Al llegar los misioneros a la Nueva España, comenzaron una

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L A ÚLTIMA REBELIÓN: LA RESISTENCIA INDÍGENA
DE LA PIMERÍA ALTA EN 1751
ANA HILDA VERA
l llegar los misioneros a la Nueva
A
POR LOS CAMINOS DE LA FE
ardua de evangelización. Sus principios
El 13 o 14 de mayo de 1524, a instancias
religiosos, así como el concepto que tenían
de Hernán Cortés, llegaron a San Juan
de los naturales respecto a su carencia de
de Ulúa, en el actual estado de Veracruz,
“razón”, propició algunos casos de imposi-
los primeros misioneros franciscanos. Su
ción violenta de los sacramentos católicos.
propósito primordial era evangelizar a los
España, comenzaron una campaña
Mientras se adentraban en las tierras
habitantes de la Nueva España.
del norte, se encontraban con grupos in-
La tarea de los religiosos, por sí mis-
dígenas que vivían dispersos en la sierra,
ma, fue exhaustiva e implicó infinidad de
los cuales se manifestaban renuentes a
problemas. La geografía, el clima, la lengua
cambiar sus costumbres, y reaccionaron de
y la cosmovisión de los nativos fueron al-
forma violenta en contra de los misioneros
gunos de los obstáculos a los que tuvieron
y de los conquistadores europeos.
que enfrentarse los misioneros católicos.
La violencia fue la constante no sólo
Dos años después, en 1526, llegaron los
contra los invasores, sino entre los diferen-
dominicos y en 1533 los agustinos; a es-
tes grupos étnicos que habitaban la zona.
tos últimos les correspondió asentarse en
Este trabajo describe la insurrección de
los lugares más agrestes, en virtud de que
la Pimería Alta en el año de 1751, con base
los sitios accesibles estaban ya ocupados.
en un documento en el que 18 testigos de-
Franciscanos, dominicos y agustinos fueron
claran las posibles causas que propiciaron
las órdenes más destacadas en el oficio
la última rebelión pima.
evangelizador de la Nueva España.
97
Años después, el 28 de septiembre de
de conquista y heroicidad, también propios
1572, desembarcaron religiosos de la Com-
del Medioevo, coexistían con los matices
pañía de Jesús con un objetivo ulterior a la
ideológicos del Renacimiento, el cual pri-
evangelización: educar a los nativos.
vilegiaba la razón y desarrollaba las bases
Los europeos que llegaron a México
de la investigación científica, entre las que
tenían tras de sí un bagaje ideológico per-
sobresalía el énfasis en la investigación
meado aún por el feudalismo, proveniente
astronómica y la navegación.
de la Edad Media, cuya base económica
“...todo lo descubierto hasta el día de
se sustentaba en la servidumbre y en la
hoy en Nueva España se le debe a Cortés,
consolidación del cristianismo. Sus afanes
calificase su inteligencia en la geografía
98
náutica y otras ciencias, y el deseo eficaz
de que en algunos momentos parecieran
de servir a Dios y a su Rey...” (Lorenzana:
dóciles, no estaban dispuestos a sopor-
1981: 203).
tar las imposiciones de los “invasores”.
¿Cómo veían los colonizadores a los
Según Mirafuentes Galván, hubo cientos
y
XIX.
nativos americanos? ¿Cómo conciliar dos
de rebeliones entre los siglos
cosmovisiones tan diferentes?
María Elena Galaviz hace un análisis de
XVII
Los documentos reseñan la opinión que
algunas rebeliones y podemos ver que, en
tenían conquistadores y misioneros de los
la mayoría de los casos, las razones fueron
naturales: constantemente se expresan de
muy similares: maltrato y abuso de los es-
ellos como salvajes, bárbaros, sin razón e
pañoles y misioneros, aunque no se hayan
hijos del demonio debido a sus actividades
desarrollado de la misma manera.
“paganas”. Joseph Neumann, dice de los
Las exploraciones de la Compañía de
tarahumares: “...los tarahumares nunca
Jesús en territorio novohispano trascendie-
fueron idólatras, aunque sí vivían engaña-
ron las fronteras conocidas y se dirigieron
dos por el demonio con muchos embustes y
hacia el norte del país, en donde hoy se
magias...” (González: 1993: 304).
ubican los estados de Sonora, Sinaloa, Chi-
Los colonizadores, “gente de razón”,
huahua y Baja California. Tras la resistencia
venían a salvarlos de su ignorancia. Se-
de los aborígenes, la perseverancia de los
gún Enrique Florescano, los procesos de
jesuitas logró sobreponerse. El entusias-
conquista implican la desvalorización del
mo de la Compañía no cejaba; la muerte
“otro”, de su cultura y sus capacidades,
de algunos de sus sacerdotes a manos de
llamando a los nativos bárbaros y pri-
los nativos no los desalentaba. Éstos eran
mitivos, entre otros términos por demás
relevados por nuevos misioneros muy dis-
discriminatorios. De esta manera, el con-
puestos a defender la causa de San Ignacio
quistador se legitima mediante una obra
de Loyola, ad maiorem dei gloriam.1 Fue el
de “civilización” (Florescano: 1977: 72).
caso del padre Francisco Saeta, que estaba
Sin embargo, no sería tan fácil para los
encargado de la misión de Caborca y fue
conquistadores y misioneros encontrar la
asesinado por dos pimas de Tubutama en
aceptación franca de los nativos: a pesar
abril de 1695 (Kino: 1961:15).
1
A la mayor gloria de Dios.
99
Una de las estrategias evangelizadoras
pueblos de misión como Sáric, Tubutama,
de los misioneros era el bautsmo. Andrés
San Xavier del Bac, Cocospora y Caborca,
Pérez de Ribas, en su crónica Páginas para
entre otros. Durante estos acercamientos
la historia de Sonora, nos describe los bau-
hubo diversas reacciones. En algunas
tizos que realizaban por esos territorios:
ocasiones, los misioneros fueron bien reci-
“Tratóse luego de bautismos genera-
bidos; en contraparte, la resistencia de los
les de todas aquellas rancherías, y las fue
naturales también se manifestó. “Así vivían
disponiendo Dios con su divina gracia, de
los pimas en su gentilidad y barbarie cuan-
suerte que recibían y percibían muy bien la
do se les anunció la luz del santo evangelio
doctrina cristiana y con fervor iban a tropas
por medio del padre Eusebio Francisco
pidiendo el santo bautismo, de manera que
Kino...” (González: 1977: 66).
dentro de un año se bautizaron como dos
Los grupos indígenas que habitaban
mil almas; y con ese divino sacramento, en
la zona, como los jocomes, janos, sumas,
que nacen ya los hombres hijos de Dios, se
mansos y apaches, entre otros, también
veían en ellos una maravillosa mudanza
tenían rivalidades entre ellos.
de costumbres, de paz y alegría del nuevo
Las misiones se organizaban de la
estado en que se veían” (Pérez de Ribas:
siguiente manera: primero era designada
1985: 275).
la zona a donde debía ir el misionero.
El padre Eusebio Kino tuvo un papel
Cabe mencionar que uno de los principios
muy destacado en la empresa evangeli-
de la orden de los Ropas Negras2 era ir a
zadora de las tierras del noroeste de la
cualquier lugar al que fueran asignados
Nueva España. Entre los años 1683 y 1685
(González: 1993: 225). Luego partían a una
recorrió el territorio de la Baja California.
residencia ya establecida, la cual servía de
Tiempo después solicitó autorización para
base por su cercanía al destino final. Esta
desplazarse a los estados de Sonora y Si-
residencia se convertía en una especie
naloa.
de “cuartel general” para los misioneros.
En febrero de 1687, Kino arribó a las
También había un rector que tenía como
misiones de Sonora, donde incursionó en
obligación recorrer todas las cabeceras
los territorios de la Pimería Alta y fundó
misionales que se encontraban en su juris-
2
Por el atuendo que portaban los padres jesuitas, comúnmente eran nombrados Ropas Negras.
10 0
dicción, al menos una vez al año. Acto se-
que después se junta con el Colorado; y
guido, los misioneros asignados se dirigían
de oriente a poniente, desde el valle de los
a su zona para contactar a la población y
pimas llamados sobaipuris hasta las cerca-
buscar un lugar apto para establecer un
nías y costa del Seno del Mar Californio,
“pueblo de misión” en el que pudieran
habitadas de los pimas sobas” (González:
concentrar a los indios ancestralmente
1977: 30).
dispersos entre valles y cañadas.
Los pimas eran descritos como poseedores de un físico con buena estatura,
LA PIMERÍA ALTA
fuertes y morenos, los calificaban de poco
maliciosos y sencillos y dicen que no tenían
El padre Kino murió el 15 de mayo de 1711.
política ni religión, ya que no adoraban a
A partir de esa fecha, los padres Agustín de
ningún dios.
Campos y Luis Xavier Velarde se quedaron
En el documento al que hago referen-
a cargo de la zona de la Pimería Alta y
cia, uno de los testigos, Bernando de Urrea,
atendieron sus nueve misiones junto con
dice “...haver tenido siempre a los pimas
16 pueblos de visita. Fue un momento de
por buenos y fieles a los Pimas...”, y Javier
crisis, pues había escasez de sacerdotes.
Padilla comenta que “...conoce a los Pimas
Algunas misiones tuvieron que desapare-
y su buen genio valor y servicios...”.
cer, como fue el caso de las de Dolores y
La población de la Pimería Alta estaba
Remedios. Las circunstancias favorecieron
dividida en cuatro estratos principales: el
el retorno de los indígenas a sus tradicio-
primero lo componían los capitanes de
nales conductas nómadas y el abandono de
presidios, los alcaldes mayores y otras
la vida misional.
justicias; el segundo pertenecía a los mer-
Luis González rescata unos manuscri-
caderes y mineros; el tercero, a los españo-
tos en donde Luis Xavier Velarde hace la
les y rancheros; el cuarto y último era de
siguiente descripción de la Pimería Alta:
mulatos y otros indígenas, quienes confor-
“Corre, pues, esta Pimería Alta de sur a
maban la mayor parte de la sociedad. Estas
norte desde los 30 grados hasta los 34, que
diferencias sociales generaban muchos
se cuentan desde esta misión de Nuestra
problemas dentro de la comunidad. Las au-
Señora de los Dolores hasta el Río Gila,
toridades civiles y religiosas pugnaban por
101
el poder sobre los indígenas. En ocasiones
los misioneros se convertían en defensores
de los indígenas, sin embargo, estas peticiones de justicia tampoco eran atendidas
por las autoridades. En otros casos, los indígenas eran víctimas de los abusos de los
mismos padres jesuitas, quienes los hacían
trabajar en sus sementeras e, incluso, eran
maltratados físicamente.
Algunas misiones de la Pimería Alta
fueron fundadas por el padre Kino a finales
del siglo XVII, entre ellas Güebavi, San Javier
del Bac y Soamca; aunque desaparecieron
por falta de ministros, fueron restablecidas
en 1732.
A pesar de los años críticos que vivieron las misiones durante el siglo XVIII, hubo
misioneros notables como Gaspar Stiger,
Ignacio Séller y Felipe Sgesser, quienes llegaron en 1731. El padre Jacobo Sedelmayr
lo hizo más tarde y trabajó en la Pimería
Alta desde su llegada hasta la expulsión de
los jesuitas en 1767. Otros que arribaron
casi al final del periodo misional jesuita,
fueron Miguel Geritaer, en Sáric, e Ignacio
Pfeffekton, en Atil.
En 1743, las autoridades de la Compañía de Jesús ordenaron al padre Séller,
misionero de Soamca, iniciar la entrada
al Mequi, región ubicada al norte del río
10 2
Gila. Séller inició su recorrido con recursos
dos pimas a la misión de Güebavi. Ambos
propios, pero no consiguió suficiente apoyo
indígenas fueron perseguidos por dos espa-
militar. Después del presidio de Terrenate,
ñoles: Romero y Nava, y los atraparon en el
sólo dos soldados continuaron con él. En
rancho que pertenecía a Luis de Sáric. En la
septiembre de 1743 se internó en el Mequi,
lucha con los españoles, uno de los indíge-
donde fue atacado por los nativos. Este fue
nas fue herido con una lanza. Luis de Sáric
el último intento de expansión, ya que las
pidió al comisario de Justicia, Cristóbal
condiciones de su orden ya no eran ópti-
Flores, que solucionara esa situación. Citó
mas. Más tarde, los franciscanos reclama-
a declarar a Romero y Nava pero no acu-
rían esta zona como de su jurisdicción.
dieron, por lo que recibieron castigo. Según
El acontecimiento que deterioró más la
los testigos, el hecho de que los españoles
inestable situación en la que se encontra-
no acudieran a la cita con el comisario no
ban las misiones de la Pimería Alta, fue el
fue del agrado de Luis de Sáric. Sin embar-
levantamiento que lideró el capitán indíge-
go, una de las declaraciones de Sáric dice
na Luis de Sáric en 1751.
que los dichos pimas no habían ido a robar
sino a “cambalachear”.
EL ALZAMIENTO
“A que respondio Luis que se havia levantado por que los P.P. Sedelmayer, Keller,
Esta insurrección fue organizada por los
Garrucho, y Tello no querian que se portase
pimas en alianza con algunos gentiles que
como Capitan General, sino como qualquier
habitaban en las riberas del río Gila.
Indio Chichimeco, no como Español, y que
El documento al que hago referencia
desde (...) el Norte no tenia que mandar
relata la descripción que hacen 18 testigos
Luis y que los mandava solamente el P.A
de las probables causas que propiciaron la
que havia respondido que sea por Dios, y
insurrección indígena de la Pimería Alta en
por eso avia dejado el traje y desnudadose.
1751.
3
Pero añadio el quento de Romero y Nava,
Los testigos relatan dos acontecimien-
diciendo que aquellos Indios havian ido a
tos que consideraron las causas de la rebe-
cambalachar y que el Indio havia muerto de
lión. La primera fue el robo que efectuaron
los azotes” (AGN: Jesuitas: f. 9).
3
Consultar el video animado La última rebelión.
10 3
Otros testimonios revelan el segundo
y Capitán General lo ha visto no faltar a
acontecimiento que pudo ser otro motivo
sus obligaciones, Velar y corregir todas las
del levantamiento. Durante una campaña
faltas...” (AGN: Ramo Jesuitas).
en contra de los apaches, Luis de Sáric
Ese mismo año llegó a Sáric el mi-
fue a la misión de Soamca, donde el pa-
sionero Juan Netvig, quien manifestó su
dre Keller lo insultó diciéndole “perro”, lo
desacuerdo con que Luis de Sáric tuviera
desconoció como capitán y le reclamó que
muchas tierras y poder político dentro de
se vistiese como español. Después fue a la
la comunidad, por lo que trató de dismi-
misión de Güebavi, donde recibió un trato
nuir su autoridad. Una de las tácticas que
similar del padre Garrucho.
empleó Netvig fue privar a Luis de Sáric de
Pese a la conducta de los misioneros,
algunos recursos con los que mantenía su
la relación con la gente “de razón”, como
estatus de prestigio y poder, de manera
le llamaban a los españoles, era armoniosa,
que frustró las expectativas que tenía de
según un comerciante de San Ignacio, “Que
seguir elevando su poder social, económico
conoce a Luis, y su amabilidad con que
y político por arriba de los demás pimas, y
recibía, agasajava en su casa a la gende
le dejó un margen muy estrecho para recu-
de razon, de quien era estimado...” (AGN:
perar su poder.
Jesuitas: f. 8).
Los desprecios de los misioneros lasti-
Los testigos del alzamiento describen a
maron la dignidad de Luis de Sáric, quien ya
Luis de Sáric como un hombre leal y res-
había empezado a gestar el levantamiento.
ponsable en todos sus cargos, y a los pimas
El 29 de septiembre, durante la fiesta
en general como nobles y obedientes, leales
de Güevabi, llegó Pedro de la Cruz, alias
y valerosos, y aluden a otras batallas que
“Chiguagua”, quien era considerado por su
tuvieron contra los seris y los apaches.
comunidad el brazo derecho de Sáric. El go-
En 1750, Luis de Sáric había sido nom-
bernador Ortiz de Parrilla le había otorgado
brado capitán de la Pimería Alta, después
el cargo de sargento mayor de la Pimería
de haber ostentado los cargos de alcalde,
Alta sin consultar a los misioneros. Pedro
antes, y de gobernador del Sáric, después.
“Chiguagua” llegó a la fiesta mostrando or-
Dicen de Sáric: “...compañero serio que es y
gulloso su bastón de mando, el cual le fue
que en los empleos de Alcalde, Gobernador
arrebatado por el padre Garrucho, quien le
10 4
dijo que no regresara a Güevabi o le daría
cien azotes.
El 20 de noviembre de 1751, estalló
la rebelión general en la Pimería Alta al
mando de Luis de Sáric, quien desde ese
momento cambió su nombre cristiano por
el de Bacquiopa, de origen pima, como
muestra de rebeldía en contra de los misioneros españoles.
Con la noticia de las muertes y las
quemas, la población española abandonó
las misiones.
LA PAZ
A pesar de las buenas relaciones que tenía
Luis de Sáric con el gobernador, la pacificación de los rebeldes no fue fácil. Había
un ambiente de desconfianza a las autoridades. Luis de Sáric recibió una cruz y un
rosario de manos de unos mensajeros que
iban de parte del gobernador. Respondió que
aguardaría cinco días en Tubutama a que el
gobernador lo fuera a ver con sólo diez o
doce soldados, “para que no se espantaran
los suios” (AGN: Jesuitas).
El capitán de Guerra de San Ignacio, en
voz de su intérprete, dijo que “haviendo ido
con el antecedente testigo, encontró a Luis
con su gente, quien lo amenazó diciendo
10 5
havia prometido a los suios de no admitir
tados por el engaño, respondieron otra
las pases aunque selo ofrecieren con cru-
vez con violencia. Para ese momento, los
ces...” (AGN: Jesuitas: f. 6).
rebeldes no sólo pertenecían a la Pimería
Cuando fueron con el segundo mensaje, Luis mostró arrepentimiento, aunque
Alta, también había pápagos, cocomaricopas y humas.
siguió manifestándose contra los agravios
Pero no todos los indígenas de la zona
que recibió de los padres: “...Luis dijo que
estaban de acuerdo con el alzamiento, ha-
conocía haber herrado que no quería hacer
bía aliados de los españoles como Joachim,
mas mal...” (AGN: Jesuitas: f. 7) y “...que no
indio yaqui que trabajaba como pastor de
podía tan luego, luego, bajar porque devia
cabras del padre Sedelmayr, quien avisó
juntar a los indios...” (AGN: Jesuitas: f. 8).
a los españoles que los alzados irían tras
El decimoquinto testigo, un indígena
de nombre Antonio, declara:
ellos.
Luis de Sáric negoció la paz solicitan-
“...que en compañía de los anteceden-
do la remoción del padre Séller de Soamca,
tes fue y vio a Luis y que aquella noche
de Sedelmayr de Tubutama y Garrucho de
durmiendo cerca de Luis vio que un indio
Güebavi, lo cual fue aceptado por el go-
lo despertó y dijo que el Padre Keller le
bernador, aunque Séller regresó después
avisava que fuese a asaltar a terrenate para
a Soamca.
que lo colgaren como estava colgado Pedro
Finalmente, Luis fue destituido de sus
Chiguagua, a que Luis dijo: válgame Dios
cargos de gobernador del Sáric y capitán
como nos engañó el Gobernador con men-
general de la Pimería Alta.
sajes de Paz...” (AGN: Jesuitas: f. 8).
También manifestó que los indios esta-
CONCLUSIONES
ban muy inquietos con el asesinato de Pedro “Chiguagua”, por lo que se dispusieron
El encuentro de misioneros y conquista-
a tomar precauciones en contra de cual-
dores con los naturales de la Pimería Alta
quier imponderable que pudiera ocurrir, por
no fue del todo armonioso. La imposición
lo que se armaron nuevamente.
de costumbres y creencias fomentó la
Cuando las autoridades mandaron el
desconfianza de los pimas, sin embargo,
tercer mensaje, los alzados, ya escarmen-
conforme pasó el tiempo, muchos de los
10 6
nativos se adaptaron a su nueva vida en
de los padres, hasta la disminución de su
las misiones y adquirieron cargos militares
autoridad y sus tierras. Luis de Sáric tenía
y políticos, pero no fueron bien vistos por
las mismas razones que los demás para
los misioneros.
alzarse: el abuso y la violencia con que
La lucha por el poder fue una constan-
eran tratados los indígenas, ya fuera por
te, pero los misioneros perdieron autoridad
los españoles que habitaban su territorio o
sobre los pimas ya que éstos ostentaban
por los misioneros. Además de las anterio-
cargos importantes en la comunidad.
res, él tenía una razón muy particular para
Dos siglos después de la llegada de los
españoles a estas tierras serranas, las quejas seguían siendo las mismas.
levantarse: los padres le habían disminuido
su poder al no reconocer su autoridad.
Luis de Sáric contaba con el apoyo de la
En el documento podemos ver que la
mayoría de sus coterráneos, lo que le per-
mayoría de las agresiones tuvo relación di-
mitió organizar la rebelión. Las autoridades
recta con Luis de Sáric: desde los pimas que
gubernamentales accedieron a sus peticio-
fueron a robar o cambalachear a Güevabi,
nes y, junto con la paz de la Pimería Alta,
según afirma Luis de Sáric, y las agresiones
pudo recuperar sus tierras y su poder.
10 7
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