| 19 TENDENCIAS | LATERCERA | Sábado 2 de abril de 2016 RR Paseo por el canal Oudegracht, que cruza la ciudad. RR Puestos de flores en el centro de Utrecht. Con su bien conservado centro histórico medieval, sus cafés, canales, ciclovías y su población de estudiantes de todo el mundo, esta ciudad, ubicada en el centro de Holanda, es una alternativa más pequeña, pero tan tentadora como Ámsterdam. TEXTO Y FOTOS: Micaela Lobos aquí los tacos son de bicicletas y cuando la luz del semáforo está en rojo, se forman filas de casi 50 ciclistas en las calles próximas a la estación de trenes. “La mayoría de los niños aprende a andar en bicicleta a los cuatro años. La usamos para todo, ir a la universidad, al supermercado, a un café”, cuenta Merlijn, un estudiante de Filosofía de 21 años. Como consecuencia Utrecht ha sido elegida como una de las mejores ciudades del planeta para transportarse en este medio y fue, además, el destino escogido para iniciar el Tour de Francia 2015. También es aquí donde se construyó la primera ciclovía del continente y el próximo año se instalará un estacionamiento de bicicletas con capacidad para 12 mil, es decir, el más grande del mundo. Ante eso no queda más que rendirse, arrendar una y unirse al flujo permanente que se mueve por la telaraña de ciclovías, especialmente para conocer los lugares más alejados del centro. Uno de ellos es Lombok, un barrio multicultural al noroeste de la estación de trenes. De forma rectangular, construida de ladrillo, grandes vidrios en su fachada y coronada por dos torres de metal, una moderna mezquita da la bienvenida al distrito. Aquí es usual escuchar el llamado a la oración, mientras que en las calles aledañas se venden frutas, verduras y productos traídos principalmente desde Turquía y Marruecos. “Puedes conseguir la verdura más barata y un montón de productos internacionales, hasta café colombiano”, cuenta Constanza, una chilena radicada en Utrecht. Es uno de los sectores con más migrantes de la ciudad y uno de los barrios más animados y diversos. En la hora punta también aumenta la circulación de personas en la estación de trenes. Muchos sólo llegan a trabajar a Utrecht y regresan en la tarde a sus casas en las afueras o en otras ciudades como Ámsterdam, Rotterdam o La Haya, a incluso menos de 30 minutos. A esa hora también son más las bicicletas que comienzan a repletar el estacionamiento próximo a la estación. Aunque en general de Utrech se habla poco, hace algunos meses hizo noticia a raíz de un experimento social que está haciendo y que consiste en entregarles un sueldo mínimo a ciudadanos, desempleados o no, para sus necesidades esenciales. Los defensores del “ingreso universal” creen que esto ayudará a liberar a las personas de las presiones financieras y dedicarse a lo que realmente quieren. Para comenzar están probando el plan con 300 personas de los 300 mil habitantes que tiene la ciudad. Como puede verse, Utrech no deja de sorprender. T