Busto de Nero Cermanici. Localización: Museo Municipal de Antequera. Procedencia: Hallada en la villa romana de la Estación, en la segunda quincena de enero de 1948, durante unas obras de desmonte a orillas de un talud sobre la calzada que iba a la estació n, entre ésta y el paso superior de la carretera de Antequera a Córdoba. Material: Mármol blanco de grano fino y compacto con pátina dorada. Dimensiones: Alt. máx. 0.46 m.; mentón-cráneo 0.22 m. Estado de conservación: Rotas la nariz y la oreja derecha. Rozaduras en los mechones del flequillo y en la mejilla izquierda. Han saltado lascas de mármol en el lado izquierdo del cuello y en el borde del busto del mismo lado. Roto el del lado derecho y la base. Una grieta recorre el cuello por el lado izquierdo y se prolonga hasta la espalda; en ésta hubo una reparación antigua. Manchas abundantes de concreciones y raíces tanto en la cabeza como en el busto, sobre todo por lado derecho. Descripción y paralelos: La revisión continua y lógica a que está sometida la investigación sobre la iconografía de príncipes julioclaudios ha llevado a interpretaciones dispares del busto de Antequera. Una inflexión importante en el estado de la cuestión supuso la inclusión en el tipo corinto-stultgart, en el que P. Zanker reconoció posteriormente al mayor de los hijos de Germánico. Esta opinión de la que se hace eco la investigación posterior, se ha visto ratificada por el hallazgo de un nuevo retrato de Nero Germanic i, una cabeza para insertar en una estatua hallada en Tarragona en el foro de la colonia junto con una cabeza de Tiberio, ambas dadas a conocer por E. Koppel. La pertenencia del busto de Antequera al tipo Corinto-Stultgart se basa en la coincidencia con el busto del Museo de Stultgart en aspectos iconográficos y en rasgos fisiognómicos, como son la forma de la cabeza, el peinado, la barba, la forma de los ojos y de las cejas, la boca ligeramente entreabierta y el contorno perfilado de los labios. El paralelo de perfil hace aún más evidente la relación en detalles significativos, como por ejemplo, el declive del cráneo desde la coronilla hacia la frente, el contorno del flequillo y de la barba, el movimiento de los mechones en la parte superior de la cabeza, la posición transversal de los mechones delante de la oreja y el cambio de dirección de los que empiezan a rizarse a partir del lóbulo de la oreja. Los motivos del peinado coinciden igualmente, aunque en ellos es inevitable contar con variantes debidas a una ejecución más a la ligera y al margen de libertad que se toma el escultor. Resulta así, que el esquema de motivos del flequillo integrado en el tipo por una horquilla central, una pinza a cada lado de ésta y una bifurcación en horquilla en los extremos, marcando el ángulo con el pelo de la sien, es el que reproduce el busto de Antequera, levemente alterado por la desviación de la horquilla central hacia el ojo izquierdo y apenas si por algún otro desplazamiento menor. En la parte superior de la cabeza el escultor reproduce el movimiento de los mechones, pero los dispone de manera más simple y rutinaria, Por último, en la parte posterior reproduce el esquema clasicista caracterizado por el motivo en forma de estrella, que forman los mechones en la coronilla e hileras de mechones largos que bajan hacia el cuello, donde nuevamente se bifurcan en dos horquillas superpuestas con las puntas vueltas hacia fuera. De la utilización de este esquema en creaciones del arte áulico da idea una cabeza de Druso el menor de Erbach así como también copias provinciales que se hacen eco de modelos oficiales, caso de una cabeza reelaborada de Claudio del Museo de Zaragoza. El paralelo con la cabeza de Erbach pone de manifiesto un trabajo más plástico, fino y minucioso en ésta, mientras que en las provinciales se engrosan y anchan los mechones que pierden especificidad material y naturalidad. Las variantes señaladas respecto al busto de Stultgart se observan también respecto a la cabeza de Tarragona, que sigue más de cerca las directrices tipológicas. Así lo dan a entender modificaciones de otra índole, que parecen intencionadas y en virtud de las cuales la versión de Antequera adelgaza y afila las facciones, por una parte; acentúa la forma sumida del labio inferior y la prominencia del mentón, por otra. Lo primero puede ser consecuencia de la búsqueda de estilización y rejuvenecimiento tan habitual en representaciones provinciales de miembros de la familia imperial. Lo segundo puede ser considerado indicio de intensificación del parecido con Germánico y con Calígula, perceptible a través de paralelos provinciales próximos, como son el Germánico del Museo de Cádiz y el Calígula del de Huelva. En otro orden de cosas, pero dentro de las modificaciones advertidas en la versión bética, son aspectos de notar el movimiento menos enérgico de la cabeza, la vaguedad de la mirada y la supresión del manto sobre el hombro izquierdo. Todos ellos prestan a la representación una apariencia más próxima y natural, pero amortiguan el tono heroico, culto y refinado de la copia de Stultgart. Este aspecto de la cuestión merece ser subrayado, porque demuestra, que un buen escultor provincial es capaz de imitar y reproducir efectos como la calidad de porcelana en el tratamiento del mármol, característica de época de Calígula; pero no presta tanta atención a plasmar el empaque, la arrogancia y el preciosismo que imprime el gran arte. En este punto es útil volver al paralelo con la cabeza de Tarragona, para constatar la diversificación de opciones dentro del arte provincial. Mientras que esta última muestra un mayor apego al modelo en el plano tipológico y en el estilístico, la cabeza del busto de Antequera ofrece una versión más suelta y libre no sólo a causa de la apariencia más informal y juvenil, sino porque antepone la estilización y el decorativismo de determinados detalles a la unitaríedad plástica. El tratamiento de los mechones de la barba lo demuestra claramente, cuyos rizos acaracolados se marcan primero por incisión y se cincelan después en un relieve que los hace resaltar de la epidermis. Lo mismo se puede decir de la manera de trazar y labrar los mechones del peinado, sin pasar por alto que el procedimiento para hacerlos destacar del fondo y para individualizarlos - labra a bisel, grosor en aumento, incisiones profundas- puede marcar la proximidad a época claudia. El carácter particular del encargo puede hacerse patente en este aspecto. Cronología propuesta: Época caligulea. N.B.: Texto extraído íntegramente del catálogo de la exposición “Retratos romanos de la Bética”. Pilar León . Centro Cultural El Monte. Sevilla 2001. Págs.: 280-285. REPRESENTACIÓN GRÁFICA.