Economistes nº 347. 1ª Quincena marzo 2008 “Qué pena,que sea así todo siempre, siempre de la misma manera” (León Felipe). Decíamos ayer... de cara a las elecciones del 2004 y en este mismo medio, que después de ocho años de gobierno del Partido Popular, la situación de la economía “real” era “trágica” para los de abajo: 19% de la población bajo el umbral de pobreza, 1,5 millones de trabajadores ganando menos de 600 euros, los últimos en la UE-15 en gasto social, con más precariedad laboral y mayor índice de siniestrabilidad, etcétera, etcétera. Por descontado, también criticábamos la política de “déficit 0” de Rato y la anunciada reforma fiscal, que bajaría los “impuestos directos” sobre renta y capital, mientras se estaba subiendo la “presión fiscal” mediante impuestos “indirectos” sobre el consumo. La conclusión era obvia, el PP no tiene una política “popular”. Afortunadamente, tras esas elecciones, el PP dejó de gobernar el Estado, aunque no nuestro País Valenciano. Y muchas cosas han cambiado, mejorado incluso; tenemos mejor “talante”, mayores libertades civiles, una guerra menos (que no menos soldados fuera de nuestras fronteras, ni menos presupuesto militar), pero tenemos... la misma regresión en los servicios públicos, la misma cutrez mediática, y la misma, la misma economía. El “¡Es la economía, estúpido!”, hizo ganar a Clinton, e indudablemente alguna relación guarda con los resultados electorales, aunque como dijo Solbes ésta no sea determinante. Quizás, porque realidad y percepción no caminen juntas, o porque pocas diferencias se puedan percibir entre las semejanzas estratégicas de las políticas de Solbes y su predecesor Rato,... o incluso Solchaga, las mismas obsesiones monetaristas (del déficit 0 pasamos al “superávit”), los mismos criterios neoliberales (“alivio” fiscal), no “intervenir” (inflación), la misma falta de política industrial. La misma política económica sólo nos puede seguir dando los mismos o parecidos balances, las mismas deficiencias estructurales, las mismas consecuencias negativas sociales. Hay continuismo y, el resto, es sólo coyuntura. Nos dicen que no hay otra política posible, que la inflación “es por causas externas” (pero es la mitad en la UE), que “todos” (y todas) ganan con las bajadas de impuestos (pero la presión fiscal aumenta sobre los productos básicos),... pero ya hemos oído todos los cuentos y, sabemos que la sed de justicia no se sacia con cuentos. No será el cuento del modelo California (realmente Florida), ni el nuevo cuento Las Vegas (en Aragón, Mónaco © 2008 Colegio de Economistas de Valencia Economistes nº 347. 1ª Quincena marzo 2008 para Valencia), ni la “modernidad” a vista de helicóptero de Calatrava, ni la especulación sobre el suelo, la que solvente nuestros déficits estructurales. En ellos, incluso lo que mejora resulta más que insuficiente. Y no son muchos los indicadores importantes que mejoran, por ejemplo, la Productividad, empezamos el siglo con crecimiento de este índice diez veces menor que el de la media europea, ahora solo crecemos en productividad la mitad que la media de la zona Euro, está mucho mejor, pero seguimos los últimos de la UE, y además permitimos que en “nuestros puntales” económicos (servicios y construcción) incluso decrezca. Esto ocurre, claro, porque los costes laborales bajos (han crecido cinco veces menos que en la UE-15) mantienen las tasas de beneficios y, peor aún, dan señales a los inversores de encaminarse a sectores extensivos en mano de obra. Como consecuencia seguimos perdiendo industria, diversificación productiva,... y precarizando el factor trabajo (33%, 21 puntos más que la media europea). Claro está que esa misma “contención salarial” viene bien para contener la inflación, por eso la reclama –ahora que repunta– incluso algún ex ministro socialista, es la misma receta traducida ahora en suprimir la cláusula de revisión salarial. Pero ¿no es ése el mismo camino ya recorrido?, ¿no es bastante la reducción de un 4% en poder adquisitivo que han perdido las rentas del trabajo? No es bueno que el IPC haya subido al 4,2%, pero peor es que sea la cesta de la compra la que suba un 7,9%, que la inflación “también” afecte más cuanto menor renta disponible se tenga, porque lo que más sube son los productos básicos (alimentación, vivienda). Causas externas dicen, puede, ¿pero son éstas el doble de la media europea? Algo tendrá que ver que el sector de la distribución sea un oligopolio que domina el mercado. Miremos hacia otro lado, a uno en lo que sí somos líderes europeos, y con diferencia... Hacia el crecimiento del beneficio empresarial, nada menos que un 73% entre 1999 y 2006, cuando en los ricos países de la OCDE “sólo” ha sido del 33% el aumento. Siempre para los mismos. Cierto que también “hemos sido” líderes en crecimiento económico, en torno al 3,5%, por encima de la media europea. Sí, ¿pero con qué bases y debilidades? Crecimiento poblacional por la inmigración y aumento del factor trabajo, especulación sobre la vivienda y urbanismo desmedido, endeudamiento familiar de 840.000 millones de euros (la deuda del País pasa del 163% al 213% del PIB entre 1998 y 2005) y, un excesivo déficit en la balanza comercial exterior del 8% del PIB. Pero esto se silencia y, en cambio, el gobierno presume de superávit en las cuentas públicas, el 1,8% del PIB en 2006 (18.000 millones de euros). Bueno es ahorrar, pero mejor es acertar en la inversión. Se habla mucho de la I+D+i y de los objetivos © 2008 Colegio de Economistas de Valencia Economistes nº 347. 1ª Quincena marzo 2008 2010 de Lisboa, pero la inversión en investigación es la tercera parte del objetivo marcado y, desde luego, no se cumplirán en 2010. Necesitamos invertir en convergencia con la UE, nuestro índice con la nueva Europa de los 25 es (según la CES) de 82,27 sobre 100 (en PV 8 puntos menos). A este respecto poco han cambiado las cosas con lo dicho en 2004: Gasto social en el 20% del PIB, a la cola de la UE-15 y 7,5 puntos menos que la media de la UE-25 (al nivel de Rumania o Polonia). Nos permitimos –se permite a Solbes– tener una fiscalidad 4,3 puntos menos que la UE-15, devolver 5.500 millones del IRPF de manera lineal y, además, prometer que bajarán impuestos... como siempre a “sociedades”, patrimonio y rentas, pero no sobre trabajo o consumos básicos. Claro que también prometían en 2004 aumentar la recaudación fiscal... acabando con la defraudación a Hacienda, persiguiendo la economía sumergida... siempre las mismas promesas incumplidas y, siempre, las mismas medidas realmente tomadas. Hoy el fraude fiscal está estimado en el 23% del PIB y, por algún sitio, circulan 114 millones de billetes de 500 euros (el 65% del total), y eso en el tiempo del dinero virtual. Tampoco ha cambiado mucho el 19% de pobres, “sólo” han aumentado en medio millón más de un total de 9 millones de pobres. Siguen siendo esos 3 millones de pensionistas por debajo del salario mínimo, pero hay más jóvenes con su 66% de precariedad laboral, y emigrantes con su 30% de salario por debajo del convenio (datos CCOO). También es la misma la siniestralidad laboral, un 50% superior a la europea. Ha aumentado la ocupación entre las mujeres, aún lejos del índice europeo, pero lo hace por la “flexibilidad” generada en el sistema y ganando un 30% menos por el mismo trabajo. Lo nuevo es que ha aumentado la preocupación por las emisiones de CO2, que son un 140% más altas que las de 1990 (año de referencia para el compromiso de Kyoto) y, también, de otros gases contaminantes que causan 16 mil muertes al año en España, siendo superiores en 50 ciudades a los límites tolerables. Aumenta la preocupación de la ministra de medio ambiente, si, pero también la contaminación “estructural” que provocan otros ministerios, baste citar el insostenible PEIT (plan de infraestructuras y transporte). Es el mismo modelo, crezcamos ahora y ya repartiremos luego, nos dejamos deslumbrar por un “efecto riqueza” basado en la especulación y la venta del patrimonio de la generación anterior, que ha tenido el efecto de concentrar la propiedad de la tierra en muy pocas manos. Es el mismo modelo que sigue aumentando las desigualdades sociales y territoriales, pero miramos la renta media de 22.000 euros, sin querer fijarnos en la cada vez más profunda desigualdad de su distribución, en que la mitad de las familias dicen © 2008 Colegio de Economistas de Valencia Economistes nº 347. 1ª Quincena marzo 2008 no llegar a fin de mes, en que el salario mínimo no sólo es con mucho el más bajo de la UE-15 (a excepción de Portugal), o que incumple la Carta Social de la UE (que lo establece en el 60% del salario medio), lo peor es que lleva la misma tendencia decreciente respecto al salario medio desde 1981, entonces el salario mínimo era un 45,6% del salario medio y hoy sólo el 35%. En definitiva, hemos desaprovechado la larga etapa de crecimiento económico porque los distintos gobiernos han hecho las mismas políticas, cuando era posible y necesario impulsar “otra” manera de crecer, y ampliar y mejorar la red de protección social, para que el previsible “cambio de ciclo” no dejase tan desprotegidos a los vulnerables empleos creados. Otra economía si es posible, se puede transformar el crecimiento en desarrollo, nos resulta imprescindible producir de otra manera, en condiciones de sostenibilidad ética, medioambiental y social. Nos sobran las mismas recetas de los mismos ministros. ¡Qué pena si este camino fuera de muchísimas siempre se repitieran... (León Felipe) © 2008 Colegio de Economistas de Valencia leguas y