DOCUMENTO 136 1 EL LENGUAJE ANALOGICO EN LA COMUNICACION TERAPEUTICA: Una reflexión sobre la Psicoterapia Gestalt. de Anna Fabbrini La psicoterapia de la Gestalt constituye, desde su origen y en las elaboraciones teóricas subsiguientes, una aportación original en el campo de la psicoterapia. La atención al aquí-y-ahora se impone y se contrapone a la dimensión histórica y temporal del psicoanálisis; la búsqueda da las "causas del mal" y del "por qué" se sustituye por la cuidadosa búsqueda del "cómo" que transforma la perspectiva causal (también cuando es multicausal) en una lectura de las "coincidencias" que dejan percibir una visión sistémica de los fenómenos intrapsíquicos. La atención al lenguaje del cuerpo y la responsabilidad colocada enteramente en manos del cliente como capacidad de encontrar respuesta a las propias cuestiones sin resolver, impone ciertamente una reflexión atenta sobre la dinámica en acto de la relación terapéutica. La exigencia de proseguir en la profundización teórica de la Terapia Gestalt, con particular atención a sus aspectos más innovadores, lleva a considerar con cuidado algunos desarrollos de la investigación teórica que en estos últimos años han contribuido a profundizar en el conocimiento de los fenómenos relacionales y que han encontrado fecunda aplicación también en otros enfoques terapéuticos. Me refiero aquí, en particular, a la teoría de la comunicación elaborada por el grupo de Palo Alto 1 que ofrece, a mi entender, algunas interesantes claves de comparación que pueden aportar luz sobre el funcionamiento y sobre la eficacia de la Terapia Gestalt, al permitir una mejor definición de los fenómenos y revela, contemporáneamente, el gran potencial terapéutico todavía implícito en esta práctica clínica. Aunque se trate de caminos diferentes, la sorprendente convergencia de algunos datos deja ver notables posibilidades de aportaciones recíprocas. En particular, todo el planteamiento comunicativo de la Terapia Gestalt, con sus reglas específicas de interacción y sus "juegos", parece estructurarse sobre criterios fundamentales que la "teoría de la comunicación" señala como los más aptos para producir un cambio. Por otro lado, la pragmática de la comunicación puede, con provecho, confrontarse con esta aportación clínica que apunta a una posibilidad concreta de superación del carácter prescriptivo y con tendencia a la des-responsabilización, y que es precisamente una de sus actuales aplicaciones terapéuticas. En su último trabajo, nota Watzlawick [Watzlawick, 1980: p.12] que, prescindiendo del cuadro terapéutico de referencia, el impacto de un cierto tipo de lenguaje contribuye a modificar 1 Se trata, como es sabido, de G.Bateson, D.D. Jackson, J.Weakland, P.Watzlawick, investigadores en el Mental Research Institute de Palo Alto, ya conocidos como "grupo de Palo Alto". DOCUMENTO 136 2 una cierta representación de la realidad, y, por tanto, a acelerar o también a favorecer el proceso de toma de consciencia. Ya Perls intuyó magistralmente cómo proceder en la práctica en ese proceso de redefinición de las representaciones subjetivas. A partir del estudio y de los descubrimientos más recientes sobre las funciones cerebrales , Watzlawick construye sus reflexiones sobre la hipótesis de que el hombre dispone de dos sistemas lingüísticos diferentes, correspondientes a las peculiares características de los dos hemisferios cerebrales [Watzlawick, 1980: p.21 y ss.] 2 Una lengua es la digital, objetiva, lógica y analítica, la lengua de la ciencia y de la interpretación racional correspondiente a las funciones del hemisferio cerebral izquierdo. Su característica específica es que "entre ella y su significado no existe ninguna relación inmediata, obvia y directamente comprensible", aunque haya un acuerdo tácito en nombre del cual ciertos signos y ciertos sonidos adquieren un significado determinado [Watzlawick, 1980: p.23] Distinta a ésta, la lengua analógica es, en cambio, la expresión de la metáfora y de la imagen; corresponde a las funciones del hemisferio derecho y expresa la globalidad. Tiene como característica peculiar la de estar constituida por "signos que tienen una inmediata relación de significado con lo que designan, en cuanto representan una analogía y contienen, por tanto, cierto poder para evocar imágenes" [Watzlawick, 1980: pp. 23-24] Las investigaciones de la neurofisiología, y los experimentos realizados con individuos en los que los dos "cerebros" han sido separados quirúrgicamente, confirmarían la independencia funcional de los dos hemisferios [K.Popper - J.Eccles, 1982: p.382]. Ellos no parecen reaccionar del mismo modo ante los mismos estímulos, sino que cada uno da respuestas específicas. En condiciones normales, se alcanza un alto grado de integración y de complementariedad entre las dos diversas funciones que, de vez en cuando, tienden a prevalecer una sobre la otra según la específica competencia para responder a una determinada situación. El refuerzo positivo sería determinante en la constitución estable de la dominante. Ahora compete a la neurología la profundización de tales hipótesis desde el punto de vista fisiológico; entre tanto, la referencia a los dos diferentes registros organizados del pensamiento y de la comunicación, con los elementos cognoscitivos ya disponibles, permite hipótesis de notable interés en el campo psicoterapéutico. En esta perspectiva resulta, en efecto, que las funciones emotivas, la intuición, lo noverbal, el sentir tienen su específica organización y que, paralelamente, se estructurarían funciones de objetivación y racionalización con posibilidad de traducir la experiencia al pensamiento lógico-causal y al lenguaje. El sufrimiento psíquico nacería, según el autor, de llamativas contradicciones de la experiencia (por ejemplo, de graves y repetidas incongruencias entre mensajes verbales y noverbales en una relación dada), en presencia de las cuales, en lugar de una síntesis satisfactoria de la propia experiencia y de un comportamiento conforme a la necesidad subjetiva, se crea un 2 Se hace referencia, en particular, a las investigaciones de Roger Sperry y colegas, extensamente citadas por Watzlawick (1980, caps. III y IV). Una reseña exhaustiva de las investigaciones sobre este tema está recogida en K.Popper-J.Eccles, 1981, vol. II, cap. IV. DOCUMENTO 136 3 conflicto entre las dos representaciones. El resultado de la contradicción puede llevar a que prevalezca una u otra de las funciones o al bloqueo de las dos, determinando de esta forma una gama de comportamientos que son considerados patológicos. El sufrimiento psíquico, pues, tendría siempre en su base un estancamiento de la comunicación entre los dos hemisferios. La terapia, como intervención que mira hacia el cambio, intenta recuperar esa síntesis subjetiva dando "voz" a las dos representaciones disociadas. Para hacer ésto es necesario elaborar instrumentos comunicativos capaces de activar las dos funciones. Lo que Watzlawick y sus colaboradores sugieren de forma completamente original es la posibilidad de que la comunicación sobre dos registros diferentes se active no sólo desde lo interno hacia lo externo (en el caso de la terapia: desde el paciente hacia el terapeuta), sino también viceversa. En las terapias actuales, en efecto, el paciente habla (función digital) o se expresa corporalmente, por imágenes o asociaciones (función analógica) ante el terapeuta que, a su vez, utiliza sólo mensajes de tipo digital: interpretación, clarificación. Watzlawick propone que también el terapeuta se comunique en los dos registros e introduzca en la relación estímulos de tipo analógico, a partir de la convicción de que "cada intento de influir sobre uno de los dos hemisferios se debe servir de su lengua específica para que la señal o la comunicación penetren hasta él" [Watzlawick, 1980: p.39]. Según esta hipótesis, los tradicionales mensajes "terapéuticos" de tipo digital pueden llegar a influir sólo en las funciones correspondientes, mientras que las funciones analógicas, más implicadas en el sufrimiento psíquico, quedan excluidas del circuito comunicativo. Para hacer ésto es preciso conocer las reglas de funcionamiento típicas del lenguaje analógico y así poder no sólo "escuchar la voz", sino "conversar" con ese [hemisferio], esto es, introducir mensajes que lleguen a él directamente sin pasar por el filtro de la comprensión y de la racionalidad. DOCUMENTO 136 4 Conociendo esta "gramática", la relación terapéutica se transformaría de "A" en "B": Relación terapéutica "A": T.= Terapeuta P.= Paciente c.d.= comunicación digital c.a.= comunicación analógica En este caso, mientras el terapeuta envía intencionadamente mensajes sólo de tipo digital (interpretación, clarificación), el paciente envía constantemente dos tipos de discurso: uno verbal, el otro a través del cuerpo, del sentimiento, el síntoma3. 3 Se sabe ya que también la práctica psicoanalítica subraya la necesidad de prestar atención particular a "cómo" se efectúan ciertas intervenciones interpretativas. En efecto, se nota que la eficacia de una intervención no está unida sólo a la precisión de su contenido, sino al hecho de que haya sido dicha con un cierto tono de voz, un cierto ritmo, etc. No sorprende nada esta acentuación del "cómo" en un cuadro como el gestáltico, habituado a analizar y distinguir los dos niveles: "qué" se ha dicho - "cómo" se ha dicho. Sorprende, en cambio, que el psicoanálisis continúe sobrevalorando el contenido de la interpretación aun habiendo sostenido que el impacto emotivo por el insight equivale a "cómo" se ha dado el mensaje. Dicho de otro modo, el aspecto "analógico" (cómo) prevalece sobre el "digital" (qué). A la luz de esta hipótesis sería interesante reconsiderar el significado de la "atención fluctuante" como cualidad particular de la escucha del terapeuta. DOCUMENTO 136 5 Relación terapéutica "B": Existen en este caso dos circuitos completos de comunicación. Respecto a la situación precedente, aquí el terapeuta envía intencionadamente mensajes de tipo analógico aptos para estimular y producir respuestas específicas. Las investigaciones realizadas por el grupo de Palo Alto han puesto en evidencia algunas reglas de la comunicación analógica que ya encuentran aplicación en el enfoque relacional sistémico de la terapia familiar4 . Más allá de las consideraciones específicas en relación a esta práctica terapéutica y al cuadro teórico que la sostiene, me limito aquí a subrayar que las "reglas" del lenguaje analógico identificadas coinciden en gran medida con los principios de la Terapia Gestalt y que las "claves" comunicativas que se derivan de estas reglas se corresponden ampliamente con los "estilos" y los "juegos" de su aplicación práctica. 4 Sobre la aplicación de los modelos de la Pragmática de la Comunicación en la terapia individual y familiar, se pueden ver, además de los trabajos de Watzlawick (1971, 1980), las publicaciones de M.Selvini (1963, 1979). DOCUMENTO 136 6 El cuadro 1 deja ver las principales reglas del lenguaje analógico. La aplicación de estas reglas en la terapia se traduce en un estilo particular de intervención por parte del terapeuta en ambos casos. Más específicamente, en un conjunto de "juegos" en la práctica gestáltica y en el sistema de las "prescripciones" en el enfoque relacional sistémico5 . Principales reglas del lenguaje analógico Reglas de la Terapia Gestalt Reglas del lenguaje digital Aquí y ahora Aquí y ahora Secuencias temporales:pasado/presente/ Coincidencia Coincidencia Causalidad futuro Pensamiento afirmativo Pensamiento afirmativo Presencia de la negación y de alternativas Aquí - y - ahora. Es el escenario espacio-temporal de la Gestalt. La toma de conciencia [awareness] en el aquí-y-ahora es para el paciente el instrumento privilegiado para alcanzar el cambio que desea realizar. La pregunta "¿De qué te estás dando cuenta?" conduce y da la palabra, en la relación terapéutica, a distintos niveles de consciencia del presente que atienden a: el ambiente físico externo (percepción auditiva, visual, táctil, olfativa); el propio cuerpo en sus aspectos externos visibles (posición, pequeños movimientos periféricos intencionados o automáticos, etc.); el propio cuerpo en sus aspectos internos no visibles ligados al sentir subjetivo (sensaciones periféricas cutáneas y más centrales, profundas, viscerales). El discurso que el paciente aporta, cualquiera que sea el nivel simbólico en que se sitúa y cualquiera que sea el tiempo y el espacio en que se coloca, en Gestalt se reconduce al presente y a la relación en acto. En terapia de la comunicación, esta modalidad específica de conducir al paciente a una consciencia del aquí-y-ahora se activa a través de la técnica de "diseminación" (interpersal [sic] technique), mediante la cual el terapeuta es quien evoca los elementos del ambiente circunstante, las impresiones o las sensaciones físicas..."de las que puede suponer con certeza que el paciente, en este momento, está consciente o, si no lo está, puede llegar a estarlo a través de una simple señal hacia ellas" [Watzlavick, 1980: p.64]. La diferencia más relevante entre los dos modos de activar la consciencia del aquí-yahora está en el hecho de que, en este segundo caso, hay una inducción de estímulos, mientras 5 Una serie completa de "juegos" gestálticos con numerosos ejemplos de su aplicación terapéutica se puede encontrar en Perls, 1972, p.163 y ss. DOCUMENTO 136 7 que en el enfoque gestáltico el terapeuta facilita que el paciente asuma responsable y directamente los elementos de consciencia que lo atañen en primera persona. Al hacer ésto, él está atento a respetar en todo momento las posibilidades y la disponibilidad del paciente que orientan el ritmo y la cualidad del propio cambio en función de las propias defensas y de sus necesidades actuales. El aquí-y-ahora como campo espacio-temporal de la situación terapéutica es común a muchos enfoques clínicos post-freudianos. Se trata de una elección metodológica ni obvia ni dada por supuesta que, la mayor parte de las veces en cambio, viene dada como un a priori que se justifica por sí mismo. Al contrario, por la relevancia metodológica que asume y la llamativa novedad que supone respecto a las prácticas de orientación analítica, esta elección necesita de una profundización teórica de sus presupuestos. El carácter a-temporal de la comunicación analógica, puesto de relieve por la teoría de la comunicación, puede ser una clave interesante para conseguir una clarificación de los fundamentos de tal elección y para evitar una indebida extensión de tipo ideológico. En una situación de cambios muy rápidos, como es la actual, la experiencia del tiempo resulta en efecto problemática para los individuos, que continuamente deben adaptarse a contextos variables. La vulgarización de la filosofía del aquí-y-ahora puede transformarse en una moda cultural; en este caso su función es dar un control ilusorio sobre el presente, rebajando la compleja experiencia del tiempo. Coincidencia. En la práctica gestáltica está ausente cualquier búsqueda de tipo "causal". No se ocupa de discutir o identificar las causas de un problema, sino esencialmente de definirlo en sus precisos términos (qué es lo que no marcha, qué habría que cambiar) y de describirlo en su articulación y en sus consecuencias, ya sean reales o imaginarias (cómo soy yo, cómo sucede). Lo que se delinea así es una constelación de términos del problema, una red de nexos de los que emergen los costes y los beneficios subjetivos de la "patología", que permite al paciente asumir responsablemente la dirección de su propio cambio. Mientras en el enfoque "relacional sistémico" la búsqueda del "cómo" o sistema de coincidencias está en la atención de los terapeutas que son los únicos en hacerse cargo de identificar el modelo repetitivo de la interacción (familiar), a partir del cual elaboran la "prescripción" terapéutica, en la práctica gestáltica se restituye al paciente cada instante, cada fragmento de consciencia hasta devolverle enteramente la visión de conjunto sobre su modo de actuar, lo que los "interactivistas" llaman "vínculos" o "redundancias comunicativas". Pensamiento afirmativo. La estructura del lenguaje analógico es primitiva y poco elaborada. Entre otras cosas, le falta la negación, es decir, la posibilidad de expresar la no-existencia de algo mediante expresiones del tipo: no, nadie, nunca, ésto no, pero...,etc., expresiones ampliamente usadas en el lenguaje digital. DOCUMENTO 136 8 Tal característica es típica de la comunicación no verbal, de las representaciones gráficas, de las sensaciones del cuerpo. Estos lenguajes, enteramente analógicos, sólo pueden expresar afirmaciones o secuencias de afirmaciones, pero no la ausencia de alguna cosa o sus alternativas. Por ejemplo, un dibujo puede representar "un hombre que planta un àrbol", pero no "un hombre que no planta un árbol". Otro tanto se puede decir de los mensajes del cuerpo. El cuerpo puede sentir calor, frío, temblor, etc., aunque con frecuencia la traducción verbal del "sentir" produce respuestas del tipo "no siento frío en este momento", en lugar de la forma afirmativa "siento calor". La Gestalt, atenta a ensanchar la esfera de la consciencia de sí en el aquí-y-ahora, propone la reformulación constante de las frases negativas pasándolas a proposiciones afirmativas, produciendo el efecto de unir al máximo el lenguaje hablado con el registro analógico. El acto terapéutico se sitúa, por tanto, en un cuadro señalado por el aquí-y-ahora como regla del espacio-tiempo; por la coincidencia como hipótesis de nexos sistémicos y no causales entre los sucesos y los comportamientos; y por el pensamiento afirmativo. La Terapia Gestalt y el enfoque relacional sistémico se desarrollan sobre un registro interactivo e incluso rico de semejanzas. En particular es relevante la convergencia sobre lo que los "interactivistas" llaman el "bloqueo" de las funciones digitales. Por bloqueo de las funciones digitales se entiende un brusco e inesperado (para el paciente) cambio de registro simbólico; una intervención incoherente respecto al contenido del discurso, una ruptura del campo verbal compartido que desvía repentinamente el acento y el sentido del intercambio. Esto tiene la función de interrumpir los procesos de racionalización que el paciente tiende a realizar y/o la función de inducir continuas reformulaciones del problema y de la actuación terapéutica: una reflexión sobre la Terapia Gestalt en términos no habituales6 . Watzlawick insiste mucho sobre este aspecto de "bloqueo", dando numerosos ejemplos también de otros autores [Watzlavick, 1980: pp.89-121]. Esto subraya la importancia que tiene la interrupción de las funciones críticas, lógicas y racionales del paciente para mantener o activar el contacto sobre el registro analógico [Watzlavick, 1971; Selvini, 1975]. La Terapia Gestalt utiliza ampliamente este esquema de interacción realizando continuamente interrupciones del circuito comunicativo lógico-causal y desviando el plano simbólico del contenido del discurso hacia el darse cuenta del aquí-y-ahora, obteniendo con ésto un efecto de "bloqueo". También la técnica de la prescripción del síntoma, paradoja por excelencia de la escuela interactiva, es conocida por la Gestalt que se sirve de ella continuamente, invitando al paciente a 6 Es sabido que la tradición mística oriental hace uso de situaciones similares a fin de crear el "vacío" interior. Los koan del budismo Zen, por ejemplo, constituyen un ejercicio de pensamiento que, por su carácter absurdo y paradójico, bloquea las funciones lógicas y provoca un estado diverso de "consciencia". DOCUMENTO 136 9 entrar en el propio malestar en lugar de contrastarlo o evitarlo, a través de un seguimiento de tipo expresivo o psicodramático7 . El elemento discriminatorio de mayor relieve entre los dos enfoques está constituido por el acento diferente puesto sobre la noción de Responsabilidad. Perls opinaba que la creciente consciencia del aquí-y-ahora, continuamente actualizada en el curso de la interacción, constituía el nudo esencial del cambio, como posibilidad ofrecida al paciente para que se colocara como "sujeto" del propio hacer y del propio decir en cada aspecto verbal y no verbal. Para la Gestalt, Responsabilidad es la capacidad del paciente de dar respuesta a aquello de lo que se da cuenta. La teoría de la comunicación, en cambio, llega a una praxis clínica que excluye la responsabilidad a cargo del paciente. Una parte del asunto no demostrada es que el "darse cuenta" mira solamente a la comprensión de las causas del hacer [Watzlawick, 1971: p.37]. Pero al no ser tal comprensión, como ya se ha dicho, un objetivo de la terapia, se excluye la necesidad del "darse cuenta" por parte del paciente. Es tarea del terapeuta observar el "modelo" de funcionamiento y elaborar la prescripción de comportamiento para romper tal modelo. De este modo no existe ningún proceso acumulativo de la experiencia terapéutica en el paciente que, aun en el caso de que cumpla las prescripciones y alcance la meta de modificar su sistema de interacciones, no asume elementos de consciencia "exportables" a otro contexto relacional distinto del específicamente tratado en la terapia. El riesgo de caer en una praxis behaviorista es evidente en este cuadro, mientras que está absolutamente ausente en la práctica gestàltica en la que existe una continua y puntillosa devolución del "darse cuenta" y de la responsabilidad a la persona que hace la demanda terapéutica. Como se sabe, el enfoque gestáltico se traduce en la práctica clínica a intervenciones finalistas. Es decir, tiende a identificar cada vez un problema particular aun cuando la demanda sea general, a clarificar los términos del "impasse", esto es, del bloqueo, de la paralización del paciente, y a darle los instrumentos para redefinir o resolver el problema modificando su lectura subjetiva. El terapeuta tiene una presencia activa con el fin de introducir nuevos elementos de consciencia. Aun quedándose en el ámbito del "contrato" terapéutico estipulado, él no se limita a clarificar el "material" que el paciente le ofrece, sino que estimula su producción a través de una interacción articulada por juegos, reformulaciones, acciones, etc. La contribución cognoscitiva de la Pragmática de la comunicación permite aclarar algunos fundamentos implícitos en el enfoque gestáltico. 7 Este aspecto del trabajo gestáltico, ya presente en Perls, ha sido después desarrollado más extensamente. Ha tenido particular coherencia metodológica en el enfoque Psico - energético de Jean Ambrosi, en donde es el principal apoyo de una práctica terapéutica original, aunque mantiene numerosos enganches con la técnica gestáltica. Sobre este tema, véase Ambrosi, 1978, 1979. DOCUMENTO 136 10 Lo que Perls ha identificado y sintetizado de manera completamente intuitiva es, en realidad, un dirección y una orientación a complejo comunicativo que responde con eficacia al objetivo de producir un cambio estable y responsable en la imagen de la realidad y en la conducta humana, sin recurrir a prescripciones o a elementos conductistas de ninguna clase. Asumir el hecho de que la Terapia Gestalt es un refinado y complejo arte de comunicar autoriza a tomar distancia definitiva de las hipótesis, frecuentemente ideológicas, sobre las que parecía apoyarse para tener validez y contribuye a dar una la investigación todavía necesaria. Esta lectura paralela de los dos enfoques clínicos permite algunas consideraciones que contienen hipótesis en las que vale la pena continuar profundizando y verificando: a) La consciencia de sí mismo en el aquí-y-ahora, clave terapéutica del enfoque gestáltico, se realiza a partir de una "comunicación analógica" simétrica en la relación, que interesa tanto al paciente como al terapeuta. La eficacia de la práctica gestáltica, por tanto, se puede explicar a partir de la teoría de la comunicación. La exigencia de reconducirla a una teoría de la estructura psíquica, más compleja y articulada, impone una formulación de nuevas hipótesis sobre el funcionamiento intrapsíquico e interpersonal y un distanciamiento de las referencias actuales al cuadro psicoanalítico. b) La práctica gestáltica es una síntesis magistral de elementos que permiten, en el aquí-y-ahora de la relación en curso, la actuación, la observación y el darse cuenta de los modelos de comportamiento susceptibles de cambio. No tiene ninguna necesidad de separar en el tiempo y en el espacio el "comportamiento sintomático" del "nuevo" comportamiento. El proceso del cambio se realiza lentamente a través de una toma de consciencia por parte del paciente, que es completamente responsable de los modos y de los tiempos de su devenir. c) La Gestalt es, pues, un "regulador" de la comunicación, un conjunto coherente de modos de funcionar en la relación, que puede ser utilizado como tal en el ámbito de coloquios, terapias focales, fases preliminares del contacto terapéutico, peticiones de ayuda, etc. d) La Terapia Gestalt recupera enteramente la atención al cuerpo como lugar del sentir y de las inscripciones de las necesidades, con una perspectiva completamente original respecto al abanico postfreudiano de terapías corporales. En particular, la simetría de la relación y la implicación del terapeuta en el nivel de su propio sentir parece ser el elemento de mayor importancia y el núcleo más innovador de este enfoque clínico. e) De una atenta consideración de la práctica gestáltica, la pragmática de la comunicación y su aplicación terapéutica pueden obtener importantes elementos para superar los aspectos behavioristas y prescriptivos que constituyen sus límites más evidentes. DOCUMENTO 136 11 BIBLIOGRAFIA Ambrosi, J.: L'analyse psyco-énergétique, Paris, Retz, 1979. Ambrosi, J.: L'energia dell'umano, Milano, Feltrinelli, 1978. Perls, F.: Gestalt therapy now, Penguin Books, 1972. Perls, F.: L'approccio della Gestalt, Roma, Astrolabio, 1980. [Trad. y ed. en español: El enfoque gestáltico. Testimonios de terapia, Santiago de Chile, Ed. Cuatro Vientos, 1997]. Perls, F.: La terapia gestaltica parola per parola, Roma, Astrolabio, 1980. [ Trad. y ed. en español: Sueños y existencia. Terapía gestáltica, Santiago de Chile, Ed. Cuatro Vientos, 1996] Perls, F.- Hefferline, R.F.- Goodman, P.: Teoria e pratica della terapia della Gestalt, Roma, Astrolabio, 1971. Petit, M.: La Gestalt. Thérapie de l'ici et maintenant, Paris, Retz, 1980. [Trad. y ed. españolas: La Terapia Gestalt, Barcelona, Kairós, 1986] Popper,K.R.- Eccles,J.C.: L'io e il suo cervello, Roma, Armando, 1981, 3 vols. Selvini Palazzoli, M.: L'anoressia mentale, Milano, Feltrinelli, 1963. Selvini Palazzoli, M. et. al.: Paradosso e contraparadosso, Milano, Feltrinelli, 1975. Watzlawick,P.-Beavini, J.H.- Jackson, D.D.: Pragmática della comunicazione umana, Roma, Astrolabio, 1971. Watzlawick, P.: Il linguaggio del cambiamento, Milano, Feltrinelli, 1980. ============================== Publicado en Quaderni di Gestalt, n. 3, 1986, págs.108-121. Traducido del italiano por María Cruz García de Enterría para el Centro de Terapia y Psicología, en septiembre de 1998.