Elementos que caracterizan el desarrollo de los

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Capítulo II
Elementos
que
caracterizan
el
desarrollo
de
los
adolescentes
preparatorianos hacia el tránsito a jóvenes universitarios
II.1 El paso de la adolescencia a la juventud
Cada etapa de la vida presenta retos y dificultades para el desarrollo que
requieren de nuevas habilidades. Durante la adolescencia ocurren muchos
cambios, incluidos los biológicos asociados con la pubertad; los sociales y
educacionales resultados de la transición de adolescente de secundaria al
adolescente de preparatoria y de éste al joven universitario que después se
integrará como adulto. Durante este período hay muchos cambios individuales y
muchas experiencias que influyen directamente en el curso y el resto de la vida
adulta. El período de la adolescencia tardía e inicio de la juventud no ha recibido
mucha atención como se ha hecho en el desarrollo de la niñez. (Wigfield, A;
Eccles, J; Pintrich, P; 1996). Este apartado se enfocará al desarrollo de la
adolescencia tardía, sobre todo a la transición de la educación media superior a la
educación superior; con el fin de intentar contrastar éstos conceptos con los
cambios que presentan los alumnos en el paso por la universidad.
En nuestra sociedad la transición exitosa del adolescente a joven adulto
requiere de un largo entrenamiento, y en las sociedades modernas la
adolescencia se prolonga de la pubertad a la segunda década de existencia
(Craig, G; 1997, Papalia, D, Wendokos, S; Duskin, R; 2005). Tener una
adolescencia muy prolongada le da al adolescente muchas oportunidades de
experimentar con diferentes estilos adultos sin que adquiera compromisos, pero
también toda una década que genera presiones y conflictos, en la cual se
experimenta la necesidad de ser independiente, cuando todavía se depende
económicamente de los padres. Se trata de un período difícil, tormentoso, de gran
vulnerabilidad, pero también de grandes oportunidades de cambio en las
siguientes áreas: física, moral, social, intelectual, que termina en una nueva
organización de la personalidad y en la conquista de la identidad. Para Merino
(1993), implica la tarea de desprenderse de los lazos familiares de dependencia a
los que estaban sometidos totalmente. Este desprendimiento es necesario para
ingresar a la sociedad adulta y poder desempeñar roles que corresponden a los
adultos.
II.2 Formación de identidad
La independencia consiste en la capacidad de hacer el juicio propio y
regular la propia conducta (Craig, G; 1997). Volverse adulto es una transformación
gradual. De acuerdo con Erikson (en Craig, 1997) la formación de la identidad es
larga y compleja, facilita la continuidad de presente, pasado y futuro del individuo,
todo esto para formar un marco y organizar e integrar comportamientos de
diversas áreas de la vida, donde influyen las decisiones o comentarios
suministrados por padres, compañeros y la sociedad. También ayuda a que el
sujeto sepa cual es su posición comparado con los demás, con lo que contribuye a
dar a la existencia futura dirección, propósito y sentido a la vida.
Casi sin darse cuenta el futuro empieza a reclamar la atención del
adolescente. Merino (1993) menciona que el sentimiento de identidad no
comienza ni termina con la adolescencia. Según ella, se conquista por primera vez
en esta etapa como un logro personal, al relacionar el pasado con el presente y
con el futuro, comienzan a buscar el sentido que tiene su existencia en el tiempo, y
su principal tarea para encontrar el camino hacia la adultez consiste en reordenar
el pasado en relación con la situación presente y las expectativas que se tienen en
el futuro.
Papalia (2005) menciona que la identidad se forma en la medida en que los
jóvenes resuelven tres problemas principales:
•
la elección de una ocupación;
•
la elección de valores en que creer y por que vivir;
•
y el desarrollo de una identidad sexual satisfactoria.
Cuando tienen problemas para formar o establecer una identidad corren el
peligro de involucrarse en conductas de riesgo con serias consecuencias
negativas, como drogadicción, delincuencia, embarazos no deseados, entre otras.
Para formar una identidad los adolescentes deben establecer y organizar sus
habilidades, necesidades, intereses y deseos de tal forma que estos puedan ser
aceptados y expresados en un contexto social determinado, se deben volver
capaces de ver las incoherencias y los conflictos entre los roles que realizan ellos
y los demás incluyendo a sus padres. La solución de estos conflictos ayuda a
labrarse una buena identidad. Esto es en la medida que los adolescentes
resuelven su propio proceso de identidad, podrán lograr adaptarse de mejor
manera a los escenarios escolares en cuestión.
II.3 Elementos que influyen en la formación de identidad: familia y amigos
La lucha del adolescente por la identidad empieza en la familia, la forma en
que los padres se relacionan con sus hijos afecta de modo radical en el cambio del
adolescente al adulto. Para Craig (1997) las interacciones deben considerarse en
el contexto de un sistema familiar dinámico en el que los cambios en la conducta
de uno de los miembros influye en todos los demás. Estos cambios pueden ser
particularmente difíciles, sobre todo en las familias de un solo padre, pero la meta
de los padres es ayudar al adolescente a salir de esta etapa para asumir las
responsabilidades del adulto.
Los adolescentes pasan más tiempo con los pares y menos con la familia,
sin embargo, los valores fundamentales de la mayoría de los adolescentes
permanecen más cercanos a sus padres de lo que por lo general se piensa
(Papalia, 2005). Los padres se encuentran entre la espada y la pared ya que
tienen que dar a los adolescentes suficiente independencia y protegerlos de las
fallas que tengan por su inmadurez. Durante este proceso pueden surgir conflictos
familiares con respecto al ritmo del crecimiento de los adolescentes hacia la
independencia; la mayoría de las discusiones tienen que ver con quehaceres
domésticos, tareas escolares, dinero, la hora de volver a casa, los amigos, la
apariencia personal, calificaciones, las citas y los hábitos alimenticios. Llegan a ser
raros los conflictos por valores fundamentales, económicos, religiosos, sociales y
políticos. (Craig, G; 1997, Papalia, D, Wendokos, S; Duskin, R; 2005). Pero
algunos de estos temas pequeños son sólo pretextos para otros más serios, como
el consumo de drogas y sexo; llegan a acumular dificultades creando un ambiente
estresante en la familia, o lo que conlleva a la destrucción de la misma. (Papalia,
2005). Las familias deben adaptarse conforme los adolescentes se hacen más
independientes y se preparan para dejar el hogar, padres e hijos deben renegociar
sus funciones para poder vivir en un ambiente con armonía.
Durante el paso de la adolescencia a la juventud crece enormemente la
importancia de los grupos de amigos, Craig (1997) menciona que conforme los
individuos se hacen más independientes de su familia dependen cada vez más de
amistades que les brinden apoyo emocional y sirvan como campo de prueba a
nuevos valores. Para Papalia (2005) el grupo de amigos es una fuente de afecto,
simpatía, comprensión y orientación moral, también es un lugar para experimentar,
así como un escenario para alcanzar autonomía e independencia de los padres.
Por lo tanto buscan con quien compartir características similares, eligen a sus
amigos, incluyendo a sus parejas, basados en actividades e intereses comunes,
lealtad y compromiso.
Este proceso resulta relevante en los jóvenes, tal como lo plantea De Garay
(2004), porque en la medida que ellos se integran a los diversos grupos
universitarios, el paso del bachillerato a la universidad será un proceso de
integración gradual y exitosa en ellos.
II.4 Juventud: la integración, proceso del paso de la preparatoria a la universidad
La población joven representa hoy en día una fuerza relevante en el contexto
nacional por su peso y por problemática. Si bien los jóvenes de hoy tienen acceso
a una gran cantidad de información y mayor posibilidad de tomar sus propias
decisiones, enfrentan nuevas carencias y temores asociados con los procesos de
modernización.
Al concluir el bachillerato, una de las decisiones más importantes en la vida
de un joven es la elección de carrera y luego la conclusión de la misma. Pero en
este proceso intervienen factores económicos, familiares, gustos, intereses,
prácticas de estudio, y la orientación recibida en la escuela, los cuales se ven
reflejados en el éxito o fracaso de esa elección. Se trata de jóvenes de entre 17 y
19 años de edad que viven en una sociedad que ofrece mucha libertad y
oportunidades de elegir un camino y descartar otros, esto puede llegar a
confundirlos, en una sociedad donde crecer significa responsabilizarse de las
elecciones que hacemos. Llegar a la juventud, según De Garay (2004), “significa
un proceso muy complejo a través del cual el joven adquiere y desarrolla
habilidades suficientes para incorporarse a la sociedad como un ente productivo y
sobre todo un proceso de asimilación de valores, normas y prácticas propias del
mundo adulto.”
Apter (2004) menciona que llegando a la mayoría de edad y al no estar
limitados ya por el papel de niños y por el control de los padres, llegan como
personas independientes, responsables y libres. A medida que los jóvenes luchan
por tener su propia identidad, necesitan ser consientes de su individualidad, tener
la sensación de que pertenecen y forman parte de algo.
El proceso de ingreso a la Universidad plantea una serie de cambios a los
que tiene que adaptarse el alumno para salir adelante. Autores como De Garay
(2004), Bartolucci, Acosta, y Rodríguez, (1981) mencionan que sin lugar a duda,
en el primer año de la licenciatura la ruptura pedagógica, cultural y familiar con
respecto al bachillerato es muy grande, los jóvenes entran en un universo
desconocido, a una nueva institución que va a romper en muchos sentidos con los
su mundo familiar y escolar previos.
Algunos autores han denominado a este proceso como integración. Al
respecto, De Garay (2004) plantea que la integración es una fase que consiste en
descubrir y asimilar la información y las prácticas escolares de la enseñanza
superior, en la cual se produce una adecuación entre las exigencias universitarias
en términos de contenido intelectual, los métodos de exposición del saber de los
conocimientos adquiridos y los hábitos de trabajo que desarrollan los propios
jóvenes dentro y fuera de las aulas. Esta fase produce cambios en su vida, su
personalidad, incluso, pueden ser objeto de una transformación tan radical que
facilite o bien, obstaculice su proceso de integración desde el punto de vista
académico y social.
En ello interviene la capacidad del sujeto para reconocer que el sistema de
educación superior exigirá de él un comportamiento intelectual mucho más
maduro y complejo (Romo y Fresán, 2001). Por lo tanto, lograr una rápida
integración a la institución tiene implicaciones definitivas para la permanencia.
Para De Garay (2004) la incorporación a la comunidad universitaria de una
institución de educación superior, supone un proceso en el que se combinan dos
tipos de integraciones, una es la institucional, lo que significa el aprendizaje y
dominio de las formas de organización, las normas, reglas, cultura, en la que
participan los jóvenes universitarios de una determinada institución. Al mismo
tiempo, se trata de un proceso de integración disciplinaria donde los estudiantes
tienen que demostrar su competencia como miembros de la comunidad disciplinar,
lo que significa compartir una serie de conocimientos comunes, y construirse una
nueva identidad. Una vez que se ha logrado la integración, el estudiante se
caracteriza como un miembro, alguien que comparte el lenguaje común del grupo
al que se desea pertenecer, ya que las perspectivas de los sujetos son recíprocas
y comparten la misma interpretación razonable de los acontecimientos que les
rodean.
¿Pero que pasa cuando no sucede esta integración? Si los alumnos de
primer ingreso no logran integrarse a las formas de organización de la educación
superior, surgen así los principales problemas de deserción o rezago que se
presentan con mayor frecuencia en las IES, sin embargo estos problemas han
sido abordados también desde la visión de una incorrecta elección de carrera por
una inadecuada orientación vocacional recibida en la preparatoria. Por ello se
pasa a delinear los principales aspectos a considerar en lo que sería una
adecuada orientación vocacional y la elección de carrera.
II.5 Orientación vocacional y elección de carrera
Una de las decisiones más importantes en la vida de un joven es la elección
de carrera y poder concluir con la misma, otra decisión importante y no menos
complicada es elegir a que universidad ingresar, lo positivo es que existe una gran
variedad de universidades las cuales ofrecen una amplia gama de carreras
técnicas, licenciaturas e ingenierías, lo negativo, es que muchas de ellas no están
en el lugar de origen del estudiante, lo que conlleva a este a emigrar, otro aspecto
negativo es el elevado costo de algunas carreras y universidades.
Toda decisión requiere información, una decisión tomada sin información es
una alternativa de muy alto riesgo (Rimada, 1993). En este proceso intervienen
factores tanto económicos, como familiares, gustos, intereses, prácticas de
estudio, así como también la orientación recibida en la preparatoria, viéndose
reflejado en el éxito o fracaso de la elección de carrera. Dentro de estos factores,
la orientación educativa ocupa un lugar importante, ya que de ella depende que el
alumno obtenga la información suficiente y necesaria para la elección de carrera.
La orientación es definida como el conjunto de métodos y técnicas para estudiar
las capacidades, valores y motivaciones del individuo (vocación) y los factores del
ambiente que son importantes para éste en la toma de decisiones relacionadas
con el estudio, el trabajo y otras actividades a lo largo de su vida (carrera); así
como el conjunto de teorías para explicar este proceso (Sánchez y Valdez, 2003).
La orientación como proceso educativo integra procesos formativos y no
solo informativos, ya que el orientador promueve en los orientados la formación y
transformación de sus capacidades pedagógicas psicológicas y socioeconómicas
durante toda la vida. Como proceso de vinculación tiene como meta vincular las
variables individuales (capacidades pedagógicas, psicológicas, socioeconómicas),
con las variables sociales (ambiente familiar, escolar, laboral); Como proceso
integrador es una actividad profesional dedicada permanentemente al servicio,
promoción, estudio e investigación de las capacidades pedagógicas, psicológicas
y socioeconómicas de los seres humanos y su vinculación armónica con el
desarrollo personal y social (Nava, 1994).
Para Sánchez y Valdez (2003) El orientador facilita el proceso en la toma de
decisión, ayudando al individuo en la elección y aumenta la probabilidad de que
ésta sea satisfactoria, por lo tanto es importante que el orientador explore algunos
aspectos del alumno para conocer si éste es capaz de tomar una decisión
relevante para su futuro dependiendo de los intereses capacidades y habilidades
del alumno. Es necesario que el alumno sea capaz de planificar su vida y su
carrera, debe de ser responsable para disfrutar de los beneficios o afrontar las
consecuencias positivas o negativas de sus actos.
La decisión que el individuo tome debe estar basada en sus intereses, habilidades y
capacidades, entrando en esta decisión la atracción, el deseo y el gusto por esa elección de
carrera. Si estos aspectos no son considerados o tomados en cuenta es muy probable que el
alumno repruebe o abandone sus estudios, siendo éste uno de los principales problemas que
enfrenta la educación superior.
Cuando una persona trata de tomar una decisión en relación con su carrera compara
la imagen que tiene acerca del mundo ocupacional con la que tiene de sí mismo. Osipow
(1999) menciona que la adecuación de la decisión sobre una carrera está basada en la
similitud que exista entre el concepto que un individuo tenga de sí mismo y el perfil
vocacional de la carrera que eventualmente él escoja.
Una de las grandes debilidades que enfrenta el sistema educativo radica en la
incapacidad para conseguir que los estudiantes concluyan su formación ya sea a nivel
básico o universitario (Ruiz del Castillo, 2002). La mayoría de los estudiantes que dejan la
universidad o cambian de carrera, lo hacen por decisión personal, ya sea porque no les
gustó la que escogieron, o porque era una segunda opción, ya que la primera y de mayor
preferencia no pudieron ingresar, el reprobar y sus consecuencias curriculares son los
aspectos de deserción más frecuentes.
II.5.1 Teorías sobre el desarrollo vocacional
Las teorías del desarrollo de carrera o vocacional se establecieron para
explicar los factores que afectan la toma de decisiones y el desempeño de dichas
actividades, por ejemplo la capacidad, la motivación, el gusto y la preferencia de
una persona con respecto a una determinada vocación. Estas teorías son
instrumentos que nos sirven para ordenar, jerarquizar y comprender los
fenómenos asociados al desarrollo de la elección de carrera. Sánchez y Valdez
(2003) mencionan que existen algunos modelos que agrupan las teorías de
elección de carrera en categorías más generales:
1. Teorías de rasgo factor
2. Teorías de la personalidad
3. Teorías del concepto de si mismo
4. Teorías sociológicas
5. Teorías de la toma de decisión ocupacional.
6. Teorías de carrera y del desarrollo de vida.
Como podemos observar son muchas las teorías de elección de carrera y
todas nos ofrecen ventajas pero también presentan algunas limitaciones para
entender los fenómenos vocacionales. Santrock (2003) menciona que las teorías
del desarrollo vocacional han recibido muchas críticas desde varios frentes
distintos, menciona que algunos críticos argumentan que son demasiado simples,
otros que hay muy pocos datos que las avalen. Es importante adoptar una actitud
crítica y flexible cuando se utilizan estas teorías para describir, explicar o predecir
la conducta vocacional.
II.5.2 Elementos que influyen en la decisión de elección de carrera
Hay muchos factores, tanto internos como externos, que se consideran
asociados a la toma de decisión y que motivan a una persona a elegir una opción
de entre varias, factores como las necesidades personales, las oportunidades,
habilidades y la conformidad social (Sánchez y Valdez, 2003).
Rice (1999) menciona que puede haber influencias significativas en la
elección de carrera sobre las que el individuo tiene un control mínimo. Tales
decisiones raramente son racionales y en la mayoría de los casos están basados
en el azar. Parece que lo que influye en la decisión es una combinación entre lo
planeado y lo ocurrido en el momento.
Sánchez y Valdez (2003) hablan de intereses vocacionales, definen interés
como la correspondencia entre ciertos objetivos y las tendencias del individuo
frente a ellas. Cuando el individuo considera, en su elección vocacional, la
atracción, el deseo, y el gusto, está considerando sus intereses. Mencionan
también que es poco común encontrar adolescentes con intereses claros y
precisos. Los intereses suelen estabilizarse alrededor de los 18 años, pero ya a
partir de los 15 se empiezan a establecer algunas áreas de las cuales el individuo
se aparta rara vez. Es aquí donde influyen diferentes factores en la elección de
carrera (Rice, P, 1999, Sánchez y Valdez, 2003, Santrock, J, 2003) entre los
cuales están:
1. Los padres, los cuales influyen en los intereses y actividades de sus
hijos desde el momento en que son pequeños mediante los
materiales
que
les
proporcionan
para
jugar,
fomentando
o
desanimando en determinadas aficiones e intereses, potenciando a
sus hijos participen en ciertas actividades y a través de las
experiencias totales que les proporcione la familia. Los padres a
veces ordenan, dirigen o limitan las elecciones de sus hijos
insistiendo en que vayan a cierta escuela o que se inscriban en
determinada área o que hagan cierta carrera, lo hacen sin considerar
las habilidades, intereses y deseos de los hijos, condenándolos tal
vez a una vida profesional en la que no estarán satisfechos.
2. El género, existe una posición que plantea que las carreras
particulares elegidas por varones y mujeres se encuentran
relacionadas con las expectativas y roles sociales tradicionales, por
ejemplo existen carreras como la ingeniería mecánica que parecen
ser casi exclusivas del hombre, mientras que otras como la
educación se relacionan con la mujer.
3. Las amistades, la mayoría de los adolescentes tienen planes que
concuerdan con los de sus padres y amigos. De esta forma los
amigos refuerzan las aspiraciones paternas porque los adolescentes
se juntan con compañeros cuyas metas son consistentes con las
metas de sus padres.
4. La escuela, los profesores y los orientadores, pueden ejercer una
gran influencia en el desarrollo vocacional de los adolescentes. El
centro escolar es el marco donde las personas entran en contacto
con el mundo del trabajo por primera vez, proporciona una atmósfera
para fomentar el propio desarrollo en lo que respecta al rendimiento
académico y al trabajo. La escuela es la única institución de la
sociedad que es capaz de proporcionar los sistemas necesarios para
la educación vocacional como instrucción, guía, colocación y
conexiones con la comunidad.
5. El nivel socioeconómico tiende a influir en el conocimiento y la
comprensión que los jóvenes tienen de las diferentes ocupaciones,
los hombres y mujeres de nivel socioeconómico bajo tienden a hacer
los únicos trabajos que conocen en el momento en que entran en el
mercado laboral. El entorno socioeconómico y cultural de los jóvenes
influye en el conocimiento de los trabajos y en las preferencias
laborales.
6. Tendencias sociales generales, como la moda las disposiciones
sociales, la competencia social y económica, influyen también
poderosamente en los intereses de los jóvenes. En una sociedad
para la que el rendimiento económico es lo más importante, no es de
extrañar que los jóvenes elijan unos estudios pensando sólo en un
título que les asegure prestigio y los capacite legalmente para
obtener el rendimiento económico posible.
Sánchez y Valdez (2003) mencionan que es necesario que estos agentes
de socialización, como la escuela, la familia y la sociedad en general, desempeñen
una función importante en el desarrollo de intereses en los adolescentes,
brindándoles a los jóvenes diferentes tipos de experiencias y oportunidades para
explorar y conocer distintos aspectos de la realidad, para desarrollar sus
habilidades y conocerse a sí mismos.
II.5.3 Motivos para la elección de carrera
Elegir y preparase para una vocación es una de las tareas evolutivas más
importantes de la adolescencia. Si se hace de forma sensata y realista, permite al
individuo entrar en una profesión en la que pueda adapatrse, encontrando
satisfacción y que pueda servir a la sociedad.
Sánchez y Valdez (2003) mencionan que un sujeto es maduro cuando
presenta ciertas características:
1. Cuando el sujeto es capaz de tomar decisiones de acuerdo a sus
capacidades, habilidades, intereses, aptitudes y contexto social,
2. Cuando ante una situación problemática analiza alternativas y
escoge la mejor asumiendo la responsabilidad de sus actos.
3. Cuando organiza sus acciones futuras para lograr los objetivos que
se ha trazado en la vida.
Hay varias razones psicológicas básicas que explican la importancia de la
elección vocacional. Según Rice(1999), todas las personas necesitamos satisfacer
nuestra necesidad de reconocimiento, elogio, satisfacción, aceptación, aprobación,
amor e independencia, y una forma de conseguirlo es asumiendo una identidad
vocacional, convirtiéndose en “alguien” a quien los demás puedan reconocer y a
quien puedan conceder satisfacción vocacional, sin embargo, algunas veces no se
hace una elección racional de la vocación.
Dentro de los motivos que hay para elegir cierta carrera se encuentran
aquellos que tienen que ver con preferencias, gustos, intereses personales,
situaciones económicas, por consejos familiares, porque en un futuro obtendrá
buenos ingresos económicos, porque hay demanda laboral, o porque se ofrece en
la ciudad en que radica el alumno. Puede ser un solo motivo o la combinación de
todos o algunos de ellos.
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