Robert MERTON (1910-2003) Robert Merton a partir de su clásica definición de la anomia, genera un cambio sustancial en la consideración de la desviación. La conducta desviada es la respuesta “normal” a ciertas presiones sociales y no como aparecía en épocas anteriores. Su definición de Anomia viene dada por el marco de dos estructuras sociales que están en tensión, a saber, la estructura cultural y la estructura social. La cultura define los fines y objetivos para ser feliz y conseguir el éxito en la vida, y además, los medios que se pueden usar para conseguirlos. La estructura socio-financiera muestra las oportunidades individuales o particulares -grupos- de acceso a esos medios para conseguir el estatus de triunfo social. Así pues, dentro del marco de una sociedad anómica devenida por los desajustes socio-culturales, el crimen es un problema -o hecho- estructural y siempre latente dentro de ésta. Marco de la SOCIEDAD ANÓMICA: Desequilibrio cultural entre fines y medios: OBJETIVO e INSTRUMENTO Universalismo en la definición de los fines, extensión a TODOS los CIUDADANOS Desigualdad al acceso a las oportunidades, LIMITACIONES a BAJO NIVEL SOCIAL Disfunción: entre VALORES y NORMAS Como respuestas a esta disfunción, Merton destaca cinco formas adaptativas del hombre al medio social: a) INNOVACIÓN: el sujeto ve a través de medios ilícitos o delincuenciales una buena forma de conseguir sus objetivos. Es la única forma criminal de todas. Merton defiende que la mayoría son de clase baja. b) CONFORMIDAD: el individuo cree que debe conseguir los objetivos con los medios lícitos exclusivamente. Esta respuesta es la mayoritaria dentro de la sociedad. c) RITUALISMO: se renuncia a conseguir las metas y objetivos socialmente descritos como exitosos. Es una desviación no delictiva, que suele darse en clases medio-bajas. d) APATÍA: también se denomina retraimiento; es un alejamiento de los valores culturales de la sociedad en cuanto a objetivos de éxito y a los medios no lícitos. Suelen dar lugar a alcohólicos, mendigos, vagabundos, etc. e) REBELIÓN: un grupo o colectividad pone en duda los valores establecidos. Estas personas anteriormente han intentado lograr los éxitos sin desviación pero han fracasado Anomia (ciencias sociales) Emile Durkheim, uno de los fundadores de sociología moderna e introductor del término "anomia". Anomia puede referirse al desorden neuropsicológico caracterizado por la dificultad para recordar los nombres de las cosas. En ciencias sociales, la anomia es la falta de normas o incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos lo necesario para lograr las metas de la sociedad. Se trata de un concepto que ha ejercido gran influencia en la teoría sociológica contemporánea. También ha ofrecido una de las explicaciones más importantes de la conducta desviada. El término (etimológicamente sin norma) se emplea en sociología para referirse a una desviación o ruptura de las normas sociales, no de las leyes (esto último es "delito"). En el mismo sentido ha sido retomado por la antropología, aunque en esta disciplina ha ido perdiendo vigencia tras la crítica de las corrientes opuestas al funcionalismo estructuralista, sobre todo el Multiculturalismo. La mayor presión conducente al desvío se da entre los grupos socioeconómicos más bajos y las conductas desviadas son: el crimen, el suicidio, los desórdenes mentales, el alcoholismo, etc. Se supone que la anomia es un colapso de gobernabilidad por no poder controlar esta emergente situación de alienación experimentada por un individuo o una subcultura, hecho que provoca una situación desorganizada que resulta en un comportamiento no social. El término fue introducido por Émile Durkheim (La división del trabajo social y El suicidio) y Robert K. Merton (Teoría social y estructura social); este último formuló las leyes que, al incumplirse, conducían a la anomia: Los fines culturales como deseos y esperanzas de los miembros de la sociedad. Unas normas que determinen los medios que permitan a las gentes acceder a esos fines. El reparto de estos medios. La anomia es en este caso una disociación entre los objetivos culturales y el acceso de ciertos sectores a los medios necesarios. La relación entre los medios y los fines se debilitan. El concepto de anomia está vinculado a otros como el control social y la desviación. Pero la anomia se debe al actuar de un agente social manifiesto en ausencia de normas en relación con el éxito en un rol dentro del sistema. La regulación moral correspondiente -codificada en normas sociales- queda obsoleta en la función de favorecer la solidaridad orgánica, por lo que se produce una desinstitucionalización por falta de los referidos valores normativos, en un abanico que va desde los usos y costumbres al extremo más grave de la falta de igualdad de oportunidades sociales para avanzar al siguiente escalón de nuevos bienes culturales, religiosos o societarios del progresivo estadio de desarrollo. Concretamente, según Durkheim, la anomia implica la falta de normas que puedan orientar el comportamiento de los individuos. En el funcionalista Merton, sin embargo, la anomia representa la imposibilidad para ciertos individuos de acceder a los medios que sirven para obtener los fines establecidos socialmente, o viceversa. Ya en los tiempos de Platón, los hombres se preocupaban por la naturaleza de la sociedad y las relaciones del individuo respecto al orden social global. Las formulaciones sociológicas de la anomia hechas por Durkheim y Merton han llegado a ocupar un lugar importante en la sociología contemporánea, porque han tratado de explicar distintas formas de conducta desviada en el seno de la sociedad global y su estructura social; cómo los individuos se comportan ante la situación de anomia o cómo adecuan sus actitudes ante fines y medios, fue categorizado por Merton con una Tabla que desarrolla la Teoría de la tensión, Strain Theory, así: Conformismo o inactivo y posturas activas de innovación (cambio) Ritualismo (acomodación) Retraimiento o rebelión, según el mayor o menor grado de aceptación o reyección de fines propuestos y medios disponibles y de su nivel de disconformidad en la adecuación de expectativas y logros. La anomia es un concepto sociológico, psicológico y ecológico explicativo y operativo de situaciones de hecho de la demanda del individuo y la oferta de la sociedad, dentro de un proceso de desarrollo o de adaptación. Su medición puede enfocarse como desviaciones normativas o actitudes personales (Tabla de Merton). Carlos Nino, en Un país al margen de la ley, señala sobre la base de la sociedad argentina una larga serie de conductas observables que configuran un conjunto social anómico: la forma en que se transita por los espacios públicos, cómo estos son cuidados, la naturalidad con que se evaden las responsabilidades cívicas (pago de impuestos, por ejemplo), la forma en que se contamina el ambiente, la extensión de la corrupción etc, testimonios todos de una sociedad abrazada a la ilegalidad entendida como falta de respeto a las normas; según Nino, el factor anómico opera por sí mismo en la generación de niveles bajos de eficiencia y productividad, y distingue tres tipos de ilegalidad diferentes: a) La mera desviación individual que ocurre cuando los individuos encuentran conveniente (para sus intereses) dejar de observar la ley (dado el probable comportamiento de otros). b) La que se presenta cuando ocurre un conflicto social que lleva a un sector a desconocer la legitimidad de la autoridad que dicta las normas en cuestión. c) La que llama anomia boba, que implica situaciones sociales en las que todos resultan perjudicados. La anomia boba no es resultado de intereses o valoraciones que la ley no pudo satisfacer y que se buscan satisfacer al margen de ella: es una forma de inobservancia que produce una disfuncionalidad en la sociedad. Para caracterizarla, Nino presenta el siguiente razonamiento: Se podría decir que hay anomia cuando la no observancia de alguna norma en un cierto grupo social, sería eficiente, en el sentido de que ese estado de inobservancia sería óptimo respecto de cualquier otra situación posible; o sea, en ese estado nadie estaría peor y alguno, por lo menos, estaría mejor. Sin embargo, este criterio no es operativo si tomamos como parte del grupo social relevante (y como partícipes en la acción colectiva) a individuos que tienen propósitos lógicamente incompatibles con los de los demás. La eficiencia de una acción colectiva es anómica, si la inobservancia de una determinada norma conduce a una suma agregada mayor de satisfacción de preferencias, descontando cierta frustración de preferencias. Por el contrario una acción social es anómica, en el sentido de "ilegalidad boba", si resulta menos eficiente que cualquiera otra que podría darse en la misma situación colectiva y en la que se observa una cierta norma. Robert K. Merton señaló que la conducta anómala puede considerarse como un síntoma de disociación entre las aspiraciones culturales y los caminos socialmente estructurados para llegar a dichas aspiraciones. Nino sugiere que las normas sociales se formulan para reducir las anomalías y permitir alcanzar los fines o aspiraciones. La inobservancia de tales normas, en el caso de la "anomia boba", adquiere básicamente tres formas: a) El comportamiento finalista: cuando se adhiere a los fines generales pero pretendiendo satisfacerlos a través de una conducta diferente a la prescripta por la norma. b) El comportamiento formalista/ritualista: cuando se observa la norma ignorando los fines a la que ella sirve (aun cuando tal comportamiento frustre los fines). Estos comportamientos distinguen a la conducta típicamente burocrática. c) El comportamiento "chicanero": cuando se aprovechan los intersticios de las normas para satisfacer fines personales (aun cuando ello frustre los objetivos del conjunto). La anomia se constituye con la generalización en el grupo social de cualquiera de las tres variedades de comportamientos mencionados. Desde Kant se sabe que uno de los rasgos de la moral es la autonomía, y que ella se manifiesta por la aceptación de los principios o normas por sus propios méritos, y no por haber sido prescriptas por alguna autoridad, o por las circunstancias en que deben ser aplicadas. Pero buena parte de las acciones que desarrollamos no tienen eficacia por sí solas, sino como parte de prácticas sociales; pretender realizar la mejor acción desde el punto de vista moral, aisladamente, sin tomar en cuenta los efectos que producirá en combinación con otras, es una irresponsabilidad. Por lo tanto, lo que necesitamos justificar sobre la base de principios morales autónomos, no son acciones aisladas, sino nuestra contribución o no a las prácticas colectivas. TEORÍA DE LA ANOMIA(Durkheim) Anomia es la ausencia de norma o ley. En sociología es un conflicto de normas, de manera que la persona no sabe a qué atenerse. La sociedad propone a la persona objetivos para su realización personal (dinero, poder), sin embargo la sociedad no le proporciona los medios ni la igualdad de oportunidades para alcanzar esa meta social, por lo que el individuo se verá abocado al delito. Estructuras sociales y anomia La hipótesis del doble fracaso La teoría de la anomia. El término "anomia" se refiere a ciertos estados de vacío o carencia de normas en una sociedad, que provoca, entre otras consecuencias, la conducta desviada de algunos de sus miembros. Esta situación de crisis guarda estrecha relación con la estructura, organización y el grado de desarrollo social.(1) Durkheim es el primero que desarrolla, desde un punto de vista criminológico, la teoría de la anomia, replanteando posteriormente su contenido, el sociólogo norteamericano Robert Merton. Merton parte de la misma idea propuesta por Durkheim en el sentido de que el delito es un fenómeno social normal, aportando a esta teoría un concepto fundamental: La ruptura entre fines sociales y medios para alcanzarlos… (2). La conducta delictiva re fleja la discrepancia entre las expectativas(3) culturalmente preexistentes y los medios determinados por la estructura social para satisfacer tales expectativas. Merton introduce muy claramente la variable estructural(4) al proponer una teoría general del comportamiento desviado, señalando que su primer propósito "...es descubrir cómo algunas estructuras sociales ejercen una presión definida sobre ciertas personas de la sociedad para que sigan una conducta inconformista y no una conducta conformista...". (5) El comportamiento desviado, como expresión de una conducta inconformista, tiene, según Merton, causas sociales y culturales, ya que, como se expuso, tal conducta se origina en la discrepancia entre las aspiraciones culturalmente determinadas y los medios socialmente aceptados para obtenerlas. La estructura social le facilita a los grupos dominantes la obtención de los valores culturales, pero se lo hace difícil o imposible de alcanzar a los demás. La estructura social actúa como una barrera o como una puerta abierta para la acción impuesta por los mandatos culturales. Si no existe una adecuada integración entre la estructura cultural y la estructura social exigiendo la primera una conducta y unas actividades que la segunda impide, surge una definida tendencia que va desde el quebrantamiento de las normas hasta su abolición. Así, la estructura cultural convierte la acumulación de riqueza material en un valor supremo para todos los ciudadanos, mientras que la estructura social restringe a ciertos grupos sociales el acceso efectivo a los procedimientos legítimos que permitirían lograr tal meta. Esta es la situación que Merton define como uno de los procesos favorables al estado social de anomia. La presión de la estructura social sobre el individuo propicia cinco "tipos de adaptación" y que Merton denomina de la siguiente forma: 1-Conformismo(6); 2-Innovación; 3-Ritualismo(7); 4-Retraimiento(8); 5-Rebelión. Todos estos tipos de adaptación, excepto el primero, representan modalidades de conductas "desviadas" aunque no necesariamente "criminales".(9) Al asumir una actitud innovadora, el sujeto conserva las metas culturales, pero rechaza los medios institucionales para lograrlas. Esta adaptación la asumen las personas de estratos sociales altos y bajos, manifestándose, de igual forma, en la delincuencia de "cuello blanco". El delincuente económico casi siempre presenta las características que definen la reacción innovadora, aunque si se trata de una sofisticada defraudación en las altas finanzas, no será fácil determinar que lo que parece un "negocio genial", en realidad es un procedimiento ilegítimo y socialmente reprochable. También este planteamiento es aplicable a la delincuencia común, pues cuando existe poca movilidad social y los valores predominantes son el éxito económico y el ascenso social, la conducta desviada se convierte en una "reacción normal" de las clases subalternas(10 ) . También el comportamiento desviado o delictivo se podría manifestar a través de la rebelión. En este caso son comportamientos en los que no sólo se rechazan los fines culturales, sino que también se rechazan los medios institucionalizados para obtenerlos, proponiéndose, en último término, un cambio total. El revolucionario es el ejemplo que mejor sintetiza las características que definen la rebeldía. La delincuencia de cuello blanco casi siempre presenta las características que definen la adaptación innovadora, ya que la "rebelión" supone una ruptura que difícilmente asume la criminalidad económica. Es en los niveles económicos superiores en donde puede apreciarse la presión hacia la innovación, que en muchas ocasiones parece borrar "...la diferencia entre esfuerzos a manera de negocios del lado de acá de las costumbres y prácticas violentas más allá de las costumbres. Como observó Veblen, -...no es fácil en ningún caso dado-en realidad, es imposible a veces hasta que no han hablado los tribunales-; decir, si es un caso encomiable del arte de vender o si es un delito punible..- La historia de las grandes fortunas norteamericanas está llena de tendencia hacia innovaciones institucionalmente dudosas, como lo atestiguan los numerosos tributos pagados a los Magnates del Robo. La repugnante admiración expresada con frecuencia en privado, y no rara vez en público, a esos sagaces, vivos y prósperos individuos, es producto de una estructura cultural en la que el fin sacrosanto justifica de hecho los medios-....". (11) En un sistema social en el que el valor cultural dominante es el éxito económico, la presión estructural es intensa hacia la conducta desviada, ya que los medios legítimos para lograr tal enriquecimiento, están limitados por una estructura de clases que no le brinda, en todos los niveles, iguales oportunidades a los individuos capaces. La presión dominante se orienta hacia la utilización creciente de los procedimientos ilegítimos, ya que los legítimos resultan, generalmente, ineficaces.(12) La actitud innovadora y los procedimientos legítimos limitados para lograr el enriquecimiento, constituyen las características más sobresalientes del delito de cuello blanco dentro de la teoría de la anomia planteada por Merton. A esta teoría se le han hecho diversas críticas,(13) señalando, especialmente, que la desviación innovadora de las clases más desfavorecidas, no puede tener la misma función explicativa respecto a la criminalidad de cuello blanco. Es decir, que cuando se trata de personas pertenecientes a los grupos económicamente más poderosos, tal como ocurre con la criminalidad económica, difícilmente puede admitirse que sean sujetos que no tengan fácil acceso a los medios legítimos para obtener el éxito económico. En este punto el planteamiento de Merton se resquebraja, sin que identificara el nexo funcional objetivo de la criminalidad de cuello blanco y la gran criminalidad organizada, dentro de la estructura del proceso de producción y del proceso de circulación del capital; es decir, que existe, según se ha puesto en evidencia en diversas investigaciones sobre la gran criminalidad organizada, una relación funcional objetiva en la sociedad capitalista, entre los procesos legales y los procesos ilegales de acumulación. Por ejemplo, una parte del sistema productivo legal obtiene importantes beneficios de las actividades delictivas de gran estilo. Este vínculo estructural entre la delincuencia dorada y el sistema político económico, no permite considerar a la primera como un mero problema de socialización y de interiorización de normas, como lo sugiere Merton.(14) Anomia y realidad paceñas Respecto al tema que nos ocupa y que es menos frecuente o menos estudiado, que por consiguiente es menos comprendido, los chicos que ahora mismo viven y trabajan en las calles de La Paz (cercado y El Alto), se circunscriben en la tipología del retraimiento , definido como el abandono esencial tanto de los objetivos culturales estimados en otros tiempos, como de las prácticas institucionalizadas dirigidas hacia esos objetivos . Ya que los individuos que se "maladaptan " de esta manera, en realidad están en la sociedad pero no son parte de ella, ya que renuncian a las metas prescritas. Las metas de la sociedad hacen un conflicto que se resuelve abandonando las metas y los medios. El escape es completo. Se elimina de esta manera el conflicto y el individuo es asocializado . En la medida de que este proceso de anomia ha sido desde fuera del individuo, es decir a sido impuesto por la sociedad generando una contradicción entre las metas culturalmente inducidas y las oportunidades socialmente estructuradas (doble fracaso), el proyecto “Luz de Esperanza” funda su trabajo en la recuperación del beneficiario mediante un proceso de evolución, que viene desde dentro, desde la espiritualidad del individuo y que va directamente a la “sociedad”. Como toda teoría, ésta está susceptible a cambios que puedan ser formuladas a partir de la confrontación con la realidad, con nuestra realidad. http://www.youtube.com/watch?v=Xnpe-ZVPdIk