3. ANTECEDENTES 3.1 Introducción En pequeñas cantidades muchos metales son nutrientes necesarios para la vida acuática y humana, pero en concentraciones superiores a las necesarias pueden llegar a ser tóxicos (Manaham, 2007). Aunque son elementos naturales que se pueden encontrar en ambientes donde no hayan existido impactos ambientales, su presencia en las aguas y su acumulación depende del tipo de sedimento o rocas presentes en toda la cuenca (Araya, 2006). Debido a la contaminación del agua y sedimentos por sustancias químicas como pesticidas y metales en las últimas décadas los estudios de calidad de las cuencas hidrográficas han adquirido gran interés, dado el incremento de la población en sus riberas, el creciente grado de industrialización y los aportes del sector primario que se presenta (Araya, 2006). La importancia que tiene el estudio de metales pesados en aguas y sedimentos es por su elevada toxicidad, alta persistencia y rápida acumulación por los organismos vivos, conociendo que dentro de los contaminantes más tóxicos prioritarios enumerados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Registro Internacional de Sustancias Potencialmente Toxicas (IRRPTC), se encuentran los metales y su interés se centra en el arsénico (Hernández-Pañalver et al, 1999). El arsénico ha estado entre nosotros durante miles de años, pero solo hace décadas entidades como la Environmental Protection Agency (EPA) y gobiernos de países se han interesado en este elemento debido a sus comprobados efectos nocivos para la salud (Herane, 2007). Su aporte al ciclo hidrológico procede de diversas fuentes, siendo una de ellas de origen litogénico o geoquímico a partir de los minerales que por causas de erosión, lluvias, etc, son arrastradas al agua (Lillo, 2007). La presencia de arsénico en el ambiente ha sido muy notoria en diversos países como Argentina, Brasil, Chile, China, Estados Unidos, Hungría, Japón, Vietnam, India, México y Taiwán en donde la ingesta de arsénico en elevadas concentraciones a largo plazo, principalmente el agua contaminada ha causado grandes daños a la salud como: “La enfermedad del pie negro” en Taiwán, en Bangladesh , al oeste de Bengala en la India, donde las personas que viven en esas regiones han presentado cáncer de piel. Solamente en China y México las elevadas concentraciones de arsénico encontradas en el ambiente han sido derivadas de una acción antropogénica, como son las actividades mineras y la quema de carbón respectivamente (Galetovic y De Fernicola, 2003). 4 En México se han encontrado niveles altos de arsénico en diferentes acuíferos granulares del centro y noroeste de la república y en el agua subterránea de varias regiones como Zimapán, Hidalgo , Tlamacazapa, Guerrero, Mexticacán, Teocaltiche y San Juan de los Lagos, en el estado de Jalisco, la Comarca Lagunera , zonas mineras de San Antonio-El Triunfo en Baja California y Santa María de la Paz en San Luis Potosí, así como en áreas geotermales de Michoacán (Los Azufres) y Puebla (Acoculco y Los Humeros) (Espino-Valdés et al, 2009). El arsénico fue clasificado por la International Agency for Research on Cancer (IARC), como un agente carcinogénico para humanos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un valor orientador para agua de bebida de 10 mg As/L. Por su parte la Environmental Protection Agency (EPA), considerando estimativas de riesgo realizadas utilizando modelos estadísticos basados en observaciones en humanos y extrapolando los datos para concentraciones inferiores a 50 µg/L, redujó el valor guía para arsénico en el agua potable de 50 µg/L para 10 µg/L (Galetovic y De Fernicola, 2003). 3.2 Características químicas del arsénico y su concentración en el ambiente Arsénico (As), elemento químico numero 33 de la tabla periódica se encuentra en casi toda las faz de la tierra, su peso atómico es de 74.922 (Herane, 2007). La química del arsénico es muy similar a la del fosfato (Manaham, 2007) es muy común en la atmosfera, en rocas y suelos (ASTDR, 2005), en forma de diferentes compuestos orgánicos e inorgánicos (AragonésSanz, 2001). Se ha clasificado químicamente como un metaloide, por poseer propiedades tanto de un no metal como de elemento metálico; sin embargo, se refiere comúnmente como un metal (Lillo, 2007). Los estados de oxidación más comunes del arsénico son -3, 0, +3 y +5. De estos, el AS0 y As+3 son característicos de ambientes reductores. Los aniones AS0, ASO4-3, HAsO4-2 y H2As0+3 son las formas móviles más comunes del arsénico, si bien la movilidad de éste en el suelo es proporcional a la cantidad de arsénico existente e inversamente proporcional al tiempo y a los contenidos de óxidos hidratados de hierro y aluminio (Kabata y Pendias, 1992). La toxicidad del As depende de su valencia (trivalente o pentavalente) o sus combinaciones, presentan mayor o menor riesgo para la salud humana (Galvão y Corey, 1987). En los mamíferos, los arsenicales trivalentes son al menos 100 veces más tóxicos que los derivados pentavalentes. La toxicidad del arsenito As+3 se debe a su unión a los grupos sulfhídrilo de las proteínas, en cambio el arsenito As+5 se debe a que actúa como análogo tóxico del fosfato para actividades de transporte y de fosforación enzimática, lo que impide la síntesis del ATP (Cervantes y Moreno, 1999). La combinación del arsénico con otros compuestos químicos altera mayormente su toxicidad, principalmente con el hidrógeno forma la arsina un gas extremadamente tóxico (Galvão y Corey, 1987). Los compuestos con arsénico han sido empleados como plaguicidas y herbicidas en la agricultura, conservadores de madera, aditivos alimenticios para ganado, en la industria del vidrio y la cerámica, en aleaciones de cobre y plomo, inclusive en algunos medicamentos antiparasitarios. La combustión de carbón y la fundición de metales son las principales fuentes de arsénico en el aire (Maldonado-Vega, 2009), el cual es uno de los pocos elementos disponibles con un 9.9999% de pureza (Herane, 2007). El As en la naturaleza se encuentra distribuido en una variedad de minerales formando por lo común sales de Cu, Ni, Fe óxidos y sulfuros (Cervantes y Moreno, 1999) como orpimenta (As4S6) y arsenopirita (FeAsS) (Espino-Valdés et al, 2009). No puede ser destruido en el ambiente, solamente puede cambiar de forma o puede adherirse o separarse de partículas (ASTDR, 2005). Su origen es debido a fenómenos naturales como erupciones volcánicas, meteoritos, etc., estas partículas pueden pasar al suelo de forma directa, por deposición, o bien de manera indirecta previa absorción por parte de las partes aéreas de la cubierta vegetal del suelo, que ejerce un papel de filtro que retrasa la depositación de estas partículas (Sierra, 2005). Las concentraciones de As en aguas oceánicas presentan valores muy bajos próximos a 0.001-0.008 mg/L (Galvão y Corey, 1987), en aguas superficiales la concentración varía entre 0.1 y 1 mg/L (Martínez, 2001). En el suelo está presente en una concentración promedio de 2 mg/kg y en los alimentos se presenta cerca de 1 mg/kg o menos (Galvão y Corey, 1987). 3.3 Características de los sedimentos Los sedimentos son materiales que se acumulan en el fondo de cuencas hidrográficas, los depósitos pueden ser de origen detrítico, químico u orgánico, resultante de la erosión de rocas, precipitaciones de elementos en el agua o acumulación de materia orgánica y que son depositados cuando disminuye la energía del fluido que los transporta (agua o viento). La composición del sedimento depende de los materiales que le dieron origen por procesos de meteorización u otros directamente influenciados por el hombre (Araya, 2006). Los sedimentos naturales son mezclas de varias fases, normalmente de residuos de la erosión de arcillas y otros aluminosilicatos de hierro e hidróxidos de aluminio y sulfuros, también por sustancias producidas por la actividad biológica, ya sea orgánica (microorganismos, detritus y sustancias húmicas) o inorgánica (carbonatos, silica, y fosfatos) (Araya, 2006). La composición original puede transformarse de varias formas después de la depositación del sedimento por procesos de diagénesis, litificación y metamorfosis. Pueden encontrarse en dos formas: sedimentos en suspensión, los cuales están constituidos por partículas mas finas mantenidas en suspensión por los remolinos de la corriente y sólo se asientan cuando la velocidad de la corriente disminuye; y los sedimentos depositados, que en general están constituidos por partículas de mayor tamaño que se depositarán por la fuerza de gravedad (Araya, 2006). El tamaño del material particulado de los sedimentos es un parámetro importante ya que los metales pesados están asociados a la partículas pequeñas de estos, las arcillas, que poseen carga negativa en la superficie, y debido a su gran área superficial con relación a su volumen son altamente reactivas y pueden intercambiar cationes, y a partículas mayores como las arenas que tienen un diámetro que varía entre 2 y 0.05 mm (Manaham, 2007). 3.4 Presencia de arsénico en agua y sedimento El arsénico puede encontrarse en el agua en forma natural (Galvão y Corey, 1987), por ejemplo debido al ascenso de fluidos magmáticos e hidrotermales, desorción y disolución con arsénico (Fernández et al., 2005) como también en rocas sedimentarias y rocas volcánicas (Castro, 1999) por procesos de erosión y vulcanismo, pero generalmente proviene de desechos industriales (Galvão y Corey, 1987). Cualquiera que sea su origen la contaminación por arsénico sucede naturalmente en el suelo y en minerales, por lo tanto puede entrar al aire, al agua y al suelo en polvo que levanta el viento (Maldonado-Vega, 2009). Por otro lado, los estados de oxidación del arsénico y su facilidad de formar oxianiones permite que muchos compuestos comunes de arsénico puedan disolverse en agua (MaldonadoVega, 2009). Particularmente la movilización del arsénico hacia el agua se ve favorecida por su desorción a partir de óxidos de hierro y de metales que se presentan en los acuíferos poco profundos que subyacen grandes regiones aluviales (Espino-Valdés et al, 2009). Sin embargo, tanto en acuíferos profundos como someros se ha encontrado elevadas concentraciones de arsénico, por lo que la profundidad de agua subterránea no parece ser un indicador de la susceptibilidad a su movilización de las características geoquímicas e hidrológicas prevalecientes (Espino-Valdés et al, 2009). En aguas naturales el arsénico presenta como especie disuelta, en dos estados de oxidación, arsénico trivalente As+3 y arsénico pentavalente As+5 y con menos frecuencia como As0, As-1 y As-2 (Lillo, 2007). El comportamiento ambiental del arsénico dentro del sedimento está condicionada básicamente por las condiciones redox y el pH (Pinzón, 1999), donde prevalecen condiciones oxidantes, el arsénico está disuelto en el agua sobre todo en forma de As+5 con pH neutros o tendiente a la alcalinidad, siendo la especie predominante HAsP4 para pH<6.9 y HAsO4-2. En aguas subterráneas con condiciones reductoras, el pH suele estar cerca de la neutralidad y el arsénico está mayoritariamente en su forma más tóxica As+3, y la especie disuelta dominante es H3AsO3 para pH <9.2 (Fernández et al., 2005). Las elevadas concentraciones de arsénico en el agua potable registradas a nivel mundial son de origen natural, es decir, están relacionadas con algunos de los diversos procesos geológicos como los casos que se presentan en la región norte y centro de Argentina y Chile (Fernández et al., 2005). Según Gibbs (1973), hay cinco mecanismos principales para la acumulación del arsénico en los sedimentos: a) Adsorción sobre sustancias de grano fino b) Precipitación de compuestos metálicos c) Coprecipitación de metales mediante entrampamiento por hidróxidos de Fe, óxidos de Mn y carbonatos d) Asociación con moléculas orgánicas e) Incorporación en minerales cristalinos Los sedimentos pueden actuar como portadores y posibles fuentes de contaminación, debido que los metales pesados no se quedan permanentemente y pueden ser liberados a la columna de agua por cambios en las condiciones ambientales tales como pH, potencial redox, oxigeno disuelto o la presencia de quelatos orgánicos (Förstner and Westrich, 1987). Sin embargo, en el sedimento gran parte del arsénico natural presente se ha visto incrementando por la interferencia del hombre, especialmente por las industrias de Cobre, Plomo, Zinc y la agricultura (Herane, 2007). 3.5 Interacción agua-fase sólida: movilización y retención de arsénico Hay tres factores que intervienen en el lento intercambio químico de una especie química; en particular se puede identificar: 1.- EL movimiento a través del límite de la capa líquida a través del agua intersticial dentro del sedimento; está limitada por la lentitud del proceso de difusión. 2.- Las especies químicas pueden estar fuertemente confinadas dentro del sedimento. 3.- Podría ser una barrera química entre el límite de la columna de agua y el sedimento. En muchas sustancias, los factores 1 y 3 pueden ser más importantes que el factor 2, en especial para el caso de los sedimentos de los lagos (Pinzón, 1999). Se han estudiado un número de sustancias, entre las que se encuentran muchos contaminantes peligrosos como pesticidas y metales pesados, los que desaparecen rápidamente de la columna de agua en el sedimento, donde presenta una gran persistencia (Lee, 1990). Aunque no se conoce el mecanismo detallado de la movilización del arsénico, en los acuíferos sedimentarios se ha confirmado que las condiciones anaerobias (Espino-Valdés et al, 2009), entre el sedimento inalterado y la columna de agua es por lo general poco y lento (Lee, 1990), favoreciendo la disolución de minerales, principalmente sulfuros que contienen arsénico (Espino-Valdés et al, 2009). El intercambio entre sedimentos inalterados y el agua están restringidos a una profundidad de entre 5 y 10 cm, antes que una liberación química, lo que usualmente se hace es controlar el intercambio de sedimento-agua (Lee, 1990). Existen dos categorías fundamentales de procesos geoquímicos de interacción agua-fase sólida que controlan la movilización del arsénico en el agua: 1) Reacciones de adsorción y 2) Reacciones de precipitación-disolución de la fase sólida (Lillo, 2007), además de factores que están controlados por el pH, y las condiciones redox (Fernández et al., 2005), por ejemplo a pH ácido, inferior a 5, aumenta su movilidad y disponibilidad ya que aumenta la solubilidad de los óxidos de hierro y aluminio, por lo que se libera el arsénico retenido en ellos (Sierra, 2005). 3.6 Adsorción/ desorción de arsénico en la fase sólida Los procesos de interacción de los metales con los sedimentos son muy complejos, y el sistema sedimento-agua tiene relevancia en las diferentes reacciones químicas de los metales, como los equilibrios de adsorción y desorción, además para los procesos pro-biótico (Lillo, 2007). En el caso del arsénico, suele encontrarse en las aguas en dos estados de valencia: Arsenito As+3 y Arsenato As+5. La fuerza de adsorción de estas especies arsenicales por las superficies de la fase sólida, dependerá en gran parte de las diferencias de carga entre las especies acuosas y la fase sólida (Lillo, 2007). Tanto arsenito como arsenato son absorbidos en la superficie de una gran variedad de materiales presentes en el medio como son los óxidos de metales, sobre todo de hierro, manganeso y aluminio (Lillo, 2007). Las tecnologías usuales para remoción de este contaminante son coagulación-filtración, intercambio iónico, adsorción en alúmina activada y osmosis inversa, cada una de ellas tiene alta eficiencia y limitaciones (Rivera y Piña, 1999). Las eficiencias de remoción para As+5 son mucho mejores que la remoción de As+3, debido a sus propiedades eléctricas (Rivera y Piña, 1999). 3.7 Normalización Aunque la mayor parte de las técnicas actuales de evaluación ambiental son diseñadas para proveer datos sobre el estado o tendencias de indicadores ecológicos tales como metales, algunas son deficientes en su capacidad para distinguir entre los cambios naturales y los inducidos por el hombre. Un potencial indicador de un ingreso antropogénico en los sedimentos es la presencia de concentraciones enriquecidas o más altas de metales que las concentraciones naturales (Summers et al., 1996). Las diferencias en la composición del sedimento como es la distribución del tamaño de partícula y mineralogía, afectan la concentración natural de metales (Loring, 1991). Se ha utilizado un enfoque geoquímico para compensar la alta variabilidad de los metales en sedimentos, y para detectar y cuantificar la contaminación antropogénica (Summers et al., 1996). Este enfoque está basado en un procedimiento que implica la normalización matemática de las concentraciones de metales y las concentraciones de un elemento proxy para los cambios mineralógicos y tamaño de partícula en los sedimentos (Loring, 1991). Las concentraciones tanto de Fe como de Al han sido utilizadas exitosamente para normalizar concentraciones de metales debido a que tienen las siguientes características: a) Están entre los elementos más abundantes de la corteza terrestre. b) La proporción de las concentraciones de metales con respecto a las concentraciones de Al o Fe son relativamente constantes en la corteza terrestre. c) Tanto el Al como el Fe, no tienen una fuente antropogénica significante (Velinsky et al., 1994). La ventaja de utilizar Al como un factor de normalización en lugar del Fe, es que está más firmemente asociado con la fracción aluminosilicato que es la fase portadora de los metales dominantes en el sedimento. El Al es altamente refractario y su concentración generalmente no es influenciada por las fuentes antropogénicas (Scropp y Windom, 1988). 3.8 Índice de geoacumulación Se dice que un suelo está contaminado cuando ha superado su capacidad de amortiguación para una o varias sustancias, de manera que un nuevo aporte de una de ellas produce un efecto dañino reconocible en la estructura, composición o funcionamiento del ecosistema (Sierra, 2005). Para estimar la intensidad de contaminación en los sedimentos Muller (1979), definió el Índice de Geoacumulación (Igeo), el cual ha sido utilizado desde finales de los sesentas y se ha empleado extensamente en estudios europeos en la determinación de metales en los sedimentos, principalmente aluminio, sucesivamente se ha aplicado en la determinación de contaminación del suelo (Yaquin et al., 2007). El Igeo permite comparar el grado de contaminación actual y pre-industrial, el cual se determina mediante el logaritmo natural de un metal ya conocido presente en la corteza terrestre (background), multiplicado por el valor actual del metal de interés a estudiar, todo esto divido entre 1.5 que es una constante que permite analizar fluctuaciones naturales en el contenido de una sustancia dada en el ambiente y detectar influencias antropogénicas muy pequeñas (Yaquin et al., 2007). El Igeo clasifica los sedimentos en 7 grados o clases: no contaminados, no contaminado a moderadamente contaminado, contaminado, moderadamente contaminado, moderado a altamente altamente a extremadamente contaminado y extremadamente contaminado (Yaquin et al., 2007). A esta última categoría pueden adscribirse de forma provisional, y por un plazo de tiempo determinado aquellos suelos en los que sea precisa la realización de estudios complementarios para determinar el nivel de contaminación (Sierra, 2005). 3.9 Arsénico y toxicidad En los últimos años ha sido muy común escuchar acerca de intoxicaciones por metales y sus efectos contra la salud, tomando en cuenta que el contenido de los metales en la corteza terrestre es inferior a 0.1% y en general, se encuentran en minerales, suelo y agua, a concentraciones usualmente bajas. Sin embargo las actividades antropogénicas han aumentado sus concentraciones en el ambiente (Maldonado-Vega, 2009). En la naturaleza, el arsénico se encuentra libre y combinado en una gran número de minerales, generalmente en forma pentavalente (Albert, 2005), el cual es 5-10 veces menos toxico que el trivalente (Maldonado-Vega, 2009). La toxicidad de un compuesto con arsénico para los humanos depende en gran medida de su forma química, diferenciándose dos grupos de compuestos: los inorgánicos y los orgánicos. (Aragonés-Sanz, 2001), donde los derivados orgánicos son menos tóxicos que los inorgánicos (Maldonado-Vega, 2009) y comúnmente se encuentran sobre todo en los alimentos (Aragonés-Sanz, 2001). La mayor parte del arsénico inorgánico adsorbido es eliminado por la orina principalmente como acido dimetilarsínico (acido cocodilico). El arsénico y sus compuestos se introducen al organismo principalmente por (Galvão y Corey, 1987): a) Inhalación de polvos en el aire contaminado, que en el pulmón se absorbe en una proporción de 50% de lo inhalado. b) Ingestión, en donde el sistema gastrointestinal absorbe en promedio 80% del arsénico; esta cantidad es variable según las características del compuesto y del individuo. c) Absorción a través de la piel, aunque no se tienen datos cuantitativos de la capacidad de absorción aunque si un ser humano ingiere una gran cantidad de arsénico, en una forma que se adsorba fácilmente, puede provocar un envenenamiento rápido y la muerte. El intestino, el corazón y el sistema nervioso se ven afectados (Aragonés-Sanz, 2001). Por medio de numerosos estudios se sabe que una exposición a largo plazo causa lesiones características en la piel principalmente en el tronco y las extremidades (Shannon y Strayer, 1989) o la aparición de manchas de pigmentación en la piel, así como cáncer de piel, pulmón, vejiga o riñón (Aragonés-Sanz, 2001). Son numerosos los efectos producidos por una intoxicación por arsénico, pero se pueden resumir de la siguiente manera (Galetivic y De Fernicola, 2003): a) Efectos gastrointestinales: El arsénico produce una directa irritación gastrointestinal, pero el mayor daño es la absorción de arsénico que se realiza en la sub mucosa capilar. Algunos de los efectos producidos son vómitos, nauseas, dolor abdominal y diarrea. b) Efectos respiratorios: Este tipo de efectos se produce cuando el contacto se produce mediante la inhalación, algunos de los efectos puede incluir: tos crónica y dolor de garganta. Pero los efectos crónicos de tipo de intoxicación genera hemorragias alveolares y edemas pulmonares. c) Efectos dermatológicos: Los efectos del arsénico en la piel suelen ser los más notorios, ya que es donde se produce el mayor contacto y, por lo tanto, la mayor acumulación en el organismo. Los efectos en la piel pueden ser desde la inflamación hasta casos más extremos de hiperpigmentación, pérdida de cabello y cáncer. d) Efectos hepáticos: Cuando el hígado tiende la acumulación de arsénico, los efectos que se pueden generar son: cirrosis, hipertensión y neoplasia hepática. e) Efectos renales: Los riñones, de la misma forma que el hígado, pueden acumular arsénico frente a repentinas exposiciones. Este sistema es la mejor ruta de excreción de arsénico del organismo pero también es donde se produce la transformación del arsénico a su forma más tóxico, desde As+5 a As+3. Como otros órganos del cuerpo el arsénico tiende a producir modificaciones a nivel celular. Una de las principales formas en que se puede detectar una acumulación del arsénico en los riñones es una deshidratación acelerada y, finalmente produciendo una total falla renal f) Efectos cardiovasculares: Básicamente los efectos que produce el arsénico se manifiestan como efectos en miocardio, lo que finalmente genera taquicardias. g) Efectos neurológicos: El arsénico en este caso ataca al área sensorial y motor, pero además puede dañar el sistema nervioso central, produciendo efectos tales como: disminución de la concentración, depresión y ansiedad. h) Efectos mutagénicos: Este tipo de efecto se relaciona con la alteración del material genético (ADN), identificando como variaciones en la estructura o numero de cromosomas. El arsénico en su forma trivalente es mucho más genotóxico que en su forma pentavalente i) Efectos reproductivos: Se ha detectado que la fuente de contaminación es a través de la placenta, esto produce o induce malformaciones de todo tipo. j) Efectos cancerígenos: Los casos más comunes de cáncer producidos por arsenicísmo, son el cáncer a la piel, pero también se puede presentar cáncer en la lengua, al pulmón, al riñón, hígado e incluso producir leucemia. Debido a los problemas de salud antes mencionados se ha, modificado la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-1994 en cuanto a la concentración máxima permisible de arsénico en el agua potable. Esta modificación programa una disminución anual de 0.005 mg/L, partiendo de un valor de 0.05 mg/L en el año 2000 hasta alcanzar 0.025 mg/l en el 2005 (Galetovic y De Fernicola, 2003). 3.10 Criterios de calidad de sedimento En México no existen criterio alguno a la norma que regule la calidad ambiental de arsénico en el sedimento, a pesar que en el sedimento se tiende a acumular un gran número de contaminantes, principalmente metales (Shea, 1998), por lo que a menudo se ocurre a la evaluación ambiental comparando los niveles de contaminantes con estándares o valores de referencia internacionales, empero no todos se ajustan a las condiciones locales prevalecientes en cuencas prioritarias o carece de valores de referencia para determinados contaminantes (Amezcua y Gonzales, 2007). Debido a esto, los resultados obtenidos en el presente estudio se compararon con los Criterios de Calidad para metales en sedimentos contaminados (LEL, Nivel de Efecto Bajo) y sedimentos altamente contaminados (SEL, Nivel de Efecto Severo) considerados muy tóxicos para la vida acuática, reportados por Long y Morgan (1990) y Persaud et al. (1993). Si el LEL es excedido, el metal puede impactar moderadamente la salud de la biota; mientras que si el SEL es excedido, el metal puede impactar severamente la salud de la biota (Bibi et al., 2007).