Viernes 27 de mayo de 2011 | 05:00 Ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno Moreno: "No hay manera de superar el subdesarrollo sin integración con los vecinos" El canciller aborda los distintos frentes abiertos con nuestros países vecinos y profundiza en la necesidad de buscar consensos para el crecimiento mutuo. Esta es su carta de navegación. Patricia Arancibia Clavel. Alfredo Moreno Charme (55) es la antítesis de un canciller de hierro. Lleva 14 meses en el cargo y ha logrado enfrentar las dificultades, especialmente con nuestros vecinos, usando como arma la solidez de los argumentos, una gran capacidad de negociación y una mirada integradora hacia el futuro. Sencillo y poco dado a las formalidades diplomáticas, lleva con naturalidad la responsabilidad de representar a Chile en el exterior. Nos recibe en el piso 15 del antiguo hotel Carrera, en una oficina amplia y sobria que refleja su forma de ser. ? - André Maurois señaló una vez que la diplomacia era “el arte de expresar la hostilidad con cortesía, la indiferencia con interés y la amistad con prudencia” ¿Es válida la definición? - Solo regularmente. Es cierto que aquí uno tiene que ser prudente y mesurado, pero hoy la diplomacia es mucho más abierta y directa. Se tratan de encontrar puntos comunes y la manera de hacerlo es conociendo cuáles son los intereses propios y ajenos. Ha cambiado la forma en que se relacionan los presidentes. Antes viajaban poco e incluso debían solicitar permiso para salir del país. Ahora el trato es personal y tanto presidentes como cancilleres, hablan o se reúnen casi a diario. - ¿Cómo evalúas el discurso del 21 de mayo en cuanto a tu área? - Muy bien. El presidente se refirió a los temas vecinales donde Chile está absolutamente abierto al diálogo. Chile quiere dar a conocer sus intereses, conocer los de otros y buscar soluciones, porque está convencido que es en la integración con los otros países, donde podemos dar un salto grande hacia el desarrollo y superar algunos problemas de vecindad que tenemos hace tiempo. Adicionalmente, el Presidente se refirió al tema de la modernización del ministerio. La cancillería tiene que ser un cuerpo más ágil, más dinámico, adecuada a las circunstancias de cada momento. - ¿Hubo algo que no dijo? - Por falta de tiempo no mencionó –pero estaba escrito- todo el tema de los polos de desarrollo. Chile tomó una decisión hace ya muchas décadas -que fue seguida por los gobiernos de la Concertación- de ser un país abierto al mundo. El comercio exterior representa el 70% del producto, una cifra enorme, por lo que nuestra diplomacia tiene que estar muy activa y conectada con esos polos de desarrollo, en Estados Unidos, Europa y Asia. De lo que pase allí depende mucho nuestro futuro. - Con todo, las relaciones con los países vecinos han sido prioridad del ministerio. Llamó la atención el cambio de énfasis y la firmeza con que el presidente se refirió a la inexistencia de problemas con Bolivia. - No creo que haya habido un cambio tan grande. La posición de Chile es la de siempre: cualquier conversación se inicia a partir de respetar lo que ya acordaron nuestros antepasados y que ha sido la base de cómo nos hemos entendido y vivido. Esto está establecido en tratados y ha funcionado para todas las partes. Reconociendo los acuerdos que tenemos, se puede avanzar, buscando cosas de común acuerdo para resolver los problemas que puedan surgir. Ahora, el problema de hoy no lo ha planteado el presidente Piñera sino el presidente Morales cuando el 23 de marzo, unilateralmente decidió cambiar el camino de diálogo olvidándose de entender que hay que respetar los tratados existentes. - Se ha señalado que parte de la actual distancia está marcada por las diferencias ideológicas de sus gobiernos y, en lo puntual, por la participación de Chile en el desenmascaramiento de uno de sus jefes policiales, vinculados a drogas. - Esas razones no son válidas. Si bien el esquema de desarrollo de Chile ha tenido modificaciones en este gobierno, en lo central sigue la misma línea que los anteriores y que se diferencia claramente al de Bolivia. Además, todo 2010 y hasta marzo de este año tuvimos un trabajo afiatado y positivo. Hubo ocho o nueve reuniones entre los dos presidentes e innumerables encuentros entre los cancilleres. Hemos avanzado en la agenda de 13 puntos y ellos lo han reconocido en declaraciones públicas. Dudo que haya habido algún período con más avances concretos en cada uno de los temas pendientes, que éste. - ¿Y en cuánto al tema del general Sanabria? - No conozco el proceso, pero entiendo que ellos han encontrado que hay pruebas para lo que está sucediendo. En todo caso, si hubiese habido un problema con nosotros, habría dado para alguna conversación y eso no ha pasado. Yendo más al fondo, este camino nuevo de Bolivia no lleva a una buena solución. Si Bolivia quiere resolver ciertos problemas concretos que perciben, la vía era la que estábamos siguiendo. - ¿Qué nos puede ofrecer Bolivia para que estemos dispuestos a repensar su posible salida al mar? - Pienso que es en la integración donde hay un futuro y donde todos los países ganan. Comentábamos con el canciller brasilero del gobierno de Lula, cuando podríamos inaugurar el corredor bioceánico que parte en Brasil, pasa por Bolivia y llega a Chile, beneficiando a los tres países. Él me decía que dicho proyecto le recordaba lo que se hizo en Estados Unidos, cuando hace más de 100 años -como vemos en las películas de cow-boys- el ferrocarril conectó allí el Atlántico con el Pacífico, integrando el continente. Acá en América Latina, nos impresionamos y 100 años después no terminamos de hacer los caminos entre ambos océanos. Hay que insistir en la integración. - Desde la época de Bolívar que se habla de integración y siempre el obstáculo es la desconfianza. Ya nos pasó con el gas con Argentina… - Así es. Pero creo que en el pasado ha habido mucha integración lírica, discursiva, y poca integración concreta. No hay manera de que superemos el subdesarrollo si no existe integración con los vecinos. Chile no obtiene energía de ninguno de los países limítrofes ni tampoco les vende y eso hay que modificarlo. Lo que sucedió con el gas argentino fue una experiencia positiva durante un tiempo, pero muy negativa después. Pero eso no puede detenernos. Tenemos que encontrar soluciones. Por ejemplo, ya hemos empezado las negociaciones con Perú, Colombia y Ecuador, para interconectar todos nuestros sistemas eléctricos. Hoy Colombia tiene superávit de energía y en el norte de Chile hay carencias con precios dos y tres veces más altos. Hay que aprovechar ese potencial. Ya hay casos concretos funcionando hoy en América Latina y hacia allá debemos ir también nosotros. - ¿Cómo estamos con Perú? La Concertación ha criticado que mientras nos llevan al Tribunal de la Haya, seguimos buscando acercamientos… -No sólo tenemos que ver las dificultades y tratar de resolverlas, sino que insistir, en las palabras y en los hechos, en las ventajas de la integración. Tenemos un potencial enorme y pongo sólo como ejemplo que somos dos de los países mineros más grandes del mundo. Pese a la demanda, durante los gobiernos anteriores se mantuvieron las inversiones, la migración y se firmó un TLC que ha funcionado estupendamente. He conversado con muchos ex cancilleres y llego a la conclusión que con aquellos pocos que expresan diferencias, ellas son de menor magnitud. El tema de la Haya se va a terminar a fines del 2012 o en el 2013 y, ¿qué vamos a hacer ahí? Yo sostengo que debemos mantener el espíritu de integración para que podamos seguir por la buena senda iniciada. - ¿Tiene en verdad la política exterior chilena una sola voz? -Si hay un lugar en donde se requiere una sola voz es aquí. La política exterior es una política de Estado y no nos podemos dar el lujo de tener dos o más voces respecto a temas fundamentales. Una debilidad en esta materia sólo beneficia a otros y no a la ciudadanía. - ¿Funcionan las reuniones con los ex cancilleres y se toman en cuenta los distintos puntos de vista? - Funciona la reunión con ex cancilleres, con el Comité Asesor del límite marítimo para el tema específico con Perú, y funcionan todas las instancias en materia de relaciones vecinales. En cuanto al mundo político, solamente en el último tiempo, con el Presidente hemos tenido tres reuniones con todos los presidentes de partidos con representación parlamentaria, con el presidente del Senado, de la Cámara, con los presidentes de las comisiones de RREE, explicando y consultando con ellos las grandes líneas de nuestro quehacer. Y me es muy satisfactorio decir que a diferencia de otros campos propios de la política, aquí el apoyo ha sido total. No hemos tenido nunca ninguna dificultad ni entredicho en los temas centrales con nadie de los partidos o con algún parlamentario. Por el contrario, la mejor disposición para avanzar unidos en una política de Estado que nos ha permitido ser un país respetado y valorado en el concierto internacional.