Rishikesh ciudad sagrada Cuando llegamos a Rishikesh quedamos rodeados de un aura particular. La ciudad vive al ritmo de las oraciones de las miles de almas que celebran el hinduismo a orillas del río sagrado Ganges. Capital internacional del yoga, Rishikesh es un destino que nadie que esté buscando espiritualidad y bienestar debe perderse. Yerinne Park Foto superior: templo y centro de yoga cerca de Lakshman Jhula (puente) Foto inferior: puja (rezo) de la tarde al borde del Ganges A orillas del Ganges, sobre los ghâts de un antiguo templo en Rishikesh, un anciano medita sentado en la posición del loto. El sol se pone lentamente sobre el valle. El cielo se llena de colores anaranjados, dejando flotar un velo dorado sobre el agua del Ganges. El anciano abre los ojos y se pone a cantar un mantra para dar las gracias al dios Ram, el personaje principal de la epopeya mitológica hindú Ramayana. En los templos vecinos, las voces se alzan y las tablas (un tipo de tambor) resuenan. Los cantos traspasan el silencio, y pronto, en la oscuridad, los fuegos de las pujas (oraciones), mezclados con los perfumes de incienso, confieren al lugar una atmósfera mística. En el corazón de la puja, nos dejamos llevar por las melodías a la gloria de los dioses hindúes. Los pandits (sacerdotes) bendicen a los fieles cuando llega el final de la ceremonia, y todos se apresuran a llegar a las orillas del río para dejar su diya (lámpara) y sus oraciones, arrastradas por la corriente del río. Anita, una joven hindú de Delhi, ha venido a Rishikesh por primera vez en su vida. Ha pensado muchas veces en este peregrinaje, aunque sin decidirse. «Es la voluntad de dios, el destino, como se diría», dice sin ocultar su emoción. Una peregrinación por las orillas del Ganges es algo imprescindible para todos los hindúes. Según sus creencias, cualquiera que se bañe en el Ganges con devoción es perdonado de todos sus pecados. Aquí, por todas partes, los vendedores ambulantes proponen frascos y otras botellas vacías para llevar un poco del río sagrado consigo. Mientras que los peregrinos se juntan, las impresionantes estatuas de los dioses, gigantescas y llenas de color, parecen proteger la ciudad. 32 Enero-Febrero 2015 Destino La India De paseo por el campo, cruce el puente para llegar a la otra orilla, donde podrá charlar con los sadhus o meditar en uno de los numerosos ashrams