COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA FRENTE A LOS ASESINATOS RECIENTES OCURRIDOS EN COLOMBIA CLADE, ALER, COALICIÓN COLOMBIANA POR EL DERECHO A LA EDUCACION y PRESSENZA DENUNCIAMOS Y RECHAZAMOS: El asesinato de 14 líderes sociales, campesinas/os e indígenas, la mayoría de Nariño y Cauca, luego del anuncio de la conclusión del proceso de diálogos de La Habana y de la firma de los acuerdos entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). 26 de agosto. Roberto Taicus Bisbicus (50 años). Tumaco, Nariño. Líder del pueblo indígena Awá y profesor del centro educativo de la comunidad El Hojal La Turbia, en zona rural de Tumaco. El día del asesinato, Taicus había retirado dinero de un banco en Tumaco y se dirigía a su casa, cuando una motocicleta interceptó el taxi en el que se transportaba y desde allí le dispararon. Taicus tenía un papel activo en el proceso político y de resistencia de la Unidad Indígena del Pueblo Awá (Unipa). 28 de agosto. Diego Alfredo Chirán Nastacuas (24 años). Barbacoas, Nariño. Indígena Awá. Su cuerpo fue encontrado en la vía que conduce de Tumaco a Pasto amarrado cerca de un retén militar, con signos de tortura y siete impactos de bala. Un grupo de hombres se lo había llevado a la fuerza de su vivienda en el corregimiento El Diviso, municipio de Barbacoas. 29 de agosto. Luciano Pascal García (23 años) y Alberto Pascal García (21 años). Tumaco, Nariño. Los dos indígenas Awá, pertenecían a la guardia indígena de su comunidad. Recibieron varios disparos desde una motocicleta, mientras se desplazaban del corregimiento de Llorente (Tumaco) hacia el resguardo El Hojal La Turbia. 28 de agosto. Nereo Meneses, Joel Meneses y Ariel Sotelo. Almaguer, Cauca. Líderes de Cauca, defensores del medio ambiente y miembros del Comité de Integración del Macizo Colombiano (CIMA). Asesinados en la vereda La Herradura del municipio de Almaguer, en el sur del departamento. Seis hombres vestidos de camuflado y fuertemente armados los interceptaron en la carretera, los condujeron a la vereda Monteoscuro y allí los mataron. 5 de septiembre. Simón Álvarez Soscué (64 años), Martha Pipicano (65 años), Libio Antonio Álvarez (36 años) y Salvador Acosta. Sucre, Cauca. La campesina y los tres campesinos fueron asesinadas/os en la vereda Pueblo Viejo del municipio de Sucre, Cauca. Ocho hombres vestidos de negro y portando armas de largo alcance atacaron a Simón Álvarez y a Salvador Acosta. Luego prendieron fuego a una casa aledaña, propiedad de la familia Álvarez Moncayo. En su interior fueron encontrados los cuerpos incinerados de Martha Pipicano y Libio Antonio Alvarez. 8 de septiembre. Cecilia Coicué (58 años). Corinto, Cauca. Líder indígena y campesina. Fue encontrada muerta cerca de una quebrada que linda con su finca El Vergel, ubicada en la vereda La Cominera del municipio de Corinto. Fue atacada con arma blanca a la altura del cuello. La mujer planeaba alquilar sus tierras para instalar una zona veredal transitoria de normalización, acordada entre el Gobierno y las FARC. 8 de septiembre. María Fabiola Jiménez de Cifuentes (69 años). Barbosa, Antioquia. Líder comunitaria de la vereda Las Lajas, del municipio de Barbosa, Antioquia. La mujer, quien viajaba en el segundo asiento de un bus, recibió siete disparos de una persona que también iba en el vehículo. El ataque se presentó a la entrada de la vereda Isaza, a unos cinco minutos del casco urbano de Barbosa. 12 de septiembre. Néstor Iván Martínez. San Juan del Cesar. Líder del Congreso de los Pueblos, vocero de la Comisión de Interlocución y miembro del consejo comunitario de las comunidades negras de la Sierra, El Cruce y La Estación, en el Centro de Cesar. Hombres armados que se movilizaban en motocicletas arribaron a su finca en la zona rural de la Sierrita, en el municipio San Juan del Cesar, amarraron al administrador de la finca y esperaron la llegada de Martínez para asesinarlo. Con ello, según datos del Ministerio del Interior, este año han sido asesinadas/os 38 líderes sociales. Hacemos un LLAMADO: Al Estado Colombiano, a los organismos de Justicia, para que no queden impunes estos crímenes, se persiga y judicialice a los asesinos, se brinde protección y seguridad a las y los líderes del país, sobre todo en las regiones donde se ha incrementado el accionar de grupos paramilitares, contra líderes y sus comunidades. Superar el conflicto armado interno que ha afectado especialmente a los sectores del campo y la ciudad más desprotegidos, a las comunidades indígenas y afros; y que nos ha dejado más de 8 millones de desplazadas/os, 250 mil muertas/os y miles de desaparecidas/os. Invitamos a las comunidades educativas a organizarse, frente a las tareas que vienen, a tomar todas las medidas de seguridad y protección y a avanzar en las grandes transformaciones que requiere nuestro País, hacia la construcción de la democracia sin impunidad, con justicia y equidad, para que la paz sea una realidad para todas y todos. Recordamos además que la educación para la paz, la convivencia democrática y los derechos humanos tiene un papel preponderante en la construcción de la paz en Colombia. En este sentido, se posiciona la Resolución 32/28 "Declaración sobre el Derecho a la Paz", adoptada el 1º de julio de este año por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en la que se establece que toda persona tiene derecho a disfrutar de la paz de tal manera que se promuevan y protejan todos los derechos humanos y se alcance plenamente el desarrollo. La Declaración también reconoce la cultura de la paz y la educación como pilares esenciales del derecho a la paz y la necesidad de promover instituciones internacionales y nacionales de educación para la paz con objeto de fortalecer el espíritu de tolerancia, diálogo, cooperación y solidaridad entre todos los seres humanos. El histórico acuerdo que pone fin al conflicto armado entre el Estado y la insurgencia de las FARC está ahora en el campo de decisión de la ciudadanía, en el plebiscito que se llevará a cabo el próximo 2 de octubre; por ello invitamos a la generosidad que implica el fin de la guerra, votando por el Sí.