizada por síntomas negativos, pérdida de interés y espontaneidad, abulia, falta de perseverancia y reactividad emocional. Observó que este conjunto de síntomas prepsicóticos con frecuencia reaparece de forma prácticamente inalterada tras la remisión del episodio psicótico. Llegó a la conclusión de que el síndrome residual era una consecuencia del proceso morboso subyacente. Huber (1966) y Gross (1969) confirmaron esta asociación. Utilizando la Escala de Bonn para la Evaluación de Síntomas Básicos (BSABS; Gross et al, 1987), Klosterkotter (1992a, b) describió formas de transición hacia los síntomas psicóticos “de primer rango”. Desde finales de la década de los ochenta del siglo XX, diversos autores (p. ej., Crow et al, 1986; Loebel et al, 1992) han estudiado el curso temprano de la esquizofrenia desde el inicio hasta el primer tratamiento. Han encontrado duraciones medias de un año o más para la fase psicótica no tratada (duration of untreated psychosis [DUP]) y de, al menos, 2 años para la fase prepsicótica no tratada (duration of untreated illness [DUI]) (Breier et al, 1991; Loebel et al, 1992; Häfner et al, 1995b; McGorry et al, 1996; Johannessen et al, 1999). Una duración prolongada de cualquiera de estas 2 fases se ha relacionado con una peor evolución (Crow et al, 1986; Loebel et al, 1992; McGorry et al, 1996; Wyatt y Henter, 1998; Ho et al, 2000). Estos hallazgos abren perspectivas para ejercer una influencia favorable sobre la gravedad, el curso y las consecuencias de la enfermedad mediante la intervención temprana (McGorry y Jackson, 1999). No obstante, las condiciones necesarias para una intervención temprana son la detección temprana de los individuos en riesgo y la predicción lo más temprana posible del momento de inicio de la psicosis (Yung y McGorry, 1996). Algunos intentos iniciales de interés para identificar patrones secuenciales de la fase incipiente de la enfermedad fueron los modelos sobre el curso temprano propuestos por Conrad (1958) y Docherty et al (1978), ambos basados en la observación clínica del desarrollo de los síntomas y de la conducta. La premisa central es que 228 Psiq Biol 2004;11(6):227-41 la secuencia de las fases de la enfermedad es unidireccional y consistente, independientemente de su duración y de la rapidez de instauración. En el presente trabajo, estos 2 modelos serán evaluados empíricamente utilizando un modelo matemático a partir de los datos de 170 casos, extraídos de un total de 232 primeros episodios de esquizofrenia, que mostraron una fase prodrómica prepsicótica claramente definida. Dado que ninguno de los 2 modelos presta mucha atención a la repercusión social de la enfermedad, hemos complementado los modelos de fases relacionadas con los síntomas con un modelo predictor causal de la repercusión social de la esquizofrenia tras el inicio de ésta. La condición previa necesaria para adoptar este enfoque era que los datos fueran obtenidos siguiendo la secuencia temporal de los cambios. Los datos de la muestra del estudio se recogieron de forma retrospectiva utilizando la Entrevista para la Evaluación Retrospectiva del Inicio de la Esquizofrenia (IRAOS; Häfner et al, 1992, 1999b) desde el inicio hasta el primer episodio y, posteriormente, durante 5 años, y se constituyó con ellos una matriz homogénea en el tiempo. Este procedimiento nos permitió analizar los determinantes de la repercusión social de la esquizofrenia y sus efectos, basándonos en el grado de funcionamiento social, desde el inicio de la enfermedad hasta el primer ingreso y 5 años después. MUESTRA Se recogió una muestra de 232 primeros episodios de esquizofrenia, definida con criterios amplios, de una población alemana de origen rural/urbano de aproximadamente 1,5 millones de individuos (diagnósticos 295, 297, 298,3 y 298,4, según la novena edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades [CIE-9]; para más detalles véase Häfner et al, 1993; Maurer y Häfner, 1995). Para realizar los modelos del curso temprano, se utilizó una submuestra de 170 pacientes (el 73% de la muestra del estudio ABC) con una fase prodrómica inicial caracterizada por síntomas inespecíficos y/o negativos. La tabla 1 muestra el orden cronológico del desarrollo de los síntomas, incluido el tiempo transcurrido hasta el primer ingreso. MATERIAL Y MÉTODO Se recogieron de forma retrospectiva datos sobre el inicio, la repercusión social y el desarrollo de síntomas hasta el momento del primer ingreso, utilizando la entrevista semiestructurada IRAOS. Por otra parte, la psicopatología y el grado de 40 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Häfner H, et al. Modelizando las fases tempranas de la esquizofrenia TABLA 1. Secuencia temporal de instauración de síntomas depresivos, negativos y disfóricos durante la fase prodrómica prepsicótica de la esquizofreniaa IRAOS (n.o ítem) IRAOS signo/síntoma Tiempo transcurrido antes del primer ingreso En meses Transición hacia el primer episodio psicótico 49 50 Disforia 5 14 13 11 42 52 63 64 53 44 3 9 51 4 55 41 12 10 8 62 54 7 2 6 Disfunción social Síntomas negativos Fase disfórica Fase depresiva Primer síntoma positivo Hipercinesia/discinesia Problemas en el habla Dificultades de concentración Irritabilidad Disminución de la libido Alteración del apetito/sueño Dificultad para focalizar el pensamiento Pérdida de interés en actividades de ocio Pérdida de interés en el puesto de trabajo Pérdida de interés en general Lentitud Alteración del afecto Tensión/estrés mental Retraimiento social Autocuidado Ansiedad Roces/fricciones Incremento de la distraibilidad Anergia y enlentecimiento Sentimientos de culpa Pérdida de la confianza en uno mismo Rendimiento laboral pobre Retraimiento social/comunicacional Actos suicidas Dolores de cabeza u otras molestias Humor depresivo 16,4 16,7 17,8 20,5 21,8 21,9 22,2 22,3 24,0 24,4 25,1 29,9 26,1 26,6 26,8 27,0 29,1 29,6 30,4 31,9 33,8 34,7 39,0 41,1 51,0 51,8 52,2 En años < 1,5 1,5-2,0 2,0-2,5 2,5-3,0 > 3,0 aMuestra del estudio ABC sobre primeros episodios (n = 232). IRAOS: Entrevista para la Evaluación Retrospectiva del Inicio de la Esquizofrenia. Fuente: Maurer y Häfner, 1997. TABLA 2. Los 10 signos iniciales de la esquizofrenia (independientemente del curso) referidos con más frecuencia por los pacientesa Total, Varones, Mujeres, n = 232 n = 108 n = 124 (%) (%) (%) Intranquilidad Depresión Ansiedad Dificultades de razonamiento y concentración Preocupaciónb Falta de autoconfianza Falta de energía, lentitud Rendimiento laboral pobre Retraimiento social, desconfianza Retraimiento social, comunicación 19 19 18 15 15 17 22 22 19 16 15 13 12 11 10 10 19 9 10 8 12 8 8 14 20 15 15 10 12 12 Se han evaluado diferencias de sexo para todos los ítems. aBasado en preguntas cerradas, con posibilidad de incluir varias respuestas. bp ≤ 0,05. Fuente: Häfner et al, 1995a, modificada. nes Psiquiátricas (Psychiatric Impairments Rating Schedule; Biehl et al, 1989) y la Escala para la Evaluación del Nivel de Disfunción (DAS; OMS, 1988; Jung et al, 1989). Además de los datos sociodemográficos, educacionales y de tratamientos previos, se evaluaron 56 síntomas negativos y positivos desde su primera aparición hasta el primer ingreso (presente una vez, intermitente o continuo), y se introdujeron para cada paciente en una matriz temporal, con la ayuda de los acontecimientos de referencia (Maurer y Häfner, 1995). El curso de la enfermedad tras el primer ingreso se evaluó de forma prospectiva en una submuestra representativa de 115 primeros episodios con seguimiento en 5 ocasiones (6 meses, 1 año, 2 años, 3 años y 5 años) tras el primer ingreso, utilizando los mismos instrumentos y, de forma adicional, la Escala de Descripción de la Historia y Curso Sociodemográfico (Followup History and Sociodemographic Description Schedule [FU-HSD]; OMS 1980). (Los detalles sobre la muestra, los instrumentos y la metodología del estudio ABC pueden ser consultados en Häfner et al. 1993, 1995, 1998b; Häfner y An der Heiden, 1999.) REPERCUSIÓN SOCIAL funcionamiento social fueron evaluados de forma transversal mediante la PSE (Exploración del Estado Actual; Wing et al, 1974), la Escala para Evaluación de los Síntomas Negativos (Andreasen, 1983), la Escala para la Evaluación de Disfuncio41 Citaremos brevemente algunos datos descriptivos previos del estudio ABC para definir el marco temporal y seleccionar los determinantes del modelo predictor de la Psiq Biol 2004;11(6):227-41 229 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Häfner H, et al. Modelizando las fases tempranas de la esquizofrenia TABLA 3. Desarrollo del rol social al inicio del primer signo de enfermedad mental y en el primer ingresoa Al primer signo de enfermedad mental Edad (años) Educación escolar (%) Formación profesional (%) Empleo (%) Ingresos propios (%) Vivienda propia (%) Matrimonio o pareja estable (%) En el primer ingreso Pacientes (n = 57) Controles (n = 57) p 24,0 65 37 33 37 46 47 24,0 61 44 42 42 51 58 NS NS NS NS NS NS Pacientes (n = 57) Controles (n = 57) 30,0 93 63 44 49 63 25 30,0 95 65 58 74 75 68 p NS NS * ** NS *** aPorcentajes de pacientes y controles que desempeñaban estos roles, que se consideran indicativos del nivel de desarrollo social característico de la edad adulta en la mayoría de culturas occidentales. *p < 0,1; **p < 0,01; ***p < 0,001. NS: no significativo. Fuente: Häfner et al, 1999c. repercusión social. La edad media a la que surgió el primer síntoma (independientemente de su tipo o categoría) fue de 22,5 años para los varones y 24,5 años para las mujeres. La edad media de aparición de los siguientes hitos de las fases tempranas de la enfermedad mostró, asimismo, una diferencia de sexo significativa y ya conocida de 3 a 4 años, con la aparición del primer síntoma negativo a los 24,1 frente a los 26,7 años, del primer síntoma positivo a los 26,7 frente a los 30,9 años, punto culminante del primer episodio a los 27,8 frente a los 32,1 años, y primer ingreso a los 28,2 frente a los 32,2 años para varones y mujeres, respectivamente (Häfner et al, 1995b, c). En la tabla 2 se muestran los 10 síntomas iniciales más frecuentes. Existe una predominancia clara de 2 dimensiones: a) síntomas afectivos, y b) síntomas negativos, incluidos los indicadores de deterioro funcional, pero no hay síntomas positivos. Dada la aparición temprana de deterioro funcional, estudiamos el curso posterior del deterioro social y determinamos si los pacientes mostraban una clara desventaja en cuanto al funcionamiento social. Las posibles consecuencias de la enfermedad están determinadas no solamente por la edad a la que surge el deterioro social, sino también por el valor basal previo, es decir, el grado de desarrollo social al inicio de la enfermedad. Por este motivo, determinamos el grado de desarrollo social de los pacientes calculando su grado de desempeño de 6 roles sociales típicos correspondientes al período de edad de máximo riesgo para la esquizofrenia en los países desarrollados: tras el período escolar, tras el período de prácticas laborales, primer empleo, vivienda propia, ingresos propios y matrimonio o pareja estable. Comparando una submuestra representativa de 57 pacientes, con 57 controles apareados según edad, sexo y zona de residencia de la ciudad de Manheim, encontramos que, a la edad en la que ocurría el inicio de la enfermedad, los pacientes no diferían significativamente de los controles 230 Psiq Biol 2004;11(6):227-41 en lo que respecta al cumplimiento de estos 6 roles sociales. Así, al inicio de la enfermedad los pacientes con esquizofrenia no estaban todavía en desventaja social en relación con sus controles sanos de la misma población (tabla 3). En el momento de la primera hospitalización, sin embargo, desempeñaban los roles sociales en un grado muy inferior al de los controles, excepto en el caso del período escolar y el de prácticas laborales, típicos de edades más tempranas. La diferencia era más pronunciada en el caso del matrimonio y la pareja estable. Repercusión social temprana Este hallazgo subraya el hecho de que en las fases tempranas de la esquizofrenia, mucho antes de la búsqueda de tratamiento, existe un riesgo importante de deterioro social, con las consecuencias perjudiciales que ello implica (Häfner et al, 1999a). Tras la remisión del primer episodio psicótico, el deterioro social –basado en una puntuación total en el DAS > 2– persiste de forma general, y muestra principalmente una meseta (fig. 1). Para demostrar el impacto del grado de desarrollo social basal (indicado por la edad al inicio de la enfermedad) sobre la repercusión social a escala individual, seleccionamos un indicador global de funcionamiento social: la proporción de pacientes que se ganaban la vida o que tenían independencia económica (las amas de casa se incluyeron en esta categoría, siempre que fueran capaces de realizar sus tareas). En la figura 2 se ilustra el desarrollo social en 3 grupos de edad –jóvenes (12 a 20 años), edad media (21 a 35) y adultos (36 a 59)–, determinado por la edad de los pacientes al inicio de la enfermedad. Como cabía esperar, se observan de forma evidente diferencias altamente significativas: el grado de desarrollo social es bastante bajo en los más jóvenes y considerablemente alto en el grupo 42 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Häfner H, et al. Modelizando las fases tempranas de la esquizofrenia 3 (n = 115) MANOVA p < 0,01 Sexo p < 0,05 Tiempo Sexo / tiempo p = N.S. *** * * N.S. 2 * 1 0 Primer ingreso 1/2 O p < 0,1 * p < 0,05 ** p < 0,01 ***p < 0,01 1 5 2 3 Años transcurridos Fig. 1. Evolución de la disfunción social desde el primer ingreso en adelante (6 valoraciones transversales) para varones y mujeres, mediante la puntuación total del DAS (Escala para la Evaluación del Nivel de Disfunción). NS: no significativo. Miembros del grupo de edad % Muestra de seguimiento del estudio ABC n = 115 retrospectivo prospectivo 90 Edad al inicio de la enfermedad: 12-20 años 21-35 años 80 70 36-59 años 60 50 40 N.S 30 N.S 20 N.S N.S N.S p<1 p < 0,001 p<1 10 0 Primer signo 3 años Primer ingreso 1 año 2 años 6 meses Primeros síntomas psicóticos 5 años Fig. 2. Repercusión social basada en el grado de independencia económica en los 3 grupos de edad al inicio. Muestra de seguimiento del estudio ABC, n = 115. NS: no significativo. de mayor edad. A lo largo de los 11 años posteriores al inicio de la enfermedad, el grupo más joven no muestra ninguna tendencia mantenida al alta. Su grado de desarrollo social en la evaluación a los 5 años tras el primer 43 ingreso es prácticamente idéntico al que presentaban al inicio de la enfermedad. Esto indica, de forma clara, un deterioro a partir de un nivel social bajo, ocasionado por el efecto deletéreo ejercido por la enfermedad sobre el Psiq Biol 2004;11(6):227-41 231 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Häfner H, et al. Modelizando las fases tempranas de la esquizofrenia TABLA 4. Desarrollo del rol social al inicio del primer signo de enfermedad mental (comparación entre varones y mujeres) (muestra del estudio ABC de primeros episodios) Varones (n = 108) Edad (en años) Educación escolar (%) Formación profesional Empleo (%) Ingresos propios (%) Vivienda propia (%) Matrimonio o pareja estable (%) Mujeres Total (n = 124) (n = 232) 22,5 70 41 37 44 39 NS NS * NS * 25,4 69 38 52 55 54 24,0 70 39 45 50 47 28 ** 52 41 *p ≤ 0,05; **p ≤ 0,01. ABC: estudio sobre edad, inicio y curso (age, beginnig, course); NS: no significativo. Fuente: Häfner et al, 1995c. desarrollo social durante las fases iniciales de la enfermedad. Como contrapartida, el grupo de mayor edad, que mostraba un nivel de desarrollo social bastante superior al inicio de la enfermedad, experimenta un rápido declive social, que se inicia de forma temprana coincidiendo con la fase prodrómica de la enfermedad y continúa durante algún tiempo tras su inicio. Dos hipótesis clásicas ven la repercusión social de la esquizofrenia desde perspectivas opuestas: Kraepelin (1896) postuló un proceso de declive social partiendo de un estatus adquirido previo, mientras que Dunham (1965), así como Freeman y Alpert (1986), en su hipótesis del deterioro social, asumieron que la enfermedad impide el desarrollo social subsiguiente. Sin embargo, nuestros datos muestran que el grado individual de desarrollo social al inicio de la esquizofrenia depende de forma significativa de la edad: cuanto más jóvenes los pacientes, más bajo su grado de desarrollo social al inicio de la enfermedad. En consecuencia, como se muestra en la figura 2, las 2 hipó- tesis tradicionales –la del declive social de Kraepelin y la del deterioro social de Freeman y Alpert– se aplican a diferentes grupos en función de la edad de inicio de la enfermedad o los grados de desarrollo social basal. Considerando la diferencia de sexo de 4 años de edad al inicio de la enfermedad, es razonable asumir que en las sociedades en las que varones y mujeres tienen las mismas oportunidades educacionales, el estatus socioeconómico de las mujeres al inicio de la enfermedad y, por tanto, su grado basal, es superior al de los varones de la misma edad. Una comparación de los 6 roles sociales claves desempeñados por varones y mujeres en sociedades occidentales confirmó la sospecha previa acerca de la diferencia de sexo (tabla 4). Por el contrario, la evolución de los síntomas a medio plazo para los diferentes grupos de edad no mostró diferencias de sexo importantes (Häfner et al, 1998a, 1999c). En busca de más diferencias de sexo que pudieran influir en la repercusión social y en la evolución, comparamos toda la sintomatología del primer episodio, mediante un control por medio de evaluaciones múltiples. Si bien no aparecieron diferencias en las principales variables relacionadas con la enfermedad –síntomas centrales positivos y negativos, tipo de inicio, primeros síntomas y evolución de los síntomas–, encontramos que los varones presentaban un incremento significativo en 8 ítems relacionados con una conducta socialmente hostil (tabla 5). Por el contrario, las mujeres mostraron un incremento significativo únicamente en un ítem relacionado con una conducta social favorable (hiperadaptabilidad/conformidad), que probablemente indica una conducta más social en la esquizofrenia y una frecuencia significativamente más alta de intranquilidad. La prevalencia a lo largo de la vida del abuso de alcohol y otras drogas antes del primer ingreso fue, asimismo, significativamente más alta en los varones que en las mujeres. Asumimos que éstas son conductas específica- TABLA 5. Ítems relacionados con la conductaa que mostraban diferencias significativas en función del sexo en el primer episodio psicóticob Más frecuentes en las mujeres a) De forma longitudinal hasta el primer ingreso Intranquilidad b) De forma transversal: en el primer ingreso Hiperadaptabilidad/conformidad Más frecuentes en los varones Abuso de tóxicos Abuso de alcohol Autoabandono Pérdida de interés en el trabajo Inadecuación social Falta de actividades de ocio Falta de comunicación Disfunción social (estimación general) Pérdida de interés Falta de higiene personal aDe un total de 303 ítems de la Exploración del Estado Actual, Escala para la Evaluación de Disfunciones Psiquiátricas, Escala para Evaluación de los Síntomas Negativos, Escala para la Evaluación de Disfunciones Psiquiátricas y de la IRAOS; validado mediante el procedimiento split-half (coeficiente de división por mitades), para la corrección α. bMuestra del estudio ABC sobre primeros episodios, n = 232. Fuente: Häfner, 1998. 232 Psiq Biol 2004;11(6):227-41 44 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Häfner H, et al. Modelizando las fases tempranas de la esquizofrenia Análisis de ruta crítica (coeficientes beta estándar) Regresión logística (odds ratio) Predictores significativos Variables intermedias N.° de roles sociales no desempeñados al primer signo de enfermedad 682*** N.° de roles sociales no desempeñados al inicio de la enfermedad Independencia económica 0,76* 642** Edad al primer signo de enfermedad 224** 0,40* Conducta socialmente hostil ante la enfermedad 321** Sexo Primer signo de enfermedad mental Fase prodrómica Primer síntoma psicótico Primer ingreso 5 años tras el primer ingreso Fig. 3. Evaluación de un modelo para predecir la evolución social al cabo de 5 años (independencia financiera = ingresos propios) mediante la edad, el sexo, la sintomatología, el tipo de inicio, el desempeño de roles sociales y la conducta ante la enfermedad. Muestra de seguimiento del estudio ABC, n = 115 mente relacionadas con la edad y el sexo, y no síntomas de la enfermedad. Esta asunción está, asimismo, respaldada por resultados de estudios poblacionales sobre el tema, que muestran de forma consistente que los trastornos de la conducta, la conducta agresiva, la personalidad antisocial y el abuso de alcohol y tóxicos se dan con mucha más frecuencia en varones adolescentes y los adultos jóvenes (Choquet y Ledoux, 1994; Dopfner et al, 1997). Generación y evaluación de 2 modelos para predecir y explicar la evolución social al cabo de 5 años tras el primer ingreso En primer lugar, escogimos un procedimiento en 2 etapas para evaluar de qué forma las 2 variables que encontramos en nuestro estudio descriptivo –funcionamiento social pobre y conducta socialmente hostil ante la enfermedad– predicen la evolución social a medio plazo (5 años tras el primer ingreso), de nuevo operativizada por la habilidad para ganarse la vida: 1. Grados de desarrollo social al inicio de la psicosis, operativizado por el número de roles sociales no desempeñados al inicio de la psicosis. 45 2. Conducta socialmente hostil ante la enfermedad en el primer episodio, operativizada por las conductas enumeradas en la tabla 5. También incluimos, en nuestro análisis, los predictores de evolución social más importantes relacionados con la enfermedad, reflejados en muchos estudios: edad, sexo, sintomatología (ítems de la Exploración del Estado Actual) y tipo de inicio (agudo frente a crónico). Para evaluar el poder predictor de estas variables llevamos a cabo en, primer lugar, un análisis gradual mediante regresión logística (Häfner et al, 1999e). La evolución social al cabo de 5 años, operativizada por la proporción de pacientes capaces de ganarse la vida, fue predicha de forma significativa únicamente por el número de roles sociales no desempeñados al inicio de la psicosis y por la conducta socialmente hostil ante la enfermedad en el primer ingreso. La edad al inicio de la enfermedad, el sexo, el tipo de inicio y la sintomatología no tuvieron ningún efecto significativo directo, más allá de los efectos mediados por las 2 variables mencionadas anteriormente (Häfner et al, 1999c) (fig. 3). Para evaluar la influencia del sexo y la edad sobre estas variables intermedias al inicio de la enfermedad, aplicamos un modelo de análisis de ruta crítica (path analysis) (fig. 3), que mostró un nivel de correlaciones parciaPsiq Biol 2004;11(6):227-41 233 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Häfner H, et al. Modelizando las fases tempranas de la esquizofrenia Tiempo Empleo (IRAOS) Fase prodrómica Fase prepsicótica Primer signo de enfermedad mental Primer síntoma psicótico Matrimonio o pareja estable (IRAOS) Matrimonio o pareja estable (IRAOS) Ingresos propios (IRAOS) Vivienda propia (IRAOS) Período escolar finalizado (IRAOS) Período de formación profesional finalizado (IRAOS) Empleo (IRAOS) Ingresos propios (IRAOS) Vivienda propia (IRAOS) Fase de desarrollo social I Primer ingreso 5 años tras el primer ingreso Independencia económica (FUHSD) Período escolar finalizado (IRAOS) Período de formación profesional finalizado (IRAOS) Fase de desarrollo social II Conducta socialmente hostil ante la enfermedad Intranquilidad (IRAOS) Edad Hiperadaptabilidad, conformidad (PIRS) Sexo Falta de higiene personal (SANS) Pérdida de interés en encontrar trabajo (DAS) Autoabandono (PIRS) Falta de actividades de ocio (DAS) Pérdida de interés (PSE) Falta de comunicación (PIRS) Inadecuación social (SANS) Abuso de tóxicos (IRAOS, PSE) Disfunción social (estimación general, DAS) Fig. 4. Predicción de la evolución social al cabo de 5 años: especificación del modelo. les medio-alto y que confirmó que el sexo (mujeres) ejerce un efecto no solamente sobre la edad al inicio de la enfermedad, y a través de esta variable sobre el grado de desarrollo social al inicio de la enfermedad, sino también (a causa de la conducta socialmente hostil ante la enfermedad por parte de los varones, relacionada con la edad) sobre la dimensión social de la conducta en la enfermedad (Häfner, 2000). Estas variables secundarias parecen causar las consecuencias sociales de la esquizofrenia. Evaluación de un modelo exhaustivo para predecir la evolución social al cabo de 5 años tras el primer ingreso Este resultado muestra un panorama convincente de los determinantes de la repercusión y la evolución social, más complejo de lo que se pensaba tradicionalmente. Para describir todas las posibles asociaciones en un modelo exhaustivo con un nivel superior de abstracción, escogimos una técnica basada en el ajuste a modelos mediante ecuaciones estructurales (SEM), que anteriormente se ha denominado modelización causal. Se aplicó utilizando el programa de ordenador LISREL-8 (Linear 234 Psiq Biol 2004;11(6):227-41 Structural Relationship; Joreskog y Sorbom, 1993). A diferencia del análisis de la varianza y de la regresión múltiple, que tratan con correlaciones entre variables observadas, respectivamente, pero no ofrecen una diferenciación entre variables observadas y latentes, la técnica SEM realiza una evaluación a priori de las especificaciones acerca de los efectos entre las variables y los sentidos en los que éstas actúan (sistema de hipótesis), de forma simultánea, lo que permite definir dominios comunes de ciertas variables observadas, es decir, variables latentes (Kline, 1998). La figura 4 muestra la especificación del modelo inicial junto con las variables que se incluyeron en éste. Como se observa en el resultado, las asociaciones sometidas a hipótesis alcanzaron significación (evaluando H0: ∆ = 0; χ2 = 370,88, df = 348, p = 0,19). Este resultado justifica aproximadamente 2 tercios de la varianza en los datos (índice de bondad de ajuste [GFI] = 0,80, GFI ajustado = 0,76, raíz media residual [RMR] = 0,23). En cualquier caso, teniendo en cuenta los cambios sugeridos por los índices de modificación, se generó un modelo empírico ligeramente diferente (fig. 5), todavía más corroborado por los datos (χ2 = 280,31, df = 293, p = 0,69), pero únicamente añadió el 3% a la varianza explicada del modelo inicial (GFI = 0,82, GFI ajustado = 0,79, 46 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Häfner H, et al. Modelizando las fases tempranas de la esquizofrenia Tiempo Fase prodrómica Fase prepsicótica Primer signo de enfermedad mental Matrimonio o pareja estable (IRAOS) Empleo (IRAOS) Ingresos propios (IRAOS) Vivienda propia (IRAOS) Período escolar finalizado (IRAOS) Primer síntoma psicótico Empleo (IRAOS) Ingresos propios (IRAOS) Vivienda propia (IRAOS) Período de formación profesional finalizado (IRAOS) Fase de desarrollo social I Determinantes biológicos Primer ingreso Independencia económica (FUHSD) Matrimonio o pareja estable (IRAOS) Período de formación profesional finalizado (IRAOS) Fase de desarrollo social II Conducta socialmente hostil ante la enfermedad; hombres Pérdida de interés en encontrar trabajo (DAS) Falta de actividades de ocio (DAS) Inadecuación social (SANS) Falta de higiene personal (SANS) Pérdida de interés (PSE) Abuso de tóxicos (IRAOS, PSE) Falta de comunicación (PIRS) Sexo 5 años tras el primer ingreso Autoabandono (PIRS) D isfunción social (estimación general, DAS) Edad Conducta socialmente hostil ante la enfermedad; mujeres Intranquilidad (IRAOS) Fig. 5. Predicción de la evolución social al cabo de 5 años: un modelo empírico. RMR = 0,16). Los estadísticos detallados de cada ecuación del modelo (es decir, los coeficientes de paso, sus errores estándar y los valores de t) se exponen en la tabla 6. Por lo que respecta a los coeficientes de paso, no existen normas generales para su interpretación, ya que lo que pudiera ser considerado un efecto importante en un área podría considerarse de menos importancia en otra. En cualquier caso, hemos añadido algunas sugerencias acerca de la interpretación de los valores absolutos de los coeficientes de paso (es decir, de la importancia de una variable; Kline, 1998). Una sugerencia común es tener en cuenta únicamente las rutas necesarias para la ecuación del modelo que tienen un valor de t superior a 1,96, y que por tanto son significativas al 5% (Backhaus et al, 1987; Joreskog y Sorbom, 1993). Se retiraron 2 variables del modelo: “Finalización del período escolar en el momento de ocurrencia del primer episodio psicótico” e “Hiperadaptabilidad en el momento de la primera hospitalización”. La primera se retiró por presentar una elevada correlación con: “Finalización del período escolar en el momento de la ocurrencia del primer signo” (r de Spearman = 0,54; p < 0,000), con 49 una edad media ± desviación estándar (DE) de 25,7 ± 10,1; en el momento de la aparición del primer signo, la mayoría de los pacientes había concluido el período escolar tras el inicio de la enfermedad. La segunda fue retirada por presentar una elevada correlación con: “Intranquilidad en el momento de la primera hospitalización” (r de Pearson = 0,11; p = 0,26), que no pudo ser representada con una variable latente. Por otra parte, la edad al primer signo de enfermedad y el sexo no se modelaron como factores individuales, sino como representaciones de un determinante biológico. Así, la influencia del sexo en la variable latente “Conducta socialmente hostil ante la enfermedad” fue modelada sólo de forma indirecta distinguiendo entre los sexos. Por lo que respecta al cálculo, se asumió que la variable “sexo” tenía valores “fijos” en lugar de valores al azar, de forma que no hay necesidad de estimar la distribución de la población y su varianza no se considera como un parámetro del modelo. Además, se tuvo en cuenta la influencia ejercida por la fase del desarrollo social al primer signo de enfermedad sobre la conducta hostil ante la enfermedad. Psiq Biol 2004;11(6):227-41 235 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Häfner H, et al. Modelizando las fases tempranas de la esquizofrenia TABLA 6. Datos estadísticos del modelo empírico del desarrollo social Coeficiente Error Valor de paso estándar de t Ruta (path) entre las variables Sexo * determinante biológico Edad al primer signo de enfermedad mental * determinante bológico Finalización del período escolar * fase de desarrollo social I Finalización del período de formación profesional * fase de desarrollo social I Empleo * fase de desarrollo social I Ingresos propios * fase de desarrollo social I Vivienda propia * fase de desarrollo social I Matrimonio o pareja estable * fase de desarrollo social II Finalización del período de formación profesional * fase de desarrollo social II Empleo * fase de desarrollo social II Ingresos propios * fase de desarrollo social II Vivienda propia * fase de desarrollo social II Matrimonio o pareja estable * fase de desarrollo social II Hiperadaptabilidad * conducta socialmente hostil ante la enfermedad Intranquilidad * conducta socialmente hostil ante la enfermedad 乆 Pérdida de interés en encontrar trabajo * conducta socialmente hostil ante la enfermedad乆 Autoabandono * conducta socialmente hostil ante la enfermedad么 Inadecuación social * conducta socialmente hostil ante la enfermedad 么 Falta de actividades de ocio * conducta socialmente hostil ante la enfermedad 么 Pérdida del interés * conducta socialmente hostil ante la enfermedad 么 Abuso de sustancias; exploración del estado actual * conducta socialmente hostil ante la enfermedad么 Abuso de sustancias; drogas * conducta socialmente hostil ante la enfermedad么 Abuso de sustancias; alcohol * conducta socialmente hostil ante la enfermedad么 Higiene personal inadecuada * conducta socialmente hostil ante la enfermedad么 Problemas de comunicación * conducta socialmente hostil ante la enfermedad么 Disfunción social global * conducta socialmente hostil ante la enfermedad么 Determinante biológico * fase de desarrollo social I Fase de desarrollo social I * fase de desarrollo social II Fase de desarrollo social I * conducta socialmente hostil ante la enfermedad乆 Fase de desarrollo social I * conducta socialmente hostil ante la enfermedad么 Independencia económica * conducta socialmente hostil ante la enfermedad乆 Independencia económica * conducta socialmente hostil ante la enfermedad么 Independencia económica * fase de desarrollo social II La primera conclusión a extraer de este modelo es, obviamente, que la edad al inicio de la enfermedad determina de forma importante el grado de desarrollo social. El sexo ejerce una influencia no sólo en la edad al inicio de la enfermedad (y por medio de este factor el grado de desarrollo social), sino también la dimensión social de la conducta en la enfermedad. El grado de desarrollo social al inicio de la psicosis y especialmente la presencia de una conducta socialmente hostil ante la enfermedad en varones son los 2 factores que determinan de forma esencial la evolución social a los 5 años. Evaluación de los modelos de fases de Conrad y Docherty et al Para evaluar los modelos clínicos de fases de Conrad (1958) y Docherty et al (1978), el enfoque del ajuste a modelos mediante ecuaciones estructurales se aplicó de nuevo, ya que permite la introducción de variables latentes. Las variables latentes, en tanto que constructos teóricos, pueden representar un amplio rango de fenómenos (p. ej., diferentes fases hipotéticas del curso clínico de la enfermedad) y, así, diferir de los factores de236 Psiq Biol 2004;11(6):227-41 1,00 fijo fijo 1,55 4,09 0,38 0,48 9,28 0,05 0,77 14,91 0,05 0,90 17,33 0,05 0,98 18,83 0,05 0,71 13,62 0,05 0,48 9,21 0,05 descartado del modelo 0,70 0,31 2,24 0,91 0,39 2,31 0,80 0,35 2,29 0,58 0,27 2,13 0,50 0,25 2,04 descartado del modelo 0,10 0,34 0,28 0,80 0,16 5,13 0,47 0,15 3,04 0,61 0,15 3,93 0,33 0,15 2,15 0,50 0,15 3,28 0,62 0,15 3,99 0,60 0,15 3,92 0,51 0,15 3,34 0,22 0,15 1,45 0,79 0,16 5,06 4,19 24,11 0,17 0,91 17,59 0,05 –0,88 17,29 –0,05 –0,62 11,93 –0,05 1,21 4,37 0,28 –0,58 0,22 –2,65 1,09 0,81 1,35 rivados de un análisis factorial (p. ej., dimensiones de síntomas, como las descritas por Liddle, 1987a, b; Liddle y Barnes, 1990, y Loffler y Häfner, 1999), que justifican los valores apareados, pero no otras correlaciones de mayor orden entre las variables observadas (Formann, 1984). Para la realización de los análisis, se consideró el tiempo transcurrido entre la primera aparición de un síntoma y el primer ingreso, independientemente de su persistencia o no. Dada la gran discrepancia interindividual en lo que respecta a la duración de los síntomas prepsicóticos y psicóticos antes de la hospitalización, y por motivos de comparación entre individuos, estos datos presentaron una transformación Z de forma separada para cada paciente, con exclusión de los síntomas que no habían estado presentes en el curso individual. Estos datos ausentes de forma sistemática fueron tratados mediante eliminación por parejas en el proceso del ajuste a modelos de ecuaciones estructurales. Modelo de fases de Conrad Basándose en datos clínicos de 107 jóvenes soldados ingresados en un hospital militar en tiempos de guerra a 50 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Häfner H, et al. Modelizando las fases tempranas de la esquizofrenia TABLA 7. Especificación del modelo obtenido a partir del modelo de Conrad: ítems de la IRAOS (variables observadas) correspondientes a los síntomas atribuidos a cada fase (variables latentes) Conrad Síntomas de la IRAOS en el estudio ABC Trema (como variable latente) Comportamientos absurdos Conducta antisocial; autolesiones, otras conductas anormales Depresión, melancolía con falta de interés por la vida Humor depresivo, intentos autolíticos Ansiedad Ansiedad Sentimientos de culpa que atormentan Sentimientos de culpa y tormento Desconfianza, distancia entre el yo y el mundo que le rodea Comunicación, desconfianza/retraimiento social (retraimiento social) Humor delirante Humor delirante Sentimientos de euforia con expectativas Humor expansivo Apatía, falta de energía Falta de energía Sensaciones anormales de referencia Percepciones delirantes Delirios de contenidos diversos Alucinaciones Alteraciones del curso del pensamiento Apofanía (como variable latente) Delirios de referencia Experiencias de jamais-vu y déjà-vu Ideas (delirantes) de grandiosidad Delirios de persecución, de influencia Alucinaciones visuales, otras alucinaciones Pensamiento y concentración, dificultad para focalizar el pensamiento Desrealización, despersonalización Delirios expansivos Anastrofé (como variable latente) Sensaciones de control externo Delirios de influencia y control Pensamientos intrusos Pensamientos intrusos Transmisión del pensamiento, pensamientos audibles Transmisión del pensamiento Alucinaciones auditivas Alucinaciones auditivas, alucinaciones verbales no relacionadas con la depresión o la euforia Otros delirios e ilusiones Delirios de persecución, delirios relacionados con la apariencia física, otros delirios Alteraciones del pensamiento Alteraciones del pensamiento de índole psicótica, bloqueo del pensamiento o descarrilamiento, ecos o comentarios Quejas somáticas extrañas Otras alteraciones perceptivas (no alucinaciones) Apocalipsis (como variable latente) Síntomas catatoniformes Bloqueos motores/hipercinesia y discinesia Lenguaje inusual (neologismos, incoherencia) Lenguaje inusual Otros síntomas de desestructuración Otros cambios en la afectividad Ansiedad extrema Intranquilidad intensa Tensión, irritabilidad ABC: estudio sobre edad, inicio y curso (age, beginnig, course); IRAOS: Entrevista para la Evaluación Retrospectiva del Inicio de la Esquizofrenia. causa de esquizofrenia, Conrad postuló 4 fases de inicio y 2 de remisión para la esquizofrenia. Las últimas 2 fases no se han incluido en nuestro análisis. Conrad llamó a la primera fase, puramente prodrómica, trema, e informó de que podía durar años. La fase de trema se caracteriza principalmente por incertidumbre, depresión, suspicacia, ansiedad y aislamiento social. La segunda fase, apofanía, viene marcada por la aparición de síntomas psicóticos y desrealización. Se produce una pérdida de la introspección y del control de la realidad. La siguiente fase se denomina anastrofé, y en ella se producen alteraciones de la forma del pensamiento, así como experiencias inexplicables, y ambas son atribuidas a causas externas en delirios secundarios. La cuarta fase, denominada apocalíptica, es idéntica, con una psicosis grave completamente instaurada, y comprende desorganización, ansiedad grave, intranquilidad y síntomas catatoniformes. 51 La tabla 7 muestra los ítems de la IRAOS que se atribuyen a los síntomas descritos para cada una de las 4 fases de Conrad. Sirve como la especificación inicial para este modelo de fases. Modelo de fases de Docherty et al Docherty et al (1978) formularon su modelo de 5 fases basándose en 3 descripciones de casos y en una revisión de la bibliografía disponible, incluidos los trabajos de Conrad. De acuerdo con este modelo, la enfermedad comienza con una fase de hiperextensión, caracterizada por la experiencia de sentirse abrumado y por los primeros signos de deterioro cognitivo. Le sigue una fase caracterizada por restricción de la conciencia, que incluye apatía, retraimiento social, desesperanza y Psiq Biol 2004;11(6):227-41 237 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Häfner H, et al. Modelizando las fases tempranas de la esquizofrenia TABLA 8. Especificación del modelo obtenido a partir del modelo de Docherty et al: ítems de la IRAOS (variables observadas) correspondientes a los síntomas atribuidos a cada fase (variables latentes) Docherty et al Síntomas de la IRAOS en el estudio ABC Hiperextensión (como variable latente) Sensación de estar abrumado, necesidad de realizar esfuerzos Actividades de ocio, velocidad de afrontamiento las mentales importantes incluso para las tareas cotidianas actividades de la vida cotidiana, roles familiares/participación en la vida familiar, comportamiento durante los momentos de urgencia Hiperestimulación Incremento de la distraibilidad/problemas de atención Ansiedad persistente Ansiedad Parapraxias Otras anormalidades en la conducta Distraibilidad Incremento de la distraibilidad/problemas de atención Disminución del rendimiento/eficiencia Velocidad de afrontamiento de las actividades de la vida cotidiana, trabajo, relaciones Irritabilidad Irritabilidad, falta de consideración y conflictos en el trato con otras personas Restricción de la conciencia (como variable latente) Limitación de la amplitud del pensamiento Pensamiento y concentración, dificultad para focalizar el pensamiento, preocupación por pensamientos secretos/pensamientos inusuales Apatía, falta de impulso Falta de energía Deterioro del cuidado y la imagen personal Autocuidado Aburrimiento, desesperanza Humor depresivo Retraimiento social Desconfianza, retraimiento social, falta de comunicación, hipersensibilidad Síntomas obsesivos Obsesiones Síntomas fóbicos Ansiedad Somatización Dolores y molestias, otras alteraciones perceptivas Desinhibición (como variable latente) Falta de modulación en la expresión de los impulsos, Humor expansivo hipomanía, elevación del ánimo Fenómenos disociativos Ideas de referencia (pueden aparecer) Humor delirante Desorganización psicótica (como variable latente) Otras alteraciones perceptivas Alteraciones del pensamiento de índole psicótica e inserción o transmisión del pensamiento, ecos o comentarios, bloqueo del pensamiento o descarrilamiento Fenómenos alucinatorios Alucinaciones verbales, auditivas, visuales y otras alucinaciones no basadas en la depresión o relacionadas con el discurso inusual Dificultad para encontrar la palabra correcta Lenguaje extraño Dificultades para entender lo que dicen los demás Delirioa de referencia Pérdida del sentido de la identidad personal, del yo y del control Delirios de control, influencia, de relacionados con la apariencia Cambios rápidos y dramáticos en la conducta Ansiedad grave, pánico, horror Imágenes intrusas de contenido primitivo, sexual o agresivas Catatonía Bloqueos motores/hipercinesia y discinesia Desorganización perceptiva Desorganización cognitiva Resolución psicótica (como variable latente) Disminución de la ansiedad Ansiedad Incremento de la organización psicótica, sistema delirante Delirios de persecución, expansivos y otros delirios ABC: estudio sobre edad, inicio y curso (age, beginnig, course); IRAOS: Entrevista para la Evaluación Retrospectiva del Inicio de la Esquizofrenia somatización. La tercera fase es la de desinhibición, marcada por la presencia de hipomanía, disociación y reducción del control de los impulsos. Le sigue la instauración de la psicosis completamente desarrollada, “desorganización psicótica”, caracterizada por síntomas positivos y catatoniformes y desorganización. La fase final, de “resolución psicótica”, viene definida por una 238 Psiq Biol 2004;11(6):227-41 organización psicótica que incluye el desarrollo de un sistema delirante y sistematizado o una negación masiva de todos los efectos no placenteros y de la responsabilidad. La tabla 8 muestra los ítems de la IRAOS atribuidos a los síntomas de cada una de las cinco fases, y sirve como especificación inicial del modelo de fases de Docherty et al. 52 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Häfner H, et al. Modelizando las fases tempranas de la esquizofrenia RESULTADOS La especificación inicial de los modelos de Conrad y de Docherty et al no se confirmó desde el punto de vista empírico y no hubo convergencia entre ambos modelos. Sin embargo, los modelos modificados y simplificados –aunque todavía lejos de alcanzar significación (modelo de Conrad: χ2 = 498,32, df = 205, p = 0,0; modelo de Docherty: χ2 = 909,67, df = 373, p = 0,0)– fueron capaces de explicar una proporción considerable de la variancia de los datos procedentes del estudio ABC que habían sido sometidos a la estandarización Z: el modelo de Conrad explicó el 74% (GFI = 0,79, GFI ajustado = 0,74, RMR = 0,053), y el de Docherty et al, el 71% (GFI = 0,75, GFI ajustado = 0,71, RMR = 0,054). Sin embargo, ninguno de los 2 modelos consiguió tener el nivel convencional de concordancia ≥ 99% (Kline, 1998) requerido en el caso de que el estadístico χ2 no sea significativo. CONCLUSIONES El modelo de interacción evaluado sobre los determinantes de la repercusión social de la esquizofrenia a medio plazo arrojó un resultado claro: la enfermedad por sí sola no es causante de la repercusión social al cabo de 5 años tras el primer ingreso. Además, la repercusión social de la esquizofrenia a medio plazo es claramente mucho más importante en los varones jóvenes que en mujeres jóvenes. Esta situación se invierte claramente a medida que aumenta la edad y después de la menopausia, como mostraron nuestros análisis descriptivos (Häfner et al, 1998a). Pero no queda claro en qué medida las variables sociales incluidas en este modelo son aplicables a otras culturas diferentes de la occidental. Nuestros análisis no consiguieron confirmar los modelos sobre las fases tempranas de la esquizofrenia propuestos por Conrad (1958) y Docherty et al (1978). Este resultado obedece a varias razones: el modelo de Conrad está basado en un grupo de individuos muy seleccionado (jóvenes soldados con psicosis aguda), y el de Docherty et al está fundamentado en una base de datos muy pequeña. Ni Conrad ni Docherty et al dan una descripción clara de los síntomas y su selección. Por este motivo, la operatividad de ambos modelos con síntomas extraídos de la IRAOS es en cierto modo arbitraria. Por otra parte, algunos síntomas considerados en los modelos no tienen equivalente en la IRAOS; por ejemplo, no se pudo ajustar a modelo los fenómenos disociativos como parte de “desinhibición” en el modelo de Docherty et al, ni tampoco los cambios en la gravedad o en el grado de ansiedad, como proponen ambos modelos. 53 Otro problema surge de la ausencia sistemática de datos, debido a que trabajamos con cuadros clínicos individuales, para los que no existe un “ajuste estadístico fino” (Kline, 1998). La elección del método de eliminación por parejas como la más idónea de todas las opciones (de por sí insuficientes) o no válidas para resolver este problema (la eliminación por listas habría dado como resultado la ausencia de datos, y la atribución de puntuaciones medias habría ocasionado una gran distorsión de los patrones de síntomas) produjo determinadas matrices o covarianzas no positivas, con valores matemáticamente alejados que hicieron fallar las estimaciones y condujeron a rechazar las respectivas variables del modelo. Además, la elevada varianza interindividual, incluso en los datos que habían experimentado una transformación Z, con desviaciones estándar que oscilaban entre 1,5 para “dolores y molestias” y 0,3 para las alucinaciones no acústicas, conduce a unas covarianzas muy pequeñas, lo que impide la demostración matemática del modelo. La adopción de un modelo que implica una secuencia de fases de la enfermedad general, unidireccional e independiente de los subtipos plantea un problema teórico. Considerando la elevada variabilidad en lo que respecta al cuadro clínico y al curso, se deberían describir varios modelos de transición para subgrupos de pacientes que difirieran, por ejemplo, en la psicopatología, el curso temporal y/o la etiología. Un indicio en este sentido podría venir dado por el modelo empírico, modificado, de Docherty et al; no fue posible modelar la “resolución psicótica”, caracterizada principalmente por delirios manifiestos y sistematizados como fase previa a la “desorganización psicótica”, con alteraciones del pensamiento de índole psicótica y alucinaciones. En su lugar, ambas variables latentes o estadios se habían modelado como evoluciones alternativas a la fase de “desinhibición”, representada por alteraciones de la percepción y el pensamiento de índole no psicótica. Aunque todavía queda pendiente un modelo de fases válido sobre el desarrollo de síntomas en la esquizofrenia, ha quedado claro que la disfunción cognitiva y social y, de forma paralela, la disfunción funcional se incrementan de forma temprana coincidiendo con el curso temprano de la enfermedad y condicionando consecuencias sociales considerables antes del primer contacto con el tratamiento. A la vista de este hallazgo, parece razonable investigar sobre la intervención temprana. Así, la investigación sobre este tipo de intervención viene estimulada por la esperanza de que al reducir, evitar o por lo menos retrasar los efectos de la enfermedad en el funcionamiento social, se pueda frenar el declive social y/o promover el desarrollo social de la enfermedad. Psiq Biol 2004;11(6):227-41 239 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Häfner H, et al. Modelizando las fases tempranas de la esquizofrenia Considerando la gran variabilidad en la duración de las fases tempranas de la enfermedad, los modelos de fases uniformes de Conrad y Docherty et al deben ser cuestionados. Sólo en el caso de que no existan patrones uniformes de evolución de los síntomas, deberíamos focalizar más sobre los gradientes de acumulación y gravedad de los síntomas y las disfunciones. Pero los esfuerzos encaminados a la predicción y detección temprana que se focalizan en indicadores más generales del trastorno en desarrollo se realizan a costa de la especificidad en la determinación del riesgo. Las predicciones basadas en dichos instrumentos podrían dar como resultado todo un espectro de psicosis. Este enfoque es aceptable, si el propósito es obtener una indicación para la intervención temprana, con medidas terapéuticas dirigidas únicamente hacia la sintomatología actual (p. ej., depresión, disfunción cognitiva y social y problemas de la vida cotidiana). Sin embargo, para la administración de fármacos antipsicóticos es indispensable un reconocimiento suficientemente fiable de los síntomas psicóticos. Por este motivo, los esfuerzos encaminados a la validación prospectiva de instrumentos para el reconocimiento temprano, basados en patrones de síntomas y gradientes de cambio en el funcionamiento y que posean la suficiente exactitud pronóstica, continúan siendo un método de elección, independientemente de la cuestión acerca de si se puede demostrar en el curso temprano de la enfermedad la existencia de una secuencia de fases con validez general. Agradecimiento Este artículo fue escrito en el marco de la German Research Network on Schizophrenia y fue subvencionado por el German Federal Ministry for Education and Research BMBF (Beca 01GI9936). Los autores Heinz Häfner, Professor em. of Psychiatry, M.D., Ph.D., Dres.h.c., is Head and Kurt Maurer, Ph.D., Dip1.-Psych., is Senior Scientist, Schizophrenia Research Unit, Central Institute of Mental Health, Mannheim, Germany. Walter Loffler, Ph.D., Dipl.-Psych., formerly at Schizophrenia Research Unit, Central Institute of Mental Health, Mannheim, Germany, is now Senior Scientist, Institute for Cardiac Infarct Research Foundation at the Ludwigshafen Clinical Centre, Ludwigshafen, Germany. Wolfram an der Heiden, Ph.D., Dipl.-Psych., is Senior Scientist, Deputy Head, Schizophrenia Research Unit, Central Institute of Mental Health, Mannheim, Germany. Martin Hambrecht, M.D., Ph.D., formerly at the Schizophrenia Research Unit, Central Institute of Mental Health, Mannheim, Germany, is now Head, Department of Psychiatry and Psychotherapy, Elisabethenstift Hospital, Darmstadt, Germany. Frauke Schultze-Lutter, Ph.D., Dipl.-Psych., formerly of the Schizophrenia Research Unit, Central Institute of Mental He- 240 Psiq Biol 2004;11(6):227-41 alth, Mannheim, Germany, is now Senior Scientist, Department of Psychiatry and Psychotherapy, University of Cologne, Cologne, Germany. BIBLIOGRAFÍA GENERAL Andreasen NC. The Scale for the Assessment of Negative Symptoms (SANS). Iowa City: University of Iowa, 1983. Backhaus K, Erichson B, Flinke W, Schuchard-Ficher C, Weiber R. Multivariate Analysemethoden. 4th ed. Berlin: Springer, 1987. Biehl H, Maurer K, Jablensky A, Cooper JE, Tomov T. The WHO Psychological Impairments Rating Schedule (WHO/PIRS). I. Introducing a new instrument for rating observed behaviour and the rationale of the psychological impairment concept. Br J Psychiatry 1989;155:68-70. Breier A, Schreiber JL, Dyer J, Pickar D. National Institute of Mental Health longitudinal study of chronic schizophrenia: prognosis and predictors of outcome. 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