LA RETRIBUCIÓN DE LOS ADMINISTRADORES DE UNA SOCIEDAD Las funciones que desarrollan los administradores de las sociedades mercantiles, en particular las Pymes, son funciones variadas y que en muchos casos pueden tener una doble consideración. Así, por un lado estos administradores ejercen las funciones propias de su cargo de administrador y por otro lado ejercen funciones totalmente ajenas a la propia labor de un administrador societario. Pongamos un ejemplo. Una sociedad limitada (SL) familiar en la que se desarrolla una actividad económica de restaurante. En esta empresa trabajan el marido y la mujer, él como cocinero y ella atendiendo a los comensales. Él es administrador único de la empresa, llevando a cabo dos tipos de funciones: Por un lado las funciones básica de todo administrador societario, es decir, las actividades de gestión, dirección, administración y representación de la entidad. Es él quién se encarga de negociar con los bancos la financiación de la empresa, prepara, en colaboración con su asesor, las convocatorias de las Juntas, confecciona las liquidaciones periódicas del IVA, deposita las CCAA de la empresa etc. Además, cada día trabaja como cocinero en el restaurante. Como norma general, en estas pequeñas empresas el cargo de administrador, según sus Estatutos sociales NO es retribuido. ¿Qué debe tener en cuenta en relación a la retribución? Aparentemente todo es muy claro y sencillo. El problema surge por las retribuciones que percibe este señor de su sociedad. Si esta retribución no está bien delimitada y lo que se hace es retribuir simplemente sus funciones de administrador, puede surgir un gran problema ante el que la AEAT no ha tardado en reaccionar: si el cargo de administrador es gratuito según los estatutos sociales, toda retribución que haga la sociedad a su administrador, por las funciones propiamente dichas de administrador, no tendrá la consideración de gasto deducible para la empresa en su Impuesto sobre sociedades. Esta interpretación que efectúa la Administración Tributaria se hace en base a que si los propios estatutos de la sociedad dicen que el cargo de administrador es gratuito, toda retribución que se efectúe por dicha función será lo que se conoce con el nombre de una “liberalidad”, que según la Ley del Impuesto sobre Sociedades en ningún caso tienen la consideración de gasto fiscalmente deducible. En cuanto a su retribución como cocinero, que en principio sería un salario para él, no habrá problema desde un punto de vista fiscal siempre y cuando esta retribución sea acorde con las condiciones normales de mercado, siendo deducible en el Impuesto sobre sociedades de la empresa. Resumiendo… La postura de la Administración Tributaria es que para que sea deducible en el Impuesto sobre sociedades la remuneración a un administrador es ABSOLUTAMENTE NECESARIO que conste en los estatutos que el cargo de administrador es retribuido, de ahí que en aquellos casos que sea necesario se debe proceder a modificar los estatutos sociales de la empresaPara cualquier duda o para ampliar la información, no dude en ponerse en contacto con su asesoría TAX Economistas y Abogados. Descárgese este y otros TAX Informa en la nueva web de TAX. Infórmese de todas las novedades que afecten a su empresa