Delitos relativos al mercado y a los consumidores Gonzalo Quintero Olivares Fermín Morales Prats PID_00188278 CC-BY-NC-ND • PID_00188278 Los textos e imágenes publicados en esta obra están sujetos –excepto que se indique lo contrario– a una licencia de Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada (BY-NC-ND) v.3.0 España de Creative Commons. Podéis copiarlos, distribuirlos y transmitirlos públicamente siempre que citéis el autor y la fuente (FUOC. Fundación para la Universitat Oberta de Catalunya), no hagáis de ellos un uso comercial y ni obra derivada. La licencia completa se puede consultar en http://creativecommons.org/ licenses/by-nc-nd/3.0/es/legalcode.es Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 Delitos relativos al mercado y a los consumidores Índice Introducción............................................................................................... 5 Objetivos....................................................................................................... 6 1. El descubrimiento y la revelación de secretos de empresa...... 7 1.1. El concepto de secreto................................................................... 8 1.2. El tipo básico del descubrimiento y la revelación del secreto de empresa .................................................................................. 8 1.2.1. La conducta típica ......................................................... 8 1.2.2. La función típica del elemento subjetivo del injusto .... 11 1.3. El tipo agravado .......................................................................... 11 1.4. La cláusula para el concurso de delitos ...................................... 12 1.5. La revelación del secreto de empresa por quien tiene el deber 1.6. 2. 12 1.5.1. El tipo básico ................................................................. 12 1.5.2. El tipo privilegiado ........................................................ 13 La divulgación o el uso del secreto de empresa por quien no ha tomado parte en el descubrimiento ...................................... 14 La protección penal de la libre competencia............................. 15 2.1. La detracción del mercado de materias primas o productos de primera necesidad .................................................................. 15 2.2. La alteración de precios en concursos y subastas públicos ......... 16 2.3. Las maquinaciones para alterar el precio de las cosas ................ 17 2.3.1. La conducta típica ......................................................... 19 2.3.2. La Reforma del 2010 ..................................................... 19 2.3.3. El tipo subjetivo y la consumación ............................... 22 2.4. 3. de sigilo ....................................................................................... El delito de fuga de información privilegiada en el mercado bursátil ......................................................................................... 22 2.4.1. Los elementos esenciales de la infracción penal ........... 23 2.4.2. El tipo agravado ............................................................. 26 La protección penal de los consumidores................................... 28 3.1. El delito de publicidad engañosa ................................................ 28 3.1.1. Las conductas prohibidas .............................................. 29 3.1.2. El peligro grave y evidente para los consumidores ........ 30 3.1.3. La cláusula concursal ad hoc........................................... 31 3.2. 3.3. El fraude o estafa de inversiones ................................................ 32 3.2.1. Análisis de la figura ....................................................... 34 La facturación fraudulenta de productos o servicios .................. 35 CC-BY-NC-ND • PID_00188278 4. 5. Delitos relativos al mercado y a los consumidores Facilitación de los servicios condicionados de radio y televisión y otros servicios a distancia........................................ 37 El nuevo delito de corrupción entre particulares..................... 39 5.1. El objeto de protección ............................................................... 40 5.2. Estructura de la infracción .......................................................... 40 5.2.1. 40 5.3. Corrupción activa .......................................................... El círculo de responsables y las dos modalidades de corrupción ................................................................................... 41 5.3.1. Corrupción activa .......................................................... 41 5.3.2. Corrupción pasiva ......................................................... 41 La corrupción en pruebas deportivas ......................................... 42 Resumen....................................................................................................... 43 Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 45 Solucionario................................................................................................ 47 Glosario........................................................................................................ 48 Bibliografía................................................................................................. 49 5.4. CC-BY-NC-ND • PID_00188278 5 Introducción La sección tercera del capítulo XI del título XIII del Código penal, titulada "De los delitos relativos al mercado y a los consumidores", reúne conductas heterogéneas que consisten en infracciones relativas al mercado y a los consumidores. En esta sección, se describen delitos propiamente económicos, en los cuales la ratio a que obedece la incriminación de conductas no es tanto la protección del patrimonio de las personas que intervienen en el tráfico comercial, sino la seguridad y el buen funcionamiento de este tráfico en tanto que interés general. Se pueden reconocer reunir tres grupos o bloques de delitos: 1) En primer lugar, el Código ofrece la tutela jurídico-penal de los secretos empresariales. 2) En segundo lugar, hay un grupo de delitos contra la libertad de mercado o de competencia, que indirectamente también pueden afectar a los consumidores. En este grupo, se castigan la desviación del mercado de materias primas o de productos con la intención de desproveimiento, y la alteración de precios que deberían resultar de la libre concurrencia de cualquier bien mueble o inmueble objeto de contratación utilizando medios falsos o violentos o una información privilegiada (en este caso, sin abuso). También se tipifica el abuso de información privilegiada bursátil (el denominado delito de iniciado) a la cual se haya tenido acceso reservado a causa del ejercicio de la actividad profesional. Finalmente, aunque lo hace fuera de la sección dedicada a la tipificación de los delitos contra el mercado y los consumidores, el título XIII tipifica la alteración de precios en concursos y subastas públicos, que encuentra su sentido como ataque a la limpieza en las reglas de juego en el mercado nacional y europeo. 3) Por último, se tipifican diferentes conductas directamente perjudiciales para los consumidores y sus intereses económicos. Así, por ejemplo, el denominado delito publicitario, idóneas para causar un perjuicio grave y manifiesto a los consumidores y la facturación, en perjuicio del consumidor, de cantidades superiores para productos o servicios cuyo coste o precio se mida por aparatos automáticos. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 6 Objetivos En este módulo didáctico se encuentran los contenidos y las herramientas procedimentales indispensables para que alcancéis los objetivos siguientes: 1. Analizar la configuración de los delitos contra el mercado y los consumidores en el Código penal de 1995 a partir de los mandamientos constitucionales y de la normativa extrapenal reguladora. 2. Analizar los elementos típicos de cada una de las figuras delictivas comentadas. 3. Relacionar las tipologías penales con la normativa extrapenal existente en este sector. 4. Aprehender el plus de desvalor de las conductas penalmente relevantes en relación con los supuestos ilícitos civiles en este ámbito. 5. Diferenciar los tres ámbitos básicos de protección en este grupo de supuestos ilícitos: la protección del secreto de empresa, la protección de la libre competencia y la tutela de los intereses de los consumidores. 6. Estudiar la relación íntima entre la defensa de la libre competencia y los intereses de los consumidores a la vista de la regulación extrapenal. 7. Asumir el papel fundamental de la revolución informática en la configuración de los tipos de descubrimiento y revelación de los secretos de empresa. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 7 1. El descubrimiento y la revelación de secretos de empresa El CP se ocupa de los secretos en dos campos: 1) el de los secretos�personales, que se protegen dentro de los delitos contra la intimidad, y 2) el de los secretos�empresariales, a los que se destina esta sección 3.ª del capítulo XI del título XIII (arts. 278, 279 y 280). Lógicamente, por la materia, y a pesar de que la regulación de ambos tipos de secretos se separa en dos lugares distintos del CP, hay una similitud estructural de los preceptos objeto de estudio con los delitos de descubrimiento y revelación de secretos de los artículos 197 y 199 del CP, a cuyas modalidades comisivas se remiten los que ahora estudiaremos. La información, en el ambiente jurídico, ha sido considerada tradicionalmente como un dominio de libertades públicas que había que proteger (libertad de difusión o de acceso a las fuentes del saber) o como un valor patrimonial encaminado a remunerar a sus autores (propiedad intelectual). Hoy en día, ante esto, es innegable que la información, en general, posee un valor económico, y específicamente lo posee en el ámbito empresarial. Paralelamente, el acceso y la difusión de la información se han facilitado gracias a la informática, hecho que lógicamente ha de contemplar la ley. A la vez, la información, en sentido amplio, tiene un valor económico y empresarial, y como tal ha de ser protegida, concretamente cuando esa información ostenta las notas de confidencial�o�exclusividad. La legitimidad�de�la�exclusividad autoriza toda especie de barreras protectoras, y por eso la actuación ilícita es la que rompe o sortea esas barreras, acción que puede generar daños económicos o empresariales (como los puede generar, en otros casos, para la intimidad). La capacidad de competencia de la empresa puede depender, entre otras cosas, de su propia información, que ayuda al que la posee (legítimamente) para actuar en el mercado. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 8 Art. 278 del CP "1. El que, para descubrir un secreto de empresa se apoderare por cualquier medio de datos, documentos escritos o electrónicos, soportes informáticos u otros objetos que se refieran al mismo, o empleare alguno de los medios o instrumentos señalados en el apartado 1 del artículo 197, será castigado con la pena de prisión de dos a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses. 2. Se impondrá la pena de prisión de tres a cinco años y multa de doce a veinticuatro meses si se difundieren, revelaren o cedieren a terceros los secretos descubiertos. 3. Lo dispuesto en el presente artículo se entenderá sin perjuicio de las penas que pudieran corresponder por el apoderamiento o destrucción de los soportes informáticos". 1.1. El concepto de secreto El CP no define lo que es un secreto para el derecho penal, pero según una opinión muy extendida debe entenderse por secreto el conocimiento de algo reservado a un círculo limitado de personas y que se oculta al resto. Ese sería un primer concepto, que debe ser a su vez circunscrito, a efectos penales, a determinadas materia. Un secreto, para el derecho, no puede ser lo que alguien estime que merece esa condición (teoría de la voluntad), sino que además ha de existir objetivamente un interés real y aceptable (teoría del interés). Es preciso usar un concepto que aúne ambos aspectos. A partir de la naturaleza formal del concepto de secreto, que lo vincula con el bien jurídico protegido en cada uno de los tipos que lo incluye, y centrándonos en la materia que nos ocupa, podemos considerar que un conocimiento reservado será secreto típico en la medida en que afecte a la capacidad competitiva de la empresa, que es el bien jurídico tutelado en el precepto 278.1 del CP. 1.2. El tipo básico del descubrimiento y la revelación del secreto de empresa El artículo 278.1 del CP tutela el secreto de empresa, que incluye toda información concreta que mantenga o favorezca la presencia en el mercado y la capacidad competitiva de la empresa. 1.2.1. La conducta típica El legislador ha optado por tipificar el comportamiento punible mediante una estructura alternativa, el tipo mixto alternativo. Este exige del sujeto activo que se apodere, por cualquier medio, de datos, documentos escritos o electrónicos, soportes informáticos y otros objetos que se refieran a ellos, o utilice algunos de los medios o instrumentos señalados en el apartado 1 del artículo 197 del CP. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 9 A pesar de esto, el principio de proporcionalidad aconseja un tratamiento punible más grave cuando, como en el caso de la segunda modalidad de comisión, se utilicen medios que aseguren un control acertado (uso de artificios técnicos), frente a las modalidades típicas menos insidiosas para el bien jurídico (apoderamiento físico de objetos). Dentro del marco de las modalidades de comisión, distinguimos dos, que presentamos a continuación: 1)�El�apoderamiento�de�datos�u�objetos�que�se�refieran�al�secreto. En lo que respecta al apoderamiento de datos u objetos que se refieran al secreto, hay que rechazar su equiparación tradicional a los delitos de apoderamiento material. También hay que rechazar el requisito de desplazamiento físico de algo que se puede tomar. El tipo se debe referir a conductas de apoderamiento físico subrepticio o de captación mental o intelectual (sin desplazamiento físico) de información empresarial confidencial plasmada en documentos escritos o electrónicos, soportes informáticos u otros objetos. Cuando la acción se refiere a datos, el verbo apoderarse debe entenderse como sinónimo de apropiarse, procurarse, hacer suyo algo, sin necesidad de un soporte material. Puede afirmarse que el apoderamiento de los documentos electrónicos se tiene que limitar a las conductas de apoderamiento con desplazamiento físico de mensajes de telefax o de mensajes por medio de la conexión del ordenador u otros dispositivos equivalentes a la red telefónica (correspondencia informática) ya impresos fuera del sistema. El legislador inicia la descripción de esta primera modalidad comisiva con una cláusula abierta ("por cualquier medio"), que ofrece cobertura típica a cualquier apoderamiento. Esta referencia tan amplia se tiene que corregir de acuerdo con una interpretación teleológica del precepto, sin olvidar la función selectiva y restrictiva que lleva a cabo el elemento subjetivo del injusto que se encuentra en el tipo. Por último, se exige que el sujeto se apodere de los objetos descritos para descubrir un secreto de empresa. Se hace referencia a la presencia de un elemento subjetivo del injusto para adelantar el momento de la consumación al acto del apoderamiento intencional, sin que se requiera, para la perfección del tipo, que el conocimiento del secreto de empresa haya sido efectivo. Por lo tanto, el Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 10 Delitos relativos al mercado y a los consumidores descubrimiento efectivo supone una constatación intrascendente para la consumación de la conducta típica. Se trata de la estructura típica propia de los delitos mutilados en dos actos o de resultado cortado. Así pues, el tipo se construye como un delito de peligro desde la perspectiva del bien jurídico, que se consuma con el simple apoderamiento intencional de los datos, los documentos, etc. que ponga en peligro la capacidad competitiva de la empresa, independientemente de que los secretos hayan sido efectivamente descubiertos. 2)�El�uso�de�los�medios�o�de�los�instrumentos�señalados�en�el�artículo�197.1. La segunda de las modalidades de comisión prevista en el segundo párrafo del artículo 197.1 del CP, al cual remite la modalidad que estamos comentando, implica el control auditivo y/o visual clandestino y el control ilícito de señales de comunicación. No es posible reconducir todas las conductas a la idea de control auditivo y/o visual (grabación, escucha o intercepción de imágenes), ya que el tipo también comprende la incriminación de conducta de intercepción, grabación y reproducción ilícitas de otros medios de comunicación. La cobertura típica de estas últimas conductas se recoge en la cláusula abierta que cierra el inciso ("[...] o de cualquier otra señal de comunicación"). La redacción del artículo 197.1 del CP también permite la tutela de las comunicaciones sin hilo. Esta segunda modalidad no requiere, para la consumación, el descubrimiento efectivo del secreto de empresa. Para la perfección típica, basta con la intercepción de telecomunicaciones o con el uso de aparatos de escucha, grabación o reproducción del sonido, la imagen o cualquier otra señal de comunicación, siempre que cualquiera de estos actos se lleve a cabo con la finalidad de descubrir un secreto de empresa. El tipo se construye, al igual que en el apoderamiento de datos u objetos que se refieran al secreto, como un delito de peligro que se consuma con el uso de los artificios técnicos mencionados (grabación, escucha e intercepción, entre otros) que pongan en peligro la capacidad competitiva de la empresa, independientemente de que los secretos hayan sido descubiertos. Medios de comunicación El telefax y la correspondencia informática son ámbitos propensos a intercepción, grabación y reproducción ilícitas. CC-BY-NC-ND • PID_00188278 11 1.2.2. La función típica del elemento subjetivo del injusto El elemento subjetivo del injusto viene integrado por el ánimo de descubrir un secreto de empresa, propósito que debe ser anterior o contemporáneo a las modalidades típicas (apoderamiento o uso de artificios técnicos), ya que, en el caso de que fuese posterior, la conducta no estaría presidida por esta intención. Es necesario que haya una relación finalista entre el apoderamiento o el uso de los artificios y el conocimiento efectivo, de modo que los dos estén implicados. Por lo tanto, el apoderamiento, e incluso el conocimiento, son atípicos sin el propósito expreso de descubrir un secreto de empresa. Por estas razones, resultan impunes los descubrimientos fortuitos de secretos y el uso posterior de la información para atentar contra la capacidad competitiva de la víctima. 1.3. El tipo agravado El artículo 278.2 del CP recoge un tipo agravado de difusión, revelación o cesión a terceros de los secretos descubiertos, con un endurecimiento importante de la sanción respecto de la figura básica. La diferencia entre el tipo agravado y el tipo básico reside en el hecho de que el sujeto se apodera no solo de los datos o los objetos referidos al secreto o utiliza artificios técnicos de control audiovisual clandestino, sino que, además, los transmite a terceros. La base de la agravación es que la revelación, la difusión o la cesión de lo que se ha descubierto suponen el incremento del menoscabo producido (incremento del desvalor de resultado) al bien jurídico tutelado (la capacidad competitiva de la empresa). Este segundo apartado del artículo no incrimina, por lo tanto, la violación o la vulneración de los deberes de sigilo o de indiscreción. Este tipo agravado se construye también como un delito de peligro concreto. Para que se consume, basta con que el secreto se divulgue a terceros y, así, se ponga en peligro la capacidad competitiva de la empresa en el mercado. Una vez hay un tercero que conoce el secreto, es innecesario que el receptor de la información pueda descifrar o interpretar toda su complejidad. Por otro lado, tampoco puede exigirse, para la consumación, que la información revelada se utilice en la producción de un perjuicio económicamente evaluable al titular del secreto. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 12 En lo que respecta a la admisión de formas imperfectas de ejecución, pueden ser procedentes respecto a las modalidades comisivas del tipo básico, pero no en cuanto al tipo agravado, ya que la figura básica se habrá consumado y, por lo tanto, procederá su aplicación. 1.4. La cláusula para el concurso de delitos El artículo 278.3 del CP incorpora una cláusula concursal específica para los supuestos en que la conducta que se lleva a cabo también constituya un apoderamiento o una destrucción típica de los soportes informáticos. En esos casos, habrá que apreciar concurso de delitos cuando la conducta constituya también un delito de hurto, robo o daños o de sabotaje informático. 1.5. La revelación del secreto de empresa por quien tiene el deber de sigilo Art. 279 del CP "La difusión, revelación o cesión de un secreto de empresa llevada a cabo por quien tuviere legal o contractualmente obligación de guardar reserva, se castigará con la pena de prisión de dos a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses. Si el secreto se utilizara en provecho propio, las penas se impondrán en su mitad inferior." 1.5.1. El tipo básico El artículo 279.1 incrimina la difusión,�revelación�o�cesión�de�un�secreto empresarial que se conozca en virtud de una relación determinada con la empresa por parte de alguien que esté legal o contractualmente obligado a guardar su reserva. El tipo limita la esfera potencial de sujetos activos a las personas en quienes concurre una obligación legal o contractual de guardar reserva. Se configura, pues, como un delito especial propio. El precepto considera la violación de secretos empresariales a partir del presupuesto de que el acceso a estos secretos ha sido lícito (a diferencia de la revelación prevista en el artículo 278.2 del CP, que presupone un acceso ilícito). Por esta razón, se genera un deber especial de sigilo o discreción. De acuerdo con el artículo 279.1 del CP, la obligación de guardar reserva tiene que nacer o bien del mismo nexo contractual (de forma expresa o tácita) o bien de la ley. El tipo penal no afronta, sin embargo, el problema relativo a la duración�temporal de las obligaciones de sigilo o discreción. Es comprensible que el deber de no revelar lo que se conoció durante un trabajo no puede durar hasta la Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 13 muerte, pero también es inviable trazar una frontera temporal. Por ello, se estima que esa cuestión tiene que resolverse a la luz del sentido del precepto, que pretende tutelar intereses vigentes tanto en relación con el mercado cuanto respecto de otros concurrentes, haciendo referencia a criterios teleológicos y de valoración normativa y material tendentes a establecer los límites de la obligación mencionada. Estos criterios deben evitar, de acuerdo con una interpretación teleológica, que se defraude efectivamente la previsión penal. De esta forma, cuando el sujeto extingue su obligación a cambio de dinero e intencionadamente (para poder revelar el secreto de empresa, conocido en virtud de la posición que ocupaba), la obligación de sigilo subsiste. La duración temporal de la obligación de sigilo no tiene otra misión que la de amenazar penalmente a quienes busquen rupturas intencionadas para comerciar con la información confidencial a la que se ha accedido (lícitamente) a causa de una posición específica en la empresa. Pero, lógicamente, eso no puede confundirse con el valor legítimo de la experiencia profesional, y por eso mismo solamente los tribunales podrán diferenciar entre los casos de traición y los de comportamientos sociales y laborables admisibles. La acción típica consiste en la difusión, la revelación o la cesión del secreto. El legislador reproduce, literalmente, la previsión contenida en el artículo 278.2 del CP. Las diferentes formas de comisión tienen que considerarse como sinónimas, ya que todas comportan la transmisión a otra persona de la información confidencial de la empresa. La única diferencia estriba en la forma distinta de conocer el secreto o de acceder a él, es decir, entre la forma ilícita del artículo 278.1 y la lícita del artículo 279 del CP. Por eso el segundo caso se castiga las vulneraciones especiales de los deberes de discreción o de sigilo. 1.5.2. El tipo privilegiado En el artículo 279.2, el legislador atenúa la penalidad cuando el sujeto utiliza en beneficio propio la información empresarial a que ha accedido lícitamente y respecto de la cual tiene la obligación de guardar reserva. Se trata de la inclusión en el Código penal de una nueva modalidad de conducta que tiende a cubrir el vacío legal denunciado unánimemente por la doctrina en relación con el Código penal anterior. Son incuestionables, por lo tanto, la bondad y el acierto del cargo penal hacia el individuo que, sin difundir, revelar ni ceder a un tercero ningún secreto de empresa, la utiliza de forma ilícita en beneficio propio, recortando así el bien jurídico tutelado en el artículo 279 del CP. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 14 1.6. La divulgación o el uso del secreto de empresa por quien no ha tomado parte en el descubrimiento Art. 280 del CP "El que, con conocimiento de su origen ilícito, y sin haber tomado parte en su descubrimiento, realizare alguna de las conductas descritas en los dos artículos anteriores, será castigado con la pena de prisión de uno a tres años y multa de doce a veinticuatro meses". Con este precepto, se cierra la regulación de la tutela penal del secreto de empresa. Se castiga aquí la divulgación de un secreto de empresa o su uso en beneficio propio por parte de quien, conociendo el secreto y su obtención ilícita, no haya tomado parte en el descubrimiento. El precepto incorpora una previsión típica autónoma de las que se han analizado hasta ahora, tanto de las comprendidas en el artículo 278 como de las que se recogen en el 279. El precepto configura la conducta típica por remisión a las conductas descritas en los artículos precedentes. Sin embargo, esta conducta debe entenderse limitada a las conductas típicas del artículo 278 del CP, porque si la conducta típica del artículo 279 requiere como presupuesto una obligación de sigilo es porque el sujeto ha tenido acceso legítimo a la información. Por lo tanto, cuando el artículo 280 del CP prevé una conducta de indiscreción por parte de quien no ha participado en el acceso (lícito o ilícito) a la información, la remisión al precepto inmediatamente antecedente (destinado a un círculo de sujetos obligados al sigilo) no puede considerarse efectiva. En definitiva, el sujeto no toma parte en el descubrimiento, ni lícitamente ni ilícitamente. El artículo 280 satisface, por lo tanto, una necesidad político-criminal de atacar los casos en que se comercia con información confidencial y se produce, sin más, una adquisición de esta información aun conociendo el origen ilícito con que se ha verificado el acceso a la información, y posteriormente se divulga o se utiliza en beneficio propio. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 15 2. La protección penal de la libre competencia Con las conductas descritas en el artículo 281 –desviación del mercado de materias primas o productos de primera necesidad–, comienzan las figuras típicas destinadas a la tutela de los intereses legítimos de los consumidores, a pesar de que estos intereses se protegen más directamente con el delito de publicidad engañosa y con el de facturación fraudulenta de productos o servicios. Art. 281 del CP "1. El que detrajere del mercado materias primas o productos de primera necesidad con la intención de desabastecer un sector del mismo, de forzar una alteración de precios, o de perjudicar gravemente a los consumidores, será castigado con la pena de prisión de uno a cinco años y multa de doce a veinticuatro meses. 2. Se impondrá la pena superior en grado si el hecho se realiza en situaciones de grave necesidad o catastróficas". La libre competencia (objeto de protección de la Ley 16/1989, de 17 de julio, de Defensa de la Competencia, y la Ley 3/1991, de 10 de enero, de Competencia Desleal) puede ser atacada de muchos modos, algunos ya estudiados, como son determinados delitos contra la propiedad industrial, pero específicamente como parte determinante de la limpieza del mercado, necesita la protección penal frente a diferentes conductas, de las que la ley elige: • la detracción del mercado de determinados productos, • las maquinaciones para alterar el precio de las cosas, • la fuga de información privilegiada del mercado bursátil, y • la alteración de precios en concursos y subastas públicos (aunque se regula como delito en el capítulo VIII del título XIII). 2.1. La detracción del mercado de materias primas o productos de primera necesidad Las conductas previstas en el artículo 281 del CP tutelan a los consumidores y hacen efectivo el mandamiento del artículo 51.1 de la CE. El artículo 1.1 de la Ley de Defensa de la Competencia y el artículo 15 de la Ley de Competencia Desleal sancionan, en sentido amplio, las conductas de manipulación sobre la oferta de productos y servicios en el mercado; el derecho penal selecciona, de entre esas conductas, las que consisten en la manipulación sobre la oferta de materias�primas�o�productos�de�primera�necesidad y está acompañada de la intención de desproveer un sector del mercado, de forzar una alteración de precios o de perjudicar gravemente a los consumidores. La consumación de esta modalidad del delito se produce con la detracción orientada al fin de provocar desabastecimiento o cambios de precios, siempre en perjuicio de los consumidores. El problema más delicado es el de precisar Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 16 lo que debe entenderse por productos o materias de primera necesidad. Es evidente que esa calidad la puede ostentar un producto de manera permanente (por ejemplo, un medicamento), o en función de una situación temporal de carencias o crisis. El sentido del precepto quedaría vaciado si se excluyeran los productos que pueden ser temporalmente imprescindibles. Hay que tener en cuenta, en orden a medir la importancia del problema, que de acuerdo con el artículo 116.2 de la Constitución, la falta de productos de primera necesidad puede permitir al gobierno declarar el estado de alarma. Cuestión diferente es que se planteara, en el momento de un enjuiciamiento celebrado cuando la situación crítica hubiera desaparecido, la eficacia de la retroactividad favorable. El artículo 281.2 recoge un tipo agravado cuando el hecho se lleva a cabo en situaciones de necesidad grave o catastróficas, y amenaza con la pena superior en grado. 2.2. La alteración de precios en concursos y subastas públicos Art. 262 del CP "1. Los que solicitaren dádivas o promesas para no tomar parte en un concurso o subasta pública; los que intentaren alejar de ella a los postores por medio de amenazas, dádivas, promesas o cualquier otro artificio; los que se concertaren entre sí con el fin de alterar el precio del remate, o los que fraudulentamente quebraren o abandonaren la subasta habiendo obtenido la adjudicación, serán castigados con la pena de prisión de uno a tres años y multa de doce a veinticuatro meses, así como inhabilitación especial para licitar en subastas judiciales entre tres y cinco años. Si se tratare de un concurso o subasta convocados por las administraciones o entes públicos, se impondrá además al agente y a la persona o empresa por él representada la pena de inhabilitación especial que comprenderá, en todo caso, el derecho a contratar con las administraciones públicas por un período de tres a cinco años. 2. El juez o tribunal podrá imponer alguna o algunas de las consecuencias previstas en el artículo 129 si el culpable perteneciere a alguna sociedad, organización o asociación, incluso de carácter transitorio, que se dedicare a la realización de tales actividades". Las subastas y los concursos tienen en común que son procesos o convocatorias, legalmente�regulados, a los cuales pueden presentarse un número más o menos amplio de personas, y se diferencian normalmente en el objeto de la convocatoria. La palabra concurso se reserva para la adjudicación de obras, servicios, suministros, etc., mientras que las subastas son medios de adquisición de bienes o productos por parte del postor que pague el mejor precio. Esos procesos pueden corromperse, ya sea por actuaciones de los concursantes o licitadores, por sí solos, ya sea, en el caso de los concursos convocados por las administraciones públicas, por acciones concertadas con los funcionarios que intervienen, lo que en su caso se deberá llevar a los campos de los delitos contra la Administración pública (cohecho, fraudes a la Administración). En lo que respecta a la conducta típica, la finalidad de alterar el precio del remate constituye la finalidad típica de una sola de sus modalidades que, además, es de nueva regulación: la concertación entre distintas personas para alterar el precio. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 17 Las conductas de solicitud de regalos o de promesas para no participar en un concurso o subasta y los intentos de alejar postores por medio de amenazas, regalos, promesas o cualquier otro artificio son delictivos sin necesidad de demostrar la finalidad de alterar el precio, ya que el dolo solo alcanza la venta de la inasistencia o el deseo de que no haya más postores o concursantes. También se castiga la llamada quiebra�de�la�subasta. La quiebra o abandono es una conducta fraudulenta consistente en apartar a otros postores para después incumplir las condiciones de la subasta, entre las cuales se encuentra lógicamente asumir la adjudicación. Así pues, no es necesaria la prueba de la finalidad de forzar una nueva subasta en mejores condiciones para los postores, a pesar de que este proyecto sea el que, en la práctica, explica las quiebras mencionadas. Basta con haber fingido hasta el final un propósito de adjudicación del bien subastado. De las modalidades de conducta mencionadas, constituyen infracciones de mera actividad las de amenazar, solicitar u ofrecer precio o recompensa y concertarse para alterar el precio del remate. Estas conductas se perfeccionan con la sola realización de la acción, mientras que la modalidad de quiebra de la subasta es de resultado, a pesar de que lleve implícita la acción de abandono y no quede espacio imaginable para la tentativa. En relación con este delito, hay que precisar que el artículo 262 in fine del CP introduce una penalidad específica que, posiblemente, es la medida más eficaz del nuevo Código en esta materia: la imposición a la persona física o jurídica que haya concurrido, por sí misma o por medio de representante, de la pena de inhabilitación�especial. Finalmente, debe hacerse notar que la LO 15/2003 incluyó la posibilidad de aplicar alguna de las medidas previstas en el artículo 129 del CP cuando el culpable pertenezca a una organización dedicada a tales fines. 2.3. Las maquinaciones para alterar el precio de las cosas El artículo 284 del CP se dedica a castigar las maquinaciones� para� alterar el�precio�de�las�cosas. Ha sido reformado recientemente por la Ley Orgánica 5/2010. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 18 Delitos relativos al mercado y a los consumidores Art. 284 del CP "Se impondrá la pena de prisión de seis meses a dos años o multa de doce a veinticuatro meses a los que: 1. Empleando violencia, amenaza o engaño, intentaren alterar los precios que hubieren de resultar de la libre concurrencia de productos, mercancías, títulos, valores o instrumentos financieros, servicios o cualesquiera otras cosas muebles o inmuebles que sean objeto de contratación, sin perjuicio de la pena que pudiere corresponderles por otros delitos cometidos. 2. Difundieren noticias o rumores, por sí o a través de un medio de comunicación, sobre personas o empresas en que a sabiendas se ofrecieren datos económicos total o parcialmente falsos con el fin de alterar o preservar el precio de cotización de un valor o instrumento financiero, obteniendo para sí o para tercero un beneficio económico superior a los 300.000 euros o causando un perjuicio de idéntica cantidad. 3. Utilizando información privilegiada, realizaren transacciones o dieren órdenes de operación susceptibles de proporcionar indicios engañosos sobre la oferta, la demanda o el precio de valores o instrumentos financieros, o se aseguraren utilizando la misma información, por sí o en concierto con otros, una posición dominante en el mercado de dichos valores o instrumentos con la finalidad de fijar sus precios en niveles anormales o artificiales. En todo caso se impondrá la pena de inhabilitación de uno a dos años para intervenir en el mercado financiero como actor, agente o mediador o informador. Pueden distinguirse: 1)�La�relación�con�el�derecho�administrativo En el estudio de este delito, se ha de tener en cuenta la fuerte vinculación al derecho administrativo, pues la intervención del derecho penal es el último recurso de un sistema jurídico que cuenta formalmente con una función previa de las normas extrapenales. Todas estas normas afectan directamente a las mismas materias que pueden resultar afectadas por el Código penal, y establecen relaciones de conductas o actividades prohibidas. No hay que ocultar que, en la práctica, han sido frecuentes los casos de solapamiento entre el derecho penal y el derecho administrativo de la competencia, y la causa está en la imprecisa redacción de las figuras respectivas de comportamientos ilícitos. La violencia, la amenaza y la información privilegiada son, por sí mismas, medios delictivos, esto es, que podrían tipificarse directamente sin necesidad de vincularlo a objetivos de incidencia en el mercado. 2)�El�bien�jurídico En este delito, el bien jurídico está constituido por la corrección del sistema de formación de los precios de las cosas muebles e inmuebles, que puede alcanzar una gama muy extensa de bienes, en todos los casos en que los precios no estén prefijados por la Administración. Normas extrapenales El estudio de las maquinaciones para alterar el precio de las cosas también se ciñe a normas extrapenales, como por ejemplo la Ley de Defensa de la Competencia, la Ley de Mercado de Valores y la Ley de Competencia Desleal. CC-BY-NC-ND • PID_00188278 19 Delitos relativos al mercado y a los consumidores 2.3.1. La conducta típica El artículo 284 enumera diferentes modalidades de un delito de mera actividad en el que tan determinante resulta la modalidad de acción como el objetivo perseguido, que es la alteración del precio que debería resultar de la libre concurrencia. El precio mencionado por el precepto, que solo es relativamente libre –suponed que en nuestro tiempo los precios son un limpio fruto de la ley de la oferta y la demanda sería una ingenuidad– puede oscilar de acuerdo con muchos factores. Sin embargo, siempre se define negativamente como el precio en que no han influido otros factores –los que el derecho de la competencia ya declara como prácticas incorrectas– externos al comportamiento del mercado en situación normal, teniendo en cuenta la diversidad que provoca la diferencia de lugar, de ofertante o de fabricante, pero siempre sin ardides, orientados a alzarlo por encima de los máximos o disminuirlo más allá de lo que es razonable. Las formas comisivas acogidas en el precepto son la difusión de noticias falsas, la violencia o la amenaza, el engaño y el uso de información privilegiada. Como antes se ha advertido, esas acciones pueden ser constitutivas de otros delitos, que, en principio, entrarán en concurso ideal, salvo que se produzca una relación�de�especialidad. En este delito, el objeto de la acción siempre es el precio de alguna cosa o algún bien, mueble o inmueble, con la única condición de que se trate de cosas que se encuentren en el lícito comercio. En consecuencia, quedan fuera del campo asignado al delito los precios de los servicios personales o profesionales de cualquier índole, sin perjuicio de que algunas conductas de esta naturaleza (relativas a los servicios o a las prestaciones) puedan caer en el ámbito sancionador extrapenal. 2.3.2. La Reforma del 2010 La Reforma del 2010 no elimina ninguna de las conductas que hasta ahora eran delictivas antes enumeradas (difusión de noticias falsas, empleo de violencia amenaza o engaño, y utilización de información privilegiada, siempre con la finalidad de alterar precios), de manera que el número 1 del artículo mantiene en lo esencial el texto precedente –acciones destinadas a alterar los precios que hubieren de resultar de la libre concurrencia de productos, mercancías, títulos valores o instrumentos financieros, servicios o cualesquiera otras cosas muebles o inmuebles que sea objeto de contratación–, a las que se Relación de especialidad Buena muestra de relación de especialidad sería el uso de información privilegiada para alterar los precios en el mercado bursátil. CC-BY-NC-ND • PID_00188278 20 añaden los "instrumentos financieros" como objeto. Las modificaciones (ampliaciones) se refieren a otras modalidades de "manipulación de mercado", referidas solo a los mercados de valores o instrumentos financieros. Son estas: 1) La difusión�de�noticias�o�rumores sobre personas o empresas que ofrezcan datos económicos falsos con el fin de alterar o preservar el precio o la cotización de un instrumento financiero, obteniendo un beneficio económico o produciendo un perjuicio superior a 300.000 euros. 2) La utilización�de�información�privilegiada, que a su vez puede manifestarse en dos clases de acciones punibles: a) La realización de transacciones u órdenes de operación susceptibles de proporcionar indicios engañosos sobre la oferta, la demanda o el precio de valores o instrumentos financieros. b) Asegurar una posición dominante en el mercado de valores o instrumentos financieros con la finalidad de fijar sus precios en niveles anormales o artificiales. En el plano estrictamente técnico, se reúnen bajo una misma pena un delito de�actividad (el del número 1), junto con dos delitos�de�resultado (los nuevos tipos de los números 2 y 3). Por lo que respecta a la pena, la novedad destacable es la inclusión, como pena principal, de inhabilitación especial de uno a dos años de duración para intervenir en el mercado financiero como actor, agente o mediador o informador. El preámbulo de la Ley Orgánica 5/2010 de Reforma invoca la Directiva 2003/06 del Consejo, de 28 de enero del 2003, sobre las operaciones con información privilegiada y la manipulación del mercado, como fuente inspiradora de estas modificaciones. Se trata de un texto de gran importancia que llevaba siete años aguardando su adecuada transposición al Código penal, ya que el texto hasta ahora en vigor solo daba respuesta parcial a los requerimientos de actuación legislativa que demandaba. Y ciertamente que es visible la presencia de la Directiva, pues se puede comprobar viendo que la tipificación de la difusión de noticias falsas está directamente inspirada en el artículo 1, 2), letra c), de la Directiva 2003/6 citada. Otro tanto se puede decir de la realización de transacciones u órdenes de operación susceptibles de proporcionar indicios engañosos sobre la oferta, la demanda o el precio, tipificación que trae causa directa del artículo 1, 2), letra a) de la misma Directiva, en relación con el primer supuesto del párrafo segundo del mismo núm. 2). Otras decisiones, en cambio, son exclusivas del legislador español, como, concretamente, la inclusión de una referencia al beneficio obtenido o el perjuicio causado, con lo cual se genera claramente un delito de resultado, lo cual, en esta clase de problemas, creo que es poco acertado, puesto que llevará a los tribunales a tener que decidir si una alteración de un precio ha sido consecuen- Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 21 cia indiscutible de la difusión de una información falsa, lo cual es de muy difícil prueba, pues requerirá la aportación de testimonios o informes que estén fuera de duda, sin que se pueda acudir a establecer la idea de suficiencia de la difusión de la noticia falsa como si, en nombre de una particular visión de la imputación objetiva, fuera motivo bastante para atribuir al falso informador la responsabilidad de la alteración del precio. Por lo tanto, hubiera sido más prudente y eficaz limitarse a configurar un delito de peligro a pesar de que, en ese caso, sería aun más importante trazar con claridad las fronteras con las infracciones relativas a la competencia desleal. Si se examinan las conductas que se consideran por la citada Directiva de manipulación del mercado y, a la vez, se estudian los ejemplos que propone, puede llegarse a la conclusión de que el Código penal español era insuficiente y no alcanzaba a conductas consideradas graves por la Directiva, como son las transacciones u órdenes para realizar operaciones que proporcionen o puedan proporcionar indicios falsos o engañosos en cuanto a la oferta, la demanda o el precio de instrumentos financieros, o que aseguren, por medio de una persona o de varias personas que actúen de manera concertada, el precio de uno o varios instrumentos financieros en un nivel anormal o artificial. No podría incriminarse el concierto para asegurarse una posición dominante sobre la oferta o demanda de un instrumento financiero con el resultado de fijación, de forma directa o indirecta, de precios de compra o de venta o de otras condiciones de transacción no equitativas. En lo que concierne al uso de información�privilegiada, recordemos que en nuestro derecho aparecía (y sigue apareciendo) en los artículos 284, 285, 418 y 442. Para la doctrina penal española, el concepto de información privilegiada tenía que interpretarse de acuerdo, en primer lugar, con el artículo 81.3 de la Ley del Mercado de Valores ("Toda información de carácter concreto que se refiera a uno o varios emisores de valores o a uno o varios valores, que no se haya hecho pública y que de hacerse o haberse hecho pública, podría o habría podido influir de manera apreciable sobre la cotización de ese o de esos valores"), descripción que sustancialmente se corresponde con la que ofrecía el artículo 1.1 de la Directiva CEE 89/592. La Directiva 6/2003 no introduce en principio modificaciones esenciales, ya que declara lo siguiente: "A efectos de la presente Directiva, se entenderá por información privilegiada: la información de carácter concreto, que no se haya hecho pública, y que se refiere directa o indirectamente a uno o varios emisores de instrumentos financieros o a uno o varios instrumentos financieros –o instrumentos derivados sobre materias primas– y que, de hacerse pública, podría influir de manera apreciable sobre la cotización de esos instrumentos financieros o sobre la cotización de instrumentos financieros derivados relacionados con ellos". Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 22 2.3.3. El tipo subjetivo y la consumación La maquinación para alterar el precio de las cosas es un delito eminentemente doloso, ya que, dado el propósito de influir en los precios y la violencia o el fraude que caracterizan las formas de comisión, ni siquiera es concebible que haya otra actividad subjetiva fuera de la propia del dolo directo. Se trata de un delito de mera actividad, lo cual no significa que la consecución eventual del objetivo perseguido (forzar un precio al alta o a la baja) no pueda tomarse en consideración para la fijación de la responsabilidad civil o, incluso, como criterio de determinación judicial de la pena dentro del marco legal de arbitrio, aunque no afecta al momento de la consumación jurídica del delito. En este delito tampoco se valora la posición del particular perjudicado por la alteración de precios. Esto no quiere decir, sin embargo, que no tenga trascendencia legal, bien en el mismo Código penal, o bien mediante acciones no penales. 2.4. El delito de fuga de información privilegiada en el mercado bursátil Dispone el artículo 285 CP: "1. Quien de forma directa o por persona interpuesta usare de alguna información relevante para la cotización de cualquier clase de valores o instrumentos negociados en algún mercado organizado, oficial o reconocido, a la que haya tenido acceso reservado con ocasión del ejercicio de su actividad profesional o empresarial, o la suministrare obteniendo para sí o para un tercero un beneficio económico superior a 600.000 euros o causando un perjuicio de idéntica cantidad, será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años, multa del tanto al triplo del beneficio obtenido o favorecido e inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión o actividad de dos a cinco años. 2. Se aplicará la pena de prisión de cuatro a seis años, la multa del tanto al triplo del beneficio obtenido o favorecido e inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión o actividad de dos a cinco años, cuando en las conductas descritas en el apartado anterior concurra alguna de las siguientes circunstancias: 1) Que los sujetos se dediquen de forma habitual a tales prácticas abusivas. 2) Que el beneficio obtenido sea de notoria importancia. 3) Que se cause grave daño a los intereses generales". Desde la publicación de la Directiva de la CEE 89/592, de 13 de noviembre, y la entrada en vigor de la Ley 24/1988, de 28 de julio, reguladora del mercado de valores (LMV), reformada por la Ley 9/1991, de 22 de marzo y Ley 44/2002, de 22 de noviembre (entre otras), no se ha dejado de especular sobre la oportunidad de intervenir penalmente en un segmento del sistema económico tan sensible y delicado como el mercado de valores. Concretamente, mediante la incriminación –en el artículo 285– de la fuga de información privilegiada en este mercado. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 23 Delitos relativos al mercado y a los consumidores La regulación que establece la Ley del Mercado de Valores y el funcionamiento de la denominada Comisión Nacional del Mercado de Valores, que se ha erigido en órgano competente para hacer valer un tipo de ética de los negocios en el ámbito administrativo, determinan que los fundamentos de la intervención penal se encuentran sólidamente colocados. El legislador de 1995 decide incriminar no solo las conductas de deslealtad de los iniciados, sino que también opta por mantener la tutela penal de los deberes de sigilo referentes a informaciones reservadas en el ámbito de los delitos contra la Administración pública; como ya había hecho el artículo 368 del CP de 1973. Por lo tanto, mientras que el artículo 417 del CP criminaliza los comportamientos de revelación, el artículo 442 del CP recoge la punición de su uso con ánimo de lucro. Sin embargo, de esta forma puede plantearse el problema del posible concurso de normas entre los supuestos ilícitos previstos en los artículos 285 y 442 del CP. 2.4.1. Los elementos esenciales de la infracción penal Los elementos esenciales de la infracción penal que tipifica el artículo 285 del CP son los siguientes: 1)�El�bien�jurídico�protegido El abuso de información privilegiada puede afectar a una diversidad de bienes jurídicos. A pesar de ello, hay un consenso doctrinal amplio en torno a la opinión de que la figura del delito de iniciado pretende tutelar el funcionamiento correcto del mercado de valores y asegurar la igualdad de oportunidades a los inversores. En definitiva, configura un espacio de mercado transparente y merecedor de la confianza de todos los operadores económicos. Este bien jurídico tiene unos contornos bastante ambiciosos, cuya tutela probablemente no está al alcance del derecho penal. Los niveles de confianza en el mercado admisibles por los inversores se deberán intentar mantener, sin duda, mediante la Ley del Mercado de Valores y de los órganos competentes habilitados con esta finalidad. 2)�El�objeto�de�la�prohibición�penal El objeto de la prohibición penal es, exclusivamente, el uso o el suministro de información relevante a la cual se haya tenido acceso reservado con motivo del ejercicio de la actividad profesional o empresarial. El concepto de información� reservada� o� privilegiada es, por lo tanto, un concepto normativo que la regulación extrapenal correspondiente debe integrar. La conducta de abuso de información privilegiada Sobre la calificación jurídico-penal que pueda merecer la conducta de abuso de información privilegiada en el mercado de valores ejecutada por un funcionario público o una autoridad, el delito del artículo 442 prevaldría frente al delito del artículo 285, necesariamente preterido. El tipo del artículo 442 del CP expresa, de forma absoluta, el desvalor global del hecho derivado tanto de la lesión del funcionamiento correcto de la Administración política como de la lesión de los bienes jurídicos recogidos en el tipo contra el mercado mobiliario. CC-BY-NC-ND • PID_00188278 24 Art. 81.1 de la LMV De acuerdo con la LMV, debe entenderse por información relevante: "toda información de carácter concreto que se refiera directa o indirectamente a uno o varios valores negociables o instrumentos financieros de los comprendidos dentro del ámbito de aplicación de esta ley [...] que no se haya hecho pública y que, de hacerse o haberse hecho pública, podría influir o hubiera influido de manera apreciable sobre una cotización en un mercado". Los elementos que de manera pacífica en la doctrina caracterizan la información reservada son los siguientes: • El carácter no accesible al público en general y, por lo tanto, el carácter privilegiado de la información. • Su naturaleza relevante para la cotización de los valores. El tipo penal considera objeto del delito solo la información relevante para la cotización de cualquier tipo de valores o instrumentos negociados en algún mercado organizado, oficial o reconocido. Los términos legales son, por lo tanto, muy amplios, tanto porque no se limitan solo a los valores e introducen también otros instrumentos financieros, como porque incluyen la negociación en cualquier tipo de mercado organizado, oficial o reconocido. 3)�Los�sujetos�activos De acuerdo con la descripción típica que recoge el artículo 285 del CP, solo podrán ser autores del delito quienes, de forma directa o por medio de una persona interpuesta, utilicen o suministren información relevante a la cual han tenido acceso reservado con motivo del ejercicio de su actividad profesional o empresarial. De este modo, el legislador opta por una de las modalidades más restrictivas posibles para delimitar el círculo de sujetos activos del delito. El legislador ha configurado un tipo especial propio, de modo que únicamente podrán soportar una imputación penal a título de autoría los sujetos que, por su actividad profesional o empresarial, gocen de condiciones de privilegio para el conocimiento de la información. Solo podrán ser sujetos activos los iniciados�primarios, es decir, los que por su relación con la sociedad o el ejercicio de su profesión o función dispongan de información privilegiada. Quedan fuera del tipo los comportamientos de uso y suministro de los iniciados�secundarios, que son los que pueden adquirir esta información, con pleno conocimiento, directamente o indirectamente de alguno de los iniciados primarios. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 25 De esta forma, solo se castiga penalmente la infracción de los deberes especiales e intensos de confidencialidad y sigilo que, lógicamente, deben soportar quienes por razón de su actividad, función o cargo gozan de una situación de privilegio en el acceso a la información reservada. Se trata de criminalizar, por lo tanto, sobre la base de un abuso de posición, función, profesión u oficio. Aparte de esto, el tipo subraya claramente la voluntad de ley. No solamente se menciona la actividad profesional o empresarial, sino que se requiere que el acceso a la información tenga lugar con motivo del ejercicio de esta actividad. Por último, la mención típica a la ejecución del hecho por una persona interpuesta permite la incriminación de las operaciones efectuadas por medio de fiduciarios o testaferros. 4)�La�conducta�típica Las conductas típicas se concretan en el uso o el suministro de la información reservada y con la obtención para sí mismo o para un tercero de un beneficio económico superior a los setenta y cinco millones de pesetas (450.759 euros) o con el resultado de un perjuicio de la misma cantidad. El artículo 258 del CP recoge dos de los tres mandamientos de abstención que el artículo 81.2 de la LMV dirige al iniciado, y que son los siguientes: • Preparar o llevar a cabo cualquier tipo de operación en el mercado sobre los valores a que se refiera la información. • Comunicar esta información a terceros, excepto en el ejercicio normal del trabajo, profesión, cargo o funciones. Por lo tanto, no alcanza ninguna relevancia penal la tercera hipótesis que recoge la letra c) del artículo 81.2 de la LMV: recomendar a un tercero que adquiera o ceda valores o que haga que otro los adquiera o ceda, basándose en esta información. Se castiga, por lo tanto, el uso de la información privilegiada en beneficio propio o su suministro (comunicación) a terceros en beneficio propio o de otros. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 26 Delitos relativos al mercado y a los consumidores Es realmente esencial subrayar la necesaria ruptura de los vínculos de lealtad y fidelidad del sujeto, derivados del disfrute de su posición privilegiada en el mercado de valores. El tipo penal añade una nota de ofensividad material de la conducta que no hay que menospreciar, ya que condiciona la relevancia penal del uso o el suministro de la información privilegiada a la obtención de un beneficio o una causación de un perjuicio en una cantidad superior a los 600.000 euros. La obtención del beneficio o la causación del perjuicio deberán ser, pues, las causas directas de una negociación desigual de los valores, fruto del uso o el suministro de la información reservada relevante con esta finalidad. 2.4.2. El tipo agravado En el artículo 285.2 del CP, el legislador eleva de cuatro a seis años la pena de prisión por el delito de iniciado, es decir, el marco genérico de la pena superior en grado. Los tres presupuestos de aplicación del precepto agravado son los siguientes: • La habitualidad. • La importancia notoria del beneficio obtenido. • La constatación de un daño grave a los intereses generales. Lo que debe entenderse por beneficio�de�importancia�notoria y por daño grave�a�los�intereses�generales induce al intérprete a moverse en el terreno de la simple especulación o, si se quiere, en el terreno del voluntarismo exegético. Solo la jurisprudencia podrá, ciertamente con dificultades importantes, dotar de contenido estos elementos normativos indeterminados. De este modo, se demuestra que no se ha actuado de forma demasiado taxativa ni segura en la descripción del tipo. En lo que respecta a la primera de las circunstancias, es decir, que los sujetos se dediquen de forma habitual a estas prácticas abusivas, no se trata de ninguna circunstancia desconocida para el sistema de sanciones e infracciones del orden administrativo. No se puede descartar totalmente la posibilidad de utilizar el concepto legal de habitualidad que el artículo 94 del CP acuña respecto a la suspensión de la ejecución de las penas privativas de libertad y su sustitución. En conclusión, debe entenderse por habitualidad la realización, como mínimo, de tres prácticas abusivas típicas. Lectura complementaria Sobre las posibles interpretaciones correctoras de ambas modalidades agravadas, podéis leer: J.�M.�Valle�Muñiz (2004). Comentarios al nuevo Código penal (pág. 1.425 y ss.). Cizur Menor (Navarra): Thomson-Aranzadi. CC-BY-NC-ND • PID_00188278 27 Para finalizar, un último apunte: la reforma operada por la LO 15/2003 incluye para ambos números del artículo 285 la pena de inhabilitación especial por tiempo de dos a cinco años, y establece para el tipo agravado –también– multa de naturaleza proporcional (del tanto al triplo del beneficio obtenido o favorecido). Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 28 3. La protección penal de los consumidores Con la criminalización de la publicidad engañosa y de la facturación fraudulenta de productos y servicios, el Código penal incluye conductas de nueva creación que protegen directamente a los consumidores. El legislador, con esta inclusión, solo ha seguido los dictados de la doctrina especializada, donde prácticamente hay unanimidad cuando se trata de legitimar y justificar la intervención penal en este ámbito. La promulgación de la Constitución española de 1978 tenía que alterar, forzosamente, el régimen de reconocimiento y protección de los intereses de los consumidores. Nuestra Norma Fundamental dibuja los límites a la libertad de mercado mediante la creación de verdaderos derechos colectivos o sociales que inciden claramente en el terreno que nos ocupa. El punto de partida es, sin duda, el reconocimiento de los derechos de los consumidores y usuarios que recoge el artículo 51.1 de la CE. En esta línea, hay que situar las previsiones de la Ley 26/1984, de 19 de julio, de Defensa de Consumidores y Usuarios. En el ámbito especial en que nos movemos, hay que añadir a los resortes jurídicos de la tutela de los intereses de los consumidores y usuarios la Ley 34/1988, de 11 de noviembre, General de Publicidad, un verdadero instrumento armonizador de lo que dispone la Directiva CEE 450/1984, de 10 de septiembre. La Ley General de Publicidad describe las distintas clases de publicidad ilícita y arbitra un procedimiento ante los tribunales ordinarios para el conocimiento de las acciones civiles de cesación y rectificación de estas formas de publicidad, que podrán ejercer los órganos administrativos competentes, las asociaciones de consumidores y las personas afectadas. 3.1. El delito de publicidad engañosa La figura delictiva prevista en el artículo 282 del CP se sitúa sobre la normativa construida que ya hemos descrito sistemáticamente. Establecida sobre esta base, la identificación de un bien jurídico digno de tutela no presentará dificultades, ya que el derecho de los consumidores y usuarios a recibir una información veraz de los productos y servicios ofrecidos en el mercado goza de un anclaje constitucional y legal indudable. Nos encontramos ante un bien jurídico colectivo, netamente socioeconómico, cuya titularidad recae en los consumidores y usuarios, es decir, en todos los ciudadanos. De todos modos, el bien jurídico se configura en torno al concepto Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 29 Delitos relativos al mercado y a los consumidores de veracidad de la información, y se relega a otros intereses tutelados, como por ejemplo las reglas de la libre competencia, solo a efectos mediatos de la protección penal. 3.1.1. Las conductas prohibidas Tal y como prescribe el tipo penal, las conductas prohibidas consisten en los actos siguientes: • Hacer alegaciones falsas. • Manifestar características inciertas en las ofertas o la publicidad de productos o servicios que se ofrecen en el mercado. La LGPub determina lo que debe entenderse por publicidad. Art. 2 de la LGPub "Toda forma de comunicación realizada por una persona física o jurídica, pública o privada, en el ejercicio de una actividad comercial, industrial, artesanal o profesional, con el fin de promover de forma directa o indirecta la contratación de bienes muebles o inmuebles, servicios, derechos y obligaciones". El legislador ha añadido a las alegaciones falsas en la publicidad la conducta de manifestar características inciertas en las ofertas. Así pues, la acción aquí se materializa en el ofrecimiento inmediato al consumidor en el mercado. Se trata de falsear la información incorporada al producto en su ofrecimiento directo al consumidor, de modo que éste ve distorsionada la posibilidad de conocer con garantías la composición objetiva de lo que adquiere y sus características esenciales. De todos modos, el deber de veracidad sobre las características del producto también goza de soporte legal, de acuerdo con lo que establece el artículo 13 de la LDCU. En sentido estricto, las conductas prohibidas consisten en llevar a cabo alegaciones falsas o manifestar características inciertas. Esta descripción, ciertamente, es bastante indeterminada y se hace difícil de concretar mediante la normativa extrapenal. La norma extrapenal La LGPub es muy generosa a la hora de definir la publicidad engañosa, tal y como demuestra su artículo 4, o en el momento de identificar los criterios del engaño, en el artículo 5, del mismo modo que también lo es la LDCU cuando, en el artículo 13, establece los presupuestos mínimos exigidos a las ofertas de los productos para garantizar el derecho a la información del consumidor. Lectura complementaria El contenido exacto de las ofertas estará determinado por la reglamentación correspondiente, con un grado más o menos elevado de exigencia de acuerdo con las características del producto. CC-BY-NC-ND • PID_00188278 30 En resumen, la violación de los presupuestos legalmente exigidos en la publicidad y la oferta de productos no puede constituir, por razón de su laxitud, ningún criterio claro para interpretar el alcance y los límites del tipo penal. 3.1.2. El peligro grave y evidente para los consumidores El legislador ha intentado restringir la respuesta criminalizadora en sede exclusivamente penal al incorporar en el tipo la exigencia de que las alegaciones falsas o la manifestación de características inciertas "puedan causar un perjuicio grave y patente a los consumidores". De esta forma se descarta la identificación automática entre publicidad engañosa y delito�publicitario. El delito requiere algo más que la simple falsedad de las alegaciones publicitarias: requiere la capacidad para provocar un peligro grave y evidente. Ahora bien, esto no significa que en la interpretación del tipo no puedan aparecer obstáculos. La primera advertencia que hay que transmitir al intérprete es la imposibilidad de trasladar aquí la elaboración dogmática y conceptual de los elementos del delito de estafa. Sería un error hacer un paralelismo con el delito de estafa, lo cual mostraría además un desconocimiento profundo de la distinta estructura dogmática de ambos supuestos ilícitos. En la publicidad engañosa no es posible ni deseable establecer ninguna relación psicológica entre el engaño y el error, que es el presupuesto de la disposición patrimonial injusta. La conducta engañosa en la publicidad va dirigida a un colectivo indeterminado de personas que, por su misma naturaleza, se muestra incapaz de dotar el engaño penalmente relevante de criterios normativos. Nos encontramos ante un delito de peligro hipotético. Por lo tanto, no estamos ni ante la plasmación legal de una presunción iuris et de iure de peligro derivada de un conocimiento estandarizado de la realidad sobre la cual se opera, ni ante la exigencia concreta de un peligro para los intereses legítimos de los consumidores y usuarios. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 31 En consecuencia, el juez debe probar, o al menos motivar, la capacidad lesiva de la conducta en el caso concreto objeto de examen. Por lo tanto, no bastará con afirmar el peligro inherente a la acción efectuada. Sin embargo, no será necesario llegar a constatar la existencia de un resultado concreto de puesta en peligro del bien jurídico. El perjuicio posible debe ser grave y evidente. No todas las alteraciones de la información aportada en la publicidad u oferta de los productos o servicios pueden generar el peligro típicamente relevante. Parece que la magnitud del falseamiento de la realidad podría girar en torno a dos cuestiones: el objeto sobre el cual recae la falsedad o la alegación incierta y el mismo contenido de esta falsedad o alegación. En lo que respecta al objeto sobre el cual recae la falsedad o la alegación incierta, el legislador solo especifica la necesidad de que la acción recaiga sobre productos o servicios. Sin embargo, no todas las características de los productos o servicios son igualmente importantes y determinantes en la formación de la voluntad de los consumidores. La acción debe recaer sobre un elemento esencial que caracterice el producto y determine su configuración en el mercado. En lo que respecta al contenido�de�la�falsedad, se requiere que la alteración de la información sea importante y no meramente superficial. Los principios de insignificancia y adecuación social tienen aquí, por lo tanto, un claro papel de exclusión de la tipicidad. El hecho de que el peligro sea a su vez evidente se debe identificar con la capacidad para su determinación objetiva. Es decir, probablemente se tendrá que traducir en una amenaza para los intereses económicos tangibles y objetivables de los consumidores y usuarios. 3.1.3. La cláusula concursal ad hoc El tipo del artículo 282 del CP recoge, expresamente, la advertencia de que la pena correspondiente al delito debe establecerse "sin perjuicio de la pena que corresponda aplicar por la comisión de otros delitos". La cláusula concursal es notoriamente superflua, ya que si se aplicasen las normas generales que regulan el concurso de delitos, se llegaría a las mismas conclusiones. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 32 Nos encontramos, pues, ante un delito de peligro que afecta a un bien jurídico colectivo y difuso, de modo que la eventual lesión o puesta en peligro de otros bienes jurídicos penalmente protegidos deja el camino expedito a la constelación concursal correspondiente, siempre que, naturalmente, haya todos los elementos típicos de las figuras de que se trata. Probablemente, podría haber hipótesis de concurrencia con el delito de estafa y con el de fraudes alimentarios u otros delitos contra la salud. 3.2. El fraude o estafa de inversiones Art. 282 bis "Los que, como administradores de hecho o de derecho de una sociedad emisora de valores negociados en los mercados de valores, falsearan la información económico-financiera contenida en los folletos de emisión de cualesquiera instrumentos financieros o las informaciones que la sociedad debe publicar y difundir conforme a la legislación del mercado de valores sobre sus recursos, actividades y negocios presentes y futuros, con el propósito de captar inversores o depositantes, colocar cualquier tipo de activo financiero, u obtener financiación por cualquier medio, serán castigados con la pena de prisión de uno a cuatro años, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 308 de este Código. En el supuesto de que se llegue a obtener la inversión, el depósito, la colocación del activo o la financiación, con perjuicio para el inversor, depositante, adquiriente de los activos financieros o acreedor, se impondrá la pena en la mitad superior. Si el perjuicio causado fuera de notoria gravedad, la pena a imponer será de uno a seis años de prisión y multa de seis a doce meses". El artículo 282 bis del CP, incorporado por la Reforma operada por la LO 5/2010, introdujo este nuevo delito, que muchos denominan "estafa de inversiones", aunque, y así se desprende de la mera lectura, no participa en puridad de los elementos propios del delito de estafa al faltar, esencialmente, una relación directa entre autores y víctimas. La lectura conjunta de los artículos 282 bis, 284 y 285 pone de manifiesto las diferentes actuaciones penales para proteger el mercado en relación con los precios, las inversiones, la libertad, la igualdad de condiciones de participación, y de este modo se tipifican: el falseamiento de la información económica, pudiendo así captar inversiones o depositantes (art. 282 bis), la violencia, amenaza o el engaño como medios para alterar los precios, la difusión de noticias falsas con el mismo fin, el abuso de información privilegiada o la manipulación de las cotizaciones con ofertas engañosas (art. 284), o el abuso de la información privilegiada (art. 285), precepto este último que no ha sido afectado por la última Reforma. La meta perseguida por la Reforma (otra cosa es que se haya alcanzado) es doble: 1) proteger a los que acuden al mercado de valores a invertir en instrumentos financieros, y, por otra parte, Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 33 Delitos relativos al mercado y a los consumidores 2) proteger la imprescindible transparencia y veracidad de lo que se ofrece en ese mercado. No obstante, es necesario advertir que este nuevo tipo, en ningún caso, es una figura atenuada en relación con los delitos de estafa (en cuanto al patrimonio del inversor) o de falsedad en relación con el medio comisivo que pasa por mendacidades en una información documental, lo cual trae a escena la falsedad del artículo 392 del CP o la especial modalidad de falsedad como delito societario del artículo 290. La solución a esa acumulación de normas habrá que resolverla, en nombre del principio de especialidad (art. 8.1 del CP) a favor de este nuevo delito, si se está en presencia de una falsedad ideológica. En tales casos, el principio de especialidad del artículo 8.1 del CP determinará la aplicación del nuevo artículo 282 bis, si se trata de sociedades que cotizan en el mercado de valores. Si no fuera así, sino que el hecho fuera realizado por sociedades que no cotizan en ese mercado (pero que hubieran alcanzado similares objetivos), habría que resolver el problema prescindiendo de este nuevo artículo. Se trata, básicamente, de un delito�de�peligro, al menos en lo que se refiere a lo establecido en el párrafo primero, pues no es preciso para su consumación que se llegue a provocar consecuencia alguna, aunque sí se contempla esa posibilidad en el párrafo segundo. Es notable que el tipo no exija la verificación de un específico propósito de captar inversiones a partir del error generado con la información. Eso lo aleja de la estructura de las estafas. Pero lo cierto es que la pena se agrava cuando se produce efectivamente una inversión, y respecto de ese resultado habrá que exigir que concurra dolo, aunque sea solo en la modalidad de dolo eventual. Otra peculiaridad es que no se mencione o fije cuantía alguna en relación con la posible inversión, lo cual podría producir la indeseable consecuencia de que la cualificación del párrafo segundo pudiera entrar en juego a causa de una inversión inferior a los 400 euros, que en el campo de la estafa solo sería constitutiva de falta, pudiera, en cambio, ser constitutiva de este delito. Paralelamente, al no ser aplicables la cualificaciones de la estafa, tampoco resultará especialmente relevante que la cuantía de la inversión haya sido muy elevada. La crítica esencial a este nuevo delito es que es de alcance limitado, ya que quedan fuera de su radio las actuaciones de las sociedades que no cotizan en el mercado de valores, pero que no por eso dejan de generar información sobre su solvencia financiera, sea en sus balances o en otros documentos. Por otra parte, las sociedades que cotizan en el mercado de valores también pueden realizar operaciones de crédito al margen de esos mercados en las que pueden aportar informaciones a través de instrumentos diferentes de los que se emplean en el citado mercado, como son, especialmente, las cuentas anuales, que también pueden ser falseadas. Reflexión En resumen: aunque el sistema de cuantías no sea lo ideal, sería conveniente que el nuevo tipo hubiera evitado tanto excesos de punición como excesos de benignidad. CC-BY-NC-ND • PID_00188278 34 Hay quien estima que la conducta descrita se podría ya castigar por medio del artículo 290 del CP, pero la idea de que el artículo 290 ofrece una doble dimensión general y particular, porque castiga la falsedad por sí misma y por su transcendencia erga omnes, pero solo y siempre que pueda perjudicar o haya perjudicado a socios o terceros, ha de ser abandonada, y hay que asumir que en la práctica solamente servirá para la tutela de intereses particulares. Era preciso separar el delito de transmisión pública de información financiera falsa de aquella otra falsedad que tiene como objeto el hecho de captar inversores engañándoles. 3.2.1. Análisis de la figura En el estudio de esta modalidad delictiva, es preciso tener en cuenta algunos datos: 1) Se usan conceptos que también están presentes en otros tipos penales, lo cual obligará a una cuidadosa delimitación de campos de aplicación, en especial en relación con las falsedades documentales y con el falseamiento de información contable del artículo 290 del CP. 2) En la figura concurren componentes propios de la falsedad documental y de la estafa, pero sin que se pueda entender que se trata de una "combinación" formada a partir de esos dos delitos. 3) Es importante la dependencia de la legislación reguladora del mercado de valores, pues algunos de los elementos esenciales del tipo objetivo encuentran su sentido en esa normativa extrapenal. 4) Solo pueden ser autores los administradores de hecho o de derecho, siguiendo la pauta de otros delitos del grupo. Hay que recordar que este –junto con los demás del capítulo– es uno de los delitos que pueden ser cometidos por personas jurídicas, lo que abre el problema de la selección de personas cuya actuación puede arrastrar la de la persona jurídica. Ahora bien, como quiera que la acción típica se limita a las informaciones que se viertan en los folletos y otros documentos obligatorios, habrá que estar, en principio, atentos a lo dispuesto en la legislación extrapenal que regula la materia, y concreta y minuciosamente a quiénes son los responsables del folleto. El artículo 28-1 de la Ley del Mercado de Valores indica quiénes son los responsables del folleto, lo que después precisa el capítulo IV del Reglamento aprobado por el RD 1310/2015, que la desarrolla. Por otra parte, los administradores son también los obligados a la presentación de las cuentas anuales, por lo que son los potenciales autores del delito descrito en el artículo 290 del CP (falseamiento de la información contable), dejando de Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 35 lado en este momento la posible, que no necesaria, implicación de la censura obligatoria de las cuentas societarias. Partiendo de que ese deber existe y que, por lo tanto cuentas anuales tiene que haber en todo caso, puede suceder que haya una disparidad (cosa posible) o que se estén cometiendo ambos tipos de delitos, aunque sus círculos de perjudicados sean distintos. En cualquier caso, sería equivocado dar a la legislación extrapenal fuerza bastante como para determinar quiénes pueden ser los responsables�criminales del� hecho, pues esa es una cuestión que, ante todo, habrá de resolverse de acuerdo con las ideas penales sobre autoría y participación, que apuntarán lógicamente a los que tiene el poder real para decidir. 5) Quedan fuera del tipo las informaciones falsas que, aunque puedan afectar al buen orden del mercado, no atañan al mercado de valores o no se viertan a través de los vehículos que la ley precisa. Cuestión diferente será el que esas otras acciones puedan, en algún caso, tener cabida en el artículo 284-2.°. 6) El instrumento portador de la falsedad de la información ha de ser en primer lugar el folleto, a lo que se añaden las "informaciones que la sociedad debe publicar y difundir conforme a la legislación del mercado de valores sobre sus recursos, actividades y negocios presentes y futuros". El folleto es un instrumento ampliamente reglado. La legislación del mercado de valores lo exige –aunque contiene excepciones– y ha de ser presentado, registrado y aprobado para que pueda ser autorizada la entrada de un valor a la negociación en un mercado. La LMV regula la información, que ha de ser comprensible, para que los inversores puedan formarse una opinión del valor, de lo que comporta, de los beneficios que puede generar, y de la situación financiera de la sociedad que lo emite. La falsedad puede, por supuesto, comenzar por la indicación de cuentas anuales ya falsas –conducta a la que se dirige el artículo 290–, lo que podría dar paso a un concurso de delitos o de normas. 7) En cuanto a las "informaciones que la sociedad debe publicar y difundir conforme a la legislación del mercado de valores sobre sus recursos, actividades y negocios presentes y futuros", la única interpretación que parece tener cabida es la que entienda esas informaciones como aquellas que legalmente se han de producir, excluyendo a las informaciones de cualquier otra clase (publicidad directa o indirecta en cualquier modo y por cualquier vehículo). 3.3. La facturación fraudulenta de productos o servicios El delito que recoge el artículo 283 del CP se dirige, como los anteriores, a la protección de los intereses económicos legítimos de los consumidores. Sus aspectos característicos se pueden resumir en los puntos siguientes: • La naturaleza económica del delito. • La tutela de un bien jurídico colectivo o difuso. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 • 36 La estructura dogmática de peligro con la renuncia consiguiente a la exigencia de un resultado material consumativo. Este delito, como el delito de publicidad engañosa, tampoco tiene antecedentes en nuestra legislación penal. La interpretación de los elementos esenciales de este precepto no plantea problemas especiales. La conducta consiste en efectuar una facturación de cantidades superiores al coste real del producto ofrecido, mediante la alteración o la manipulación de los aparatos automáticos que la llevan a cabo. Se prescinde de la exigencia de un perjuicio efectivo para el consumidor, de modo que basta con la manipulación o la alteración de los aparatos automáticos de medida y la facturación fraudulenta posterior. De este modo, se genera un peligro importante para los intereses económicos de los consumidores, el cual, a pesar de su aparente configuración como posible o hipotético mediante la expresión general en perjuicio del consumidor, presenta una estructura material de verdadero peligro concreto: después de la facturación, solo quedaría el pago hipotético del consumidor para que el perjuicio fuese efectivo, es decir, para que se produjese un resultado de lesión, y no habría ninguna otra conducta intermedia que pudiera interponerse entre el peligro solo posible y el daño efectivo. En definitiva, la textura del bien jurídico tutelado, de carácter colectivo y, por lo tanto, alejado de los patrimonios concretos de los consumidores y usuarios, es lo que impone que en términos jurídicos no sea necesario un peligro concreto, y que sea suficiente con la posibilidad general de la puesta en peligro. El tipo admite las distintas constelaciones concursales con los delitos contra el patrimonio, especialmente con los de naturaleza defraudadora. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 37 4. Facilitación de los servicios condicionados de radio y televisión y otros servicios a distancia El artículo 286 del CP, en la redacción dada por la LO 15/2003, establece: "1. Será castigado con las penas de prisión de seis meses a dos años y multa de seis a veinticuatro meses el que, sin consentimiento del prestador de servicios y con fines comerciales, facilite el acceso inteligible a un servicio de radiodifusión sonora o televisiva, a servicios interactivos prestados a distancia por vía electrónica, o suministre el acceso condicional a los mismos, considerado como servicio independiente, mediante: 1.° La fabricación, importación, distribución, puesta a disposición por vía electrónica, venta, alquiler, o posesión de cualquier equipo o programa informático, no autorizado en otro Estado miembro de la Unión Europea, diseñado o adaptado para hacer posible dicho acceso. 2.° La instalación, mantenimiento o sustitución de los equipos o programas informáticos mencionados en el párrafo 1.°. 2. Con idéntica pena será castigado quien, con ánimo de lucro, altere o duplique el número identificativo de equipos de telecomunicaciones, o comercialice equipos que hayan sufrido alteración fraudulenta. 3. A quien, sin ánimo de lucro, facilite a terceros el acceso descrito en el apartado 1, o por medio de una comunicación pública, comercial o no, suministre información a una pluralidad de personas sobre el modo de conseguir el acceso no autorizado a un servicio o el uso de un dispositivo o programa, de los expresados en ese mismo apartado 1, incitando a lograrlos, se le impondrá la pena de multa en él prevista. 4. A quien utilice los equipos o programas que permitan el acceso no autorizado a servicios de acceso condicional o equipos de telecomunicación, se le impondrá la pena prevista en el artículo 255 de este Código con independencia de la cuantía de la defraudación". El presente artículo traspone a nuestro derecho interno algunas de las directrices contenidas en la Directiva 98/84/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de noviembre de 1998, relativa a la protección jurídica de los servicios de acceso condicional. También recoge en parte las indicaciones del Convenio de Cibercriminalidad de Budapest de 23 de noviembre del 2001. En general, el precepto se dirige a la protección de los servicios de acceso condicional ofrecidos por televisión o radio, así como de los servicios a distancia ofrecidos al público a cambio de remuneración. El tipo penal sanciona tanto conductas de fabricación o difusión como la mera posesión, o la instalación y mantenimiento, siempre�con�ánimo�de�lucro, de programas destinados a facilitar el acceso no autorizado. Asimismo, se penaliza a quienes, sin�ánimo�de�lucro, faciliten a terceros directamente el acceso no autorizado a un servicio condicionado, o informen de cómo conseguirlo a través de una comunicación pública, incitando a hacerlo. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 38 Finalmente, por mor del número 4 de este artículo, adquiere relevancia penal la� mera� utilización� de� equipos� o� programas que posibiliten el acceso no autorizado a servicios de acceso condicional o a equipos de telecomunicación. En conclusión, las dificultades del artículo 270.3 del CP, junto a las exigencias derivadas de la Directiva de servicios de acceso condicional, han obligado al legislador español a modificar el artículo 286 del CP, donde se introducen normas penales dirigidas a la tutela de los servicios de acceso condicional y, de modo algo confuso, a la tutela de los equipos de telecomunicación. El artículo 286 del CP planifica una línea de intervención que abarca desde la información con incitación del modo en que puede burlarse un sistema de acceso condicional, como estadio más alejado del bien jurídico (286.3 del CP), hasta la utilización de los programas o equipos por un usuario final que permiten burlar los sistemas de acceso condicional (art. 286.4 del CP), pasando, a modo de estadio intermedio, por la facilitación del acceso inteligible a los servicios de acceso condicionado, mediante las conductas descritas en el artículo 286.1.1.° y 2.° del CP. La ambición del legislador penal y la obsesión por no dejarse nada fuera de los tipos penales provocan este tipo de preceptos en los que la participación se vuelve imposible porque todo es autoría y la consumación es innecesaria porque la tentativa es el momento final de la conducta. En esta vorágine de conductas, el legislador no repara en que está tipificando la facilitación del acceso inteligible a un servicio de acceso condicionado mediante la mera posesión de un equipo o programa no autorizado. Las conductas de mera posesión difícilmente pueden ser facilitadoras si el hecho desvalorado consiste solo y exclusivamente en poseer, lo que demuestra que la intención del legislador no es la de obtener una cobertura cabal del fenómeno de la piratería de servicios, cuanto emplear simbólicamente el derecho penal para conseguir un efecto intimidatorio amplificado. El legislador es consciente de ello cuando, en el párrafo tercero, incrimina la revelación o comunicación al público del modo en que puede lograrse la vulneración de la condición incorporada en el servicio, que así redactado hubiera significado una limitación desproporcionada de la libertad de información y comunicación. Por ello, se incorpora una ulterior conducta acumulativa (no alternativa) a la anterior, consistente en incitar a los usuarios a lograr, conforme a las instrucciones reveladas, el acceso al servicio obviando las condiciones impuestas por su prestador. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 39 5. El nuevo delito de corrupción entre particulares La tipificación de esta figura ha sido consecuencia directa de compromisos suscritos por España, en especial la Decisión Marco. El término de corrupción entre particulares se explica por el interés en establecer una diferencia con el cohecho, delito contra la Administración pública que es, a su vez, el paradigma de la máxima corrupción. La eficacia de este precepto está por ver, y abunda el escepticismo, que se agrava cuando se trata de casos de corrupción en el comercio internacional, esto es, entre empresas de diferentes Estados, lo que hace sin duda más difícil la persecución. Sin duda, este es un tema importante como modalidad de corrupción entre particulares, pero en los específicos problemas que entraña desbordaría los objetivos de estas páginas. Sin embargo, ha de quedar claro que existe presión internacional en pro de la persecución de esa clase de corrupción, estimando que no se trata solo de un problema interempresarial del que las empresas hayan de dar cuentas ante sus accionistas, sino que tiene una dimensión que alcanza a las relaciones entre Estados. La sección 4.ª de este capítulo XI consta de un solo artículo (286 bis), pero también hay que tener en cuenta lo que disponen los artículos 287 y 288, aunque no solo se dedican a la corrupción entre particulares. Art. 286 bis "1. Quien por sí o por persona interpuesta prometa, ofrezca o conceda a directivos, administradores, empleados o colaboradores de una empresa mercantil o de una sociedad, asociación, fundación u organización un beneficio o ventaja de cualquier naturaleza no justificados para que le favorezca a él o a un tercero frente a otros, incumpliendo sus obligaciones en la adquisición o venta de mercancías o en la contratación de servicios profesionales, será castigado con la pena de prisión de seis meses a cuatro años, inhabilitación especial para el ejercicio de industria o comercio por tiempo de uno a seis años y multa del tanto al triplo del valor del beneficio o ventaja. 2. Con las mismas penas será castigado el directivo, administrador, empleado o colaborador de una empresa mercantil, o de una sociedad, asociación, fundación u organización que, por sí o por persona interpuesta, reciba, solicite o acepte un beneficio o ventaja de cualquier naturaleza no justificados con el fin de favorecer frente a terceros a quien le otorga o del que espera el beneficio o ventaja, incumpliendo sus obligaciones en la adquisición o venta de mercancías o en la contratación de servicios profesionales. 3. Los jueces y tribunales, en atención a la cuantía del beneficio o al valor de la ventaja, y la trascendencia de las funciones del culpable, podrán imponer la pena inferior en grado y reducir la de multa a su prudente arbitrio. 4. Lo dispuesto en este artículo será aplicable, en sus respectivos casos, a los directivos, administradores, empleados o colaboradores de una entidad deportiva, cualquiera que sea la forma jurídica de esta, así como a los deportistas, árbitros o jueces, respecto de aquellas conductas que tengan por finalidad predeterminar o alterar de manera deliberada y fraudulenta el resultado de una prueba, encuentro o competición deportiva profesionales". Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 40 Tal vez porque el legislador no encontraba un acomodo más adecuado, la misma Reforma del 2010 decidió, como puede leerse, incluir en este delito también a los fraudes en las competiciones deportivas profesionales, a pesar de que el parecido material entre unas y otras actuaciones es casi inexistente. 5.1. El objeto de protección En este delito, el objeto de tutela o bien jurídico protegido es claramente la libre y limpia competencia. Que la compra o venta de bienes y servicios dependa, no del precio y la calidad, sino de los regalos o comisiones que entre sí puedan darse compradores o vendedores, es incompatible con el juego limpio. No se trata, pues, como ya ha sido señalado, de un castigo a la deshonestidad, sino a la quiebra de las reglas de la competencia ordenada. 5.2. Estructura de la infracción Al igual que sucede en el delito de cohecho, también en este se puede distinguir entre corrupción�activa�y�pasiva, según se refiera al que da u ofrece o al que recibe. 5.2.1. Corrupción activa Se describe en el artículo 286 bis) 1, y se produce con la promesa, ofrecimiento o concesión de beneficios o ventajas por parte de un empresario o profesional hacia la persona o personas con facultades para contratarle en el suministro de sus bienes o en la prestación de sus servicios. Lógicamente, deberán ser excluidas aquellas conductas que, por su insignificancia y por su normalidad en las relaciones sociales o empresariales, no merezcan relevancia jurídico-penal (como por ejemplo, pequeñas invitaciones). Puede suceder, claro está, que el ofertante se equivoque y haga esos regalos o promesas a persona que no tenga poder para decidir sobre el producto o servicio; si eso sucede, no habrá delito, pues no es posible en una infracción de esta clase hablar de tentativa inidónea. Cuestión diferente, y que no afectaría a la existencia del delito, es que se haga la oferta a uno de los que pueden decidir en unión de otros; que ese sujeto solo no pueda tomar la decisión no afectará a la perfección de la infracción. Como es lógico, si el sentido del delito reside en que se trata de un juego sucio que perjudica a otros, habrá que descartar que pueda haber infracción cuando el que ofrece o da es además el único proveedor posible de ese producto o servicio, pues no aleja o perjudica a nadie. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 41 Delitos relativos al mercado y a los consumidores Siguiendo la tónica del cohecho, la infracción se consuma con el ofrecimiento o promesa, sea o no sea aceptado y también sin necesidad de que sea "eficaz", esto es, que gracias a esa oferta o promesa se haya conseguido cerrar el trato que se persiguiera. Se ha planteado alguna duda en relación con los casos en los que el producto ofrecido, aun mediando esas promesas o regalos, sea realmente el mejor en calidad y precio. Si es así, la empresa que adquiere no se ve en modo alguno perjudicada; pero lo cierto es que eso no tiene nada que ver con la existencia del delito, que no depende de lesiones patrimoniales de uno u otro, sino de que se haya violado el respeto a la competencia limpia. 5.3. El círculo de responsables y las dos modalidades de corrupción 5.3.1. Corrupción activa El sujeto activo debe tratarse de un empresario o profesional suministrador de bienes o prestador de servicios. Cualquier otro tipo de relación queda fuera del tipo, y en este sentido se ha señalado la exclusión de la contratación laboral. El sujeto pasivo, receptor de la oferta o promesa, habrá de ser un directivo, administrador o empleado de empresa o sociedad que posea capacidad, por sí o en unión de otros, para seleccionar o decidir acerca de la contratación del oferente descartando a terceros competidores. En el delito de cohecho, se ha exigido tradicionalmente que la dádiva o promesa pudiera tener traducción económica. Pero en este nuevo delito de corrupción entre particulares se habla de "beneficios o ventajas de cualquier naturaleza", lo que permite ampliar el abanico de conductas posibles yendo más allá de lo económico (promoción social, recomendaciones para otros asuntos, etc.). 5.3.2. Corrupción pasiva Al igual que en el cohecho pasivo, la conducta consiste en solicitar de los prestadores de los suministros o servicios, beneficios o ventajas. Beneficios personales Si un administrador social, a cambio de regalos personales, decide adquirir un producto de baja calidad, perjudicando los intereses de la Empresa que administra, tendrá que responder ante ella, al margen de que haya incurrido en un delito de corrupción. CC-BY-NC-ND • PID_00188278 42 Es imaginable que el directivo, administrador o empleado, de los que habla el artículo 286 bis 2, planteen sus exigencias a un círculo más o menos amplio de potenciales suministradores u oferentes, en cuyo caso habrá que apreciar un delito por cada uno de los que haya recibido la petición, conjunto que podría ser tratado como delito continuado. Otra posibilidad es que el directivo y el oferente se concierten para un sobreprecio (y repartirse la diferencia), por ejemplo, lo que además perjudicará a la empresa; pero esa eventualidad debe tipificarse separadamente, como defraudación que es. Sujetos�activos han de ser un directivo, administrador, empleado o colaborador de una empresa mercantil, o de una sociedad, asociación, fundación u organización, y que tenga capacidad para decidir. Si no la tiene, y ha engañado al oferente que le ha hecho regalos creyendo que la tenía, según algunos se tratará de una estafa, calificación discutible tratándose de una operación delictiva (lo mismo que sucede cuando se engaña al comprador de drogas). También se ha planteado por algún comentarista la duda sobre la existencia de delito si se trata de una sociedad que pertenezca por entero, o casi por entero, a una sola persona y sea esta misma persona quien solicite la entrega de regalos personales. La respuesta ha der afirmativa, y entender que es una conducta típica, pues que se trate de un dueño único no quita que con sus exigencias excluye a todos los oferentes que no puedan satisfacerles. 5.4. La corrupción en pruebas deportivas El texto legal extiende las penas a los directivos, administradores, deportistas, árbitros, etc. que, mediante el mismo método de solicitar o recibir ofrecimientos o promesas, procuren la alteración o predeterminación del resultado de una prueba deportiva. El propio código limita el ámbito de aplicación a las pruebas deportivas profesionales. El bien jurídico protegido ya no es la libre competencia en el mercado, sino que lo que se daña es el indudable interés público en que las competiciones no resulten amañadas, a lo que se debe añadir en algunos casos el perjuicio para las apuestas deportivas (especialmente las quinielas de fútbol), lo que ofende al patrimonio de los apostantes. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 43 Delitos relativos al mercado y a los consumidores Resumen En este módulo didáctico, se han analizado las figuras delictivas tipificadas en el Código penal bajo el título "Delitos relativos al mercado y a los consumidores", donde se muestra claramente el carácter colectivo de los diferentes objetos de tutela. Ya no nos encontramos, pues, ante delitos de carácter predominantemente patrimonial, sino esencialmente económicos. Con la incorporación de esta sección al Código penal, se demuestra la toma de conciencia del legislador de 1995 en relación con la salvaguarda necesaria de un ámbito fundamental de la actividad económica, como es el funcionamiento correcto del mercado, que no era objeto de tutela en el anterior Código penal. Esto, sin embargo, no supone ningún obstáculo para que en la misma sección se incluyan figuras delictivas con una configuración distinta y con objetos de tutela diferentes. Por un lado, la sección se abre con un conjunto de figuras delictivas denominadas de descubrimiento y revelación de secretos empresariales, dirigidas a la protección de la competitividad de las empresas. Los artículos 278 a 280 incriminan el descubrimiento�de�secretos�de�empresa con una descripción de las conductas típicas que permite incluir las captaciones de información por vía informática o telemática. También se tipifica la Descubrimiento de secretos de empresa Art. 278.1 del CP. revelación de secretos de empresa, tanto cuando la llevan a cabo sujetos obligados a un deber especial de sigilo como cuando la efectúa una persona que no haya accedido ilícitamente a su conocimiento. Otra novedad del Código penal es que también incorpora la revelación�del�secreto por quien no haya Conocimiento Art. 278.2 del CP. intervenido en su descubrimiento, siempre que conozca el origen ilícito de la información. De los delitos que hemos mencionado hasta ahora hay que separar los que, incluidos en la misma sección del texto punitivo, incriminan conductas contrarias a la libre competencia. El Código penal, que protege de manera indirecta los intereses de los consumidores, se debe cohonestar en este tema con la normativa extrapenal vigente en la materia, y más concretamente con las infracciones que esta normativa establece, para afirmar el plus de desvalor que la conducta penalmente relevante debe representar siempre frente al supuesto ilícito civil o administrativo. Entre las figuras�que�atentan�contra�la�libre�competencia, se encuentra el delito de desviación del mercado de materias primas o de productos de primera necesidad con la intención de desproveer un sector de este mercado, es decir, con la intención de alterar el sistema de distribución de productos de un mercado organizado de acuerdo con el principio de la libre competencia. Contratación Art. 284 del CP. CC-BY-NC-ND • PID_00188278 44 Delitos relativos al mercado y a los consumidores A este supuesto ilícito se añaden las denominadas maquinaciones para alterar el precio, que debería resultar de la libre concurrencia, de todas aquellas cosas muebles o inmuebles que sean objeto de contratación. A pesar de su diferente ubicación sistemática, también hay que interpretar el delito de alteración de precios en concursos y subastas públicos como una forma tradicional de las maquinaciones para alterar el precio de las cosas y, Concursos y subastas públicos Art. 262 del CP. por lo tanto, como supuesto ilícito contra la libre competencia. Finalmente, también atenta contra la libre competencia una nueva figura delictiva que es el abuso de información privilegiada en el mercado bursátil. Puede ser cometida por las personas que han tenido acceso reservado a una infor- Mercado bursátil Art. 285.1 del CP. mación relevante con motivo del ejercicio de su actividad profesional o empresarial y que la utilicen o la suministren para obtener para sí mismas o para un tercero un beneficio, o causar un perjuicio, por un importe superior a los setenta y cinco millones de pesetas (450.759 euros). La sanción es superior cuando se abusa habitualmente de información privilegiada, cuando se obtiene un beneficio económico muy importante o cuando se causa un daño grave a los intereses generales. En este módulo didáctico se han analizado también las conductas delictivas que atentan directamente contra los intereses�de�los�consumidores y que han dado lugar a la aparición de nuevas figuras delictivas. Por ejemplo, el denominado delito de publicidad engañosa, en virtud del cual se incrimina la conducta de los fabricantes o comerciantes que en sus ofertas o publicidad hagan alegaciones falsas o manifiesten características inciertas sobre los productos o servicios ofrecidos que pudieran causar un perjuicio grave y evidente a los consumidores. El delito de facturación fraudulenta de productos o servicios también responde a la protección del mismo interés. Finalmente, se ha tenido ocasión de estudiar las conductas recogidas en el artículo 286 (redacción de la LO 15/2003) relacionadas con el acceso no autorizado a servicios condicionados de radio y televisión y otros servicios a distancia. De facturación fraudulenta de productos o servicios Art. 283 del CP. CC-BY-NC-ND • PID_00188278 45 Ejercicios de autoevaluación 1. El concepto de información en los delitos de descubrimiento y revelación de secretos empresariales... a)�se identifica con la libertad de difusión o de acceso a las fuentes del saber. b)�se identifica con la propiedad intelectual. c)�equivale al valor económico. 2. ¿Qué amplitud debe otorgarse al apoderamiento en el delito de descubrimiento de secretos de empresa recogido en el artículo 278.1? a)�Incluye tanto el apoderamiento material como la captación intelectual. b)�Solo incluye el apoderamiento material. c)�Solo incluye la captación mental o intelectual. 3. La estructura típica del delito de apoderamiento de secretos empresariales del artículo 278.1 del CP es... a)�la de un delito de resultado corto. b)�la de un delito mutilado de dos actos. c)�la de un delito de resultado. 4. El supuesto de revelación de secreto de empresa recogido en el artículo 279.1 se diferencia del previsto en el 278.2 en el hecho de que... a)�solo los administradores de empresas pueden cometer el delito previsto en este segundo precepto. b)�el supuesto ilícito que recoge el artículo 279.1 constituye un delito de peligro. c)�el supuesto ilícito que recoge el artículo 279.1 constituye un delito especial que solo pueden cometer las personas que, legal o contractualmente, tengan el deber de guardar secreto. 5. El tipo agravado del delito de desviación del mercado de materias primas y productos de primera necesidad se aplica cuando... a)�el perjuicio causado reviste una gravedad especial. b)�se perjudica a un número indeterminado de consumidores. c)�se lleva a cabo en situaciones catastróficas o de necesidad grave. 6. En el delito de alteración de precios en concursos y subastas públicos, la finalidad de alterar el precio del remate constituye un elemento subjetivo del injusto que se exige... a)�solo cuando distintas personas se conciertan para alterar el precio. b)�solo cuando hay una solicitud de regalo o promesa para no intervenir en la subasta. c)�cuando distintas personas se conciertan para alterar el precio y cuando hay una solicitud de regalo o promesa para no intervenir en la subasta. 7. Constituyen medios comisivos del delito de maquinaciones para alterar el precio de las cosas (art. 284 CP)... a)�el uso de información privilegiada, la difusión de noticias falsas y el engaño. b)�la fuerza, la violencia, la intimidación y la fuerza en las cosas. c)�la difusión de noticias falsas, la violencia, la amenaza, el engaño y el uso de información privilegiada. 8. ¿Cómo debe calificarse la conducta de abuso de información privilegiada en el mercado de valores que lleva a cabo un funcionario público o una autoridad? a)�Como delito de uso de información privilegiada específico de funcionario, recogido en el artículo 442 del CP. b)�Como fuga de información privilegiada en el mercado bursátil del artículo 285 del CP. c)�Con la calificación de los hechos como concurso ideal de los delitos previstos en los artículos 285 y 442 del CP. 9. En el delito de fuga de información privilegiada en el mercado bursátil, la relevancia penal de la conducta se condiciona a... Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 46 a)�la obtención de un beneficio económico o la causación de un perjuicio superiores a los 75 millones de pesetas. b)�la obtención de un beneficio económico o la causación de un perjuicio superiores a los 100 millones de pesetas. c)�la obtención de un beneficio económico o la causación de un perjuicio superiores a los 65 millones de pesetas. 10. El delito de publicidad engañosa constituye... a)�un delito de peligro abstracto. b)�un delito de peligro concreto. c)�un delito de peligro hipotético. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 Solucionario Ejercicios de autoevaluación 1.�c 2.�a 3.�b 4.�c 5.�c 6.�a 7.�c 8.�a 9.�a 10.�c 47 Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 48 Glosario CE f Constitución española. CEE f Comunidad Económica Europea. concurso m Proceso o convocatoria al que pueden presentarse un número indeterminado de personas para obtener una adjudicación de obras, servicios, suministros, etc. CP m Código penal. delito de iniciado m Denominación equivalente al delito de fuga de información privilegiada en el mercado bursátil. LDCU f Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. LGPub f Ley General de Publicidad. LMV f Ley del Mercado de Valores. LSA f Ley de Sociedades Anónimas. LSRL f Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada. precio (referido a los delitos contra la libre competencia) m Valor otorgado a un bien o servicio en un sistema libre de mercado e influido solo por prácticas consideradas correctas en la competencia. quiebra (de la subasta) f Final de una subasta sin que ninguno de los postores adquiera el bien subastado. RJ m Repertorio de jurisprudencia Aranzadi. secreto m Conocimiento reservado a un círculo limitado de personas y oculto al resto. STS f Sentencia o sentencias del Tribunal Supremo. subasta f Proceso o convocatoria al que pueden presentarse un número indeterminado de personas para la adquisición de bienes o productos por parte del postor que pague el mejor precio. Delitos relativos al mercado y a los consumidores CC-BY-NC-ND • PID_00188278 49 Bibliografía Bibliografía básica Corcoy Bidasolo, M.; Mir Puig, S. (2011). Comentarios al código penal. Valencia: Tirant lo Blanch. Martínez-Buján Pérez, C. (2011). Derecho penal económico y de la empresa. Parte especial (3.ª ed.). Valencia: Tirant lo Blanch. Martínez-Buján Pérez, C. (2011). Derecho penal económico y de la empresa. Parte general (3.ª ed.). Valencia: Tirant lo Blanch. Muñoz Conde, F. (2010). Derecho penal. Parte especial (18.ª ed.). Valencia: Tirant lo Blanch. Muñoz Conde, F. (2010). Derecho penal. Parte general (8.ª ed.). Valencia: Tirant lo Blanch. Quintero Olivares, G.; Morales Prats, F.; Tamarit Sumalla, J. M.; García Albero, R. (2011). Comentarios a la parte especial del Derecho penal (6.ª edición). Cizur Menor (Navarra): Thomson-Aranzadi. Tiedemann, K. (2010). Manual de Derecho penal económico. Parte general y especial. Valencia: Tirant lo Blanch. Vives Antón, T. S.; Orts Berenguer, E.; Carbonell Mateu, J. C.; González Cussac, J. L.; Martínez-Buján Pérez, C. (2010). Derecho penal. Parte especial (3.ª ed.). Valencia: Tirant lo Blanch. Bibliografía complementaria Auger Liñan, C. (1988). "Delitos bursátiles". Poder Judicial (núm. IX). Bajo Fernández, M. (Coord.) y otros (1998). Compendio de Derecho Penal: parte especial (vol. II). Madrid: Editorial Centro de Estudios Ramón Areces. Bajo Fernández, M.; Bacigalupo, S. (2001). Derecho Penal Económico. Madrid: Centro de Estudios Ramón Areces. Barona Vilar, S. (1991). Competencia desleal. Valencia: Tirant lo Blanch. Boix Reig, V. (1982). "Las prácticas restrictivas de la competencia en el proyecto de Código penal de 1980". Cuadernos de Política Criminal (núm. 16). 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