32 LATERCERA Jueves 11 de agosto de 2016 Deportes “Simplemente no pude ganar una medalla; en los próximos Juegos lo intentaré”. Juegos Olímpicos Novak Djokovic Tenis TENIS Carlos González Lucay Río de Janeiro “Estos Juegos han sido un culo para mí” R Djokovic se deja ver relajado y simpático y dialoga con La Tercera. R El número uno, ya eliminado, disfruta como espectador de Río. “¿Chile? ¡Chi, chi, le, le, viva Chile!”, exclama de entrada Novak Djokovic, quien saluda de mano con un afecto que sorprende. Son las 16.23 y sale escoltado del imponente Arena Carioca 1 por miembros del equipo serbio y un grupo de policías. Porque después de llegar a los Juegos como el tenista número uno del mundo ha debido reinventarse como el hincha número uno de Serbia. No le queda otra, luego de su eliminación en singles y dobles del RR Djokovic, de hincha serbio en el partido de básquetbol ante Francia. AFP tenis olímpico, derrotas inesperadas que obligaron a cambiar completamente su planificación en Río. Por eso ayer, en la lluviosa jornada de la Cidade Maravilhosa, la misión de Nole estuvo al borde de la cancha: alentar a la selección de básquetbol de su país, en el partido ante Francia. Se sentó en primera fila, acompañado de la ex tenista francesa Mary Pierce (quien hasta compartió una imagen en su cuenta de Twitter) y un grupo de compañeros, entre los que se encontraban Viktor Troicki y el veterano Nenad Zimonjic. Como siempre, Nole se mostró muy carismático. Pero por momentos también tenso con el desarrollo del partido, que terminó igualado, que pudo ser para cualquiera, pero que perdió Serbia 75-76. En más de una ocasión se paró a gritar los puntos, como un fanático más. Al final del partido también se dio tiempo para abrazar a algunos de los jugadores y felicitarlos por el esfuerzo que desplegaron. Luego, continuó su camino. Entrevistas con la televisión brasileña y muchas fotos, antes de retirarse. A pesar del asedio, se mostró muy alegre, demostrando que la felicidad sudamericana, y particularmente el ambiente de los Juegos, le fascinan. Quizás se siente muy identificado porque, en cierto modo, su personalidad también es tan chispeante como la de los cariocas, más allá de las lágrimas de frustración del domingo tras quedar eliminado. “¡Hola, Nole! ¿Una selfie conmigo?”, le pide un fan. El balcánico, encantado, se detiene a pesar de los chubascos que cada vez se hacen más intensos, y se toma la foto, confirmando una vez más que su simpatía y gran voluntad son a toda prueba. En ese momento, La Tercera aprovecha de continuar el diálogo que comenzó segundos antes de que el simpatizante solicitara su soñada instantánea. -¿Cuándo regresará a Chile? Allá está Nicolás Massú. -¿Massú? ¡Grande Nicolás Massú! -, interrumpe un entusiasta Troicki. -Él ganó dos medallas de oro… -Yo ninguna. Estos Juegos fueron un culo para mí -, responde Djokovic entre risas y demostrando que su español ha avanzado a grandes niveles. De hecho, la divertida respuesta sobre su desempeño deportivo desata una carcajada inmediata en el grupo, que en todo momento se mostró muy amable y participativo en esta breve pero hilarante charla. -¿Por qué? -Porque simplemente no pude ganar una medalla. En los próximos Juegos lo intentaré. La policía brasileña lo escolta hacia la salida y se sube al auto que lo trasladará a la Villa Olímpica, un lugar que ha hecho su casa en Brasil y donde se puede mover a sus anchas. Diariamente sorprende con alguna foto divertida o alguna broma hacia alguien. Pero siempre con una felicidad y un carisma que en contadísimos deportistas se puede apreciar y agradecer. Una sonrisa en la despedida y a seguir con su nueva vida de fan, que podría durar un poco más de lo presupuestado, pues tiene una pequeña sobrecarga en la muñeca. Una forma de continuar esta nueva aventura antes de entrar de lleno a la disputa del Abierto de Estados Unidos. b CICLISMO Armstrong, pero de verdad RLa ciclista se convirtió en leyenda al lograr su tercer oro olímpico consecutivo en contrarreloj. Denís Fernández Estados Unidos ya tiene una nueva ciclista a la que venerar. Se apellida exactamente igual que el último falso dios engendrado por el ciclismo moderno y es, desde ayer mismo, la primera deportista de la historia capaz de conquistar tres medallas de oro olímpicas de manera consecutiva en una misma disciplina del ciclismo de ruta. Su nombre es Kristin Armstrong. Hasta ahora sus resultados son reales, limpios. Nacida en Memphis (Tennessee) hace hoy exactamente 43 años, pero radicada desde hace tiempo en Boise (Idaho), la de Kristin es una historia de superación. Aquejada de artrosis desde los 27 años (dos más de los que tenía Lance cuando un cáncer testicular interrumpió por primera vez su carrera), la atleta estadounidense se vio obligada a cambiar el triatlón y las clases de natación que impartía por su otra gran pasión, la bicicleta. Y cuatro años después de que el célebre deportista tejano conquistase en los Jue- gos de Sidney la medalla de bronce -esa misma que tuvo que devolver en 2013, junto con sus siete Tours de Francia, una vez desenmascarado su escándalo de dopaje sistemático-, Kristin participó en su primera cita de los anillos, la de Atenas 2004, en la que finalizó octava. Pero fue en Pekín 2008, demasiado tarde ya -pensaban algunos- cuando comenzó a escribir su propia leyenda. Su medalla de oro obtenida en la contrarreloj fue ratificada en Londres 2012 con una nueva presea dorada en la misma disciplina, convirtiéndose de paso en la deportista más longeva en subir a lo más alto del podio en una prueba de ruta. Tenía 38 años. Ayer, a un sólo día de cumplir los 43, cayó su tercera corona olímpica, con un crono de 44’26’’42. “Cuando has estado dos veces en la cima del deporte y te preguntan por qué arriesgarlo todo por otra medalla, mi única respuesta es: porque puedo”, declaraba la ciclista, tras tomar en brazos a su hijo y celebrar con lágrimas en los ojos su inmortal hazaña. En la contrarreloj masculina, en tanto, el oro fue para el suizo Cancellara -en el día de su retiro profesional-, escoltado por Dumoulin y Froome. b RR Armstrong, exultante junto a su hijo, con su tercer oro olímpico en la mano. FOTO: REUTERS.