REALIDAD Y PERCEPCIÓN Los avances de la neurociencia que contribuyen a explicar ambos fenómenos Autor: Néstor Braidot1 Mecanismos cerebrales de la percepción Percibir involucra la activación de un conjunto de procesos neurobiológicos que permiten comprender el entorno en el que se vive, otorgar significados a los hechos y las cosas y actuar de una manera determinada. En todo proceso de percepción participan los sentidos: vista, tacto, oído, gusto y olfato. A nivel cerebral, la mayor parte del procesamiento sensorial se desarrolla sin que seamos conscientes de ello y se caracteriza por fases o etapas. Ante cada estímulo, las señales son enviadas por los receptores a una primera área, después se “Los colores no existen en el mundo externo, ni los olores o sabores. (…) Nuestro cerebro genera estos entes subjetivos como herramientas heurísticas que permiten interactuar con el mundo externo”. Rodolfo Llinás Neurocientífico Autor de “El cerebro y el mito del yo” dirigen al tálamo y, desde allí, a la corteza sensorial correspondiente. Luego, la intervención de otras zonas del cerebro completa el significado. 1 Investigador, consultor, escritor y conferencista internacional, Néstor Braidot es uno de los especialistas más consultados sobre la aplicación de las neurociencias a la actividad organizacional: neuromanagement, neuromarketing, neuroliderazgo y entrenamiento cerebral. Cuenta con una formación multidisciplinaria que le permite integrar sus conocimientos sobre el cerebro -resultado de años de estudio e investigación en neurociencias- con los aportes de la física cuántica para el desarrollo del potencial de personas y organizaciones. Considerado un investigador disruptivo en temas de su especialidad, ha obtenido importantes reconocimientos internacionales por el desarrollo de metodologías de avanzada que se implementan en organizaciones de diferentes países. Es fundador de una escuela de pensamiento interdisciplinaria y autor de libros que formaron a varias generaciones de empresarios y ejecutivos, entre ellos: Cómo funciona tu Cerebro, Editorial Planeta, España (2013), Sácale partido a tu cerebro, Editorial Gestión 2000 (2011) y Editorial Granica (2012), Tu cerebro lo es todo (Plataforma Editorial, Madrid, 2012 -en colaboración-, Neuromarketing en acción, Editorial Granica (2011), Neuroventas, Editorial Granica (2013), Neuromarketing, Editorial Gestión 2000 (2009), Neuromanagement, Ed. Granica (2008), Venta Inteligente, Ed. Puerto Norte-Sur (2007), Neuromarketing, neuroeconomía y negocios, Ed. Puerto Norte-Sur (2006). Actualmente, se encuentra escribiendo una obra focalizada en el neuroliderazgo de la mujer. 1 Por ejemplo, en la valoración emocional de una experiencia sensorial participa el sistema límbico, comandado con la amígdala. Si el estímulo percibido evoca sensaciones viscerales, como el asco y la repulsión, se activará la ínsula. Con relación al tálamo, que es una de las estructuras más importantes en la percepción sensorial, las últimas investigaciones han generado cierta sorpresa. Durante mucho tiempo se lo consideró una especie de estación de relevo de información. Posteriormente, se descubrió que tiene un rol activo en varios procesos, por ejemplo, que está implicado Tálamo en el sistema visual e interviene en el somatosensitivo (percepción de la temperatura, del dolor y La información procedente de los senti- reconocimiento de objetos a través del tacto). dos, con excepción del olfato, ingresa a través del tálamo y luego se dirige a áreas específicas de la corteza, por ello, su papel es fundamental para el análisis e integración de las funciones sensitivas relacionadas con la percepción. Otra estructura importante ya mencionada, la ínsula, ubicada en las profundidades del cerebro. Es un complejo centro de conexión entre el sistema límbico y la neocorteza, y se ha observado que interviene en experiencias sensoriales importantes (la ínsula anterior está relacionada con los sentidos del olfato y el gusto, mientras que la posterior participa en funciones somáticas motoras). El rol de los sentidos Los sentidos interactúan entre sí, potenciando, alterando o inhibiendo a otros durante cada experiencia sensorial. Veamos algunos ejemplos: Una investigación desarrollada en la Universidad de Zurich demostró que la visualización de cualquier imagen acompañada por música clásica generaba mayores respuestas emotivas que la presentación de la imagen con ausencia de música. 2 El profesor Charles Spence (reconocido especialista en procesos multisensoriales de la Universidad de Oxford) demostró cómo el tacto, la visión y el sonido influyen en la percepción del sabor de una comida. Durante uno de sus experimentos, los participantes respondieron que el mousse de fresas era más dulce cuando lo saboreaban en un plato blanco (con relación Lo único que tienen en co- a un plato negro). También se ha comprobado que si se mún los seres humanos es le cambia el color a un alimento se le pueden cambiar que, su sabor y su aroma. de su cultura, personalidad, La antropología sensorial detectó varios casos en los que el aroma determina la percepción del sabor, por ello los platos que son exquisitos para una cultura provocan rechazo en otras. Lo mismo ocurre con otros inputs sensoriales. independientemente raza, religión, etc., sus sistemas sensoriales reciben información del medio a través de células especializadas que la traducen en impulsos nerviosos que Por ejemplo, durante un recorrido por un shopping en Río viajan por los circuitos neu- de Janeiro observé que la música (que sin duda disfrutaban ronales. los brasileños) era un verdadero tormento para un grupo de turistas japoneses. Una vez allí, la información será utilizada para diferen- Estas particularidades han dado lugar a un conjunto de in- tes funciones, entre ellas: vestigaciones muy interesantes que se pueden leer en la la interpretación de los bibliografía especializada sobre antropología cultural (me estímulos y la conducta. gustan mucho los trabajos de Joël Candau sobre el olfato). El lector también puede recurrir a mi libro Neuromanagement (Parte II, Capítulo 4), donde hallará muchos ejemplos y casos para enriquecer el tema. Sin duda, los avances de la neurociencia para explicar cómo y por qué el cerebro inhibe algunos sentidos por acción de otros, y, asimismo, cómo se potencian algunas experiencias debido a los fenómenos multisensoriales, son muy importantes para las disciplinas y actividades que incorporan y se nutren de sus aportes. 3 Por ejemplo, la neuroeducación avanza en el diseño de técnicas de estimulación multisensorial para facilitar el aprendizaje; si usted escribe “gastronomía multisensorial” en su buscador de internet podrá comprobar hasta qué punto se están utilizando estas aplicaciones; si observa un comercial de televisión o escucha atentamente los de radio verá que la mayoría de los mensajes están dirigidos a todos los sentidos en simultáneo. En el mundo del neuromarketing, al cual le he dedicado varios años y numerosos libros, se trabaja para que un producto tenga no sólo un aspecto adecuado, sino también aroma, sonido y experiencias táctiles incorporadas, y lo mismo sucede con los servicios: ningún local comercial tendrá éxito si no utiliza una estrategia multisensorial. Realidad y percepción La realidad es un fenómeno totalmente subjetivo. Para comprender este tema con mayor claridad, es importante identificar dos fases que la neurobiología distingue en la percepción: transducción y codificación. Lo real es lo que existe, sea o no percibido por el ser humano, mientras que la realidad es lo que La tansducción se produce en el circuito cerebral a través del cada individuo percibe e cual fluye la información sin que se modifique su significado. interpreta como real. Este proceso incluye etapas encadenadas durante las cuales (en milisegundos o intervalos muy pequeños de tiempo) una célula convierte un estímulo (información) procedente del medio ambiente en una señal o en una respuesta específica. La codificación se caracteriza por cambios en la interpretación de la información sin que se modifiquen el circuito ni el medio por donde esta fluye. Por ejemplo: si usted camina por una avenida y, de repente, percibe un rico aroma a café, el mecanismo de transducción convertirá dicho estímulo en un impulso eléctrico que viajará por determinados neurocircuitos de su cerebro. Por su parte, la codificación determinará su respuesta: puede identificar la cafetería e ingresar para disfrutar de alguna de sus variedades, continuar su camino porque prefiere las infusiones sin cafeína o planificar tomar un café en cuanto tenga tiempo. 4 Asimismo, la respuesta depende de lo que tenga inscripto en su cerebro sobre el consumo de café y, fundamentalmente, de la acción de sus filtros perceptuales. Estos últimos pueden ser biológicos (su cerebro, como el de todos los humanos, permite el paso de aproximadamente el 1% de la información sensorial que llega del entorno) o personales (sus valores, estilo de vida, ideología, etc.). En síntesis: Lo que un individuo percibe como realidad es una interpretación sensorial de una parte de lo real. Sólo el 1% de la información que llega es procesada por el cerebro. De manera no consciente, cada ser humano interpreta el mundo en función de lo que le interesa. Los deseos, las ideologías, las creencias, los sentimientos y los mapas mentales (entre otros poderosos fenómenos) actúan como potentes filtros perceptuales, haciendo que los datos encajen con lo que cada uno quiere percibir. Este proceso es por lo general no consciente e involucra conexiones con significados arraigados en el cerebro que, desde las sombras del pensamiento, dirigen la conducta, las opiniones y la toma de decisiones. El poder de los mapas mentales en la construcción cerebral de la realidad La percepción de la realidad está fuertemente condicionada por la construcción que cada sujeto realiza sobre ella. Tal como dice el Talmud, “no vemos las cosas como son; vemos las cosas como somos”. Si usted observa el cubo de Necker, seguramente verá un cubo con una orientación determinada. Si continúa observando, la orientación puede invertirse en menos de un segundo. 5 A esta inversión se la conoce como “reestructuración espontánea” y significa que la percepción ha sido “reestructurada”: al invertirse la orientación, cambian las relaciones entre los elementos de la figura. Si bien este ejemplo tiene que ver con un aspecto particular de la percepción visual, es una excelente metáfora para analizar lo que ocurre cuando dos personas observan un mismo aspecto de la realidad pero lo interpretan en forma completamente diferente debido a la influencia de sus mapas mentales. En su libro La estructura de las revoluciones científicas, Thomas Kuhn dice que, cuando se acumulan suficientes anomalías, la comunidad científica se ve forzada a revisar su modelo mental (que él denomina “paradigma”). En el plano personal, cuando un individuo se cansa de intentar resolver sus problemas infructuosamente, debe examinar la validez de sus supuestos y creencias, de lo contrario, es muy difícil que logre expandir su pensamiento. En la historia de la humanidad hay numerosos casos de avances gestados por personas que pusieron en cuestionamiento los paradigmas de su época a pesar de las consecuencias que les ha acarreado tal actitud: Galileo fue castigado por confirmar experimentalmente que el centro del universo era Los mapas mentales comprenden el conjunto de ideas, valores y creencias que se van con- figurando a lo largo de la vida. Actúan como potentes filtros a través de los cuales una persona organiza y le da sentido a sus experiencias, por ello, la llevan a aceptar determinados puntos de vista y a rechazar otros. Si bien operan en forma permanente, el ser humano no es consciente de este proceso, excepto que voluntariamente se interese por él y decida explorarlo. el Sol. Thomas Edison fue despedido de su trabajo por “malgastar tiempo” en inventar un aparato que grababa automáticamente los mensajes, sin importar la velocidad a la que fueran enviados. La mayoría de la gente consideraba al teléfono un aparato demasiado tonto para usarlo, lo cual lo llevó a Graham Bell a luchar durante años contra esos mapas mentales. 6 Estos errores, cuya calificación de imperdonables ya no tendría sentido, son muy interesantes para hacer consciente el efecto nocivo del pensamiento cuando éste es distorsionado por los mapas mentales. Percepción conciente y metaconciente Aunque los seres humanos tendemos a considerar cada sensación como una experiencia conciente, la mayoría de las veces no es así. Por ejemplo: Al retirar la mano después de haber tocado una superficie que no sabíamos que estaba caliente, la información sensorial provoca la respuesta motriz automáticamente, antes de que seamos concientes de por qué lo hacemos 2. Antes de que una persona decida girar una mano, su cerebro ya lo habrá hecho. Esto fue comprobado durante varias investigaciones por Benjamín Libet: la conducta de una persona puede descifrarse observando las zonas cerebrales que se activen, porque ello indica la decisión que va a tomar3. En cualquier lugar del planeta, el entorno suministra una enorme cantidad de estímulos que el ser humano procesará en dos modalidades: consciente y metaconciente. Un estímulo sensorial se percibe en forma metaconciente cuando el conciente no registra que se está produciendo este proceso. Ejemplos: las investigaciones citadas en el apartado anterior o los sonidos del entorno mientras usted está concentrado en lo que lee en este momento. A la inversa: Un estímulo sensorial se percibe concientemente cuando se lo registra en el momento presente. Ejemplo: cuando un cliente toma un producto de la góndola de un supermercado y se detiene en la etiqueta para informarse sobre la cantidad de calorías que contiene. 2 3 Bear, Mark et al.: Neurociencia. Explorando el cerebro. Ed. Masson Williams y Wilkins, 1995. Braidot Néstor, Cómo funciona tu cerebro, Editorial Planeta, 2013, Capítulo 9. 7 Los siguientes, son conceptos fundamentales dentro del tema que estamos analizando: La percepción metaconciente (que en parte de la bibliografía especializada puede leerse como no conciente, inconciente o subliminal4) es un fenómeno sensorial mediante el cual captamos gran cantidad de información procedente del entorno en forma simultánea sin que seamos concientes de este proceso. A la inversa, la percepción conciente es limitada, ya que puede atender un máximo de siete, más o menos dos, variables o ítems de información simultáneamente. Esta información puede ser de diferentes extensiones y referirse a cualquier cosa, por ejemplo, prestarle atención a las calorías que contiene cada alimento que ingerimos porque estamos excedidos de peso. Probablemente, nuestro sistema metaconciente se haya desarrollado dadas las dificultades del conciente para captar el enorme flujo de información procedente del entorno, que supera su capacidad para procesarla. Recuerde: La percepción conciente utiliza un solo canal sensorial por vez y reconoce con claridad cualquier tipo de estímulo: cuando escuchamos, oímos; cuando miramos, vemos; cuando tocamos, sentimos. Excepto que decidamos concientemente aplicar más de un canal al mismo tiempo. 4 Preferimos la expresión “metaconciente”, ya que nos permite superar la percepción de inferioridad de “sub”, así como la afirmación demasiado rígida de consciente-no consciente. 8 Observemos qué interesante es esta investigación realizada en los Estados Unidos sobre la percepción conciente y no conciente (en el sistema visual). En la Universidad de British Columbia, Ronald Rensick elaboró la hipótesis de que el sistema visual humano posee, al menos, dos subsistemas sensoriales. Uno de carácter conciente, encargado de acumular las imágenes, y otro no conciente, capaz de adquirir y contrastar patrones dinámicos con sólo percibir la luz que llega a la retina (sin necesidad de generar imágenes). Sobre la base de las investigaciones de Rensick, algunos especialistas deducen que la percepción visual no conciente influye en la capacidad de anticipación del individuo, y que quienes tienen este sentido especialmente desarrollado están en condiciones de identificar un cambio de comportamiento en el entorno segundos antes de que este se produzca. En realidad, la ciencia viene estudiando el fenómeno de la percepción metaconciente desde hace más de un siglo. Uno de los pioneros fue Pötzl, quien en 1917 descubrió que un grupo de personas expuestas a una serie de dibujos complejos durante una fracción de tiempo tan pequeña que era imposible su reconocimiento conciente, manifestaban varias fantasías que estaban vinculadas a fragmentos de dibujos a los que habían estado expuestos, pero que “no habían visto”. Otra investigación, emprendida por científicos del Hospital Pitié-Salpêtrière, en Francia, ha demostrado que los procesos mentales no concientes pueden alcanzar niveles muy abstractos. Para llegar a estas conclusiones, y siguiendo la línea trazada por Pötzl, aplicaron una técnica de presentación subliminal que consistió en una serie de flashes con palabras cuya duración no permitía que los participantes tuvieran tiempo de leerlas en forma conciente. Los significados eran de tres tipos: amenazantes, neutros y alegres. Mientras recibían los flashes, se observó actividad eléctrica en la amígdala, aun cuando estaba claro que nadie podía leer. En los tres casos, se detectó una respuesta relacionada con el valor emocional de las palabras, que había sido percibido en forma no conciente. 9 Con el fin de validar resultados, se realizó otra experiencia con el tiempo suficiente como para que las palabras pudieran ser leídas, es decir, percibidas concientemente. Los resultados revelaron que se activaba la misma región del cerebro que se había iluminado cuando estas habían llegado en forma subliminal. Estos experimentos, sumados a varios cuantos que se vienen realizando en diferentes países, revelan que existen procesos mentales que preceden a la toma de conciencia sobre determinados aspectos de la realidad. Varias investigaciones llegaron a la misma conclusión: Durante los procesos de percepción, el cerebro efectúa un tratamiento preliminar de la información, para lo cual emplea mecanismos que están por debajo del umbral de conciencia. Consciente Umbral Metaconsciente La percepción metaconsciente registra estímulos sensoriales de una intensidad o en un espacio de tiempo inferior al requerido por el umbral de conciencia. Esto hace que el individuo responda a ellos sin que sea consciente de por qué lo hace. Los procesos mentales ultrarrápidos Uno de los descubrimientos más interesantes sobre el funcionamiento de la percepción tiene que ver con procesos metaconcientes que suministran la información necesaria para decidir sin que sepamos que ya lo hemos hecho. Esto no se relaciona solamente con la rapidez con que buscamos protegernos si aparece de repente un perro del tamaño de un poni con dientes enormes, sino también con la mayoría de las decisiones que tomamos a lo largo de la vida. Lo que le diré a continuación pueda que lo sorprenda, y mucho: Hoy es posible predecir la decisión que va a tomar una persona observando su actividad cerebral. 10 Por ejemplo, antes de un tenista gire su muñeca para realizar un saque, su cerebro ya sabe el tipo de movimiento que va a hacer. Lo mismo ocurre cuando un jugador de fútbol realiza un pase o marca un gol. La neurociencia contemporánea ha corroborado este tipo de situaciones con varios experimentos (lo que varía levemente es la cantidad de segundos con que se produce la anticipación). Veamos algunos casos. En Alemania, se realizó una investigación que consistía en que los participantes tomaran una decisión muy sencilla: pulsar el botón ubicado a la izquierda de una pantalla o el que se encontraba a la derecha mientras su cerebro era escaneado durante un ejercicio. Los investigadores concluyeron en que podían predecir qué botón iban a pulsar ¡siete segundos antes! al observar la actividad cerebral en las cortezas prefrontal y parietal. La figura siguiente muestra los resultados obtenidos por Haynes, uno de los investigadores contemporáneos más avanzados en este tema: Zonas cerebrales que se activaron antes de que los participantes lo supieran conscientemente. Los participantes debían informar el momento en que “sentían” que habían decidido qué botón pulsar. Imagen: John-Dylan Haynes. Fuente: http://www.mpg.de/567905/pressRelease20080414 Esta diferencia temporal, que en otros experimentos llegó a 10 segundos aproximadamente, confirma que existen áreas metaconscientes que saben lo que vamos a hacer antes de que la decisión se emplace nuestra consciencia. 11 Años atrás, en 1982, se había publicado un experimento muy simple que arrojó resultados similares: los investigadores, liderados por otro destacado especialista en el tema, Benjamín Libet, pidieron a los participantes que realizaran movimientos sencillos (como girar la mano) informando el momento en que aparecía en su conciencia la intención de hacerlo y, asimismo, el instante en que comenzaban a percibir la sensación de movimiento. Todo ello mientras registraban la actividad eléctrica de las zonas motoras de su cerebro. El experimento reveló que “antes” de que los participantes decidieran conscientemente mover su mano, ¡su cerebro ya lo había hecho! confirmando una vez más que gran parte de la conducta humana puede descifrarse observando las zonas cerebrales que se activan, básicamente, las cortezas parietal y frontal. Los sistemas de representación comunicacional en las experiencias perceptuales Los sistemas de representación comunicacional determinan cómo se percibe, almacena y codifica la información que ingresa por medio de los sentidos. En la cultura occidental se agrupan en tres categorías fundamentales: visual, auditivo y kinestésico. Cada persona tiene un sistema de preferencia, tanto a nivel sensorial como de representación interna, por el cual capta y registra la mayor parte de la información que recibe. La persona preferentemente visual se expresará, pensará, comunicará en términos de imágenes y formas: todo aquello que pueda “ver”(o ver mentalmente). La persona preferentemente auditiva se expresará, pensará, comunicará en términos de sonidos, ruidos, música: todo aquello que pueda “oír” (u oír mentalmente). La persona preferentemente kinestésica se expresará, pensará, comunicará en términos de sensaciones: todo aquello que pueda oler, tocar, saborear, en definitiva, “sentir”(o sentir mentalmente). 12 El término preferentemente no está en negritas por casualidad, ya que la utilización de un sistema no excluye la participación de otro. Por ejemplo, si un estudiante retiene mejor con la explicación verbal, es preferentemente auditivo, si necesita de gráficas o vídeos, hay indicios de que es visual, si no puede estudiar sin un libro en la mano o papel impreso, es seguramente kinestésico. Reconocer estas preferencias es muy importante; en el plano individual, para procesar y retener la información con mayor facilidad; y en la interacción con los demás, para lograr que “nos escuchen”. En mi libro Neuroventas puede hallar varios ejemplos que he elaborado para que los vendedores aprendan a identificar las preferencias sensoriales de sus clientes y, de este modo, lograr que se sientan más cómodos y sean más receptivos a sus argumentos durante las entrevistas. Todos pueden resultar útiles para cualquier ámbito de la vida cotidiana, por ejemplo, cuando negociamos con nuestros hijos o, mejor dicho, cuando “ellos” negocian con nosotros, cuando queremos implementar una idea en nuestro trabajo, cuando necesitamos que nuestra pareja entienda por qué nos gusta esto o aquello. En definitiva, cuanto más podamos avanzar en el estudio del cerebro, más capacitados estaremos para comprender los grandes temas que hoy nos atraen: el pensamiento, la conciencia, la metaconciencia, la memoria, el aprendizaje, la emoción, la cognición, las intuiciones, la toma de decisiones, la inteligencia. El denominador común de todos ellos es, sin duda, la percepción: cuando hay fallas en este sistema, se altera el funcionamiento de todos los demás. 13