OTRA MIRADA A LA MANERA ORDENADA POR DIOS DE ACUERDO A LA ECONOMÍA DE DIOS. I. Una consagración absoluta: la primera experiencia de vida para nuestro crecimiento en vida. A. 1 Co. 6:19-20: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo”. B. Ro. 14:8: “Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos”. C. 2 Co. 5:14-15: “Porque el amor de Cristo nos constriñe, habiendo juzgado así: que uno murió por todos, por consiguiente todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquel que murió por ellos y resucitó”. D. Ro. 12:1: “Así que, hermanos, os exhorto por las compasiones de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro servicio racional”. II. Oración: la práctica básica de nuestra vida cristiana para nuestro crecimiento. A. Contactar a Dios, inhalar a Dios, absorber a Dios y mezclarse con Dios. 1. Judas 20: “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo”. 2. Ef. 6:18: “Con toda oración y petición orando en todo tiempo en el espíritu, y para ello velando con toda perseverancia y petición por todos los santos”. B. Ser una “cámara de resonancia” en la tierra, simpatizando con el mover de Dios para que Él pueda llevar a cabo Su voluntad así en la tierra como en los cielos. 1. Mt. 6:10: “Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. 2. Mt. 18:18: “De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, habrá sido atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, habrá sido desatado en el cielo”. III. Comer a Cristo quien es la verdad y la vida—Juan 14:6: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la realidad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí”. A. Pasar tiempo a solas con Él cada mañana para ser avivados—Sal. 119:147: “Me anticipé al alba y clamé; en Tus palabras esperé”. B. Leer Su palabra con un espíritu de oración—Ef. 6:17-18 “Y recibid el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, el cual es la palaba de Dios; con toda oración y petición orando en todo tiempo en el espíritu, y para ello velando con toda perseverancia y petición por todos los santos”. C. Estudiar la verdad de la Biblia libro por libro y capítulo por capítulo con un espíritu de oración para nuestra constitución. 1. Juan 5:39: “Escudriñáis las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de Mí”. 2. 2 Ti. 2:15 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad”. IV. Vivir a Cristo para expresar a Dios—Juan 6: 57: “Como me envió el Padre viviente, y Yo vivo por causa del Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por causa de Mí”. A. Ser un hombre de oración al orar sin cesar—1 Ts. 5:17: “Orad sin cesar”. B. Expresar Sus atributos divinos en nuestras virtudes humanas aromáticas para cautivar y atraer a las personas alrededor nuestro. C. Regocijándonos y siendo liberados de toda ansiedad. 1. 1 Ts.5:16: “Estad siempre gozosos”. 2. 1 P. 5:7: “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque Él se preocupa por vosotros”. V. Vivir la vida de iglesia. He. 10:25 A. Recordar al Señor y adorar al Padre en la mesa del Señor—Mt. 26:26-30: “Y mientras comían, tomó Jesús pan y bendijo, y lo partió, y dio a los discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es Mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es Mi sangre del pacto, que por muchos es derramada para perdón de pecados. Pero os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de Mi Padre. Y cuando hubieron cantado un himno, salieron al monte de los Olivos”. B. Orando en la reunión de oración para el mover del Señor—Mt. 18:19: “Otra vez, de cierto os digo que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por Mi Padre que está en los cielos”. C. Preparándonos para profetizar en el día del Señor para edificar la iglesia—1 Co. 14. D. Formando grupos vitales con santos vitales como el 80% de la vida de iglesia—He. 10:25 “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. VI. Tomar la Manera Ordenada por Dios ENPE: A. Engendrar al predicar la verdad y dispensando vida—Ef. 3:8 “A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar a los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo”. B. Nutrir a aquellos que han creído y han sido bautizados—Juan 21:15: “Entonces, cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que a estos? Le respondió: Si, Señor; Tu sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta Mis corderos”. C. Perfeccionar las funciones espirituales de los santos—Ef. 4:11-12: “Y Él mismo dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo”. D. Edificar al profetizar en las reuniones de la iglesia—1 Co. 14 VII. Como resultado habrá incremento en las Iglesias locales, y el recobro del Señor será propagado por todas las naciones. (Al llevar fruto, multiplicándonos, llenando la iglesia, y subyugándola). A. Gn. 1:28: “Los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla; y ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos y sobre todo ser vivo que se mueve sobre la tierra”. B. Mt. 24:14: “Y será predicado este evangelio del reino en toda la tierra habitada, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. C. Mt. 28:19-20: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todo cuanto os he mandado; y he aquí, Yo estoy con vosotros todos los días, hasta la consumación del siglo”. D. Hechos 1:8: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y seréis Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.