El Crismón: Historia y EvoluCión

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El Crismón: Historia y Evolución
D. Mariano Andrés Puente
Catedrático de Latín
En la actualidad, el símbolo por antonomasia del cristianismo es la Cruz;
pero no siempre fue así. Durante el imperio romano, la cruz era considerada
el más vergonzante de todos los instrumentos de castigo, hasta el punto que
estaba prohibido aplicar este suplicio a ciudadanos romanos. Recuérdese que,
cuando San Pedro y San Pablo fueron condenados a muerte, San Pedro fue
crucificado, pero San Pablo fue decapitado porque, por su condición de ciudadano romano, no podía aplicársele la muerte en la cruz.
Por esta y otras razones, los primitivos cristianos, a la hora de buscar algún
símbolo para expresar sus creencias religiosas, prefirieron recurrir al cordero,
al pavo real, a la paloma, al pan y los peces, a los racimos de uva, al ancla, etc.
símbolos más asépticos, más neutros y con menos connotaciones negativas.
Rara vez utilizaron figuras antropomórficas y, cuando se decidieron a hacerlo,
no dudaron en adaptar para estos fines imágenes clásicas, como la habitual
representación del Buen Pastor, claramente inspirada en la clásica figura del
Moscóforo griego; incluso para la representación de Cristo no tuvieron reparos en usar la figura del mítico Orfeo.
Los panes y los peces
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Cuando, debido a las persecuciones religiosas, necesitaron recurrir a un
símbolo secreto para reconocerse entre sí, utilizaron preferentemente el pez,
cuyo nombre en griego está formado por las iniciales de la expresión Jesús
Cristo Hijo de Dios Salvador. Pero de todos estos símbolos paleocristianos el
preferido y más extendido, tanto en el espacio como en el tiempo, fue el crismón cuya historia podemos dividirla en dos etapas bien diferenciadas que
dan lugar a dos tipos de crismón llamados cristológico y trinitario (pueden
ponerse aquí alguna de las ilustraciones numeradas del 1 al 5).
Crismón cristológico
Recibe el nombre de cristológico el crismón más primitivo y sencillo que
únicamente hace referencia a Cristo. Está formado por las dos primeras letras
de la palabra Cristo en griego: la X (ji) y P (rho) cruzadas y generalmente encerradas en un círculo. Muy frecuentemente aparecen también colgando de
alguno de los brazos que forma la letra X las letras alfa y omega, primera y
última letra del alfabeto griego, con las que Dios se designa a sí mismo en el
Apocalipsis de San Juan: “Yo soy el Alfa y la Omega, aquel que es, que era y que
va a venir”. Este tipo de crismón es el que está en uso hasta el siglo XI, en que
es sustituido por el trinitario. (Ilustraciones 6, 7, 8).
Crismón primitivo
Moneda romana de Constantino. S. IV
Mosaico romano representando un crismón
Crismón de las catacumbas, en el que la alfa y la omega aparecen invertidas
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Origen del crismón
No sabemos con precisión cuándo surgió el uso del crismón. Parece que tuvo su
origen en el siglo II o III, pero lo que sí está claro es que alcanzó su mayor difusión
en el s. IV, una vez promulgado por el emperador Constantino el Edicto de Milán
(año 313) por el que se permitía a los cristianos la libre práctica de su religión.
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Catacumbas. Crismón con palomas
¿A qué se debe este uso tan extendido?
Cuenta Eusebio de Cesarea, Obispo y Padre de la Iglesia del s. IV, que el emperador Constantino el Grande, la noche anterior a enfrentarse con Majencio en
la que iba a ser la batalla decisiva por el trono romano, tuvo una visión, en la que
se le apareció este anagrama con una leyenda en la que podía leerse, en caracteres
griegos, la expresión que hoy conocemos en su versión latina: in hoc signo vinces
con esta señal vencerás. Constantino ordenó colocar el anagrama en todos los estandartes de su ejército y obtuvo la victoria en la famosa batalla del Puente Milvio. En
agradecimiento permitió el libre culto del cristianismo. Desde este momento, encontramos reproducido el crismón en multitud de objetos de uso cotidiano como
monedas, lucernas, mosaicos, sarcófagos etc. (ilustraciones 9,10,11).
Moneda de Constantino. S. IV
Moneda romana con crismón usada como medalla
Lucernas romanas con crismón
Ocaso del uso del crismón
Aunque Constantino es considerado santo por la iglesia ortodoxa, históricamente parece que no llegó a profesar la fe cristiana, pero sí su madre a la
que la Iglesia venera con el nombre de Santa Elena. Cuenta la leyenda que, visitando Elena los Santos Lugares, se interesó por encontrar la cruz donde murió Cristo. Según la tradición se encontraron tres cruces, y la Cruz de Cristo
pudo ser reconocida porque, con su solo contacto, sanó inmediatamente a un
enfermo terminal. Una vez reconocida la Vera Cruz, esta pasó a ser la más
preciada de las reliquias cristianas, y su madera, por haber estado en contacto
con el cuerpo y la sangre de Cristo, llegó a alcanzar un culto casi divino y se
convirtió en el símbolo cristiano por antonomasia. Toda la cristiandad deseó
tener algún fragmento de esa madera santa, y la Cruz se dividió en multitud
de pequeñas astillas que hoy conocemos con el nombre de Lignum Crucis.
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El pez, símbolo cristiano
En la misma medida en que creció el uso de la Cruz como símbolo cristiano, languideció el del crismón hasta prácticamente desaparecer. Por esta época, San Juan Crisóstomo (s. V) se felicita porque, por fin, la Cruz de Cristo se
había impuesto a cualquier otro símbolo.
Sin embargo, el uso del crismón resurgió con enorme fuerza en la Edad
Media, sobre todo en el sur de Francia y norte de España. Puede decirse, con
razón, que la historia de este anagrama es casi tan larga como la del propio
cristianismo, ya que todavía es frecuente verlo en la actualidad decorando objetos de culto o edificios religiosos.
Crismón trinitario. El crismón de Jaca
Cuando renace el uso de este tradicional anagrama, la mayoría de los fieles
no entiende ya el significado de los símbolos que aparecen en él, hasta el punto de que se hace necesaria una explicación que aclare su significado y justifique su uso. Esta explicación la encontramos en el famoso crismón situado en
el tímpano occidental de la catedral de Jaca, en el que se pueden leer cuatro inscripciones en lengua latina redactadas en ocho hexámetros con rima interna o leonina; la inscripción más extensa circunda el crismón y explica cómo
deben interpretarse los símbolos que allí aparecen.
Texto de la inscripción
Texto distribuido en versos
Hac in sculptura, / lector, sic noscere cura:
P Pater A Genitus / duplex est Spiritus almus.
Hii tres iure quidem / dominus sunt unus et idem.
Traducción
Este texto presenta algunos problemas de interpretación; concretamente el
segundo hexámetro. Algunos estudiosos de la inscripción sugieren hacer una
pausa detrás del adjetivo duplex, y concertarlo con a genitus, en tal caso sobreentienden la palabra natura y proponen esta traducción:
Si hacemos una pausa detrás de Genitus, como proponen otros comentaristas, el adjetivo duplex iría referido a la palabra littera sobreentendida (duplex littera SP) y la traducción podría ser la siguiente:
En esta escultura, lector, debes interpretar lo siguiente: P (significa) el Padre; A
el Engendrado/ la (letra) doble (SP) el Espíritu vivificante. Estos tres son en verdad
por derecho propio un único y mismo Señor.
Al comparar un crismón cristológico con otro trinitario, puede observarse
que, desde un punto de vista formal, son prácticamente idénticos. La gran
diferencia es la presencia de la letra S enroscada en el palo de la P que solo
aparece en el trinitario. Pero desde el punto de vista doctrinal, la diferencia
es considerable: el cristológico se limita a hacer una referencia a Cristo; el
trinitario, en cambio, utilizando prácticamente los mismos signos, está concebido para recordar el misterio de la Trinidad. El autor del crismón de Jaca
desconoce ya la lengua griega; interpreta la rho griega como si fuera una P del
alfabeto latino, la ji del alfabeto griego no es considerada una letra, se ha convertido simplemente en los radios de una rueda que simboliza en el mundo
cristiano la idea de la eternidad. También considera la alfa como una A latina,
y la omega griega ni siquiera es comentada. Su interés es identificar la P, la A
y la Sp con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo respectivamente, enfatizando
esta relación con el último verso: “estos tres son en verdad por derecho propio un
único y mismo señor”. Este afán por resaltar el misterio de la Trinidad probablemente se deba al interés en rebatir la herejía cátara tan extendida en el siglo
XII por esta región y que, entre otras cosas, negaba el misterio de la Trinidad.
Esta idea parece confirmarse en el mensaje de las otras inscripciones que
aparecen en el mismo frontón de la catedral. El texto del segundo y tercer
hexámetro puede ser interpretado como un consejo de arrepentimiento ven
aquí suplicante y renuncia a ideas envenenadas limpiando de vicios tu
corazón. Si actúas de esta manera y pides perdón, Cristo, al igual que el león
del tímpano, sabe perdonar al que se lo pide.
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En esta escultura, lector, debes interpretar lo siguiente: P (significa) el Padre; A
el Engendrado de doble (naturaleza) y S el Espíritu vivificante.
Otras inscripciones del tímpano de Jaca
“VIVERE SI QUERIS / QUI MORTIS LEGE TENERIS,
HUC SUPLICANDO VENI / RENUENS FOMENTA VENENI,
COR VICIIS MUNDA / PEREAS NE MORTE SECUNDA”
Mariano Andrés Puente
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Si quieres vivir, tú que estás sometido a la ley de la muerte,
ven aquí suplicante, renunciando a los alimentos envenenados.
Limpia de vicios tu corazón para no perecer en una segunda muerte.
IMPERIUM MORTIS / CULCANS LEO FORTIS
Un fiero león aplastando el imperio de la muerte
PARCERE STERNENTI / LEO SCIT, XTUSQUE PETENTI
el león sabe perdonar al caído y Cristo al que le suplica
Crismón de Jaca
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