Declive de los bosques de macroalgas en la costa Atlántica de la Península Ibérica por efecto del cambio climático Brezo Martínez1, Jose Luis Acuña2, Ricardo Anadón2, Francisco Arenas3, Julio Arrontes2, Isabel Díez4, Linney Duarte1, Ángela Fernández1, Consolación Fernández2, José María Gorostiaga4, Ángela Lafuente1, César Peteiro5, José Manuel Rico1, Rosa M. Viejo1 1 Área de Biodiversidad y Conservación, Universidad Rey Juan Carlos, Madrid. 2 Área de Ecología, Departamento de Organismos y Sistemas, Universidad del Oviedo. 3 Laboratório de Biodiversidade Costeira, CIIMAR, Universidade do Porto. 4 Laboratorio de Botánica, Departamento de Biología Vegetal y Ecología, Universidad del País Vasco/EHU. 5 Centro Oceanográfico de Santander, Instituto Español de Oceanografía. brezo.martinez@urjc.es En los últimos años, los investigadores en ecología hemos observado con preocupación la disminución de la abundancia de macroalgas formadoras de bosques marinos en el norte de España, llegando algunas a desaparecer en numerosas localidades. Es el caso de Himanthalia elongata, que ha desparecido prácticamente de toda la costa cantábrica en la última década. En la actualidad, esta especie presenta la distribución más restringida desde que se tienen los primeros registros científicos de finales del siglo XIX. Lo mismo ocurre con otras Fucales como Fucus vesiculosus, Fucus serratus y Pelvetia canaliculata, y Laminariales como Laminaria hyperborea, Laminaria ochroleuca y Saccorhiza polyschides. Asimismo, investigadores han descrito la menor abundancia de especies clave en el interior del Golfo de Vizcaya, como por ejemplo el alga roja Gelidium corneum. El declive de las praderas de G. corneum tiene una importante repercusión sobre la fauna asociada produciendo un efecto cascada en el conjunto del ecosistema marino. Todo apunta a que se trata de los primeros efectos del cambio climático en las algas, y en particular del incremento de la temperatura del mar desde los años 80, que se ha intensificado particularmente en la última década. Otros factores estresantes para las algas parecen sumarse a este nuevo escenario climático, como la temperatura atmosférica más elevada, menor disponibilidad de nutrientes en el océano en verano, un aumento en la frecuencia de fuerte oleaje, o la mayor transparencia de la columna de agua en algunas localidades. Las especies más afectadas son típicas de aguas templado-­‐frías siendo el norte de la Península Ibérica su límite meridional de distribución en aguas atlánticas europeas. Nos encontramos en la actualidad en un escenario de fuerte contracción. Los modelos que tratan de predecir su distribución en escenarios climáticos futuros alarman sobre la probable extinción de varias de estas especies en nuestro litoral. La desaparición o declive de estas algas formadoras de bosques tendrá un impacto ambiental negativo para el medio costero. Se trata de especies fundadoras que aportan refugio y alimento para especies acompañantes, al tiempo que desempeñan procesos importantes como son el reciclaje de nutrientes y la conversión del dióxido de carbono en oxígeno. Ante los importantes cambios que se están produciendo en el ecosistema costero las administraciones públicas deben desarrollar políticas dirigidas a mitigar en la medida de lo posible los efectos negativos causados por el cambio climático. 87 XIX Simposio de Botánica Criptogámica