tos asesinos: piromanía, crueldad y tortura a los animales y enuresis (el 60 por ciento de los asesinos en serie estudiados, mojaban la cama ya en la adolescencia). García dice que algunos asesinos son muy inteligentes y son promisorios como profesionistas. Se encuentran fascinados con la policía y la autoridad en general. Ya sea que hayan intentado ser policías pero fueron rechazados, o trabajaron en seguridad privada o en el ejército. Por factores como estos, García Reynoso considera que sí existen elementos para pensar que los programas de televisión o los videojuegos violentos, influyen en cierta forma en conductas negativas que en un caso extremo pueden llevar a una persona a matar. Indicadores Diversos estudios, sobre todo los realizados por el FBI (Buró Federal de Investigación), indican que en los asesinos seriales suelen encontrarse antecedentes, en la infancia y adolescencia, de piromanía, crueldad con los animales e incontinencia. La piromanía representa una actividad de estimulación sexual. La rápida destrucción de la propiedad material es para el piromaniaco de igual intensidad que la destrucción de otra vida humana. Torturar animales es uno de los más claros focos rojos, porque se entiende que ésta no es más que una práctica para el incipiente asesino. Lastimar a los compañeros refuerza los patrones de soledad en el infante, por lo que libera su estrés contra seres indefensos. García Reynoso señala como posibles explicaciones a estas conductas, el trabajo que hacen también en la policía y los investigadores cuando han tratado de “entrar” en la mente del homicida serial. Así, se han derivado una serie de causales para esta conducta. Estos son el abuso infantil, causas genéticas, desequilibrio químico mental, daño cerebral, padecimiento de injusticia social y exposición a eventos traumáticos. Psicología Criminal Para tener otro elemento extra y comprender la conducta del asesino, existe la psicología criminal, que en la actualidad, ha rebasado en mucho el límite de la observación individual del sujeto antisocial, extendiéndose hacia estudios de la conducta criminal y de los factores psicológicos que influyen en la criminalidad, sean estos individuales o colectivos. Esta disciplina penal adquiere una importancia extraordinaria con los estudios de Sigmund Freud, el cual aseveraba que el delito es el resultado del “ello”, es decir, del instinto, que triunfa sobre el “súper yo”, o sea la conciencia moral. El funcionario de la Fiscalía General del Estado (FGE) dice que existieron otros autores que se especializaron en este tema, como por ejemplo Enrico Ferri, que reconocía cuatro ramas científicas para la observación psicológica de la personalidad: La psicología criminal, la psicología judicial, la psicología carcelaria y la psicología legal. Otra autora destacable es Hilda Marchiori, que opina que la Psicología Criminal trata de averiguar, de conocer, qué es lo que induce a un sujeto a delinquir, qué significado tiene esa conducta para él y por qué la idea del castigo no lo atemoriza y le hace renunciar a sus conductas criminales. Las conductas posibles en el individuo Son cuatro y se dividen en prosocial, que se refiere al individuo que se relaciona con los demás de forma acorde con los hábitos, costumbres y leyes que rigen a la sociedad de pertenencia. La asocial sobre el individuo que, por propia decisión, tiende a mantenerse al margen de las relaciones sociales. Según los especialistas, no DOCTOR EN CASA | puede hablarse de un asocial puro, sino de cuasi asociales, dado que nadie puede romper, por completo, con la sociedad. Parasocial, donde sujetos al borde realizan conductas nocivas para sí mismos, en alta posibilidad de terminar dañando a terceros. Por último la antisocial, que daña a la sociedad con su conducta, regularmente considerada antijurídica. García explica que el método de trabajo del equipo criminológico (interdisciplinario) implica: examen, diagnóstico, pronóstico que a su vez lleva a un programa de tratamiento del individuo en estudio, que permite analizar la criminalidad del individuo, su peligrosidad y crear una teoría de la Personalidad Criminal. Existe además factores criminológicos, que la criminología clínica divide en predisponentes: aquellos de índole interna que se traducen en una serie de condiciones orgánicas y psíquicas, hereditarias, congénitas o adquiridas que actúan debilitando los inhibidores de un individuo. Los otros son los preparantes: son producto del tiempo y generalmente, son de índole externa y desencadenantes: son consecuencia de los anteriores; dan lugar al “paso al acto”. Trastorno de personalidad antisocial Felipe de Jesús García lo define caracterizado por una historia de conductas antisociales crónicas que se inician 20 | mayo 2009 antes de los 15 años y que continúan hasta la adultez. Por lo general, se caracteriza por un patrón de conductas, recurrentes, irresponsables y de trasgresión de las diversas normas sociales y derechos de los demás, que suele generar fracasos académicos, pobre rendimiento laboral e involucramiento en actividades ilegales, impulsivas y hasta agresivas y amenazantes. Es una de las personalidades que suele abundar en los penales y sistemas judiciales y una de las más involucradas en la población de homicidas. Su pronóstico es muy malo. El Trastorno de personalidad limítrofe se caracteriza por un estado emocional muy cambiante, asociado a relaciones interpersonales bastante inestables, con marcada intolerancia a las frustraciones, con conatos de cólera desproporcionada; tendencia a catalogar a las personas en sentidos polares. Es decir, idealizarlas al extremo o, ante cualquier desengaño, devaluarlas y considerarlas hasta su peor enemigo. Es un trastorno asociado a actos impulsivos, sobre todo de autoagresión (automutilaciones), que pueden llegar hasta el suicidio. En los antecedentes de la infancia, por lo general, hay datos de abuso sexual, físico y extrema negligencia en los cuidados parentales; por lo general, sus padres han tenido historias de abuso de sustancias y de criminalidad. En este rubro se pueden entender los casos donde adolescentes o jóvenes, con diferentes motivos, planean y ejecutan matanzas en sus escuelas o en paseos públicos como los centros comerciales, que si bien no son muy frecuentes, son de alto impacto para la sociedad, dice García Reynoso. El psicópata Su característica central es un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás y comienza en la infancia o el principio de la adolescencia, y continúa en la edad adulta. Para poder establecer este diagnóstico, el sujeto debe tener al menos 18 años de edad, y un historial de trastorno antes de los 15 años. El criminalista dice que en el psicópata se contemplan factores como la marcada inestabilidad en todas sus conductas, lo que proyecta una personalidad con conflictiva interna, manifestada en una relación interpersonal agresiva y autodestructiva.