Revista Dental de Chile 2001; 92 (3): 9-14 Trabajo de Investigación Cambios Clínicos, Radiográficos e Histológicos de Queratoquistes Sometidos a Descompresión Autores: Dr. Jaime Aravena P.1 Dr. Pablo Ugarte A. 2 Dr. Víctor Tirreau T. 2 1 Práctica Privada. 2 Departamento de Cirugía y Traumatología Máxilo Facial, Facultad de Odontología,U. de Chile. Dirección Postal: Av. Santa María 571, Recoleta (Facultad de Odontología). Resumen El objetivo de nuestro estudio fue determinar si existían cambios clínico-radiográfico-histológicos en los queratoquistes al someterlos al procedimiento de descompresión. Para el estudio se seleccionaron al azar 10 pacientes de ambos sexos y de edad promedio 25,3 años (10-58) con diagnóstico de queratoquiste del Departamento de Cirugía y Traumatología Máxilo Facial de la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile. Cada paciente contó con radiografías panorámicas previas a la descompresión y controles radiográficos tomados durante el procedimiento, así como también preparados histológicos pre y post-descompresión. Para determinar los cambios en el queratoquiste, se midió el área de las imágenes radiográficas de los quistes pre y postdescompresión, se midieron los epitelios y cápsulas pre y post-descompresión y se registraron las experiencias clínicas del cirujano en relación a la enucleación previa y la enucleación final. El procedimiento de descompresión se llevó a cabo mediante la inserción de un drenaje (collera plástica). Los pacientes fueron instruidos para realizarse lavados diarios con clorhexidina 0,1% en una jeringa hipodérmica, introduciéndola por el drenaje con el propósito de limpiar el lumen de la cavidad. Los controles radiográficos fueron tomados con intervalos de tiempo que variaron desde uno a cinco meses aproximadamente, a partir de la fecha en que se inició la descompresión. Para cuantificar la disminución del tamaño de la cavidad, se midió con una placa transparente milimetrada el lumen quístico en los distintos controles radiográficos, permitiendo comparar la Ortopantomografía inicial con las que se tomaban en el transcurso de la descompresión. Para constatar si existían cambios a nivel de los tejidos quísticos después de la descompresión, se midió el espesor del epitelio y la cápsula de los preparados histológicos pre y post-descompresión en 3 sitios diferentes escogidos por azar. Los resultados del trabajo indicaron que la descompresión es una técnica que ofrece reducciones significativas en el tamaño de grandes queratoquistes (T-Student, p=0.001), las cuales demostraron ser mayores a medida que aumentaban las semanas de descompresión (análisis de regresión lineal, p=0.005), posibilitando la neoformación ósea y liberando posibles estructuras anatómicas comprometidas, siendo la enucleación final menos difícil. Con respecto a la histología, el trabajo no logró establecer diferencias significativas entre los grosores epiteliales y de la cápsula pre y post-descompresión (test de Wilcoxon, p=0.345), que expliquen los cambios clínicos de la cápsula descritos por los cirujanos, sin embargo, la muestra analizada fue muy pequeña, por lo cual la distribución normal de los resultados podría estar afectada. Summary The aim of this study was to evaluate the clinical, radiographic and histopathologic changes of Odontogenic Keratocysts (OKC) after surgical decompression treatment. We selected 10 patients mean age 25.3 years old (range 10-58) with the confirmed diagnose of an Odontogenic Keratocyst. The procedure was done at Maxillofacial Surgery department of the Dental School of the University of Chile. Each patient had a panoramic radiographic film both pre and post-surgical decompression. Histological evaluation pre and post treatment was also performed. To evaluate changes in the OKC, the epithelium and capsule pre and post-decompression treatment was performed. The decompression treatment was done by using a draining device that was placed inside the cysts’ cavity. Patients rinsed daily with chlorhexidine (0,1%) in order to clean the lumen. Radiographic controls varied from one to five months. The thickness of the epithelium and capsule pre and post-decompression treatment was measured in three different sites. The results showed that decompression treatment is an effective technique that offers significant reduction in large OKC ( p< 0.001). Greater time of decompression and greater level of decompression was analyzed using lineal regression (p<0.005). Histologically we didn’t establish significant differences between membrane thickness pre and post-decompression. Keys words: Keratocyst, Decompression, Odontogenics Cyst Volumen 92.Nº3 - Página 9 Volumen 92.Nº3 - Página 9 Revista Dental de Chile Introducción El queratoquiste es un quiste odontogénico del desarrollo que ha sido motivo de numerosas investigaciones, tanto por su comportamiento agresivo, como por la alta tasa de recidiva que ostenta.1-4 Ya en 1876 Mikulicz presentó por primera vez esta lesión como quiste dermoide, siendo Philipsen quien en 1956 introduce el término de queratoquiste, y desde esa época a la fecha han sido innumerables los investigadores que han destinado gran parte de sus esfuerzos, con el propósito de escudriñar y descubrir nuevos datos que permitan mejorar el tratamiento de esta patología. Gracias a esto, día a día se han incorporado nuevos conocimientos y desarrollado nuevas técnicas que han permitido disminuir la alta tasa de 62% de recurrencia descrita por Pindborg en 1963. Las técnicas quirúrgicas utilizadas para tratar el queratoquiste son variadas, tales como simple enucleación, enucleación más fresado de la cavidad residual, enucleación más remoción de mucosa adyacente, aplicación de sustancias cáusticas y crioterapia, enucleación con margen de seguridad, cirugías de resección, cirugías radicales con reparación inmediata mediante injertos óseos y técnicas más conservadoras como la marsupialización y la descompresión más enucleación secundaria.1-5 Todas estas maniobras se han desarrollado con el objetivo de eliminar y evitar la recurrencia de este quiste. Hoy en día se plantean variadas teorías en relación a las causas de la recidiva del queratoquiste, dentro de las que se mencionan: - Actividad colagenolítica y fibrinolítica de la pared quística.5,6 - Factores anatómicos que imposibilitan la remoción completa de la pared quística.2,5 - Membrana del queratoquiste frágil, delgada y disgregable.7 - Gran actividad proliferativa debido a alto índice mitótico del epitelio.5,8 - Presencia de quistes satélites en la pared del queratoquiste.4,7,9 - Separación entre el epitelio y la cápsula del quiste.4,7 Todos estos factores convergen en la imposibilidad de enuclear en una sola pieza la cápsula quística, que deriva en la remoción incompleta del quiste y por ende recurrencia: “Será menor la recidiva en la medida que se extraiga la membrana en una sola pieza” (Forssell 1974).10 Es aquí donde la técnica quirúrgica adquiere papel preponderante y deberá ser cuidadosamente indicada y elegida de acuerdo a la edad, condición sistémica del paciente, forma, tamaño y localización del queratoquiste. En la actualidad una alternativa reconocida para el tratamiento de grandes quistes es la técnica de descompresión más enucleación secundaria. Dicha técnica consiste en comunicar la cavidad del quiste, con el medio bucal por medio de una cánula y realizar lavados a la cavidad quística con distintas soluciones, lo que determina una reducción de tamaño de la cavidad y una enucleación secundaria más fácil, con una membrana, a juicio de los clínicos, más consistente.2 En Chile no encontramos publicaciones que avalen los resultados de esta técnica. El presente trabajo tiene por objetivo comparar los cambios clínicos, radiográficos e histológicos de queratoquistes sometidos a descompresión. za. Una vez retirado el quiste se hizo un fresado quirúrgico de la cavidad residual y se lavó con suero fisiológico. Por último, se aplicó solución de Carnoy11 por 2 minutos, sustancia cáustica que eliminaría posibles remanentes quísticos, y se lavó abundantemente con suero fisiológico. En aquellos casos donde el queratoquiste perforó el hueso llegando a mucosa, se eliminó la mucosa y periostio adyacente a la perforación ósea. Así mismo, aquellos dientes que estuvieron muy comprometidos por el queratoquiste, con inadecuado soporte óseo, fueron extraídos. Los tejidos eliminados fueron colocados en formalina al 10%, rotulados y enviados al Centro de Referencia de Patología Oral (C.R.E.P.O.) para confeccionar los respectivos preparados histológicos. Después de cada cirugía de enucleación final, el profesional debió registrar en un formulario su apreciación clínica subjetiva en relación a las características clínicas de la cápsula quística, comparándolas con las características que presentaba la cápsula previo a la descompresión. Para cuantificar la disminución del tamaño de la cavidad quística, se confeccionó una placa transparente milimetrada. Este instrumento hizo posible la medición del lumen quístico en los distintos controles radiográficos, permitiendo comparar la Ortopantomografía inicial con las que se tomaban en el transcurso de la descompresión. Para corregir posibles distorsiones de las radiografías controles con respecto a la ortopantomografía inicial, se midieron los dientes más próximos a los queratoquistes de las radiografías previas y controles, dividiéndose ambos resultados y obteniéndose el factor de distorsión. Dicho factor se aplicó a las radiografías controles que poseían aumento o disminución del tamaño de sus estructuras por distorsión. Los resultados obtenidos se analizaron mediante el test T-Student y el método de regresión lineal simple. Para constatar si existían cambios a nivel de los tejidos quísticos después de la descompresión, se midió bajo el método de doble ciego, el espesor del epitelio y la cápsula de los preparados histológicos pre y post-descompresión en 3 sitios diferentes escogidos por azar. Fue requisito sin embargo, que en el sitio donde se midiese, el epitelio y la cápsula existiesen en forma conjunta. Las observaciones se efectuaron en microscopio óptico marca Leitz, con aumento de 125x, usando una grilla milimetrada. Las mediciones se realizaron en forma perpendicular al eje mayor de la capa de células basales. Los resultados fueron estudiados por medio del test de Wilcoxon y por análisis de regresión lineal. Material y Método El grupo de estudio consistió en 10 pacientes con diagnóstico de queratoquiste, 7 hombres y 3 mujeres, edad promedio 25.3 años (10-58), que consultaron al Servicio de Cirugía y Traumatología Maxilofacial de la Facultad de Odontología entre los años 1993 y 1999. El procedimiento de descompresión se llevó a cabo mediante la inserción de un drenaje, bajo anestesia local, y lavados diarios con clorhexidina 0,1% a través de este drenaje por el paciente y una vez por semana por el profesional. Se realizaron controles radiográficos con Ortopantomografías, con intervalos de tiempo que variaron desde uno a cinco meses aproximadamente, a partir de la fecha en que se inició la descompresión. Los pacientes contaron con radiografías retroalveolares y extraorales con el fin de complementar el estudio de cada caso. Los criterios para decidir el momento de la enucleación secundaria fueron adoptados a partir del examen radiográfico, cuando la reducción de tamaño fue tal que se liberó de compromiso por vecindad inmediata a estructuras vecinas tales como el nervio dentario inferior, raíces de dientes o seno maxilar, y se tuvo un adecuado acceso quirúrgico a toda la cavidad quística. La quistectomía final fue realizada bajo anestesia local, procurando que la extracción de la cápsula quística fuese en una sola pieVolumen 92.Nº3 - Página 10 Revista Dental de Chile Resultados Se presentan los resultados en las siguientes tablas y gráficos: TABLA I. Localización de los Queratoquistes. Localización N° de casos Max. Sup. Tuberosidad y zona molar post. Zona ant. Subtotal Max. Inf. Rama, ángulo y zona molar Zona ant. y premolar Subtotal Total % 2 1 3 20 10 30 5 2 7 10 50 20 70 100 Gráfico 1. Distribución etárea del queratoquiste en 10 pacientes. TABLA II. Signos y síntomas más frecuentes. 80 Signos y síntomas N° de % 70 Aumento de volumen 7 70 Dolor 2 20 Fístula y/o exudado 5 50 Sin antecedentes 2 20 Reducción pacientes Gráfico 2. Análisis de regresión lineal simple entre la cantidad de reducción y las semanas en tratamiento. 60 50 40 Y=27.18 + 0.43 X r=0.802 30 20 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110 Semanas TABLA III. Tamaño de las cavidades quísticas pre y post descompresión. Paciente Mm2 Pre Tiempo descompresión descompresión en semanas Mm2 Post % de reducción descompresión de tamaño 1 613 15 410 33.12 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Promedio total 384 1852 253 1326 2382 958 1214 1239 422 1064.3 18 19 21 23 31 33 60 63 106 38.9 297 1339 175 833 1589 177 685 314 35 585.4 22.66 27.7 30.84 37.18 33.3 81.53 43.57 74.66 91.71 47.63 TABLA IV. Mediciones del epitelio y cápsula (*). * 1 2 3 4 5 6 Prom. Epitelio Pre-descompresión 1 33 55 227.7 220 77 77 2 33 55 249.7 99 77 99 3 275 33 209 33 198 110 Epitelio post-descompresión Prom. 113.6 47.6 228.8 117.3 117.3 95.3 119.9 1 434.5 104.5 55 264 77 88 2 341 104.5 55 253 88 132 3 324.5 71.5 77 275 55 297 Cápsula pre-descompresión Prom. 366.6 93.5 62.3 264 73.3 172.3 172 1 550 187 946 2200 924 440 2 814 352 1212.2 550 495 726 3 858 627 887.7 4400 638 979 Cápsula post-descompresión Prom. 740.6 388.6 1015.3 2383.3 685.6 715 988 1 1045 990 1650 1980 308 440 2 1815 852.5 1683 1870 451 550 3 2145 1017.5 1452 1760 506 528 Prom. 1668.3 953.3 1595 1870 421.6 506 1169 Volumen 92.Nº3 - Página 11 Revista Dental de Chile Discusión Sin duda, el concepto primario y fundamental en el tratamiento de un quiste, se basa en la completa remoción de todo el tejido patológico durante el procedimiento quirúrgico. El queratoquiste odontogénico no escapa a este concepto elemental, pero sus especiales características, en cuanto a su comportamiento biológico y capacidad de recidiva obligan a adoptar un criterio terapéutico particular. La membrana frágil, delgada y con tendencia a la fragmentación, dificulta seriamente su remoción íntegra. Debido a esto, el queratoquiste ha sido ampliamente investigado en relación a sus características clínico-patológicas y sus probables tratamientos, con el objetivo de ir perfeccionando día a día las técnicas quirúrgicas y así disminuir la recurrencia y lograr éxito en los tratamientos. Siguiendo esta línea, el presente trabajo investigó los cambios clínicoradiográfico-histológicos experimentados por los queratoquistes de 10 pacientes sometidos al procedimiento de descompresión. Si bien el número de casos es reducido, las características encontradas en este trabajo son similares a las de otras publicaciones. Es sabido que el queratoquiste tiene una ligera predilección por el sexo masculino.12 La distribución por sexo mostrada en los pacientes estudiados fue de hombres/mujeres 2,3:1, dato semejante al obtenido por Ahlfors 13, pero ligeramente mayor al de otros autores.4,12,14-16 Se postula que esta lesión puede afectar a personas de cualquier edad.8 En este estudio el promedio de edad fue 25.3 años (10-58), cifras más bajas que las obtenidas en otros trabajos4,12-14,17 situación que se explica probablemente por el reducido número de pacientes de la muestra. Sin embargo, la mayoría de los pacientes se concentraron entre los 20 y 40 años, similar a otras investigaciones.8,13,18 Basados en la literatura, sabemos que el queratoquiste se ubica preferentemente en la mandíbula, con una frecuencia de un 60 a 70% o más. Las zonas más comprometidas suelen ser ángulo, rama y región molar. 4,5,13,14,16 Nuestro estudio, al igual que los anteriores, también concentró el mayor número de queratoquistes en la mandíbula (70%) y los sitios más afectados fueron la rama, ángulo y región molar, con Volumen 92.Nº3 - Página 12 un 50% de los casos. Distintas zonas como ángulo, rama y región molar, fueron agrupadas como una sola región porque los queratoquistes en general alcanzaron grandes dimensiones, comprometiendo más de una zona. El queratoquiste se caracteriza por crecer dentro del hueso, reabsorbiendo corticales más que expandiéndolas, desplazando dientes más que provocando rizálisis y causando dolor habitualmente cuando sufre infección secundaria. 17,19 Muchas veces el queratoquiste sólo se descubre en forma casual, en los controles radiográficos de rutina. Los signos/síntomas más frecuentes de la serie estudiada fueron el aumento de volumen, seguido por fístula y/o exudado purulento y dolor, acorde con otros autores. 4,14,19,20 Radiográficamente el queratoquiste puede presentarse como una imagen uni o multilocular. El patrón multilocular se asocia más frecuentemente con el S.N.B.C.18 La variante unilocular es más frecuente que la multilocular, 4,18,21 hecho que concuerda con nuestras muestras, en las cuales 9 de los 10 casos tenían presentación unilocular. Se postula que el tratamiento del queratoquiste odontogénico debe tener como objetivos: 1. Eliminar la patología. 2. Anular o reducir el potencial de recurrencia. 3. Disminuir la morbilidad. 4. Rehabilitación morfofuncional. La aplicación de diversas modalidades de tratamiento quirúrgico han intentado cumplir los objetivos enunciados. Sin embargo, se mantiene una cierta controversia entre quienes proponen tratamientos quirúrgicos radicales, incluso con pérdida de la continuidad del maxilar afectado 22,23 y quienes por el contrario favorecen tratamientos de tipo conservadores, que se sustentan en la enucleación en conjunto con la aplicación de sustancias cáusticas que buscan inactivar probables remanentes epiteliales, que podrían constituir el origen de las recidivas. 11,24,25 Quienes se sitúan en los extremos de esta polémica, parecen olvidar que los enfermos constituyen casos individuales y cada uno requiere de una solución específica, de acuerdo a las particulares características que presenten, y que las distintas modalidades de tratamiento, son técnicas quirúrgicas que adquie- ren real validez en la medida que la indicación sea correcta. La descompresión más enucleación secundaria es una técnica conservadora de satisfactorios resultados, capaz de liberar estructuras comprometidas, reducir el tamaño de las lesiones y posibilitar la neoformación ósea2,3,26 , reduciendo la morbilidad derivada de técnicas quirúrgicas más radicales. Los queratoquistes presentan patrones de crecimiento celular, actividad enzimática y reabsorción ósea muy particulares 6,11,27-31 y los mecanismos hidromecánicos de expansión quística no inciden del mismo modo que en otras variedades de quistes odontogénicos, no obstante, la descompresión de la lesión resulta siempre en una franca disminución del tamaño de la cavidad del queratoquiste. La descompresión se aplicó en 10 pacientes que presentaban extensos queratoquistes, obteniéndose diferencias significativas en los tamaños de las cavidades quísticas pre y postdescompresión (p=0.001). Estos resultados muestran que el método de descompresión es un procedimiento de valioso aporte para aquellos quistes que por su gran tamaño, han comprometido estructuras tales como nervio dentario inferior, raíces de dientes y seno maxilar. Al efectuar la descompresión los quistes sufren una disminución de tamaño, produciéndose aposición ósea (Foto 1, Foto 2), pudiendo conservarse dichas estructuras y facilitando la labor de enucleación quística, lo que adquiere gran importancia en pacientes jóvenes. Al realizar un análisis de regresión lineal, se pudo determinar además que a mayor cantidad de semanas en descompresión el quiste sufre una mayor reducción (p=0.005), sin embargo, la cantidad de reducción de las cavidades por unidad de tiempo difiere de un paciente a otro, motivo por el cual es imprescindible realizar controles radiográficos a cada paciente y determinar individualmente el momento adecuado para la realización de la enucleación secundaria a la descompresión. Vale la pena consignar las dificultades que existen para medir en forma exacta los cambios radiográficos de las cavidades, debiendo utilizarse métodos que requieren de proyecciones radiográficas estandarizadas que den Revista Dental de Chile sustento a la apreciación clínica de la evolución del paciente. En la presente muestra, 3 de los 10 casos de queratoquistes constituían recidivas de tratamientos anteriores, y se les aplicó este procedimiento de descompresión a pesar de que en general se enfoca el tratamiento de las recurrencias, mediante cirugía más agresiva que puede llegar a la resección más reconstitución mediante injertos. En estos 3 queratoquistes, la descompresión también determinó una importante disminución de tamaño de las cavidades. Sin embargo, la técnica de descompresión no siempre es factible de ser aplicada. En aquellos casos donde el queratoquiste está ubicado en zonas altas de procesos condilares que necesitan desarticulación y resección o queratoquistes que comprometen el borde inferior de la mandíbula con poca o nula probabilidad de preservación de la continuidad mandibular, el procedimiento de descompresión está contraindicado.32 Dos casos presentaron desplazamiento del tercer molar en relación al crecimiento del queratoquiste: uno hacia el seno maxilar y el otro hacia la rama, lo cual ratifica el concepto de que el queratoquiste más bien desplaza dientes que provoca rizálisis.17,19 Dichos molares, conforme se reducían las lesiones, fueron movilizándose y se acercaron a la zona de erupción (Foto 3, Foto 4). De todas formas estos dientes fueron extraídos por su inadecuado soporte óseo y por la posibilidad de obstaculizar la remoción íntegra de la cápsula quística. Interesante fue el caso de una mujer de 27 años, la cual tuvo una recidiva de queratoquiste ubicada en la parte alta de la rama, que fue sometida al procedimiento de descompresión por 106 semanas. Cumplido este período se alcanzó una reducción de un 91.7% de la lesión, por lo que el tubo de drenaje fue expulsado de la cavidad. No obstante la eficaz reducción de tamaño, clínicamente este resultado no era óptimo por cuanto se presentaba muy difícil ir en busca de esa pequeñísima lesión (35 mm2) situada en la zona alta de la rama. Este hecho llevó a la decisión de no enuclear el quiste y realizar controles radiográficos con ortopantomografías y tomografías axiales computarizadas. Al cabo de 131 semanas después de expulsado el drenaje, se constató que la cavidad radiográficamente había aumentado nuevamente de tamaño (122 mm2) posibilitándose en ese momento la enucleación final. El caso anterior demuestra que la enucleación secundaria es indispensable y que la remanencia del tejido quístico organizado determina persistencia de la lesión. En la enucleación final, se apreció clínicamente que la cápsula quística se presentaba más cohesionada por lo que la extracción de la cápsula en una sola pieza se hacía menos dificultosa, situación que concuerda con la experiencia de Marker.2 Investigando la causa probable de esta mayor cohesión de la cápsula, se midieron los epitelios y cápsulas pre y post-descompresión, observando que ambos, epitelio y cápsula, aumentaron en promedio después de la descompresión, sin embargo, estas variaciones no fueron estadísticamente significativas (p=0.345). Es importante mencionar que la cantidad de casos analizados fue muy baja (6 queratoquistes) lo cual podría afectar la distribución de los resultados. La razón por la cual no se pudo cuantificar los 4 casos restantes radicó en la ausencia de epitelio quístico en las muestras post-descompresión. Podría especularse que este hecho se deba a algún tipo de transformación quística que en algunos casos determine una desaparición del epitelio, provocada por la inflamación de la lesión al ser comunicada con la cavidad oral o bien por la irrigación constante con clorhexidina, sin embargo, esto no puede ser comprobado por el presente trabajo. Este hecho es importante por cuanto cambios en el epitelio podrían estar acompañados de cambios en el comportamiento biológico del quiste, lo cual podría adquirir gran importancia al dejar accidentalmente fragmentos quísticos post-enucleación.2 Foto 1. Cavidad quística previa a la descompresión. Foto 2. Cavidad quística 5 meses después de la instalación del tubo. Foto 3. Desplazamiento hacia el seno del tercer molar. Foto 4. Descenso del tercer molar por reducción de la cavidad quística. 2.-A mayor cantidad de tiempo en descompresión, mayor es la reducción de las cavidades quísticas. 3.-La cantidad de reducción de las cavidades quísticas por unidad de tiempo difiere de un paciente a otro, motivo por elcual es imprescindible realizar controles radiográficos a cada paciente y determi- nar individualmente el momento adecuado para la realización de la enucleación secundaria a la descompresión. 4.-Se midieron los epitelios y cápsulas pre y post descompresión, determinándose que no existían diferencias significativas entre los grosores de ambas etapas (p=0.345). Conclusiones 1.-Los resultados muestran diferencias significativas en los tamaños de las cavidades quísticas pre y post descompresión (p=0.001) después de realizarse el tratamiento de descompresión, produciéndose oposición ósea, pudiendo conservarse estructuras anatómicas y facilitando la labor de enucleación quística. 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