Espectrometría de emisión atómica. La espectrometría de emisión de plasma, arco y chispa tiene varias ventajas si se le compara con los métodos de absorción de llama y electrotérmicos. Entre las ventajas está su baja susceptibilidad a las interferencias químicas, la cual es un resultado directo de sus temperaturas superiores. En segundo lugar están los buenos espectros que resultan para la mayoría de los elementos con un solo grupo de condiciones de excitación. Otra ventaja de las fuentes de plasma más energéticas es que facilitan la determinación de concentraciones bajas de elementos que tienden a formar compuestos refractarios, es decir, aquellos que son muy resistentes a la descomposición térmica, como los óxidos de boro, fósforo, tungsteno, uranio, circonio y niobio. Además, las fuentes de plasma permiten determinar no metales como cloro, bromo, yodo y azufre. Por último, los intervalos de concentración de los métodos de emisión de plasma son de varios órdenes de magnitud, en contraste con el intervalo de dos o tres décadas de los métodos de absorción. A menudo los espectros de emisión a partir de fuentes de plasma, arco y chispa son muy complejos, casi siempre están formados por cientos y hasta miles de líneas. Esta gran cantidad de líneas, aunque representan ventajas cuando se busca información cualitativa, aumenta la probabilidad de interferencias espectrales en el análisis cuantitativo . Por tanto, la espectroscopía de emisión que se basa en plasma, arcos y chispas requiere mayor resolución y equipo óptico más caro que el necesario en ls métodos de absorción atómica con fuentes de llama o electrotérmicas. A pesar de sus ventajas, es improbable que los métodos de emisión que se basan en fuentes de alta energía desplacen por completo los procedimientos de absorción atómica electrotérmica. De hecho, ambos son complementarios. Entre las ventajas de los procedimientos de absorción atómica están el equipo más sencillo y más barato, los bajos costos de operación, la precisión un poco mayor, por lo menos en la actualidad, y los procedimientos que requieren menos habilidad del operador para obtener resultados satisfactorios. Espectroscopía de emisión con fuentes de plasma. Un plasma es una mezcla gaseosa eléctricamente conductora que contiene una concentración importante de cationes y electrones. En el plasma de argón, que se usa con frecuencia para el análisis de emisión, los iones y los electrones de argón son las especies conductoras principales, aunque los cationes provenientes de la muestra también están presentes en cantidades pequeñas. Los iones de argón, una vez formados en el plasma, son capaces de absorber suficiente potencia de una fuente externa para conservar la temperatura en un nivel en el que la ionización posterior mantiene indefinidamente al plasma, el cual alcanza temperaturas hasta de 10,000 K. Hay tres tipos principales de plasma de alta temperatura: 1) plasma acoplado por inducción, 2) plasma de corriente continua y 3) plasma inducido por microondas. La tercera fuente de las mencionadas es la menos usada. Fuente de plasma acoplado por inducción. La fuente utilizada en este caso es llamada antorcha. Esta formada por tres tubos concéntricos de cuarzo a través de los cuales fluyen corrientes de argón. Según el diseño de la antorcha, el consumo total de argón es de 5 a 20 L/min. El diámetro del tubo más grande es casi siempre alrededor de 2.5 cm. La parte superior de este tubo está rodeada por una bobina de inducción, refrigerada por agua, que está alimentada por un generador de radiofrecuencia capaz de producir una potencia de 0.5 a 2 kW a 27.12 Mhz o hasta 40.68 Mhz. La ionización del argón que fluye se inicia mediante una chispa que proviene de una bobina Tesla. Los iones resultantes y sus electrones asociados interaccionan entonces con un campo magnético oscilante, H, producido por la bobina de inducción. Esta interacción fuerza a los iones y los electrones dentro de la bobina a moverse en trayectorias circulares. La resistencia que manifiestan los iones y electrones a este flujo de carga es la causa del calentamiento óhmico del plasma. La temperatura del plasma así formado es lo suficientemente elevada como para que el cilindro exterior de cuarzo requiera aislamiento térmico. Para lograrlo, se hace fluir argón de forma tangencial alrededor de las paredes del tubo. Este flujo enfría las paredes interiores del tubo central y concentra radialmente el plasma. Introducción de la muestra. Se realiza mediante un flujo de argón de casi 1 L/min por el tubo central de cuarzo. La muestra puede ser aerosol, vapor generado térmicamente o polvo fino. El medio mas común es el nebulizador concéntrico de vidrio. Otros tipos comunes de introducción son: a) nebulización por flujo cruzado. En este caso, un flujo de gas a alta velocidad atraviesa la punta de un capilar en ángulos rectos, lo que ocasiona el mismo efecto que en el nebulizador concéntrico. b) Vaporización electrotérmica. Sin embargo, paro los métodos que utilizan plasma, el horno se utiliza sólo para introducir la muestra y no para atomizarla, Esta técnica acoplada a una antorcha de plasma ofrece las ventajas de los hornos electrotérmicos de poder analizar micromuestras (~5μL) y bajos límites absolutos de detección (~1 ng) a la vez que conserva el amplio intervalo lineal de trabajo, precisión aceptable muestra a muestra (5 a 10%), ausencia de interferencias y la aptitud para el análisis de múltiples elementos del plasma acoplado por inducción. Ionización y atomización de los analitos. El tiempo de residencia de los átomos de la muestra es de unos 2 ms antes de alcanzar el punto de observación. Durante ese lapso los átomos experimentan temperaturas que varían entre 5500 y 8000 K. El tiempo y las temperaturas son aproximadamente do o tres veces mayores que los que se encuentran en las llamas de combustión más calientes (acetileno/óxido nitroso) que se utilizan en los métodos espectroscópicos de llama. Por lo tanto, la atomización es más completa en los pasmas que en las flamas y hay menos problemas de interferencias químicas. Sorprende que los efectos de interferencia por ionización sean pequeños, tal vez porque la gran concentración de electrones que provienen de la ionización del argón mantiene una concentración de electrones casi constante en el plasma A diferencia del arco, las chispas y las flamas, el corte transversal de la temperatura del plasma es relativamente uniforme; por consiguiente no se presentan tan a menudo efectos de auto absorción y autoinversión. Por lo tanto, las curvas de calibración suelen ser lineales y abarcan varios órdenes de magnitud de concentración. Fuente de plasma de corriente continua. Esta fuente de chorro de plasma está constituida por tres electrodos dispuestos en una configuración de Y invertida. Hay un ánodo de grafito en cada brazo de la Y y un cátodo de tungsteno en la base invertida. El argón fluye desde los dos bloques anódicos hacia el cátodo. El chorro de plasma se forma al poner en contacto por un momento el cátodo con los ánodos. Se ioniza el argón y se genera una corriente (~14A) que genera más iones que mantienen la corriente de manera indefinida. La temperatura en el núcleo del arco es de más de 8000 K y en la zona de observación, de 5000 K. La muestra es aspirada dentro del área entre los dos brazos de la Y, donde es atomizada, excitada y detectada. Los espectros producidos por este sistema tiende a tener menos líneas que los producidos por un plasma acoplado por inducción, y provienen sobre todo de átomos más que de iones. Se requiere mucho menos argón y la fuente de alimentación auxiliar es más sencilla y más barata. Tiene mejor capacidad par manejar soluciones orgánicas y soluciones acuosas con alto contenido de sólidos que el plasma acoplado por inducción. No obstante, la volatilización de la muestra es casi siempre incompleta debido a los breves tiempos de residencia en la región de alta temperatura. Así mismo, la región de observación óptima es muy pequeña, de modo que las piezas ópticas tienen que estar cuidadosamente alineadas para amplificar la imagen de la fuente. Además, los electrodos de grafito se tienen que sustituir cada pocas horas, mientras que la fuente de plasma acoplado por inducción requiere poco mantenimiento. Espectrómetros con fuente de plasma. En la actualidad la mayoría de los espectrómetros de emisión de plasma abarcan por completo el espectro ultravioleta y visible, desde 170 nm hasta 800 nm. Los instrumentos para la espectroscopía de emisión son de tres tipos básicos: secuenciales, de varios canales simultáneos y de trasformada de Fourier. Los dos últimos se usan poco en la espectroscopía de emisión. Los instrumentos secuenciales se programan para pasar desde la línea de un elemento hasta la línea del segundo elemento, deteniéndose sólo lo suficiente (algunos segundos) en cada una para medir sus intensidades con una relación señal-ruido satisfactoria. Con frecuencia estos instrumentos contienen un monocromador de red, por lo regular, de tipo holográfico con 2400 a 3600 hendiduras o surcos por milímetro. Aplicaciones de las fuentes de plasma. Las fuentes de plasma generan espectros ricos en líneas de emisión características, lo que las hace útiles para el análisis elemental tanto cualitativo como cuantitativo. Las fuentes de plasma de acoplamiento por inducción de corriente continua proporcionan datos analíticos cuantitativos mucho mejores que otras fuentes de emisión. La calidad de dichos resultados radica en su gran estabilidad, bajo ruido, poca radiación de fondo y la ausencia de interferencias al trabajar en condiciones experimentales apropiadas. Preparación de la muestra. La espectroscoía de emisión de plasma acoplado por inducción se utiliza sobre todo para el análisis cualitativo y cuantitativo de muestras que están disueltas o en suspensión en solventes acuosos u orgánicos. Los métodos de preparación son similares a los que se describen para los métodos de absorción atómica de llama. También es posible analizar directamente muestras sólidas. Para ello se utilizan procedimientos de vaporización electrotérmica, ablación por láser o por chispa y vaporización de descarga luminiscente. Elementos que se pueden identificar. En principio se pueden identificar todos los elementos metálicos mediante espectrometría de emisión de plasma. Selección de la línea. La mayor parte de los elementos contiene varia líneas intensas que se pueden utilizar para identificarlos y cuantificarlos. En varias publicaciones se puede encontrar información sobre las líneas más notables, con su longitud de onda con tres cifras decimales y la intensidad apropiada para más de 70 elementos. La selección depende de la consideración de qué elementos aparte del analito podrían estar presentes en la muestra y de si existe la posibilidad de que las líneas de estos elementos se traslapen con las líneas del analito. Curvas de calibración. Con frecuencia, las curvas de calibración ene espectrometría de emisión de plasma consisten en una gráfica de una señal eléctrica proporcional a la intensidad de la línea contra la concentración del analito. Cuando el intervalo de concentración es grande, se utiliza entonces una gráfica log-log. Puede haber desviaciones de la linealidad cuando se abarcan intervalos grandes de concentración. La principal causa de esto es la autoabsorción, en la cual la señal de salida disminuye como consecuencia de la absorción por parte de átomos en el estado basal presentes. Con frecuencia se utiliza un patrón interno en la espectrometría de emisión. En este caso, el eje vertical de la curva de calibración representa la relación o el logaritmo de la relación entre la señal del detector para el analito y la señal de patrón interno. En estos experimentos se añade una cantidad constante de itrio a todos los patrones y la intensidad relativa de la línea del analito respecto a la línea del itrio a 242.2nm sirve como patrón analítico. Al igual que en espectroscopía de absorción atómica, se tienen que introducir de manera periódica uno o más patrones para corregir los efectos de deriva instrumental. Considere también que la precisión mejora cuando se miden concentraciones altas de analito. Interferencias. Son significativamente menores con plasma que con otros atomizador. Sin embargo, a concentraciones bajas de analito, la emisión de fondo debida a la recombinación de iones de argón con electrones es lo suficientemente intensa como para requerir correcciones cuidadosas. Tanto para los instrumentos de un solo canal como para los de múltiples canales, esta correlación se logra tomando lecturas de fondo en ambos lados de la línea de interés. Como los espectros con plasma acoplado por inducción de muchos elementos son tan ricos en líneas, siempre son posibles las interferencias espectrales. Límites de detección. Tome en cuenta que se pueden detectar más elementos en niveles de 10 partes por mil millones (ppmm) o menos mediante excitación con plasma que con otros métodos de emisión o absorción. Espectroscopía de emisión con fuentes de arco y chispa. Estas técnicas, que empezaron a reemplazar en las años veintes los métodos gravimétricos y volumétricos clásicos para el análisis elemental, se basaron en la obtención de espectros de emisión de los elementos por medio de su excitación con arcos eléctricos o chispas de alta tensión. Estos espectros permiten la determinación cualitativa y cuantitativa de elementos metálicos en varios tipos de muestras, como metales y aleaciones, suelos, minerales y rocas. Estos equipos todavía se usan en análisis cualitativo y semicuantitativo, sobre todo en las industrias de los metales. Las fuentes de plasma están desplazando a los arcos y las chispas, y es probable que continúe esta tendencia. En las fuentes de arco y chispa la excitación de la muestra se produce en el pequeño espacio existente entre un par de electrodos. El paso de electricidad entre los electrodos a través de este pequeño espacio proporciona la energía necesaria para atomizar la muestra y producir átomos o iones en estado electrónico excitado. Debido a su inestabilidad, es necesario integrar las señales de emisión provenientes de las fuentes de arco y de chispa durante al menos 20 s, y a menudo, durante un minuto o mas, para obtener datos analíticos reproducibles. Fuente: D. A. Skoog, F. J. Holler, S. R. Crouch, Principios de análisis instrumental, 6ta edición, Cengage Learning, México, 2008.