rojado la semilla después de comida la parte carnosa. Diré de paso

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Gundlach.
-r- C A T Á L O G O
DE
LOS
MAMÍFEROS
CUBANOS.
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rojado la semilla después de comida la parte carnosa. Diré de
paso que ninguna especie de las conocidas hasta ahora en los
Estados-Unidos come frutas, y que todas son insectívoras.
Tenemos géneros que de dia se esconden en hendiduras, v. gr.,
Molossns, Vesperus, y otros que se cuelgan en cuevas, almacenes, etc., por las patas posteriores, quedando la cabeza hacia
abajo, v. gr., Chilonycteris, Mormops, A.rtibeus,
Phyllonycteris. Los individuos de una misma especie viven en sociedad; y
si existen varias especies en una cueva, se observará que cada
especie ocupa un paraje distinto en esas habitaciones tenebrosas.
Respecto al daño ó utilidad para el hombre, se nota que el
daño consiste casi únicamente en la destrucción de frutas, pero
se puede también poner en cuenta que ensucian con sus excrementos, que esparcen un olor desagradable, no contando con
el horror que causan los murciélagos á muchas personas cuando
entran en los cuartos ó dormitorios. Utilidad prestan por la destrucción de numerosos insectos, y cuando vuelan durante algún tiempo en una habitación, hay seguridad de que han destruido una infinidad de mosquitos y de moscas.
Las personas que han visitado cuevas grandes, habrán notado
en los salones habitados por millares de murciélagos un piso
blando, aveces convexo. Este pisó está formado por los excrementos de los murciélagos; y como en la parte más alta del salón duerme mayor número de ellos que en los lados, ha caido
en el centro del suelo más estiércol que en las orillas. Estos
excrementos son, pues, una especie de guano, y se han hecho
pruebas de usarlo como abono en iügenios y en vegas: el resultado ha sido satisfactorio.
Aunque la isla de Cuba sea tan pobre en animales mamíferos
indígenas de otros órdenes, tiene sin embargo un gran número
de especies de murciélagos en comparación con otras tierras.
El Dr. Alien, en su Monografía de los murciélagos del Norte de
América (que forma parte de las Smitksonians
Miscellaneous
Collections), enumera en 1864 solamente veinte especies para
todo aquel vasto territorio, cuando la isla de Cuba me ha ofrecido hasta ahora igual número de especies, que todas he podido
observar en la parte occidental desde Cárdenas hasta San Cristóbal, porque las especies observadas en las otras partes de la
isla eran las ya conocidas.
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