Fertilización en tomate para consumo fresco EL NITROGENO Y EL FOSFORO SON LOS ELEMENTOS MAS IMPORTANTES EN ESTE CULTIVO. UN ADECUADO ANALISIS DE SUELO SEÑALARA LAS REALES NECESIDADES DEL CULTIVO. Rafael Ruiz S. Como en cualquier cultivo agrícola, no existe una receta única sobre cuál es la fertilización a aplicar en tomates. Esta depende de factores de suelo y de manejo que var(an de un lugar a otro; por una parte están los nutrientes que la planta necesita para crecer y producir y por otra, lo que el suelo es capaz de proporcionar. La necesidad de fertilizar surge cuando el aporte de nutrientes del suelo no basta para cumplir las necesidades del cultivo. DEMANDA DEL CULTIVO Y APORTE DEL SUELO La necesidad de fertilizar depende del cultivo que se trate y del rendimiento a obtener. Si el rendimiento potencial es alto, la demanda por nutrientes es mayor. El aporte del suelo, es variable de uno a otro e, inclusive, de un potrero a otro; e! manejo anterior en cuanto a fertilización, adición de guanos, incorporación del rastrojo, presencia de leguminosas, etc. hace 32 variar los niveles de fertilidad aún dentro de un mismo tipo de suelo. De acuerdo a lo anterior, una dosis que es óptima para el cultivo del tomate en un determinado potrero puede ser baja para otra condición, o bien, excesiva para una tercera. QUE NUTRIENTES CONSIDERAR Las plantas necesitan 16 elementos para su desarrollo. El grueso (900/o aproximadamente) ·corresponden a carbono, hidrógeno y oxígeno. El primero se incorpora a !a planta como anh(drido carbónico a través del proceso de fotosíntesis y sólo en contadas ocasiones puede ser un factor que aumente el rendimiento, como es el caso de los invernaderos. El hidrógeno y el oxígeno representan el 45º/o de la materia seca de la planta y llegan a ella por medio del agua de riego. Respecto a los elementos minerales propiamente tal, es preciso explicar varios casos: IPA La Platina Nº 18, 1982 Macroelementos Nitrógeno: es el elemento más deficitario en los suelos de la zona central y el de mayor efecto en la calidad y producción de la mayoría de los cultivos. Las plantas con deficiencia 1nuestran amarillez en el follaje, poco vigor, crecimiento pobre y decaimiento prematuro. Fósforo: a pesar de que el requerimiento por parte de !a planta es muy inferior al de nitrógeno, a menudo se encuentra a bajos niveles en el suelo y se debe agregar como fertilizante. Este elemento es muy importante para !a formación y rapidez de crecimiento de !as primeras raíces de la planta en su estado de almácigo y luego al trasplante. Cuando la deficiencia es aguda, aparecen coloraciones violáceas en las hojas, que es posible ver principalmente en las primeras etapas del desarrollo. Potasio: en el tomate el requerimiento es muy alto debido a !a gran demanda de potasio por los frutos. No existen mayo1·es antecedentes respecto a deficiencias de potasio a nivel de campo, debido ·a que en las zonas donde se cultiva el tomate, este elemento es abundante. En áreas deficitarias de potasio en el suelo se han observado síntomas de deficiencia, la cual se manifiesta en una necrosis y amarillamiento del folla¡e, con caída de hojas. Calcio, azufre y magnesio: en la zona central regada, no existen problemas respecto de deficiencias de calcio, debido a que este elernento es muy abundante en los suelos y viene en gran cantidad por medio del agua de riego. Poco probable es también la deficiencia de azufre; !os sulfatos que traen las aguas de riego si provienen del Aconcagua, Maipo, Mapocho o Cachapoal, normalmente alcanzan para suplir las necesidades de un cultivo, sin considerar lo que tiene el suelo. IPA La Platina Nº 18, 1983 El magnesio es un elemento, del cual no hay evidencia que sea un factor limitante en tomates. Por el momento se ha determinado que el calcio, azufre y magnesio, a no ser que haya algún antecedente de análisis de suelo que indique su deficiencia, no son limitantes para el cultivo. Microelementos Existen pocas evidencias de terreno en las cuales se ha comprobado problemas de microe!ementos. Las experiencias efectuadas en la Estación Experimental La Platina, señalan un efecto nulo de las aplicaciones de microelementos al suelo o al follaje de este cultivo. Sin embargo, en áreas espec(ficas de suelos calcáreos, es posible observar sfntomas visuales de problemas de carencia de zinc, hierro y manganeso. CUANTO FERTILIZANTE APLICAR El análisis de suelo es la mejor herramienta desarrollada hasta el momento para decid ir la cantidad de fertilizante a aplicar. De acuerdo a investigaciones efectuadas en la Estación Experimental La Platina, es posible señalar la fertilización nitrogenada y fosfatada para tomates de consumo fresco, cultivado al aire libre (Cuadro .1). Aunque las dosis más altas de nitrógeno indicadas en el Cuadro 1 son de 100 a 140 kg/ha, las experiencias señalan que no ocurren deterioros en la producción y tamaño del fruto con dosis de.hasta 240 kg N/ha. Es importante señalar que a rnedida que se aumenta la dosis de nitrógeno se produce un retardo en la entrada en producción y se alarga el período de cosecha. Es necesario destacar que esto no representa un aspecto negativo puesto que, cualquiera sea la dosis este efecto se producirá de acuerdo a !a aplicación efectuada Si se toma en cuenta el hecho de que, en algunos casos, conviene atrasar la producción, o bien, que e! per(odo de cosecha sea más largo, la aplicación de nitrógeno se justificará aún más. El potasio, de acuerdo a informaciones obtenidas en California, EE.UU., es recomendable aplicarlo en dosis de 100 a 200 kg/ha, si el análisis de suelo señala menos de 50 ppm de este elemento. QUE TIPO DE FERTILIZANTE USAR En cuanto a abonos nitrogenados puede señalarse que tanto la urea (450/o NI como el salitre (160/o NI son excelentes fertilizantes. Ellos, cuando son bien empleados, se comportan en forma sirnilar en los suelos de la zona central del pa{s. CUADRO 1. Rangos de fertilización con nitrógeno y fósforo para tomates, de acuerdo a los niveles presentes en el suelo NITROGENO (NI FOSFORO (PI Nivel en el Dosis a aplicar Nivel en el Dosis a aplicar suelo (kg/hal suelo (kg/hal Bajo (20 ppm) 100-140 Bajo (7 ppm) 75-90 45-75 l'v1edio (20-400 ppm) 80-100 IV1edio {7-15 ppm) Alto (40-60 ppml 40-80 Alto {16 ppm) o 33 Sólo en suelos de pH superior a 8,4 no sería apropiado el uso de salitre. Para solucionar problemas de potasio se puede aplicar sulfato de potasio (500/o K20), o bien, una combinación de salitre potásico (15º/o N, 140/o K20) con sulfato de potasio. La elección debe hacer- En todos los demás casos deben primar consideraciones de orden económico. En cuanto al fósforo, la fuente más utilizada en el pa(s es el superfosfato triple (46º/o P). También puede utilizarse fosfato diamónico (46°/o P, 18º/o N), completando posteriormente la dosis de nitrógeno vía urea o salitre. se tomando en cuenta el aspecto económico. ABONOS FOLIARES En el Cuadro 2 se indican las dosis de salitre, urea, superfosfato triple y fosfato diamónico equivalentes a las cantidades de nitrógeno y fósforo recomendables. Los abonos foliares no son una alternativa raciona! para solucionar problemas carenciales de los macroelementos, nitrógeno, fósforo, potasio, ya que para agregar las cantidades totales de nutrientes necesarias se requiere de un alto número CUADRO 2. Dosis de fertilizantes fosfatados y nítrogenados para tomates Equivalencias dosis de Nitrógeno expresadas en Salitre y Urea kg Salitre kg N/ha kg Urea/ha Sódico/ha 140 311 875 100 222 625 80 178 500 40 88 250 Equivalencias dosis de Fósforo expresadas en Superfosfato Triple y Fosfato de Amonio kg P205/ha kg SFT/ha *kg FDA/ha 45 98 98 75 163 163 90 196 196 * Se debe recordar que el FDA aporta, además, un 18º /o de nitrógeno que equivalen a 18, 29 y 35 kg de N/ha en cada una de las dosis. 34 de aplicaciones lo cual lo hace poco práctico y antieconómico cuando las superficies son de cierta consideración. El abono foliar, en cambio, es una alternativa Íógica cuando se presentan problemas de micronutrientes y éstos han sido previamente identificados. COMO Y CUANDO AGREGAR LOS ABONOS Con respecto al momento de aplicación de los abonos, se debe tener claro que. • Las plantas obtienen el grueso de !os nutrientes en !as primeras etapas del desarrollo. Posteriormente éstos son trasladados a los lugares de uso más intensivo, como es la formación de frutos. • En fas primeras etapas debe existir una acumulación de nutrientes disponibles superior a la necesaria. De no ser así la planta, prematuramente, fija un techo de rendimiento inferior al potencial, que no se recupera con aplicaciones tardías. De acuerdo·a esto debe aplicarse el fósforo en prep!antación. Lo mismo en caso que exista necesidad de agregar potasio. El nitrógeno puede agregarse en dos oportunidades; la mitad a los 10 a 15 días post-trasplante incorporado con un riego y e! resto en la misma forma, a los 30 ó 40 días después del trasplante. Con respecto a la forma de aplicación, los fertilizantes nitrogenados (salitre. urea) deben agregarse a! fondo del surco, antes de! riego. En otras posiciones, por ejemplo, al camellón el fertilizante no llega jamás a la zona radicular. Las posibles pérdidas por "arrastre" no ocurren (ver "Aplicación de fertilizante nitrogenado: ¿Al surco o al camellón?", IPA La Platina Nº 15).8 IPA La Platina Nº 18, 1983