Diario Familia y Sucesiones Nro 66 – 15.04.2016 Proceso sucesorio: pago de deudas y legados Por Lucila Inés Córdoba En primer término, resulta útil tener presente, que la sucesión es la transmisión de la herencia de una persona a las personas llamadas a sucederle por el testamento o por la ley –cfr. Art. 2777 CCyCLos procesos sucesorios en la mayoría de los casos suelen ser procesos judiciales sencillos que no traen aparejada complejidad alguna, y que se componen mayormente de resoluciones de tipo declarativas: declaración de heredero, aprobación de testamento, orden de inscripción de bienes, entre otras. Pero es cierto también, que la porción restante, es decir, aquellos procesos que si traen aparejadas complejidades y controversias, suelen resultar muy conflictivos. La causa de ello en la mayoría de los casos, es la conjunción de los conflictos familiares, o problemas entre los parientes del difunto, o los que surgen ante el conocimiento de disposiciones testamentarias y cuestiones patrimoniales –bienes-. Quienes hemos trabajado en asuntos relacionados con el Derecho Sucesorio, lamentablemente percibimos deterioros en las relaciones de familia o relaciones afectivas, por las peleas que surgen en la repartición de bienes. Debe tenerse en consideración, que el proceso sucesorio tiene por objeto determinar quiénes son los herederos del causante -es decir, la persona muerta o declarada presuntamente fallecida- y los bienes componen el acervo sucesorio, saldar las deudas dejadas por el causante y repartir los bienes que queden entre los herederos. Abocándonos específicamente al tema del pago de las deudas, dispone el Art. 2356CCyC que: “Los acreedores hereditarios que no son titulares de garantías reales deben presentarse a la sucesión y denunciar sus créditos a fin de ser pagados. Los créditos cuyos montos no se encuentran definitivamente fijados se denuncian a título provisorio sobre la base de una estimación. La norma forma parte del sistema establecido para la liquidación del pasivo de la herencia, el cual establece un régimen ordenado a los fines de que queden exactamente establecidas las deudas de la herencia y los legados, con la finalidad del logro de una adecuada liquidación de los bienes hereditarios, un equitativo pago de las deudas y distribución de los derechos hereditarios. La ley les exige a los acreedores de la herencia, que no sean titulares de garantías reales –ya que éstos encuentran afianzados sus derechos con el derecho real respectivo–, que comparezcan ante el juez del proceso sucesorio, den a conocer su crédito y en caso de ser posible, determinen su monto. Si el crédito invocado es de monto indeterminado, se debe, a título provisorio, indicar el monto sobre la base de una estimación (denunciar el valor del crédito, y los elementos que utilizan para señalar su cuantía). Esta verificación, protege los créditos y posibilita una justa liquidación. El sistema legal establecido, dispone la posibilidad de declaración de legítimo abono -Art. 2357-, expresamente la norma reza que: “Los herederos pueden reconocer a los acreedores del causante que solicitan la declaración de legítimo abono de sus créditos. Emitida tal declaración por el juez, el acreedor reconocido debe ser pagado según el orden establecido por el artículo siguiente. A falta de reconocimiento expreso y unánime de los herederos, el acreedor está facultado para deducir las acciones que le corresponden.” El legítimo abono, requiere de la manifestación de quien se dice ser acreedor de la herencia, de la denuncia del crédito y del reconocimiento expreso de la deuda por parte de los herederos. Debe ser efectuada dentro del juicio sucesorio. Tal manifestación de voluntad tiene por finalidad el reconocimiento del crédito y su pago en forma inmediata. Al importar una manifestación de deseo de quien se dice acreedor debe haber aceptación por parte de los herederos para que tenga favorable acogida. La declaración de legítimo abono efectuada por quien se dice ser acreedor hereditario y la aceptación por parte de los herederos, importa el reconocimiento judicial del derecho. En cuanto al procedimiento de pago, el administrador de la sucesión, debe pagar a los acreedores presentados según el rango de preferencia de cada crédito establecido en la ley de concursos. Pagados los acreedores, los legados se cumplen, en los límites de la porción disponible, en el siguiente orden: a) Los que tienen preferencia otorgada por el testamento. b) Los de cosa cierta y determinada. c) Los demás legados. Si hay varios de la misma categoría, se pagan a prorrata.