LECTURA Nº 6 * ALGUNOS APUNTES SOBRE PLANIFICACIÓN EXTRACTO Edgar H. Dorsey; Talleres Gráficos “La Marrana de Sangabino” * Extracto de: “Proteccionismo, dependencia y estabilidad: El papel del Banco Mundial como catalizador del sistema capitalist a”; Edgar H. Dorsey; Cahiers Économiques de Louvain, Louvain – la - Neuve, Bélgica, 1980. Traducción libre con la licencia del autor hacia el autor. No existió ninguna crítica a la traducción. 1 LECTURA Nº 6 * I.- MODELOS DE DESARROLLO PROPUESTOS POR EL BANCO MUNDIAL. En julio de 1944, las 44 naciones aliadas convocaron a la conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas en Bretton Woods. Esta conferencia dió nacimiento al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional. El Banco Mundial comienza a funcionar en junio de 1946. En 1947, fueron acordados préstamos por un monto de 500 millones de dólares como parte del plan Marshall para la reconstrucción de 4 países europeos. Durante algunos años Estados Unidos (que tenía su economía en expansión al salir de la guerra) destinó cerca de 3% de su producto nacional bruto para ayudar a Europa (contra 0.33% del PNB destinado en 1978 por los 17 principales países ricos en 1978). El objetivo del plan Marshall era el de ayudar a reconstruir una Europa suficientemente fuerte para resistir a la amenaza del comunismo. A principios de los años cincuenta, el papel jugado por el Banco Mundial pasa de un papel de reconstrucción a un papel de promotor del desarrollo. Así el ejemplo del plan Marshall y del plan Colombo se trata de aplicar a los programas de ayuda al desarrollo. Desde entonces, se encontrará en estos programas de ayuda al desarrollo la misma desviación y la misma ambigüedad que adolecían el plan Marshall y el plan Colombo. Por ejemplo, en el plan Colombo (que estaba destinado a resolver los problemas económicos de los países asiáticos recién independizados de la Commonwealth) se podía leer claramente: “los pueblos de Asia resienten desde hace mucho tiempo la presión de la miseria y del hambre...” (según esto, la miseria y el hambre eran los objetivos que combatía el plan); pero más adelante se hacía remarcar que la región gozaba de “un papel importante en la economía mundial como fuente principal de productos alimenticios y materia primas consumidas en el mundo industrializado...” y finalmente sin abordar el problema de su distribución el texto indicaba “un aumento de ingresos - lo demás permaneciendo constante (ceteris paribus) contribuiría a la expansión del comercio mundial”. Obviamente esto implicaba planes de desarrollo dentro de un marco capitalista basado sobre la división internacional del trabajo. Comparado con la pureza de intenciones de la carta de las Naciones Unidas en materia de ayuda, el plan Colombo (al igual que la evolución del pensamiento americano en ese tiempo) revelaba ya cambios importantes en su orientación y finalidad (lo que representa ahora la AID1 en el contexto del departamento de estado de USA). La primera fase de la economía del desarrollo fue una fase optimista. Esta fase suponía que la ayuda extranjera permitía que una proporción mas elevada del ingreso nacional podría consagrarse a la inversión. Con esta finalidad, la ayuda debería proveer capitales ya fuera para agregarse a un ahorro local insuficiente o para compensar el déficit en los intercambios exteriores del país para permitir así la importación de un volumen más importante de las máquinas “indispensables para el progreso”. 1 AID.- AGENCY FOR INTERNATIONAL DEVELOPMENT, ORGANISMO DE GOBIERNO DE USA SIN NINGUNA RELACIÓN FORMAL CON LA AID ORGANISMO DEL BANCO MUNDIAL. Edgar H. Dorsey; Talleres Gráficos “La Marrana de Sangabino” * Extracto de: “Proteccionismo, dependencia y estabilidad: El papel del Banco Mundial como catalizador del sistema capitalist a”; Edgar H. Dorsey; Cahiers Économiques de Louvain, Louvain – la - Neuve, Bélgica, 1980. Traducción libre con la licencia del autor hacia el autor. No existió ninguna crítica a la traducción. 2 LECTURA Nº 6 * El desarrollo concebido de esta manera significa un movimiento lineal hacía un ideal que demostraba ser el éxito material de los países de occidente. El progreso de los países desarrollados debería ser sinónimo de un crecimiento medido en ingresos “per capita”. La consecuencia más importante de esta teoría emanaba del supuesto de que un bienestar creciente lleva con él reformas y cambios de estructura que en principio atenuarían y finalmente eliminarían las tensiones sociales y políticas por graves que éstas fueran. Esta creencia descansaba en una de hipótesis neoclásica, cuyo carácter y maleabilidad permitiría implantar los métodos occidentales en cualquier economía subdesarrollada. Es decir, se tenía la ingenuidad de que la adopción de métodos que habían obtenido éxito en algunos países era valida a todos niveles. En los años cincuenta se constata el fracaso de este modelo de desarrollo, aparecen los límites de capacidad de absorción del capital exterior. Los recursos exteriores no surtieron efecto sobre la tasa de crecimiento principalmente por la existencia de una capacidad interior débil para aprovecharlos (preponderantemente en términos de organización). A partir de entonces, se incorpora al modelo de desarrollo un análisis estructural con transferencia de tecnología (substitución de los factores de la producción) y se va entonces a incentivar la industrialización. Finalmente en estos últimos años aparece el Modelo Reformista. Los postulados básicos del modelo se centran en el argumento de que el crecimiento del producto nacional bruto (PNB) no garantiza el crecimiento del bienestar, por lo tanto hay que asegurar una redistribución del ingreso. Estas tesis reformistas son adoptadas, en principio, a partir de esos años por el Banco Mundial y se traducen en una serie de proyectos encaminados a lograr esos fines redistributivos, en consecuencia, se incentiva el otorgamiento de créditos a proyectos públicos, control de nacimientos, pequeña agricultura, políticas de salud, etc. La crítica a estos modelos tanto clásicos (o más exactamente neoclásicos) como reformistas será breve ya que la evidencia habla por sí sola. Así, se puede criticar adicionalmente que: La técnica moderna importada en las sociedades donde la mano de obra es abundante provoca desempleo o más bien impide que la tasa de absorción del empleo sea mayor y provoque además una desigualdad más grande ya que la remuneración del capital aumenta dada su escasez relativa. Los hábitos de consumo extranjero (el papel de la “Mass-media”) estimulan aspiraciones materiales y tipos de consumo que las economías pobres no pueden satisfacer. Adicionalmente se da una tendencia al subconsumo en el sentido de que el efecto demostración y los mercados oligopólicos provocan que el proletariado consuma o quiera consumir productos aún cuando él no reúne las características propias de mercado (c.f. ingreso). Edgar H. Dorsey; Talleres Gráficos “La Marrana de Sangabino” * Extracto de: “Proteccionismo, dependencia y estabilidad: El papel del Banco Mundial como catalizador del sistema capitalist a”; Edgar H. Dorsey; Cahiers Économiques de Louvain, Louvain – la - Neuve, Bélgica, 1980. Traducción libre con la licencia del autor hacia el autor. No existió ninguna crítica a la traducción. 3 LECTURA Nº 6 * Existen otros muchos ejemplos que podrían citarse y todos mostrarían que las estructuras sociales deformadas en un momento determinado son expuestas a la fuerza del mercado mundial y que a nivel tanto nacional como internacional resulta un comercio que se desarrolla entre socios desiguales y conlleva a una economía dependiente y grandemente controlada. II.- ¿ FRACASO... ? ; ¿ PARA QUIEN ? Antes que nada es necesario hacer una distinción entre el fracaso o éxito de un programa particular (como por ejemplo el reciente fracaso del programa agrícola en Bangladesh), el fracaso ó éxito de una estrategia global en función de los objetivos del Banco Mundial y el fracaso o éxito alcanzado por los países subdesarrollados en lo concerniente a un aumento en el nivel de vida o el pasar hacia un nivel más avanzado del capitalismo. Hay que aclarar ante todo, cuáles van a ser los criterios que nos indicarán la existencia de un fracaso o un éxito. En lo que concierne al Banco Mundial, la lectura de su reporte sobre el desarrollo mundial, establece que el crecimiento del ingreso “percápita” o el crecimiento del PNB tiende a ser el único criterio general de progreso y se vuelve el índice de la eficacia de la ayuda exterior. Se puede reprochar al Banco Mundial esta práctica de la cuantificación global que implica una confusión entre la pobreza y el subdesarrollo o más aún entre el crecimiento económico y el desarrollo. En efecto, si el crecimiento medido estadísticamente puede atenuar la pobreza, también puede al mismo agravar los síntomas del subdesarrollo o retardar la evolución o la transformación violenta de las estructuras económicas y sociales. Para el Banco Mundial “crecimiento rápido y reducción de la pobreza son indisociables”2. Se puede entonces preguntar si este tipo de crecimiento contribuirá a reducir las inigualdades y a relajar la dependencia con respecto a las fuerzas de decisión externas (léase soberanía). De hecho, este tipo de crecimiento acelerado propuesto por el Banco Mundial como modelo de desarrollo ha privilegiado el esquema industrial propiciando cada vez mas el subdesarrollo. Así, en el caso de India, todos los programas de industrialización han desembocado en la negligencia del sector agrícola donde se encuentra, el 78% de la población económicamente activa. De esta manera, se constata que en el periodo 1970-1976 el crecimiento del sector agrícola fue solamente de 1.6% anual. Igualmente para Corea del Sur, quien después de la guerra fue inundado por 7 mil millones de dólares solamente de ayuda Norteamericana y que a pesar de las inversiones extranjeras suplementarias y de cifras económicas más altas del promedio de Japón, es decir, a pesar de tasa de crecimiento de 11% anual, sufrió un gran estancamiento en el sector agrícola. Esta registrado que en 1962, el sector agrícola Coreano proveía cerca de la mitad de las exportaciones totales y recibía entonces apenas el 6% del total de inversiones. En 1969 las importaciones de cereales alimenticios costaron a Corea 300 millones de dólares3. 2 REPORTE SOBRE LA SITUACIÓN DEL DESARROLLO MUNDIAL, 1978. Edgar H. Dorsey; Talleres Gráficos “La Marrana de Sangabino” * Extracto de: “Proteccionismo, dependencia y estabilidad: El papel del Banco Mundial como catalizador del sistema capitalist a”; Edgar H. Dorsey; Cahiers Économiques de Louvain, Louvain – la - Neuve, Bélgica, 1980. Traducción libre con la licencia del autor hacia el autor. No existió ninguna crítica a la traducción. 4 LECTURA Nº 6 * Los ejemplos citados de la India y Corea del Sur se aplican a países como Filipinas, Indonesia, Irán, Venezuela, Brasil, México, etc. ¿Se puede argüir entonces que esto representa un fracaso para el Banco Mundial?. Definitivamente NO, en todo caso se puede decir que lo anterior a creado un nuevo tipo de subordinación y de dependencia traducido por la necesidad de un cambio de modelo de desarrollo. Esto está en relación directa con lo antes mencionado con respecto a la AID, la cual, a través de sus proyectos de pequeña agricultura sirve como catalizador ya que ayuda a retardar el rompimiento de estructuras donde la situación podría tornarse explosiva. Un ejemplo flagrante de dependencia es el de la deuda externa donde se constata un crecimiento neto en estos últimos años. Más de la mitad de las nuevas necesidades de financiamiento para el periodo 1975-1985 será destinado al pago de interés y la amortización, es decir al reembolso del principal y de los intereses de los préstamos que se le han hecho a los países subdesarrollados. No obstante, no se puede tratar a todos los países en vías de desarrollo de la misma manera en lo que concierne a la deuda externa. El Banco Mundial en su reporte habla un poco apresuradamente del endeudamiento de “los países los más pobres“. De esta manera es evidente que la carga total soportada por el conjunto de países con ingresos más bajos no es más que el 25% de la carga total soportada por los países en vías de desarrollo miembros del Banco Mundial. Se aprecia también que la carga soportada por México y Brasil constituye cerca del 20% del total. Si se comparan estas cifras de la deuda pública exterior con las cifras de exportaciones de bienes y servicios, se encuentran algunas relaciones importantes. En la mayoría de estos países de ingreso intermedio, como en el caso de México, Uruguay, Chile, Mauritania y Perú - aparece evidente la deterioración. Finalmente a manera de digresión y con relación al fracaso, hay que hacer notar que por razones políticas y económicas, la concepción de ayuda NO-ligada molesta vivamente al Departamento de Estado de Estados Unidos, pero no ocurre así con Alemania y Japón. No obstante, en 1968 una publicación oficial (el boletín del Departamento de Estado) expresa claramente que “ El más grande error está en creer que enviamos el dinero al extranjero..., de hecho 93% de los fondos de la AID son gastados directamente en USA (materias primas, servicios, material, productos alimenticios norteamericanos, etc.). El año pasado (1967) cerca de 4,000 empresas norteamericanas en 50 países recibieron 1,300 millones de dólares de fondo de la AID por productos vendidos en el contexto del programa de ayuda al extranjero “ 3 THE ECONOMIST, 5 DE DICIEMBRE DE 1970; CITADO POR TIBOR MENDE P.241( -VER BIBLIOGRAFÍA). Edgar H. Dorsey; Talleres Gráficos “La Marrana de Sangabino” * Extracto de: “Proteccionismo, dependencia y estabilidad: El papel del Banco Mundial como catalizador del sistema capitalist a”; Edgar H. Dorsey; Cahiers Économiques de Louvain, Louvain – la - Neuve, Bélgica, 1980. Traducción libre con la licencia del autor hacia el autor. No existió ninguna crítica a la traducción. 5 LECTURA Nº 6 * III.- LA AMENAZA DEL PROTECCIONISMO. Aunque los diversos observadores concluyen en estimaciones diferentes, parece razonable suponer que el crecimiento económico en los países industrializados será un promedio de 4.2% por año en el período 1975-1985. Para el conjunto de países industrializados se obtiene un promedio anual de 4.2% con una tasa del 6.0% anual para Japón que compensa la lentitud relativa del crecimiento de Italia y Inglaterra. La tasa de crecimiento de USA y Francia deberá estar cerca del promedio. Las tasas de crecimiento de estos países no podrán ser inferiores a estas proyecciones ya que de lo contrario resultaría un desempleo intolerable y un distanciamiento entre el crecimiento de la productividad de la mano de obra y los salarios, lo que finalmente se traduciría por un aumento de los costos unitarios de la mano de obra. Para enfrentarse a está crisis -dice el Banco Mundial- los países industrializados tienen tentación de recurrir al proteccionismo para atenuar la gravedad de una recesión prolongada sin empleo. Según el Banco Mundial esto es una mala estrategia. Más aún, en el caso de que el proteccionismo fuese aun mayor, es poco probable que la expansión económica pueda alcanzar el promedio antes mencionado para los países industrializados. En un discurso pronunciado en 1978, McNamara, presidente del Banco Mundial declaró: “los partidarios de proteccionismo olvidan que la perdida de empleos imputable a las importaciones provenientes de los países en vías de desarrollo es grandemente compensado por el aumento en el empleo debido al incremento en el nivel de las exportaciones hacia esos mismos países”. En 1975 los países industrializados importaron 26 mil millones de dólares en productos manufacturados provenientes del tercer mundo y en cambio exportaron 123 mil millones de dólares lo que representa el 29% del total de su producción de manufacturas (USA exportó 34% y Japón 45%). McNamara en su mismo discurso establece: “Si queremos que los países en vías de desarrollo puedan importar más aún de los países desarrollados, debemos proporcionarles los medios para exportar más a fin de que puedan obtener las divisas necesarias para esto”. De esta manera, uno de los principales caballos de batalla del Banco Mundial será un NO enérgico al proteccionismo. Pero...¿porqué ese NO?. Simple y sencillamente porque una política de importaciones más liberal provocaría una expansión más rápida de las exportaciones de los países desarrollados hacia el tercer mundo. Ahora bien, no solamente está el hecho de que esas exportaciones tienen gran importancia para las industrias de transformación de los países industrializados, si no que además constituye uno de los elementos más dinámicos de la demanda en los períodos de recesión, ya que los países atrasados han podido mantener el volumen de sus importaciones (las exportaciones de los países avanzados) recurriendo cada vez más a los préstamos Edgar H. Dorsey; Talleres Gráficos “La Marrana de Sangabino” * Extracto de: “Proteccionismo, dependencia y estabilidad: El papel del Banco Mundial como catalizador del sistema capitalist a”; Edgar H. Dorsey; Cahiers Économiques de Louvain, Louvain – la - Neuve, Bélgica, 1980. Traducción libre con la licencia del autor hacia el autor. No existió ninguna crítica a la traducción. 6 LECTURA Nº 6 * Si no lo hubieran podido hacer, los problemas planteados a las economías desarrolladas en lo que respeta a la regulación de la demanda (aumentar la demanda efectiva) hubieran sido más difíciles de resolver. A esto se agrega el hecho de que las importaciones provenientes del tercer mundo pueden contribuir a reducir las presiones inflacionistas. En los Estado Unidos, por ejemplo en el sector confecciones, los precios al mayoreo en el periodo 1970-1976 aumentaron solamente en 26% gracias a la importación de artículos baratos mientras que en los otros sectores el aumento fue de 66%4. La ayuda de los sectores en dificultades y la reactivación de la economía necesita, obviamente, una racionalización a nivel internacional en el contexto de las relaciones comerciales. Se puede preveer entonces, que los países tenderán hacia esquemas de organización internacional en donde la cooperación entre ellos se ampliará para dar cabida a acuerdos comerciales más extensos y generar así grandes mercados como se observa actualmente en el proceso de integración de los países europeos. Además, el proteccionismo retarda un cambio estructural tan necesario en los países desarrollados. Es decir, el hecho de que se dé un proteccionismo en los países desarrollados retarda la transferencia de la mano de obra de las industrias tradicionales donde la productividad es baja (textiles, zapatos, vestido) hacia las industrias donde la productividad es más elevada. En consecuencia, una de las políticas del Banco Mundial es el de financiar este tipo de proyectos (textiles, cementos, papel, etc.) en los países subdesarrollados para que de esta manera estos países puedan exportar este tipo de productos a los países desarrollados y lograr así la transferencia. Concluye el Banco Mundial en que las economías avanzadas deben darse cuenta de que la evolución hacía la especialización y la busca de ventajas comparativas se ha vuelto inexorable. La comisión PEARSON5, en su estudio ha subrayado que: “una proporción considerable de la ayuda ha sido distribuida según criterios esencialmente políticos sin considerar si el beneficiario hace un uso eficaz o no de los recursos...”. Finalmente agrega que: “a menudo la ayuda tiene por objeto favorecer el financiamiento de las exportaciones de los países desarrollados sin que esto tenga mucha relación con los objetivos de desarrollo de los países beneficiarios”. Incluso George Woods, antiguo presidente del Banco Mundial ha dicho que: “ciertos países han indicado claramente que no consideran el financiamiento al desarrollo más que como un subsidio disfrazado a sus exportaciones”. 4 CITADO EN EL REPORTE SOBRE EL DESARROLLO MUNDIAL; 1978. 5 COMISIÓN NOMBRADA POR MCNAMARA EN 1969 PARA HACER UN ESTUDIO SOBRE EL DESARROLLO EN EL MUNDO. Edgar H. Dorsey; Talleres Gráficos “La Marrana de Sangabino” * Extracto de: “Proteccionismo, dependencia y estabilidad: El papel del Banco Mundial como catalizador del sistema capitalist a”; Edgar H. Dorsey; Cahiers Économiques de Louvain, Louvain – la - Neuve, Bélgica, 1980. Traducción libre con la licencia del autor hacia el autor. No existió ninguna crítica a la traducción. 7