328 BOLETÍN DE LA R E A L SOCIEDAD ESPAÑOLA algunos m u y interesantes, reproduciendo formas h u m a n a s ó de animales (1). Otros donantes, como D. David Blaíz, y los Sres. A l t a m i r a y Alvarado, aportaron también ejemplares procedentes de Chile. El primero envió u n a momia de indio de la raza de los changos, procedente de I q u i q u e , y dispuesta de la misma m a n e r a que las que estudiamos en nuestra nota anterior. Los dos últimos trajeron de Pisagua, cerca de la misma ciudad, varias p u n t a s de flecha, huesos, algún objeto de cobre, telas, etc., etc. De procedencia americana diferente, pues se trata de México, trajo el Sr. Altamira algunos ejemplares dignos de mención, como cuchillos y puntas de flecha de obsidiana, hachas de silex tallado, etc. Con anterioridad á todo lo citado en ésta y las otras ñolas, existía en la Universidad u n ejemplar que, en nuestro concepto, tiene especial interés. Nos referimos á u n collar de piedra p u l i mentada, que a u n q u e sin etiqueta y sin que h a y a m o s encontrado datos de su procedencia, que acaso existan en el archivo universitario, es de los que al parecer usaban, antes de la conquista, los caciques de las Antillas. El notable americanista alemán, Rodolfo Goronau, en la obra América: Historia de su descubrimiento, etc. (2), dice en el capítulo titulado «Segundo viaje de Colón» (3), hablando de la isla de Guadalupe, que «los caciques llevaban adornos más raros (que los demás indígenas), como son grandes anillos de piedra, en forma de collera de caballo, de los que colgaban pequeñas flautas hechas con los huesos de los enemigos muertos en campaña». «Estos anillos, adornados con toda clase de o r n a m e n t o s , así como los morteros para moler el maíz, y las labradas hachas de piedra, eran obra de los hombres (las mujeres se dedicaban á los trabajos domésticos,), que empleaban también su tiempo en d o mesticar papagayos.» En las páginas 328 y 329 del tomo i citado, h a y dos fotograbados, representando u n o de esos anillos y parte detallada del mismo, que ofrece grandes semejanzas con el de Oviedo. (1) rocas (a) (3) También el Sr. Moldes regaló hermosos ejemplares de minerales, y fósiles de Chile. Traducción publicada por Montanér y Simón.—Barcelona, 1892. Tomo i, pág. 330.