ya puente serio y respetable, un tanto defraudado por lo tanto, máxime si posee un mínimo de memoria histórica que le recuerde las delicias de aquestos tiempos en que el jeto tiene siempre razón, o aquellos oíros en que a los proletarios se les presuponía una plena e igual libertad que a los patronos por el hecho de aceptar libremente —en un libre mercado de oferta-demanda de trabajo— el trabajo y los reglamentos internos de la empresa, Pero, ¿qué importancia puede tener todo esto ante ía íuminosa seguridad, patrimonio natural de todo ingeniero, de llegar algún dia —en él o, más probablemente, en sus hijos o en sus nieíos— a ser un jefe de verdad? Claro que esta teología del jefe-únicapersona-capaz-de-poseer-la-vertfad tampoco psrece muy de acuerdo con lo que uno pjede leer en ios buenos manuales mod&rnos de dirección y organización de empresas; pero ya se sabe que iodo no so puede pedir al mismo tiempo. Las palabras como conjuro o aqui no ha pasado nada Aparte de la curiosa lógica que recorre ta exposición, todo el articulo que comentamos está montado sobre dos bases absolutamente fuera de tiesto; para el autor de este artículo: a) [a misión á&l ingeniero es algo natural —que el ingeniero mande, dirija y decida &n nombre de la técnica está en la naturaleza misma de las cosas— y_ por ¡o lanío, inmutable y eterna; puede variar con et tiempo, pero sólo en detalles sin importancia: Estamos viviendo un tiempo en que se nos quieren presentar unos problemas nuevos que en realidad se remontan al origen de! hombre; b) toda la cuestión profesional inducida por ia ssiarización, todas las Inquietudes, problemas, luchas, inseguridades, aspiraciones, contestaciones de tantos y tantos Ingenieros, lodo queda reducido, para el autor de este artículo, a un mero problema generacional o, en formulación un poco más caciquesca, a una lucha entre los ingenieros que todavía no han llegado y los que, con su esfuerzo, han conseguido llegar: Y me parece absurdo que en este mundo que aspira a terminar con ia lucha de clases... se quiera iniciar una nueva lucha de clases dentro de tes Asociaciones de Ingenieros, con el énfrentamiento (con fines que no puedo comprender) "entre las nuevas generaciones y los compañeros más antiguos, y entre los Ingenieros que empiezan y los que han conseguido llegar" (Subrayados nuestros.) Convertir estos problemas en generacionales o, peor, reducirles a una miserable pugna de ios ingenieros que no han llegado frente a los que han conseguido llegar es —en (a más piadosa de las hipótesis— negarse a entender nada del asunto. Y ¿qué decir de fa pretensión de que nada susíancialmente ha cambiado en 1a situación-posición del ingeniero en la empresa y en la sociedad? ¿Que hay ingenieros asalariados? Et conjuro da las palabras basta y sobra, también aquí, para convertir tos podérteos en galgos y asegurarse la tranquilizadora seguridad de que la realidad seguirá acomodándose a las ilusiones o a las interesadas conveniencias: todos los ingenieros son igualmente asalariados; hasta el Director General ya que también él está integrado en la nómina de la Compañía: 60 y entre ellos enumera el de los empleados fa los mandos intermedios y los ingenieros p y demás técnicos. ¡ngemeros¡ ¿os w"&- oc . » - • — , - - . ignorar, que hoy en dia la Dirección de Toda una confirmación, proveniente adeia¿ empresas es asalariada...? ¿A qué vie- más de la desarrollada y sindicalmente I ne, pues, esta intento de dividir a las nue- pacífica Norteamérica, de las tesis, <JooJ vas generaciones presentándolas como trinas, postulados y corolarios del Sr. ~¿íl' asalariadas frente al grupo de ingenieros MENEZ CASS1NA. Y de su irritado más antiguos que han luchado y han con- cándalo, que comparte con e! no mei, seguido ocupar puestos directivos, y que irritado escándalo del Colegio Oficial • también son asalariados ya que ostán inIngenieros Industriales de Madrid, ante! tegrados en la nómina de la Compañía? según ellos, escandalosas declarador^. , del Secretario de! Colegio Oficial de fo. Todos somos, pues, asalariados (¿recuer- genieros Industriales de Cataluña. dan aquello de todos tenemos cinco dedos de Milagro en Milán?) y no hay que po- Unas declaraciones que no hacen sino ¡ nerse así, señores ingenieros asalariados. reflejar, tímidamente incluso, lo que todo el mundo sabe en todos los países ¡rídukh) Una lástima que no todos los ingenieros el nuestro; helas aquí: es de señalar tf —los realmente asalariados, los que viven carácter de asalariado de ¡a mayor parte la angustia de encontrar un trabajo decen- de ¡os Ingenieros Industriales, que deter te o de quedarse sin él, tos amenazados mina que la elaboración de los proyectos por el desempleo real y por otras insegu- sea el resultado de una labor de equipa ridades y alienaciones que hasta hace encuadrada en una estructura fuertement poco eran patrimonio exclusivo de los jerarquizada; en realidad, nada especial obsofetos proletarios— sean capaces de que vaya más allá del más elemental "abe" pasar por alto el pequeño matiz, la pede cualquier sociología industrial y fa queña diferencia que hace desigual la la empresa. salarizztclón del Director General y la suya propia. Y sin embargo, estas declaraciones, junto con el incidente del ingeniero de ENASA, No cabe duda que el conjuro de las pala- han constituido la verdadera obsesión ds bras es mucho más eficaz de lo que po- las baterías doctrinales del Sr. G1MENE2 dría pensarse, como abundante y elocuen- CASSINA. El can'sma había sido focado temente muestra nuestra propia historia y había que salir al paso de tamaña e nacional. Pero en este caso, es muy de insensata osadía: temer que no basten todas las trampas semánticas para detener los cambios reales y profundos que se están y se seguirán Esfas declaraciones "hechas sin duda COR evidente irreflexión", desfiguran la vertíaproduciendo en relación con la estructura tradicional de la profesión, del sta- dera función, atribuciones y responsabil dades de! Ingeniero Industrial... y al mis tus, de la posición estructural, del roi mo tiempo resultan atentatorias para h rsaí, del ingeniero. dignidad del Ingeniero. La inmensa mayoría de los ingenieros no pasarán nunca ya de ser cuadros inter- Aquí no ha pasado nada, señores. medios perfecta y completamente subordinados en relación con la estructura de poder-decisión de las empresas; y para Jesús A. MARCOS ALONSO muchos se tratará incluso de una subordinación cada vez más próxima a la que siempre nos ha parecido tan natural vista y encarnada en los proletarios; un texto tan poco sospechoso como puede ser la Sociología Industrial de E. V. SChNEIDER, después de hablar de ¡os directivos, dedica todo un capítulo a analizar lo que él llama los roles menores dentro de la empresa —el ¡aleado industrial, diferente y distante de la jerarquía o dirección—