ULA Apartado 750 Mérida – Venezuela Tel/Fax: Intl+58-274-2714576 Jc-centeno@outlook.com El oráculo de Delfos Julio César Centeno El Señor cuyo oráculo está en Delfos no dice ni oculta, sólo da signos. Heráclito El Santuario de Delfos, en la antigua Grecia, era un lugar en el que sabios, eruditos, reyes y plebeyos consultaban a los dioses. Se encuentra en el monte Parnaso, donde el gran dios Apolo había dominado a la gigantesca serpiente Pyto (Pitón) para apoderarse de su sabiduría. Apolo guardó las cenizas de la serpiente en un cofre y lo enterró bajo el santuario. En el cofre reposaba toda la sabiduría de Pitón; por eso aquel lugar era conocido como el ombligo del mundo. Las instrucciones de Apolo fueron claras: «Custodiaréis mi templo, que será rico en tesoros y honrado por muchos hombres; conoceréis así los pensamientos secretos de los dioses inmortales» Las sacerdotisas de este templo se conocían como Pitonisas, encargadas de transmitir las respuestas del oráculo. Nunca abandonaban el CENTENO–ELORACULODEDELFOS–JUNIO2014 1 santuario. Las consultas se realizaban sólo el séptimo día de cada mes, día del nacimiento de Apolo. La sacerdotisa descendía a una cripta subterránea donde tomaba agua de la fuente Casiótide, masticaba hojas de laurel y aspiraba los vapores que brotaban de grietas en las rocas para llenarse del aliento de Apolo. Las pitonisas entraban en trance. Sólo entonces pronunciaban sus oráculos. Hace casi dos mil años, cien años después de Cristo, el historiador Plutarco atribuyó el poder de las Pitonisas al vapor proveniente de las grietas en las rocas de la cueva. Hoy se sabe que dos fallas tectónicas se cruzan bajo Grecia, con una fractura justo debajo de Delfos. Cuando Sócrates acudió al oráculo más de 400 años antes de Cristo, en busca de conocimiento sobre la naturaleza, la respuesta fue precisa y contundente: “Te advierto, quien quiera que fueres, tú que deseas sondear los arcanos de la Naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los tesoros. Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses”. CENTENO–ELORACULODEDELFOS–JUNIO2014 2 De allí uno de los conceptos filosóficos más importantes: conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses. Sócrates solicitó que aquella maravillosa revelación quedara en el frontispicio del templo de Apolo en Delfos, como iluminación eterna para toda la humanidad. Herodoto cuenta que Creso, rey de Lidia, consultó el oráculo para preguntarle qué pasaría si cruzaba con su ejército el río que separaba a su país del imperio Persa para conquistarlo. La respuesta fue clara: “Si cruzas el río destruirás un poderoso imperio”. Poco tiempo después, el rey Creso se encontraba en una oscura celda de Persépolis: el imperio que destruyó fue el suyo. En el año 429 antes de Cristo, el gobernador de Atenas, Pericles (495 a.C- 429 a.C) , murió debido a la peste que castigaba a la ciudad. Un grupo de ciudadanos acudió al oráculo de Delfos para pedirle una forma de terminar con ese azote. La respuesta del oráculo causó estupor: “Construyan, con regla y compás, un altar cúbico que duplique en volumen al que ya existe”. Genios matemáticos del momento, como Hipócrates de Quíos (470 - 410 a.C) abordaron el problema sin lograr resolverlo. Doscientos años después otros matemáticos, incluyendo al mismísimo Eratóstenes (276 a.C – 194 a.C) continuaban desvelándose por la incógnita, pero sólo llegaron a soluciones aproximadas. Para resolver el problema es necesaria una ecuación cúbica, algo imposible con regla y compás. CENTENO–ELORACULODEDELFOS–JUNIO2014 3 El oráculo de Delfos no podía ignorarlo, por lo que se concluyó que les jugó una mala pasada a los atenienses: el problema de la duplicación del cubo quedó sin resolver, como uno de los tres problemas clásicos griegos. La tendencia a las soluciones matemáticas del oráculo no cesó. En otra oportunidad solicitó trisecar un ángulo cualquiera con regla y compás (sólo es posible para ángulos de 90 grados). Es insoluble por las mismas razones que el de la duplicación del cubo: hace falta resolver una ecuación cúbica. En otra oportunidad propuso el acertijo matemático más famoso de todos: el de la cuadratura del círculo: construir, con regla y compás, un cuadrado de área igual al de un círculo dado. Recién en el siglo XIX se demostró su imposibilidad, debido al carácter trascendente del número pi: no solamente es irracional, sino que no existe ninguna ecuación cuya solución sea pi. La expresión “cuadrar el círculo” ha quedado como ejemplo de una tarea imposible. Jc-centeno@outlook.com CENTENO–ELORACULODEDELFOS–JUNIO2014 4