Mensaje de Prof. Dr. Ester Matzkin Newsletter del Grupo ALIMENTACION ENTERAL. 22/03/2009, 7:09 pm Eliminar La alimentación es tan solo la fórmula y manera de proporcionar al cuerpo humano unas sustancias que son indispensables. Estas substancias constituyen los materiales necesarios y esenciales para el mantenimiento de la vida. En el paciente pediátrico su estado nutricional condiciona potencialmente su desarrollo y crecimiento. El objetivo de la nutrición enteral es satisfacer las necesidades nutricionales requeridas para ciertas situaciones especiales o patológicas.En una gran parte de los pacientes críticos se observa una imposibilidad absoluta de ingerir alimentos y el resto suele presentar anorexia o hiporexia marcada. Muchos de ellos experimentan algún grado de hipermetabolismo, mal absorción intestinal y aumento de las perdidas de líquidos nutricionalmente importantes. La existencia de uno o más de estos factores determina la instalación en general de cuadros de desnutrición secundarias que pueden incidir en el pronóstico del paciente. La alimentación enteral consiste en la introducción de nutrientes a través de una Sonda colocada en la luz del aparato digestivo con la finalidad de nutrir a los pacientes que por diferentes circunstancias no alcanzan a ingerir la suficiente cantidad de alimentos para poder mantener o alcanzar un estado nutricional satisfactorioEn el caso de que los pacientes no puedan ingerir alimentos, es necesario administrar alimentos líquidos directamente al estomago o al intestino a través de una sonda gástrica. La alimentación enteral dispone de catéteres de alimentación blandos y de pequeño calibre con las puntas lastradas. Las formulas para alimentación por sonda varían desde leche hasta preparados comerciales. Estos preparados varían desde 1,0 hasta 2 calorías /ml y las proteínas representan del 3-7% de su composición.Es indispensable que el personal médico, de enfermería y de nutrición posea conocimientos sólidos sobre los procesos de digestión y de absorción, sobre las vías de administración de los nutrientes y sobre la composición y características particulares de las diferentes fórmulas enterales disponibles. Antes de iniciar un régimen de soporte nutricional por vía enteral, la nutricionista debe realizar la valoración del estado nutricional, según el protocolo correspondiente, y definir los propósitos del régimen (repleción, sostenimiento, reducción de peso, etc.) y el plan de administración, con base en los requerimientos proteico calóricos y las condiciones especiales del paciente. La mayor parte de las calorías son suministradas como glucosa o sucrosa, de modo que la osmolaridad de estas soluciones es elevada. Es importante tener presente que cuando se introducen estas soluciones de elevada osmolaridad en el sistema digestivo pueden producirse espasmos intestinales o cuadros diarreicos. La diarrea es la principal complicación asociada con la mayor parte de fórmulas de alimentación. La diarrea puede controlarse añadiendo pectina, o almidón y grasas. Es necesario administrar la alimentación mediante infusión continua en el estomago a lo largo de 24 horas en lugar de grandes bolus. Es recomendable iniciar la alimentación enteral con una cantidad de 50 ml/ hora de una fórmula de alimentación diluida seguida de un aumento del volumen y después de la concentración de la formula hasta alcanzar entre 100-150 ml/hora de la formula de concentración completa. La alimentación enteral puede suplementarse con una ingesta oral. Si la alimentación es rica en sodio puede producirse hipernatremia. La hemorragia gástrica o duodenal es un problema frecuente de los pacientes en estado critico y la patogenia se relaciona en parte a la ausencia de alimentos y a la falta de neutralización del ácido gástrico del estomago. La nutrición enteral es una técnica de soporte nutricional que consiste en administrar una fórmula alimentaria liquida de características especiales mediante sonda, directamente al aparato digestivo en situaciones en que el paciente con tracto gastrointestinal funcionante, no deba, no pueda o no quiera ingerir alimentos en cantidades suficientes para mantener un desarrollo pondoestatural y nutricional adecuado. Existen situaciones en que se debe valorar su empleo: Neonatología: Gran prematuridad. Displasia broncopulmonar. Malnutrición proteicocalorica de cualquier etiología: Primaria. Fibrosis mística. Cardiopatía congénita. Insuficiencia renal crónica. Sida. Ontología. Enfermedad pulmonar crónica. Enfermedades digestivas. Trastornos en la deglución. Reflujo gastroesofágico. Lesiones esofágicas (estenosis, atresia) Enfermedad inflamatoria intestinal. Pseudo obstrucción intestinal. Síndrome del intestino corto. Enteritis postirradiación quimioterapia. Fístulas digestivas. Diarrea crónica. Pancreatitis aguda. Hepatopatía crónica. Enfermedades neurológicas: Coma. Parálisis cerebral. Estados hipermetabólicos : Grandes quemados. Enfermedades metabólicas. Glucogénesis tipo I. Fases de descompensación. Aminoacidopatias. Anorexia nerviosa. En los pacientes críticamente enfermos son sumamente frecuentes las alteraciones funcionales y estructurales del aparato digestivo, por otra parte el tubo digestivo tiene en su luz noxas que de ser absorbidas pueden producir un daño local o sistémico, por lo mismo el mantenimiento de su capacidad de barrera del intestino es una función primordial, la falla intestinal no solo determina la aparición de una mala tolerancia enteral sino que también es la responsable del paso de los gérmenes y toxinas desde la luz del intestino hacia el resto del organismo causando de esta forma endotoxemia i sepsis de origen intestinal conocida también como traslocación de gérmenes y bacterias. Esta teoría tiene cada vez mayor apoyo y nos indica fuertemente el papel protagónico que desempeña el intestino en la iniciación y el mantenimiento de la infección y el shock del paciente crítico.Explicar al paciente el tipo de procedimiento a que será sometido y sus beneficios Pedir autorización al paciente para realizar el procedimiento (consentimiento informado) Realizar el procedimiento en privado Elevar la cabecera de la cama a 45o Inspeccionar los orificios nasales y determinar el más competente, haciendo que el paciente respire a través de una fosa nasal mientras la otra es ocluída Calcular la distancia aproximada hasta el estómago, midiendo la longitud desde la punta de la naríz al lóbulo de la oreja y desde ahí hasta la apófisis xifoides. Si se pretende una intubación nasoduo denal, añadir a esa medida 20- 30 cm Irrigar la sonda con la guía puesta, esto facilitará el retiro posterior de la guía metálica Lubricar el extremo distal de la sonda. Si el paciente es capaz de cooperar, pedirle que degluta agua, gelatina o compota para facilitar su paso a través de la faringe Hacer que el paciente flexione ligeramente la cabeza, esta maniobra favorece el cierre momentáneo de la vía aérea, y degluta al tiempo que se le introduce la son da. Verificar que la sonda no esté enrollada en la boca o en la faringe Si el paciente empieza a toser retirar la sonda hasta la nasofaringe e intentar nuevamente Asegurar la sonda a la nariz con esparadrapo hipoalergénico. Señalizar con un marcador el sitio de salida de la sonda para con trolar su posición posterior mente Confirmar si la sonda ha quedado ubicada en el estómago, aspi ran do el contenido gástrico. Si no es posible obtener aspirado gás trico, solicitar una radiografía del abdomen abdomen o en su defecto, una ra dio grafía portátil del tórax en que se vea la cámara gástrica Irrigar la sonda con la guía puesta Retirar la guía y guardarla en la habitación del paciente Registrar en la historia clínica digital la ubicación exacta de la sonda y escribir las órdenes corres Complicaciones Obstrucción de la sonda: puede ser debida a restos de alimentos o medicamentos secos en el interior de la sonda. En este caso intentar pasar agua tibia por la sonda mediante una jeringa, si no se logra desobstruir administrar 5ml de bebida de cola y después pasar de 5-10ml de agua. Si no se desobstruye retirar e instaurar una nueva sonda. Recordar que después de cada toma es imprescindible pasar siempre agua por la sonda. Extracción de la sonda: por causa accidental o voluntaria. Volver a colocarla. Nauseas y/o vómitos: puede ser debidas a una posición incorrecta del paciente, velocidad inadecuada de infusión, excesivo contenido gástrico, causas relativas a la dieta o medicación. En estos casos colocaríamos al niño en la posición correcta, incorporándolo 30-45º. Pararíamos la nutrición de una a dos horas, si al aspirar no existe retención gástrica reanudaríamos la administración a velocidad adecuada, si existe retención averiguar el posible origen. Tos irritativa: posible salida parcial de la sonda, este caso comprobar que la sonda este fijada y colocada adecuadamente. Diarrea: puede ocasionarse al pasar el alimento demasiado rápido, al administrar el alimento demasiado frío o al utilizar inadecuadas normas higiénicas. Parar y reiniciar la administración de 1-2horas, administrar el alimento a temperatura ambiente. Estreñimiento: Producto con poca fibra, inactividad. Aumentar líquidos o fibra y si es posible, deambular. Sensación de sed: revisar la ingesta de líquido. DRA ESTER MATZKIN