Unidad 2 – Trabajo practico Nro 5 – Rawls-Mouffe

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UNIDAD 2
Trabajo Práctico Nro. 5
Reconozca el autor de los siguientes párrafos e indique en que aspecto basa tal
reconocimiento. ¿Qué problema se está planteando?
Autores :
RAWLS, John. Ideas fundamentales del liberalismo político
MOUFFE, Chantal. El retorno de lo Político..
TAYLOR, Charles. La ética de la autenticidad.
En realidad, muchos pensadores políticos habían creído que con la crisis del marxismo y el
abandono del paradigma de la lucha de clases podrían prescindir del antagonismo. Por esta
razón imaginaban que el derecho y la moral vendrían a ocupar el lugar de la política y que
el advenimiento de las identidades pos convencionales aseguraría el triunfo de la
racionalidad sobre las pasiones. La cuestión fundamental, a sus ojos, consistía en la
elaboración de los procedimientos necesarios para la creación de un consenso
supuestamente basado en un acuerdo racional y que, por tanto, no conociera la exclusión.
En otras palabras , el lado oscuro del individualismo supone centrarse en el yo , lo que
aplana y estrecha a la vez nuestras vidas, empobrece de sentido, y las hace perder interés
por los demás o por la sociedad
Podemos considerar a este desacuerdo como un conflicto dentro del mismo pensamiento
democrático, entre, por un lado la tradición asociada con Locke que concede mayor
importancia a (la libertad de pensamiento y conciencia, determinados derechos básicos de
la persona y de propiedad y el imperio de la ley) y por otro la tradición asociada con
Rosseau (las libertades políticas iguales y los valores de la vida pública)
La justicia como equidad en su intento por resolver la primera cuestión, procura superar el
conflicto entre estas dos tradiciones opuestas, primero proponiendo dos principios de
justicia que guíen la manera en que las instituciones básicas realicen los valores de libertad
e igualdad, y segundo especificando un punto de vista desde el cual se pueda apreciar que
estos principios son más adecuados a la idea de ciudadanos libres e iguales que otros
principios de justicia conocidos.
Sólo si se reconoce la inevitabilidad intrínseca del antagonismo se puede captar la amplitud
de la tarea a la cual debe consagrarse toda la política democrática. Esta tarea,
contrariamente al paradigma de “democracia deliberativa” que, de Rawls a Habermas, se
intenta imponernos como el único modo posible de abordar la naturaleza de la democracia
moderna, no consiste en establecer las condiciones de un consenso racional, sino en
desactivar el antagonismo potencial que existe en la relaciones sociales. Se requiere crear
instituciones que permitan transformar el antagonismo en agonismo. El compromiso
fundamental para la reflexión política consiste en examinar cómo es posible realizar ese
desplazamiento a fin de transformar el enemigo en adversario.
El desencantamiento del mundo se relaciona con otro fenómeno extraordinario importante
de la era moderna que inquieta también enormemente a muchas personas. Podríamos
llamarlo primacía de la razón instrumental. Por razón instrumental entiendo la clase de
racionalidad de la que nos servimos cuando calculamos la aplicación económica de los
medios a un fin dado. La eficiencia máxima, la mejor relación coste rendimiento, es su
medida de éxito.
Estos dos principios de justicia sostienen que:
a.- Cada persona ha de tener igual derecho a un esquema completamente adecuado de
libertades básicas iguales que sea compatible con el mismo esquema de libertades para los
demás; y en este esquema, el valor equitativo de estas libertades políticas iguales y sólo de
estas libertades, debe estar garantizado.
b.- Las desigualdades sociales y económicas deben satisfacer dos condiciones:
primero, deben estar ligadas a empleos y funciones abiertos a todos, bajo condiciones de
igualdad de oportunidades y segundo, deben beneficiar a los miembros menos favorecidos
de la sociedad.
…el proyecto de democracia radical debe tratar de defender la democracia y de expandir su
esfera de aplicabilidad a las nuevas relaciones sociales. Su objetivo es crear otra clase de
articulación entre elementos de la tradición democrática liberal, no ya con vistas a los
derechos en un marco individualista, sino concibiendo más bien los “derechos
democráticos.
Pero hay otra clase de perdida que ha sido discutida por Alexis de Tocqueville. En una
sociedad en la que la gente termina convirtiéndose en ese tipo de individuos que están
encerrados en sus corazones, pocos querrán participar activamente en su autogobierno. Con
ello se abre la puerta al peligro de una nueva forma específicamente moderna de
despotismo, a la que Tocqueville llama despotismo blando. No será una tiranía de terror y
opresión como las de tiempos pretéritos. El gobierno será suave y paternalista. Puede que
mantenga incluso formas democráticas, con elecciones periódicas. Pero en realidad, todo se
regirá por un inmenso poder tutelar, sobre el que la gente tendrá poco control
La posición original, con las características de lo que denominé “el velo de la ignorancia”
constituye este punto de vista. La razón por la cual la posición original debe abstraerse de,
y no ser afectada por las contingencias del mundo social, es que las condiciones para un
acuerdo equitativo acerca de los principios de justicia política entre personas libres e
iguales deben eliminar las ventajas de negociación que inevitablemente surgen dentro del
marco institucional de cualquier sociedad, como producto de tendencias sociales, históricas
y naturales acumulativas.
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