El Ejército de Salvación The Salvation Army Iglesia Cristiana Evangélica Cuerpo de Bronx Tremont Capitanes Gerardo y Mónica Balmori Pastores y Oficiales Directivos Células de Estudio Bíblico Apuntes de los estudios Bíblicos semanales en los hogares cristianos LA LIBRE ELECCION DEL HOMBRE (EL LIBRE ALBEDRIO) LA LIBRE VOLUNTAD DEL HOMBRE. Dios ha dotado la voluntad del hombre de una libertad natural, que no es forzada ni determinada hacia el bien o hacia el mal, por ninguna necesidad absoluta de la naturaleza (Deuteronomio 30:19: Santiago 1:14:véase también Juan 5:40). Esta parte de la doctrina básica enuncia una gran verdad fundamental enseñada por la conciencia propia y la revelación, haciendo posible la existencia del gobierno moral, a saber: la de que el hombre al ser creado fue dotado con la facultad inalienable de determinarse por sí mismo, es decir, con el poder de hacer o no hacer, y de obrar conforme a lo que antela completa consideración del caso, quiera hacer. EL HOMBRE ES RESPONSABLE DE SUS ACTOS. Por conciencia universal de los hombres con respecto a su propia actividad, y por lo que podemos observar en los demás. Tenemos la conciencia de que poseemos la facultad de determinar nuestras acciones independientemente de todas las influencias externas. En cada caso de elección deliberada, tenemos conciencia de que podíamos haber escogido lo contrario si lo hubiéramos deseado, a pesar de que las circunstancias externas fueran las mismas Se ha dicho que el hombre “puede” elegir sin relación alguna a sus juicios o inclinaciones, pero esto no es verdad, porque entonces el hombre no seria culpable de lo que hace, y esto no concuerda con la Biblia. EL HOMBRE POSEE LA FACULTAD DE ELEGIR. Este término es el más apropiado para hablar del “Libre Albedrío” (ya que en cierta manera el hombre perdió su libre albedrío al pecar). Pero esta facultad de elegir nos dice que el hombre posee la facultad inalienable (que es parte de si, que no se puede separar) de escoger lo que ante la consideración de todo el caso juzga recto o deseable por lo que podemos ver cuatro cosas. I.- EL HOMBRE ESCOGE LIBREMENTE LO OUE OUIERE. Por la consideración de que mientras nosotros tenemos la conciencia de que en cada acto deliberado de elección podíamos determinarnos a elegir lo contrario, no obstante que las circunstancias externas sean las mismas, siempre sentimos que nuestra elección fue determinada por la suma total de nuestras apreciaciones, tendencias y sentimientos en cada caso dado. El hombre escoge libremente lo que quiere escoger. Si escogiera de otro modo no seria libre. El deseo en su principio es determinado por el estado intelectual y emocional afectivo del hombre en el momento dela elección. II.- EL HOMBRE NO PUEDE LIBRARSE POR SI MISMO. Es claro que si la voluntad humana decidiera en un caso dado en oposición a todas las apreciaciones de la razón, y todos los deseos del alma, por más libre que fuera la voluntad, no por esto dejaría el hombre de ser un esclavo despreciable del poder irracional e inmoral de la misma. III.- EL HOMBRE EN SUS ELECCIONES SE PUEDE EQUIVOCAR. Todo hombre cree que el carácter moral y racional de hecho resulta del propósito o deseo, y del estado interno de corazón y la mente que determinan el acto. Si un hombre quisiera en un acto dado obrar en oposición a todos los juicios de su razón y a sus inclinaciones de cualquier género que sean, es claro que tal acción no sería racional ni moral, y el hombre con relación a tal acto no sería libre ni responsable. IV.- CRISTO LA OPCION A ELEGIR. Aun si el hombre pudiera obrar independientemente de su pecado, su vida no sería gobernada por Dios (Dios respeta nuestra vida), ni pueden ser gobernadas por los hombres. Cristo nos dijo que el carácter del hombre se forja en si mismo , y nos dijo que el árbol bueno produce buen fruto, y que la única manera de cambiar el carácter de una acción es cambiar el carácter permanente o el hábito o tendencia moral que Cristo pone en nosotros (Mateo 7:16-20; 12:33-35). EL LIBRE ALBEDRIO DEL HOMBRE Y COMO LO PERDIO POR EL PECADO. El hombre en su estado de inocencia, tenía libertad y poder para querer y hacer lo que es bueno y agradable a Dios (Génesis 1:26 Eclesiastés 7:29), pero era mudable y podía caer de dicho estado (Génesis 2:16-17 y 3:6). El hombre, por su caída a un estado de pecado, predio completamente toda capacidad para querer algún bien espiritual que acompañe a la salvación (Juan 15:5; Romanos 5:6), así como hombre natural está enteramente opuesto a ese bien (Romanos 3:10-12), y muerto en el pecado (Efesios 2:1 y 5: Colosenses 2:13), no puede por su propia fuerza convertirse a si mismo o prepararse para ello (Juan 6:44 y 65; 1 Corintios 2:14; véase también Efesios 2:2-5 Tito 3:3-5). Cuando Dios convierte a un pecador y le pone en estado de gracia, le libra de su estado de servidumbre natural bajo el pecado (Juan 8:34-36; Colosenses 1:13), y es solamente por su gracia capacita al creyente para querer y obrar libremente en lo que es bueno y espiritual (Romanos 6:18; Filipenses 2:13). Sin embargo, por razón de la corrupción que aun queda, el converso no quiere ni perfecta, ni únicamente lo que es bueno, sino también lo que es malo (Romanos 7:15; Gálatas 5:17), El Libre albedrío del hombre por lo tanto fue afectado, ya no puede elegir entre “Lo bueno” y “Lo malo”, El hombre solo puede elegir “lo bueno”, [no puede elegir “Lo malo” porque ya está en el mal, es decir ya está en le pecado], y solamente estando en el estado de la gracia (Efesios 4:13: Judas 24) podía escoger lo bueno. Lo que hemos dicho aclaran principalmente las varias condiciones que caracterizan al llamado “Libre Albedrío” del hombre en los diferentes estados de éste, a saber: De inocencia, de pecado hereditario, de gracia y gloria. En todos estos estado el hombre es completamente libre y responsable, escogiendo o rehusando en cada caso lo que prefiere según sus apreciaciones del todo. Los actos de voluntad del hombre siempre son como sus deseos. Sus deseos se determinan por las tendencias, hábitos y gustos permanentes de su carácter Es responsable de sus deseos, porque estos son determinados por la naturaleza y rasgos permanentes de su alma. Es responsable de estos últimos porque ellos son las tendencias y cualidades de su naturaleza, Si estas son inmorales, él y sus acciones lo son también Si son santas él y sus acciones lo serán. Cuando se dice que el hombre es un agente libre, significa que: Que tiene la facultad de producir sus acciones, que se mueve a si mismo y que no es movido simplemente por lo que está fuera de él. Que siempre se decide a hacer lo que según las apreciaciones presentadas por su inteligencia en un caso y momento dado desea. Que el hombre está dotado con una razón para distinguir entre lo falso y lo verdadero con una conciencia moral para distinguir lo bueno de lo malo, a fin de que sus deseos y su voluntad sean razonables y justos. Con todo, estos deseos no son necesariamente racionales o justos, sino que se forman bajo la luz de la razón y de la conciencia moral, siendo unas veces contrarios a éstas y otras de acuerdo con ellas, según sean las disposiciones habituales y permanentes, o el carácter moral del alma I.- EL LIBRE ALBEDRIO DE ADAN. Adán en su estado de inocencia era un agente libre, con afectos y con tendencias morales, y aun cuando su carácter no estaba confirmado todavía, era capaz de obedecer aunque también podía ser seducido por la tentación externa, y por las excitaciones desordenadas de las inclinaciones de su naturaleza animal, las que en un grado propio y bajo la subordinación debida, eran inocentes. De este estado de una naturaleza santa, pero falible, no tenemos ninguna experiencia y por lo tanto sólo podemos tener una idea muy imperfecta. II.- EL ESTADO ACTUAL DEL HOMBRE. En cuanto al estado actual del hombre, la Biblia nos enseña que: A.- El hombre todavía es un agente (hombre) libre, capaz de decidirse según sus deseos predominantes. B.- El hombre tiene en si (intrínsecamente) mismo tiene la aptitud necesaria para cumplir muchas de las obligaciones naturales que nacen de sus relaciones con los demás hombres C.- Por la razón de la caída, el alma del hombre se corrompió en lo moral y esta muerta espiritualmente: su inteligencia, ciega en lo espiritual, y sus afectos pervertidos: estando él por lo tanto, incapacitado, indispuesto y contrario a todo lo bueno, y totalmente inclinado a todo lo malo Por lo anterior podemos sacar en conclusión que el hombre: Ha perdido completamente toda la facultad de querer algún bien espiritual las asocia a la salvación, no es capaz por su propia fuerza para convertirse a sí mismo, La condición del hombre después de la caída de Adán, es tal, que ni puede convertirse ni Prepararse a si mismo con su fuerza natural y buenas obras de fe, de invocación de Dios Por lo tanto, no tenemos poder para hacer buenas obras agradables y aceptas a Dios, si no es que la gracia de Dios en Cristo, nos prepare para que tengamos una voluntad buena, pueda obrar en nosotros. La Biblia nos enseña que Todos los hombres son concebidos en pecado y nacen siendo hijos de ira, indispuestos a todo lo bueno, propensos a todo lo malo, muertos en el pecado y esclavos de éste: que sin la gracia regeneradora del Espíritu Santo, los hombres no quieren ni pueden volverse a Dios. Ni la inteligencia, ni el corazón, ni la voluntad del hombre no regenerado, son capaces por su poder propio y natural de entender, creer, abrazar, querer, principiar, perfeccionar, cumplir, operar o cooperar de modo alguno con las cosas divinas y espirituales El hombre está muerto y corrupto con respecto al bien, que en la naturaleza del hombre, desde la caída y antes de la regeneración, no hay ni el más pequeño vislumbre de fuerza espiritual por la que pueda prepararse para recibir la gracia de Dios, o para alcanzarla cuando se le ofrece, ni para ser capaz en todo o en parte, ni aun en lo más mínimo, para aplicar o acomodarse esa gracia, ni para convenir, obrar, operar o cooperar con ella de alguna manera para su propia conversión, III.- LA LIBERTAD DEL HOMBRE EN SU ESTADO ACTUAL. Como hemos dicho el hombre es un ser libre. por Libertad se quiere decir: La prerrogativa inseparable del alma humana para ejercer su voluntad según le plazca. En este sentido es hoy libre como antes dela caída. El hombre tiene capacidad (poder o aptitud), con esto se quiere decir que el hombre tiene el poder para hacer o dejar de hacer los actos y afectos del alma y escoge lo que a su modo de ver le place más, y no puede por un acto de la voluntad decidirse a complacerse con otra cosa que no le agrade. La condición moral del alma determina el carácter delas cosas que quiere, esto hace que el individuo (hombre) no pueda cambiar la condición moral de su alma IV.- LA INCAPACIDAD DEL HOMBRE DE SALVARSE A SI MISMO. Aunque el hombre tiene libertad y voluntad, esto no lo puede salvar, porque está muerto en sus pecado y esto lo tiene “incapacitado”(incapacidad es: falta de poder), y esta incapacidad es: A.- Incapacidad Absoluta. El hombre no tiene ningún poder, ya sea directo o indirecto para cumplir la ley moral, para aceptar a Cristo, para cambiar su naturaleza y así acrecentar su poder Por eso no puede ser acepto sin la gracia. B.- Incapacidad Moral. La incapacidad del hombre es moral, porque el hombre, después de su caída, posee todas las facultades constitutivas necesarias para ser agente moral, y por consiguiente la incapacidad consiste en el estado moral de esas mismas facultades, es decir: en la mala disposición moral del alma. C.- Incapacidad Natural. Esta incapacidad es natural. No ha venido por accidente, sino que es innata y relacionada al estado moral, radical y universal, que por naturaleza traen los hombres, esta naturaleza se propaga desde la caída. No es natural en el sentido de que haya estado en el hombre cuando fue creado por Dios desde el principio, o que sea resultado de deficiencia constitucional o el desenvolvimiento de las facultades morales que Dios dio originalmente a nuestra naturaleza. V.- PRUEBAS BIBLICAS DE ESTA DOCTRINA. Esta doctrina de la responsabilidad, libertad, e incapacidad del hombre. es bíblica, esto lo vemos en: A.- Declaraciones Directas De La Escritura. (Jeremías 13:23; Juan 6:44-45; Romanos 9:16; 1 Corintios 2:14). B.- La Biblia Describe El Estado Natural Del Hombre Actual. Las escrituras hablan del estado natural del hombre, nos dice que el hombre está en un estado de “ceguedad”, de “tinieblas” y “muerte Espiritual” (Efesios 4:18; Colosenses 2:13). Los no regenerados son “siervos del pecado”, y “súbditos de satanás” (Mateo 23:33-35; Romanos 5:6; 6:20; 2 Timoteo 2:26) C.- La Biblia Describe La Necesidad De La Regeneración. Es bíblica por lo que las Escrituras dicen respecto de la naturaleza y necesidad absoluta y universal de la regeneración (Juan3:3) A esto se le llama: Una nueva Creación, Engendrar otra vez, Dar un nuevo Corazón. En esta obra, Dios es el agente y el hombre es el objeto. Es una obra tan grande, que requiere el “El Poder Omnipotente de Dios” (Efesios 1:18-20). También en la Biblia no dice que todos los deberes cristianos son los frutos del espíritu (Gálatas 5:22-23). D.- Por La Experiencia De Todo Verdadero Cristiano. En esta parte tenemos muchos testimonios que es inecesario escribir todos los testimonios. E.- Por La Conciencia De Todo Pecador Convencido. El pesar que acompaña a toda verdadera convicción de pecado, no es principalmente por los pecados cometidos, sino por la insensibilidad del corazón y la aversión a las cosas divinas, la cual es la raíz de las transgresiones actuales, que permanece firme a despecho de lo que hacemos. F.- Por La Experiencia Universal De La Raza Humana. Nadie, en todas las épocas de la existencia de la raza humana ha tenido o poseído la capacidad suficiente para cumplir con sus deberes para con Dios [ha habido personas que dicen que lo han tenido, pero no es verdad], y obviamente nadie la ha ejercido. VI.- EL LIBRE ALBEDRIO EN LOS REGENERADOS. En cuanto al “Libre Albedrío”, y el estado a que entran los regenerados, la Biblia nos enseña que: A.- Que los cristianos regenerados permanecen como antes, siendo agentes libres, determinándose siempre conforme a sus deseos dominantes. B.- En El Acto De La Regeneración. En el Acto de la regeneración, el Espíritu Santo implanta una nueva tendencia en los afectos del alma, un nuevo principio o hábito espiritual, que siendo en lo sucesivo alimentado y dirigido por la presencia y poder del Espíritu Santo. Este acto de regeneración libra al hombre de su esclavitud natural bajo el pecado, y le capacita para tener una voluntad dominante que se inclina a lo que es espiritualmente bueno. Debido a la permanencia en el alma de ciertos hábitos corruptos, se suscita un conflicto entre dos tendencias, de tal manera, que el cristiano no quiere ni hace perfectamente lo bueno: sino que al mismo tiempo que ama lo bueno, quiere lo malo. Estos puntos serán tratados más adelante. VII.- EL LIBRE ALBEDRIO EN LOS HOMBRES GLORIFICADOS EN EL CIELO. En cuanto a los hombres glorificados en el cielo, La Biblia nos enseña que estos continúan, tanto como antes, siendo agentes libres, los restos de las antiguas tendencias corruptas de su naturaleza, han sido ya quitados (extirpados) del todo y para siempre. Las disposiciones implantadas por la gracia en la regeneración, ha sido perfeccionadas y todo el ser humano ha llegado a la medida de la estatura dela humanidad glorificada de Cristo, permaneciendo para siempre perfectamente libres y a la vez inmutablemente conformados a la santidad perfecta. Adán fue santo pero inestable . Los hombres no regenerados son estables pero no santos; esto es, su impureza es permanente. Los hombres regenerados, tienen dentro de si dos tendencias morales opuestas que luchan por el imperio del corazón Este está repartido entre las dos, hasta que la tendencia impulsada por la gracia gradualmente triunfa. Los hombres glorificados son santos y estables Sin embargo los hombres de todas estas clases son libres y por tanto todos son responsables.