NOTA CLÍNICA Encefalitis por el virus de Epstein-Barr: descripción de un caso clínico y revisión de la bibliografía Johanna Barón, Sonia Herrero-Velázquez, Marina Ruiz-Piñero, M. Isabel Pedraza, Silvia Rojo-Rello, Ángel Luis Guerrero-Peral Introducción. La infección por el virus de Epstein-Barr (VEB) puede dar lugar –tanto como primoinfección, reactivación o infección crónica activa– a varias formas clínicas de afectación del sistema nervioso central. Presentamos un caso de encefalitis por VEB producido por reactivación vírica en un paciente inmunocompetente, que inicialmente simulaba, desde el punto de vista clínico y electroencefalográfico, una encefalitis por virus herpes simple tipo 1 (VHS-1). Caso clínico. Varón de 51 años con antecedente de herpes zóster dorsal en los días previos. Acudió a urgencias por un cuadro de siete días de duración de cefalea opresiva holocraneal y febrícula; 24 horas antes de su ingreso, padecía somnolencia y alteración del lenguaje. En la exploración neurológica presentaba rigidez nucal y disfasia. En el líquido cefalorraquídeo se evidenció pleocitosis (422 células/mm3) con un 98% de mononucleares, y proteinorraquia y glucorraquia normales. Resonancia magnética cerebral normal y electroencefalograma con descargas epileptiformes lateralizadas periódicas en la región temporal izquierda. Se trató con aciclovir intravenoso; una insuficiencia renal motivó su cambio a valaciclovir oral con resolución clínica y mejoría de los parámetros licuorales. La reacción en cadena de la polimerasa en el líquido cefalorraquídeo fue positiva para VEB y negativa para el resto de virus neurotropos. En sangre, la serología para VEB con IgG resultó positiva, y negativa con IgM y anticuerpos heterófilos. Conclusiones. La infección por VEB puede dar lugar a una encefalitis aguda diseminada o afectar a varias localizaciones del sistema nervioso central, principalmente el cerebelo. Menos frecuentes son los cuadros imitadores de VHS-1. Cuando la encefalitis se relaciona con reactivación viral pueden detectarse, como en nuestro caso, factores precipitantes. Palabras clave. Aciclovir. Electroencefalograma. Encefalitis. Reacción en cadena de la polimerasa. Valaciclovir. Virus de Epstein-Barr. Introducción El virus de Epstein-Barr (VEB) es un virus ADN de doble cadena perteneciente a la familia Herpesviridae [1]. Su transmisión más habitual es personapersona, vía salival. Su prevalencia resulta muy elevada, y se calcula que cerca del 90% de la población mundial es seropositiva [2]. La forma de presentación clásica en adultos de la infección por VEB es la mononucleosis infecciosa, enfermedad que cursa con fiebre, linfadenopatías cervicales, faringitis exudativa, astenia, anore­ xia, esplenomegalia y alteración enzimática hepática [1]. Las complicaciones neurológicas de la infección por VEB son infrecuentes, sólo se observan en el 0,4-7,5% de los casos [1,3]. Esta cifra se eleva al 25% si consideramos las alteraciones asociadas en el líquido cefalorraquídeo (LCR) [1,2]. Puede manifestarse como meningitis, encefalitis, cerebelitis, mielitis, neuritis óptica, neuropatía craneal o polineu- www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 57 (10): 451-454 ropatía [4]. Es poco común que la neurológica sea la manifestación clínica inicial o predominante en una infección por VEB [1,5]; el VEB está escasamente representado entre las infecciones virales del sistema nervioso central [6]. La encefalitis por VEB tiene generalmente un curso autolimitado, con buen pronóstico en la mayoría de los casos [1]; es infrecuente que evolucione tórpidamente y dé lugar a secuelas graves o la muerte [7-9]. Puede producirse en individuos inmunosuprimidos o inmunocompetentes, bien tras una infección primaria [7], bien por reactivación del virus latente [10]. Son población fundamental de riesgo los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes. Clínicamente, suele cursar con encefalopatía difusa y la ataxia es el síntoma focal más habitual [1]. La presentación clínica y electroencefalográfica focal en la que imita una encefalitis por virus herpes simple tipo 1 (VHS-1) se ha sido descrito muy rara vez [11,12]. Servicio de Neurofisiología (J. Barón). Servicio de Neurología (S. Herrero-Velázquez, M. RuizPiñero, M.I. Pedraza, A.L. GuerreroPeral). Servicio de Microbiología (S. Rojo-Rello). Hospital Clínico Universitario. Valladolid, España. Correspondencia: Dr. Ángel Luis Guerrero Peral. Servicio de Neurología. Hospital Clínico Universitario. Avda. Ramón y Cajal, 3. E-47005 Valladolid. E-mail: gueneurol@gmail.com Presentado parcialmente como póster en la LXIV Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología; Barcelona, noviembre de 2012. Aceptado tras revisión externa: 24.05.13. Cómo citar este artículo: Barón J, Herrero-Velázquez S, RuizPiñero M, Pedraza MI, Rojo-Rello S, Guerrero-Peral AL. Encefalitis por el virus de Epstein-Barr: descripción de un caso clínico y revisión de la bibliografía. Rev Neurol 2013; 57: 451-4. © 2013 Revista de Neurología 451 J. Barón, et al Tabla. Evolución de los parámetros de líquido cefalorraquídeo. Al ingreso A los 3 días Al alta Leucocitos (células/mm3) 422 504 40 Polimorfonucleares 2% 6% 10% Mononucleares 98% 94% 90% Proteínas (mg/dL) 47,30 49 32 Glucosa (% glucemia) 48% 47% 54% Caso clínico Varón de 51 años, con antecedentes de síndrome de apnea obstructiva del sueño (en tratamiento con un dispositivo de presión positiva continua en la vía aérea) e hipoacusia bilateral. Años antes, y tras la detección de una microhematuria, se llevó a cabo un estudio de la función renal y autoinmunidad dentro de la normalidad. En los días previos al inicio de este proceso, el paciente fue despedido de su trabajo. Además, y como posible desencadenante, presentó un herpes zóster dorsal. Acudió a urgencias como consecuencia de un cuadro de siete días de evolución consistente en cefalea opresiva holocraneal de intensidad moderada, que respondió parcialmente a analgésicos, asociada a episodios aislados de febrícula y vómitos. Fue tratado con amoxicilina-ácido clavulánico por su médico de atención primaria. El día previo al ingreso presentó un aumento de la intensidad de la cefalea, desorientación temporoespacial, somnolencia y alteración del lenguaje. La exploración neurológica en el momento del ingreso mostró una ligera disminución del nivel de conciencia y afectación del lenguaje consistente en parafasias silábicas y alteración en la comprensión de instrucciones sucesivas. La rigidez nucal, junto con el resto de signos meníngeos, fue negativa. La exploración general reveló lesiones cutáneas vesiculares rotas en la región infraescapular derecha con recorrido metamérico anterior hasta la mamila ipsilateral sugerentes de una erupción zóster en evolución. Se realizaron hemograma, bioquímica, coagulación y radiografía de tórax sin alteraciones. Tras una tomografía computarizada cerebral normal, se le practicó una punción lumbar mediante la cual se obtuvo con una presión de apertura normal un LCR con pleocitosis con predominio de mononucleares, así como proteinorraquia y glucorraquia normales. 452 Con la sospecha clínica de una encefalitis herpética, se inició tratamiento con aciclovir intravenoso en dosis de 10 mg/kg/8 h. A las 24 horas el paciente había recuperado el nivel de conciencia y la cefalea había disminuido de intensidad, pero persistían las parafasias. La resonancia magnética cerebral no mostró ninguna alteración y en el electroencefalograma se objetivaron descargas epileptiformes lateralizadas periódicas en la región temporal izquierda. La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en el LCR resultó positiva para VEB y negativa para el resto de virus del grupo herpes (VHS-1, VHS-2, virus varicela zóster y citomegalovirus). En sangre, la PCR fue negativa para VEB, la IgG resultó positiva, y la IgM y los anticuerpos heterófilos, negativos. Todo ello era compatible con una reactivación del VEB. Al tercer día del ingreso el paciente mostró disestesias distales en los miembros superiores. En el estudio analítico se encontró una insuficiencia renal (creatinina: 4,4 mg/dL; urea: 78 mg/dL). En ese momento se suspendió el aciclovir y se sustituyó por valaciclovir por vía oral en dosis de 1 g/8 h. Se repitió la punción lumbar con parámetros de LCR similares a los iniciales, incluyendo PCR positiva para VEB y negativa para el resto de virus del grupo herpes. A lo largo de los días posteriores desapareció toda la sintomatología y se comprobó una importante mejoría en el LCR en una punción lumbar previa al alta. La evolución del LCR se muestra en la tabla. Discusión Al diagnóstico de encefalitis por VEB se llega principalmente gracias a la amplificación del ADN del virus en el LCR mediante PCR [11,13]. El ADN del VEB se detecta también en el LCR de sujetos inmunodeprimidos, muchas veces sin síntomas asociados [2]. También puede hallarse en el contexto de otras infecciones del sistema nervioso central [14]. Las serologías aclaran si hubo o no una primoinfección aguda. La mayoría de los casos de afectación neurológica por el VEB en niños se han descrito asociados a la primoinfección, con o sin síntomas asociados de mononucleosis [15-17]. Menos frecuentemente se produce en el contexto de una reactivación del VEB latente [8]. La existencia de una desmielinización postinfecciosa inmunomediada también es posible [8,16]. Un gran porcentaje de adultos presenta anticuerpos contra el VEB, de forma que es difícil en ellos la infección exógena, aunque para que se pro- www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 57 (10): 451-454 Encefalitis por el virus de Epstein-Barr duzca una reactivación endógena suele ser necesario un estado de inmunosupresión. Nuestro paciente es un adulto inmunocompetente en el que una erupción zóster puede proponerse como desencadenante. El despido laboral previo es un hecho reseñable, aunque no existe evidencia suficiente para situarlo al mismo nivel. La encefalitis por VEB en pacientes pediátricos suele cursar como una encefalopatía difusa [1,2,7,8], si bien es posible que cause clínica focal, y se encuentra en el 8% de casos de encefalitis focales en niños con VHS-1 negativo [4]. En adultos la forma difusa es también la más habitual; pueden darse cuadros focales con afectación cerebelosa [15], en ocasiones en el contexto de una romboencefalitis [18], u otros síntomas menos específicos como crisis epilépticas o alteración cognitiva aguda [19]. También se ha descrito afectación prioritaria parietooccipital [20]. Más infrecuente aún es la clínica focal que imita, como en nuestro caso, una encefalitis por VHS-1 [11,12,21]. El electroencefalograma es una herramienta útil en el diagnóstico y manejo de las encefalitis. Lo habitual en la encefalitis por VEB es una actividad lenta difusa [1,12,22], o bien enlentecimientos difusos, pero sin descargas paroxísticas [11]. Los complejos periódicos de ondas lentas y las descargas epileptiformes lateralizadas periódicas son típicos de la encefalitis por VHS-1, si bien pueden aparecer en cuadros debidos a otros virus como dengue, influenza B o varicela zóster [11]. La presencia de dichas descargas en la encefalitis por VEB, como ocurrió en nuestro paciente, se considera excepcional [11,12]. No existe una terapia antiviral específica para la encefalitis por VEB; el aciclovir, el valaciclovir o el ganciclovir se han recomendado para su manejo [10]. El valaciclovir se administra por vía oral, se convierte en aciclovir y alcanza unos niveles de este fármaco en sangre superiores a los que se obtienen con aciclovir oral. El perfil de seguridad del valaciclovir respecto a una posible nefropatía es mejor que el del aciclovir intravenoso [23], motivo por el que resultó elegido en nuestro caso, dando lugar a una resolución clínica y licuoral de la encefalitis. En conclusión, presentamos un caso con varias peculiaridades que se han de tener en cuenta. Por un lado, se trata de una encefalitis por VEB debida a reactivación viral en un adulto inmunocompetente, posiblemente favorecida por una erupción zóster. Por otro lado, su presentación clínica y electroencefalográfica que imita una encefalitis por VHS-1 nos lleva a proponer la consideración de esta etiología en el diagnóstico de encefalitis focales en adul- www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 57 (10): 451-454 tos con VHS-1 negativo. Finalmente, el fallo renal relacionado con el aciclovir intravenoso ha permitido comprobar que el valaciclovir oral puede ser una alternativa en el manejo de las infecciones del sistema nervioso central por VEB. Bibliografía 1. 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The neurological examination revealed stiffness in the back of the neck and dysphasia. An analysis of the cerebrospinal fluid revealed pleocytosis (422 cells/mm3) with 98% of mononuclear cells and normal protein and glucose concentration levels in cerebrospinal fluid. Magnetic resonance imaging of the brain and electroencephalogram readings were normal with periodic lateralised epileptiform discharges in the left temporal region. Intravenous acyclovir treatment was initiated, but renal failure meant it had to be changed to oral valaciclovir with clinical resolution and improvement of the liquoral parameters. Polymerase chain reaction in the cerebrospinal fluid was positive for EBV and negative for the other neurotropic viruses. In blood, the serology test for EBV with IgG was positive, while IgM and heterophile antibody tests were negative. Conclusions. EBV infection can give rise to acute disseminated encephalomyelitis or affect several locations in the central nervous system, especially the cerebellum. Clinical pictures mimicking HSV-1 are less frequent. When encephalitis is related to viral reactivation, precipitating factors can be detected, as in our case. Key words. Acyclovir. Electroencephalogram. Encephalitis. Epstein-Barr virus. Polymerase chain reaction. Valaciclovir. 454 www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 57 (10): 451-454