Iglesia La unidad de los cristianos habita en la oración Entrevista con el cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los cristianos por Giovanni Cubeddu reado cardenal por el papa Benedicto XVI en el consistorio del 20 de noviembre de 2010, Kurt Koch era obispo de Basilea desde 1995, y durante tres años, desde 2007 hasta 2010, fue presidente de la Conferencia episcopal suiza. El 1 de julio del año pasado el Papa lo nombró presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los cristianos. Como tal, el cardenal Koch ha visitado ya al patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, y al patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Kirill. No por ello, como él nos dirá, ha disminuido su interés principal por las Iglesias nacidas de la Reforma. C KURT KOCH: Los compromisos no faltan, y hay que dosificarlos entre la sección oriental y la occidental de nuestro Consejo Pontificio . 26 30DIAS Yo comenzaría por la primera, recordando el encuentro con todas las Iglesias ortodoxas, en septiembre de 2010 en Viena, en el ámbito de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, ocasión en la que dimos un paso importante, definiendo la necesidad de que la Iglesia posea un protos, es decir, un vértice a nivel local, regional y universal, y que profundice también en los estudios históricos sobre la modalidad con la que el primado del obispo de Roma existía en el primer milenio de la Iglesia indivisa. Son los mismos argumentos del precedente encuentro que tuvimos en Chipre en 2009. Los ortodoxos, sin embargo, Kurt Koch decidieron luego que no iban a continuar este estudio histórico, considerándolo objetivamente complejo y no adecuado a la Comisión. En cambio, comenzó el estudio teológico y sistemático de la relación entre primado y sinodalidad, que será objeto del encuentro del próximo año. Con los ortodoxos orientales han celebrado un convenio en enero, durante la Semana de oración por la unidad de los cristianos. Nos concentramos en primer lugar en las cuestiones cristológicas, dado que algunas Iglesias ortodoxas orientales no han aceptado el Concilio de Calcedonia del año 451 y que había que volver a arrancar de aquí. Sali- Entrevista con el cardenal Kurt Koch mos de aquel encuentro reconociendo que las diferencias entre nosotros no afectan a la fe sino a ciertas modalidades de expresión. En 1984 el Papa y el Patriarca sirio-ortodoxo de Antioquía habían firmado una profesión de fe común sobre la encarnación de nuestro Señor Jesucristo y la hospitalidad recíproca en los sacramentos de la reconciliación, de la eucaristía y de la unción de los enfermos, cuando ocurrieran casos urgentes. Pero hoy, en cambio, queremos profundizar en las cuestiones eclesiológicas y el primado petrino. ¿La sección occidental? Somos espectadores del hecho de que en las Iglesias nacidas de la Reforma se está llevando a cabo una gran fragmentación. La primera necesidad es, pues, discutir con los reformados la naturaleza de la Iglesia, porque la declaración de la Congregación para la Doctrina de la fe Dominus Iesus afirmó que en el mundo protestante no hay Iglesias en el sentido propio sino comunidades eclesiales. Y en el libro-entrevista Luz del mundo, el papa Benedicto dice que estamos frente a otro tipo de Iglesia. Esto es así, realmente, y no somos nosotros quienes tenemos que definir el concepto eclesial de las Iglesias de la Reforma, sino ellas mismas. Por ello hemos de dialogar sobre la naturaleza de la Iglesia: cada denominación tiene su propia concepción de qué es la unidad en su interior. Una de las finalidades del movimiento ecuménico es redescubrir esa multiplicidad, visto que sobre el tema de la unidad existen y compiten las diferentes ideas confesionales. Un segundo aspecto es el gran cambio que va tomando forma en el pensamiento de las comunidades reformadas: ya no ven como un punto de llegada del movimiento ecuménico la unidad visible en la fe, en los sacramentos y en el ministerio, sino que reclaman la permanencia de una pluralidad de Iglesias que se reconozcan las unas a las otras, cuya totalidad conformaría la Iglesia de Cristo. Algo así como casas de familia, de las que de vez en cuando surge una invitación a los vecinos para alguna fiesta. A los católicos y a los ortodoxos no les gusta esta opción. No es este el único e indiviso cuerpo de Cristo, esto no corresponde a la oración de Jesús de que En la página de al lado, un momento de la celebración de las Vísperas, presidida por Benedicto XVI, en la fiesta de la Conversión de san Pablo apóstol, como conclusión de la Semana de oración por la unidad de los cristianos, Basílica de San Pablo Extramuros, el 25 de enero de 2011; a la izquierda, algunos representantes de las otras Iglesias y Comunidades eclesiales asisten a la celebración todos sus discípulos estén unidos, como lo están el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¿Cuál es la respuesta adecuada? Ningún camino común se podrá andar fuera de la espiritualidad ecuménica, es decir, sin la oración. El movimiento ecuménico nació proponiendo en el mes de enero la Semana de la oración por la unidad. La idea surgió de un anglicano convertido al catolicismo, Paul Wattson, y de un episcopaliano americano, Spencer Jones, y fue recibiendo el apoyo de los pontífices recientes, y profundizada por Paul Couturier, un protagonista de la espiritualidad ecuménica. La semana nos recuerda que los hombres no podemos realizar esta unidad, podemos, quizá, poner alguna condición histórica transitoria, que luego utiliza el Espíritu Santo. Este es el fundamento del ecumenismo, y en esto quisiera profundizar durante mi mandato. Usted ha afirmado antes que en el diálogo entre cristianos, unidad no posee una acepción compartida. ¿Qué propone? La unidad en la misma fe, en la celebración de los sacramentos y en el reconocimiento de los ministerios en la Iglesia no significa homologación, porque las diferencias entre las Iglesias existen y no es necesario eliminarlas. Hemos de hacer que desaparezcan solo las que han comportado la ruptura entre nosotros y necesitan una curación. Las otras... pueden seguir existiendo. El papa Benedicto lo ha repetido a los anglicanos que piden entrar en la Iglesia católica: podéis conservar vuestras tradi- ¬ Ningún camino común se podrá andar fuera de la espiritualidad ecuménica, es decir, sin la oración. El movimiento ecuménico nació proponiendo en el mes de enero la Semana de la oración por la unidad. La semana nos recuerda que los hombres no podemos realizar esta unidad, podemos, quizá, poner alguna condición histórica transitoria, que luego utiliza el Espíritu Santo 30DIAS 27 Iglesia ciones. Esta es la unidad en la diversidad y la diversidad en la unidad: de otro modo solo existe una unificación homologadora, extraña a la sustancia misma del catolicismo. El conjunto de las órdenes religiosas y de las formas de vida eclesial componen también en la historia de la Iglesia un jardín con muchas flores y nosotros no queremos sustituirlo por un monocultivo, la Iglesia no lo es. Lo mismo se ha de decir en el campo del ecumenismo. Con la constitución apostólica Anglicanorum coetibus el camino común andado con los anglicanos está avanzado. La Iglesia de Inglaterra nació porque el Papa no aceptó las segundas bodas del rey, y esto ha tual, la codifica, y pide el reconocimiento último de todas las Iglesias como cuotas partes de la Iglesia de Cristo. Los obispos católicos, ortodoxos y luteranos que apoyan la primera vía están contentos de que la Santa Sede proponga la unidad y la pluralidad; los otros lo están algo menos. En la homilía de las Vísperas de la fiesta de la Conversión de san Pablo, como conclusión de la Semana de oración por la unidad de los cristianos, el papa Benedicto dijo que no podemos renunciar al objetivo del ecumenismo, es decir, a la unidad visible en la fe, en los sacramentos y en el ministerio. En el texto del Directorio ecuménico se recuerda en varios puntos que existen medios de salvación fuera de las rito de la Iglesia, sino un regalo del Señor. Con esto ya se sobreentiende que también en las otras Comunidades eclesiales existen medios de salvación. ¿En qué estado se encuentra el diálogo con las Iglesias de la Reforma? Con ellos, desde luego, no podemos comenzar por el primado. Con la Reforma nació otra Iglesia, y eso no era lo que quería Lutero, pues él pedía la renovación de la Iglesia católica. El ecumenista protestante Wolfhart Pannenberg ha dicho que la existencia de nuevas Iglesias no es el éxito sino el fracaso de la Reforma. Este juicio me ayuda mucho con vistas al año 2017, quinto centenario de la Reforma, porque me interroga sobre A la izquierda, el cardenal Kurt Koch con el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, con motivo de la divina liturgia de la fiesta de san Andrés apóstol, en la iglesia del Fanar, Estambul, el 30 de noviembre de 2010; a la derecha, con el patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Kirill, Moscú, el 16 de marzo de 2011 garantizado en cierto sentido que los anglicanos siguieran siendo, en el fondo, más católicos que otros. En la Curia romana tenemos una separación clara de las competencias. La Congregación para la Doctrina de la fe tiene la responsabilidad para Anglicanorum coetibus; el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los cristianos sigue con el diálogo ecuménico. Volvamos a las distintas concepciones de unidad. Existen, decíamos, dos estilos de ecumenismo. Uno busca la unidad visible, trabaja y reza por ella. El otro mantiene la pluralidad ac28 30DIAS fronteras visibles de la Iglesia católica. La Iglesia de Jesucristo no es una idea abstracta, que no existe todavía, sino que está en la Iglesia católica, entendida como sujeto histórico. Y esto no implica para nada que los católicos sean mejores cristianos que los otros, sino solo que en la Iglesia católica existen los medios de la salvación. Es un hecho objetivo. Entonces, cuando oigo decir que hay fieles protestantes que quieren hacerse católicos les digo: «No tenéis que dejar nada, recibís algo más», es decir, los medios de salvación presentes en la Iglesia católica. Que no son un mé- cómo los propios protestantes ven hoy la Reforma: ¿un compromiso para la renovación de la Iglesia o una ruptura? A mí personalmente me interesa muchísimo que los reformados hablen no solo de los quinientos años transcurridos tras la ruptura, sino también y sobre todo de los dos mil años de la vida de la Iglesia, de los cuales mil quinientos los anduvimos juntos. Me alegro mucho de que el nuevo presidente de la Comunidad evangélica de Suiza, el pastor Gottfried Locher, se haya definido no protestante sino católico reformado. Es decir, católico con la experiencia de la Reforma, manteniendo ade- Entrevista con el cardenal Kurt Koch Existen dos estilos de ecumenismo. Uno busca la unidad visible, trabaja y reza por ella. El otro mantiene la pluralidad actual, la codifica, y pide el reconocimiento último de todas las Iglesias como cuotas partes de la Iglesia de Cristo. En la homilía de las Vísperas de la fiesta de la Conversión de san Pablo, como conclusión de la Semana de oración por la unidad de los cristianos, el papa Benedicto dijo que no podemos renunciar al objetivo del ecumenismo, es decir, a la unidad visible en la fe, en los sacramentos y en el ministerio más el fundamento de la propia fe apostólica, común hasta el año 1517. Mi deseo es que se miren las cosas de esta manera. ¿Piensa que podrá trabajar también por la unidad de la Iglesia en China? Hasta el momento no ha sido posible. Es competencia sobre todo de la Secretaría de Estado. Conocemos lo delicado de esa realidad y lo delicado de la carta, llena de compasión, que el papa Benedicto escribió a los fieles chinos en 2007. Si nuestro Consejo puede facilitar algo en el futuro, bienvenido sea... ¿Cómo? Esto dependerá de lo que pudieran pedir los organismos competentes de la Curia. Pero en mis oraciones personales yo ya cumplo todo lo que puedo hacer por China. En el diálogo con los judíos no han faltado los elementos. Comencemos por la indicación que procede del libro-en- trevista del Papa, es decir, su adhesión a lo que confesaba san Pablo sobre la relación entre los cristianos y judíos. Estoy convencido de la bondad de todo lo que nos ha transmitido san Pablo, que aún hoy nos sigue ayudando. Como también estoy convencido de que el Papa ha seguido a san Pablo a la hora de redactar la nueva versión de la oración del Viernes Santo. El papa Benedicto es muy sensible al tema judío, comenzando por el hecho de que ya no llama a los judíos «hermanos mayores», sabiendo muy bien lo problemática que resulta la definición de «hermano mayor» en el Antiguo Testamento. A mí me gustaría profundizar en un diálogo teológico. ¿Sobre qué temas? Los cristianos creen en la universalidad de la salvación en Jesucristo, sin embargo, por otra parte se dice que la misión hacia los judíos es totalmente imposible. ¿Cómo pueden estas dos afirmaciones no ser incompatibles? Por eso también la nueva oración del Viernes Santos ha levantado tantas discusiones. Quisiera comprender mejor qué significa para Benedicto XVI saluda a Riccardo Di Segni, rabino jefe de la Comunidad judía de Roma, con motivo de la visita al mausoleo de las Fosas Ardeatinas el 27 de mayo de 2011 un judío la fe cristiana y la relación entre los judíos y los cristianos. El diálogo del papa Benedicto con el rabino Neusner, en el primer libro Jesús de Nazaret, es para mí relevante, es exactamente el diálogo teológico que imagino. Y sobre la misión sistemática hacia los judíos... la Iglesia no la busca. Pero los cristianos confesamos la fe en Jesús, y la situamos gratis frente a la libertad del otro. ¿Existe un leitmotiv que le acompaña desde el comienzo de su trabajo en Roma? Hay quienes dicen que Benedicto XVI no está interesado en el ecumenismo con las Iglesias nacidas de la Reforma, dado que las Iglesias ortodoxas son más cercanas a nosotros, y esta afirmación no corresponde a la verdad. Cuando el Papa me pidió que aceptara este cargo, dijo que era necesario tener una persona que conociera a las comunidades eclesiales nacidas de la Reforma no solo por los estudios sino gracias a la experiencia. El Papa está muy esperanzado con el movimiento ecuménico. De hecho, tenemos este texto, el Directorio ecuménico, que nos recuerda que cada obispo en su diócesis es el principal responsable del ecumenismo. Será siempre útil que todos vuelvan a leer y usen este documento. En cada diócesis existen realidades ecuménicas particulares, y el obispo local es el primer responsable con respecto a ellas. Nuestro Pontificio Consejo quiere estar también al servicio de la Iglesia local cuando se le pida. q 30DIAS 29