AUTOS: “ROMANO CORRALES, JOSE Y OTROS C/ESTADO – PODER JUDICIAL ­ EJECUCION DE SENTENCIA ­ EXCEPCION DE INCONSTITUCIONALIDAD ART. 9 DE LA LEY NRO. 19.310” – FICHA 109­136/2015.­ Suprema Corte de Justicia: En cuanto al fondo de la quaestio, este Ministerio, en el presente estadio procesal, habrá de reiterar el Dictamen emitido en autos “SANTOS, PABLO c/ PODER JUDICIAL –SUPREMA CORTE DE JUSTICIA –EXCEPCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD ART.9 DE LA LEY 19.310” – Ficha 465­18/2015, en el cual se señalara que: 1) Ha de examinarse en primer término el agravio formal expuesto en relación al art. 9 de la ley 19.310, a fin de determinar si, tal y como lo invoca la accionante, este precepto (y por ende la ley que lo contiene) exigía para su sanción mayorías parlamentarias especiales, propias de las normas presupuestales. Determinar lo anterior presupone examinar, de forma apriorística, la naturaleza jurídica del art. 9 ejusdem. Y, para ello, debe atenderse al contexto general del articulado, el cual dispone, in totum, lo siguiente: “Exclúyese al Inciso 16 "Poder Judicial" de lo previsto en el artículo 400 del Código General del Proceso (Ley N° 15.982, de 18 de octubre de 1988, en la redacción dada por la Ley N° 19.090, de 14 de junio de 2013). /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 1 A partir de la promulgación de la presente ley, toda ejecución de sentencia de condena, laudos arbitrales y transacciones homologadas judicialmente que obligue al Poder Judicial al pago de una cantidad líquida y exigible devenida firma, será abonada con cargo al presupuesto del Inciso. La eventual acción de repetición prevista en el artículo 25 de la Constitución de la República será ejercida por los servicios de abogacía del Poder Judicial contra el o los funcionarios responsables, cuando el organismo condenado sea el Poder Judicial.” 2) El primer extremo a considerar impone atender que se trata de una norma modificativa del art. 400 del Código General del Proceso , esto es, se trata de un precepto modificativo de una norma procesal . Su cotejo, se torna, pues, ineludible y contextualizado, en especial los nrales. 400.1 ,400.4, 400.5 y 400.7.­ El art. 400.1 disponía en su texto original: “Sentencias contra el Estado.­ La ejecución de las sentencias de condena contra los Incisos 02 a 27 y 29 del Presupuesto Nacional así como los laudos arbitrales y Transacciones homologadas judicialmente que les obliguen al pago de una cantidad líquida y exigible, seguirán el siguiente procedimiento.” Los arts. 400.4 al 400.7 disponían: /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 2 Art.400.4: “El tribunal comunicará al Ministerio de Economía y Finanzas, en un término de diez días hábiles, a partir de ejecutoriado el fallo liquidatorio, que deberá depositar en la cuenta del Banco República Oriental del Uruguay del acreedor o de quien éste autorice, el monto de la liquidación, en el término de treinta días corridos a partir de la notificación, atendiéndose la erogación resultante con cargo al Inciso 24 "Diversos Créditos", previa intervención del Tribunal de Cuentas.” Art. 400.5: “La Tesorería General de la Nación comunicará al tribunal actuante, al Inciso condenado y al Ministerio de Economía y Finanzas la fecha del depósito, teniéndose ésta como fecha de extinción de la obligación. La reliquidación del crédito comprenderá el período transcurrido entre el vencimiento del término conferido para el pago y la fecha del depósito.” Art. 400.7: “El Inciso condenado una vez notificado de la fecha de pago iniciará un procedimiento administrativo tendiente a determinar si corresponde promover la acción de repetición contra el funcionario o los funcionarios responsables del daño causado, de acuerdo a lo establecido por el artículo 25 de la Constitución de la República, remitiendo su opinión y copia autenticada de los antecedentes al Ministerio de Economía y Finanzas. El Poder Ejecutivo, previa vista al funcionario o funcionarios responsables, ordenará la promoción de la acción de repetición, si fuera pertinente mediante el acto administrativo correspondiente.” /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 3 3) Como puede observarse, el art. 400.1 unificaba o agrupaba indistintamente a los posibles co­demandados estatales, regulando el procedimiento para “la ejecución de las sentencias de condena contra los Incisos 02 a 27 y 29 del Presupuesto Nacional”. En su caso entonces, independientemente del Organismo accionado y perteneciendo éste a los Incisos allí comprendidos, ”… el Ministerio de Economía y Finanzas, en un término de diez días hábiles a partir de ejecutoriado el fallo liquidatorio (…) deberá depositar en la cuenta del Banco República Oriental del Uruguay del acreedor o de quien éste autorice, el monto de la liquidación…”. El art.9 de la ley 19.310 excluye de entre los Incisos 02 a 27 y 29 del Presupuesto Nacional, al Inciso 16 (Poder Judicial) , de modo tal que actualmente las disposiciones del art.400 del C.G.P deben entenderse aplicables a los Incisos 02 a 15, 17 a 27 y 29 de dicho Presupuesto. Bajo el régimen vigente, y en cuanto al procedimiento, el litigante ganancioso ya no recibe la suma a que se condena judicialmente el pago por intermedio del Ministerio de Economía y Finanzas, sino que el Poder Judicial (en la hipótesis de ser demandado y condenado por sentencia firme), abonará dicha suma con cargo a su Inciso. 4) Ahora bien: el examen in totum del art. 400 del multicitado Cuerpo normativo, en su primitiva redacción, ilustrará de mejor manera la naturaleza jurídica de dicho precepto: no obstante originariamente /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 4 regular el pago de las condenas patrimoniales que recayeran sobre “los Incisos 02 a 27 y 29 del Presupuesto Nacional”, y no obstante hacer pesar sobre el Poder Ejecutivo toda la carga económica de pago de sentencias inclusive recaídas contra otro Poder el Estado, no por ello es posible afirmar que las leyes nros.15.982 y 19.090 (Código General del Proceso) en general, ni el art. 400 en particular, sean normas presupuestarias. Si esto indubitablemente es así, la sóla circunstancia de ampliar el elenco de Incisos contemplados en el dispositivo impugnado, o bien de desagregar alguno de ellos (como ha ocurrido en el sub­lite), no transforma la naturaleza jurídica de la ley, que continúa siendo una norma regulatoria del procedimiento de ejecución de condena cuando el obligado a su satisfacción es un Organismo estatal. 5) Por demás, debe atenderse que todos y cualesquiera de los “obligados al pago” no son , en definitiva, sino los sujetos pasivos de la relación jurídico­procesal ya preexistente (los cuales no son impuestos ni modificados por la ley atacada), y los que deberán responder o bien en virtud de su legitimación pasiva directa, bien en virtud de las normas de responsabilidad “subsidiaria” o bien “solidaria”, o bien en condición de agentes de retención del pago, o de ordenadores del mismo. En todos los casos, responderán conforme los principios de la responsabilidad y de la reparación integral del daño, principios amparados no solamente por las normas civiles /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 5 sino también de incuestionable raigambre constitucional. Por consiguiente, cuando el art.9 de la impugnada señala la obligación de pago a quien fuera parte demandada, no está sino atribuyéndole la condición de sujeto pasivo en el proceso de ejecución de sentencia, independientemente de si ello importa que el condenado a satisfacer el crédito reclamado afecte su patrimonio o disminuya sus activos, dado que, de regla, toda condena judicial al pago de una suma de dinero importa necesariamente una disminución del activo patrimonial de la persona física o jurídica perdidosa. Como puede apreciarse, extremos estos carentes de incidencia respecto de la naturaleza jurídica del precepto de marras, al menos en cuanto a su aptitud para recategorizar el art. 400 del Código General del Proceso como “norma de naturaleza presupuestal”. 6) Bien es correcto que es posible suponer una modificación de un texto legal que, por su alcance y/o contenido, transforme la norma de adjetiva a sustantiva, o viceversa, o bien que acumule ambas características. Empero, para atribuir naturaleza presupuestal a una ley, no basta con la irrupción de una norma posterior, que amplíe o desagregue Incisos a la ley procesal o procedimental. O, lo que es igual, la naturaleza presupuestal de una ley no deriva de adjudicar legitimación pasiva procesal a los Organismos estatales, sin perjuicio que el nuevo status jurídico genere, por lógica consecuencia, una disminución de su patrimonio en caso de condena. /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 6 7) A su vez, la descontextualización de los incs. 1 y 2 del art.9 de la ley 19.310, de su apartado final , importa y genera el desplazamiento de la previsión jurídica contenida en el inc.3ero, (el cual deviene inescindible), y que refiere a la vía a través de la cual se prevé el recupero de las sumas abonadas por concepto de condenas judiciales firmes, esto es, a través de la denominada “ acción de repetición”. Considerado pues el art.9 ejusdem en su contexto armónico, cabe concluir que no es propio de la norma presupuestal asignar capacidad procesal para constituirse en sujeto pasivo de la relación procesal, a la vez que ordena el consecuente procedimiento procesal de repetición, a fin de obtener el reembolso de lo abonado en base a los fundamentos de la responsabilidad civil extra­contractual o aquiliana. Los fondos que por intermedio de normas de naturaleza presupuestal asigna el Parlamento a los diversos Organismos estatales para el mejor cometido de sus funciones, así como aquellos que por el contrario, entiende pertinente cancelar o retirar (cualquiera sean las razones económicas y políticas , exentas todas ellas del examen de los Magistrados), son fondos públicos, esto es, aquellos que el Estado puede disponer dentro del marco de la Constitución y la ley, pero no son fondos que se hallan en el acervo líquido de los particulares y sujetos a acciones legales, incluyendo las cautelares y los embargos. /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 7 Como señala certeramente VALENZUELA, “La norma procesal esencialmente da los medios para realizar los intereses jurídicos cuando han quedado insatisfechos; y aunque esos medios no dejan de ser bienes de la vida, son bienes considerados como medios y no como fines. Ahora bien, esos medios son iguales cualquiera que sea el interés material no satisfecho llevado al proceso. La norma procesal es indiferente al derecho subjetivo material que se trata de realizar mediante ella.” Bien es verdad que al disponerse quién ha de constituirse en legitimado pasivo de la relación procesal en el proceso de ejecución, puede afectarse el activo de un Organismo o de un Poder del Estado; empero, ello importa que al mismo, cualquiera fuere, no puede reconocérsele privilegios en detrimento de los justiciables, por lo que encarta en la razonable ética jurídica que el condenado ­aún siendo un Poder del Estado­ sea quien tenga la legitimación pasiva para que el litigante puede acceder al cobro de su crédito. Si bien pudieren existir razones que aconsejen otra solución fuera de lo estrictamente procesal (propias de las áreas política y de la economía), ello es ajeno a la regularidad constitucional de la ley. Porque además, en definitiva, y como observa el autor citado, “la norma procesal se adapta a cualquier derecho subjetivo material; a todos puede contener, y para que pueda aplicarse le es indiferente el derecho que motiva su aplicación”. (Valenzuela, Arturo ­ Derecho Procesal Civil (1983), MEX. ­ Ed .Carrillo ­pags.179 a 187). /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 8 8) Si se atiende a que la norma presupuestal se caracteriza por referir a la formulación, ejercicio, contralor y evaluación del gasto público como expresión de la política económica del Estado en el próximo quinquenio, en dicha categorización no podrían incluirse aquellas normas que ordenan el procedimiento de pago de las condenas judiciales, en tanto su existencia no dependerá de la voluntad política ni de las directrices económicas, sino de su reconocimiento jurisdiccional a través de sentencias de condena, y que son consecuencia del no pago voluntario de obligaciones de regla ajenas a aquellas metas político­económicas del Estado. Por demás, no debe desatenderse que, precisamente por tratarse las sentencias de condena (en general), de erogaciones prescindentes de la autoridad política, y emanadas exclusivamente de la órbita jurisdiccional, es por ello que ya con anterioridad ­para afrontar su pago­ el legislador había previsto modificaciones del crédito presupuestal asignado (indexaciones) a los organismos estatales, sin diferenciación alguna. Ejemplo de ello es la disposición contenida en el art. 52 de la ley 17.930, la cual dispuso que “…podrán comprometerse gastos de funcionamiento o de inversiones sin que exista crédito disponible cuando se trate del cumplimiento de sentencias judiciales, laudos arbitrales, o situaciones derivadas de lo establecido en los artículos 24 y 35 de la Constitución de la República”. (V.gr. art. 15 TOCAF en su actual redacción, y art. 52 cit., el cual /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 9 derogó los artículos 30 y 31 de la Ley Nº 17.296 de 21 de febrero de 2001, este último en la redacción dada por el artículo 82 de la Ley Nº 17.556, de 18 de setiembre de 2002.) 9) En definitiva, y respecto del vicio formal que se denuncia respecto del art.9 de la ley 19.310, por no tratarse de una norma de naturaleza presupuestal (independientemente que en caso de verificarse las hipótesis de demandas de ejecución contra el Poder Judicial, el pago de las obligaciones irradien consecuencias directas sobre la liquidez del Organismo), para su aprobación no son exigibles las mayorías especiales previstas en la Constitución Nacional, a las que, en estos obrados, hace referencia la accionante . 10) Ha de ingresarse entonces al examen de los agravios que, respecto del fondo de la quaestio, han sido expuesto en el libelo introductorio del accionamiento en Vista. Y bien: se dijo por este Ministerio en anterior pronunciamiento supra referido, que varios son los extremos que coadyuvan de forma negativa en cuanto al progreso del planteo de inconstitucionalidad incoado en autos, posición que a continuación se reitera, señalándose que: En primer término, debe considerarse el origen de las obligaciones que a partir del dictado del art. 9 impugnado, son puestas a cargo del Poder Judicial. Al respecto, cabe consignar que dichas obligaciones no son /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 10 creadas por el Poder Legislativo a partir de la norma atacada; tan ello así, que no existirán ni cobrarán virtualidad jurídica hasta tanto sean los propios Órganos del Poder Judicial los que reconozcan y declaren la existencia de un crédito a satisfacer por el mismo. De otro modo: la determinación de la legitimidad del crédito , de sus montos y de su ejecutoriedad, corresponde a los propios organismos judiciales, ya fueren Juzgados, Tribunales o la propia Suprema Corte de Justicia, dependiendo de las etapas e instancias procesales recorridas por la parte demandante. Empero, en ningún caso serán los restantes Poderes del Estado (Ejecutivo o Legislativo) los que le impongan al Poder Judicial las cantidades de créditos a reconocer ni las sumas a abonar por ellos. A tal extremo en nada dependen estos extremos de Órganos ajenos al Poder Judicial, que en todos aquellos procesos en que proceda que el impulso de parte habilite una instancia casatoria, puede razonablemente y previsiblemente verificarse una hipótesis en que la Corporación, Órgano jerarca del Poder obligado al pago, resolviendo imparcialmente respecto de la demanda indemnizatoria sometida a su consideración, deba reconocer la existencia del crédito reclamado y ordenar su pago, aún cuando ello ocurra en detrimento del activo patrimonial del Poder Judicial. 11) Debe atenderse asimismo, que el texto de la atacada, y su compatibilidad con el régimen normativo vigente en materia presupuestaria, /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 11 permiten sostener que de modo alguno el Estado (a través de la expresión legislativa de marras), ha impuesto la reducción o supresión del apoyo material al Poder Judicial, siendo que a estar a la actual normativa, el mismo subsiste a través de las denominadas “indexaciones”, que son permitidas de forma extraordinaria cuando la situación así lo requiere; entre dichas hipótesis de imprevisibilidad se hallan, precisamente, la partidas suplementarias que pueden aportarse a fin de cubrir gastos originados en el pago de sentencias judiciales, y deviene objetivamente incontrastable que en dicha previsión no se excluye al Poder judicial. En tal sentido, debe tenerse presente lo recogido en el art. 15 del TOCAF, conforme las disposiciones contenidas en la ley 15.903, de 10 de noviembre de 1987, artículo 464, y ley 17.930 de 19 de diciembre de 2005, artículo 52, cuya transcripción , por su trascendencia en autos, se reitera: “No podrán comprometerse gastos de funcionamiento o de inversiones sin que exista crédito disponible, salvo en los siguientes casos: 1) Cumplimiento de sentencias judiciales, laudos arbitrales o situaciones derivadas de lo establecido en los artículos 24 y 25 de la Constitución de la República.” Como viene de señalarse, el art.9 de la ley 19.310 no ha modificado las antedichas normas respecto de la asignación de partidas extraordinarias para situaciones puntualmente señaladas en las mismas, ni de forma expresa o implícita ha excluido al Poder Judicial de las previsiones presupuestales (estas sí), referidas supra. /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 12 12) En lo que atañe a la motivación que tendría el legislador para otorgar un trato diferencial (negativo) y por ende asignar un tratamiento normativo perjudicial, afectando así la igualdad entre los tres Poderes del Estado, debe concluirse que, habida cuenta de sostenerse por este Ministerio que no se está ante una norma de naturaleza presupuestal que imponga obligaciones arbitrarias al Poder Judicial, ni que excluya al mismo del auxilio patrimonial a que refiere el art. 52 de la ley nro. 17.930, no podría por ende concluirse que se hubiera verificado aquella afectación de los principios de separación de Poderes y de Igualdad, consagrados y protegidos constitucionalmente. Por consiguiente, si las nuevas cargas que pudieren recaer sobre el patrimonio disponible de la accionante no son consecuencia de gastos ajenos al Poder Judicial sino derivados de las propias decisiones jurisdiccionales de sus Órganos, y si el Poder Judicial cuenta por ley con el apoyo financiero necesario en caso de que sus activos no permitan cubrir tales erogaciones (cfme. el multicitado art. 52 de la ley 17.930), no podría estarse ante una hipótesis de afectación de la separación de Poderes o la igualdad con la que el marco normativo debe regular la actividad de los mismos. 13) Lo anterior, queda dicho sin perjuicio que ­ tal como lo ha sostenido esta Fiscalía reiteradamente en ocasión de emitir dictámenes en acciones o excepciones de inconstitucionalidad­ las razones de mérito o /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 13 conveniencia de una ley quedan exentas del contralor de los Magistrados. Ello importa que, independientemente de las razones que hubieren motivado al legislador, entre las cuales puede suponerse varias intelecciones compatibles con el principio de regularidad constitucional de la norma, cualquiera que fuere en realidad la atribuible, ello no puede ser pasible de revisión y consideración (cuando menos de calificación) por los Organos jurisdiccionales, y menos aún podrían fundamentar el acogimiento de un planteo de inconstitucionalidad de la ley. Por lo dicho, ya fuere por una razón de orden, por la cual todo demandado debe hacerse cargo de las condenas impuestas por el Poder jurisdiccional, ya fuere por descongestionar la gestión financiera del Ministerio de Economía y Finanzas, ya fuere por razones de política financiera y ordenamiento del gasto, es dable atribuir una interpretación armónica del art. 9 de la ley 19.310 con la Carta y en especial con los principios constitucionales que se dicen afectados. Siempre, atendiendo la relevancia que adquiere la plena vigencia del art. 52 de la ley 17.930 (TOCAF, art, 15), en tanto el perjuicio económico que denuncia la accionante y la directa afectación de las funciones esenciales que incuestionablemente presta como Poder del Estado , no se ven virtualizados, estando expeditos los mecanismos habituales de solicitud de refuerzos presupuestales para dar cumplimiento a las sentencias judiciales, y que no pudieren ser cubiertos con las asignaciones propias del Poder Judicial. /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 14 14) Existe, igualmente, otro fundamento que no debe desatenderse pues no es menor: la responsabilidad patrimonial del Estado, consagrada en los arts. 24 y 25 de la Constitución Nacional no permite que ninguno de los Órganos públicos quede exento de asumir los costos de lo que el constituyente denomina “…daño causado a terceros, en la ejecución de los servicios públicos, confiados a su gestión o dirección”. Ello importa que, de principio, todo Organismo por igual es jurídicamente responsable del daño que pudiere causar su gestión, ejecutada por sí o sus funcionarios. De hecho pues que la responsabilidad civil tiene ­entre las consecuencias de su verificación y consagración judicial­ la obligatoriedad de proceder al pago del daño irrogado, no pudiendo ser trasladable dicha carga salvo hipótesis tales como subrogación, sustitución, solidaridad, cesión, garante, etc., o las propias del derecho público, en la cual la Administración coordina recursos humanos y materiales entre sus diferentes Organismos, de modo tal de obtener un mejor y más pronto cumplimiento de los fines propuestos. Si bien en el caso de autos se evidencia que el Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Economía y Finanzas reunificó para sí el pago de los créditos judicialmente reconocidos contra el Estado, esto obedece a una política legislativa que se ha entendido oportuna y mejor para el justiciable (Código General del Proceso, art. 400), empero, ello no significa que proyectar otro mecanismo diverso, v.gr. el pago directo de cargo de los propios /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 15 demandados , fuere inconstitucional, o represente un tratamiento discriminatorio entre los Poderes del Estado. 15) Finalmente, cabe atender a un extremo también objetivamente constatable: el nuevo procedimiento que ­a razón del cambio de sujeto pasivo obligado al pago­ debe realizar el acreedor titular de sentencia firme de condena para la efectivización del cobro, notoriamente se ha simplificado, y por ende agilizado, lo cual es reconocido por la accionante en su libelo introductorio. Así, el art. 400.4 preveía que: “El tribunal comunicará al Ministerio de Economía y Finanzas, en un término de diez días hábiles, a partir de ejecutoriado el fallo liquidatorio, que deberá depositar en la cuenta del Banco República Oriental del Uruguay del acreedor o de quien éste autorice, el monto de la liquidación, en el término de treinta días corridos a partir de la notificación, atendiéndose la erogación resultante con cargo al Inciso 24 "Diversos Créditos", previa intervención del Tribunal de Cuentas. 400.5 La Tesorería General de la Nación comunicará al tribunal actuante, al Inciso condenado y al Ministerio de Economía y Finanzas la fecha del depósito, teniéndose ésta como fecha de extinción de la obligación. La reliquidación del crédito comprenderá el período transcurrido entre el vencimiento del término conferido para el pago y la fecha del depósito.” /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 16 Bajo la égida del art. 9 ejusdem, el demandante de un crédito (habiendo sido parte demandada el Poder Judicial), que le es reconocido por fallo ejecutoriado, posee ahora una vía más expedita para el cobro de las sumas a las que la justicia le hubiere declarado corresponder. Sin ingresarse a ninguna calificación de mérito respecto de uno u otro procedimiento, lo antedicho representa un extremo coadyuvante a la naturaleza jurídico­procesal de la norma, la que posee incidencia directa en el procedimiento a seguir en la etapa de ejecución de sentencias. Por los fundamentos transcriptos, este Ministerio estima que el art. 9 de la ley 19.310 (modificativo del art.400 del Código General del Proceso), no padece ­ni en lo formal ni en lo sustancial­ el vicio de incompatibilidad constitucional que se denuncia , por lo cual el accionamiento incoado en autos no podrá prosperar. Montevideo, 8 de agosto de 2016.­ MA/ma/sa Dr. Jorge Díaz Almeida Fiscal de Corte y Procurador General de la Nación /home/susana.acosta/Escritorio/ROMANO CORRALES Jose y otros c.ESTADO P.J..doc 17