La lengua de las mariposas (1999) Película de José Luis Cuerda. Con Fernando Fernán Gómez y Manuel Lozano (Moncho). La lengua de las mariposas Fernando Fernán Gómez y Manuel Lozano La lengua de las mariposas remite a Antonio Machado: el maestro de escuela de ideas republicanas, en el sopor de la provincia. En efecto, Fernando Fernán Gómez, el maestro de la película cita al poeta en una referencia un poco irónica. Sin embargo, el provincialismo proverbial de España no se supera en la película (no es una película de tesis). La provincia es el escenario de varias vidas, ante todo la de Moncho, el niño que ahora descubre sus primeras letras y los primeros milagros (la lengua de las mariposas) junto a su maestro. Aunque reiterada como escenario dramático, las vísperas de la guerra civil española ayudan a visualizar ciertas implicaciones íntimas: en el orbe familiar, las creencias, la conformación social, la renuncia o la renuencia frente un credo político prohibido. Lo valioso de La lengua de las mariposas es que su realizador José Luis Cuerda, ha optado por la visión "paradisíaca" de un niño, y su contrapropuesta en la mirada madura, desencantada, pero leal y humanista de un maestro muy viejo. Articulada en cuadros dramáticos entrelazados, o yuxtapuestos, la película avanza entre un costumbrismo encantador que es a la vez el inicio de la formación de un niño. No se trata sin embargo de una mirada "inocente", porque la tensión de los acontecimientos políticos circunda opresivamente el encanto. En efecto, La lengua de las mariposas concurre a un final sostenidamente dramático, pero muy coherente. La discusión de la enseñanza, la creencia política y religiosa, el peso del conservadurismo del ambiente, y la fragmentación de las relaciones (ilustradas por ejemplo en el descubrimiento un poco perturbador del sexo), habla de un estado de cosas que se precipita a un conflicto. Un conflicto que como todos sabemos llevó a la tragedia cuando se volvió inmanejable. La escolaridad que se inicia, el ansia de aunar el conocimiento y la poesía (piénsese en Machado, en la explicación que ofrece el maestro sobre la lengua de las mariposas) se encuentran en el peor de los ambientes, y no hallan el más encantador de los cauces. La trágica brecha que se abre entre Moncho y su maestro, es además dramática, lógica. La guerra exige las más absurdas definiciones, y los odios no sólo apremian sino que se cimientan desde la autoridad (aun en la mente de un niño). Una pregunta queda a manera de reflexión conclusiva de la película. Cómo se recobrará la inocencia, y cómo se hará el diálogo posible luego de esta separación. Por otra parte, algo de la respuesta se ve en la dignidad del maestro, que al contrario del padre de Moncho, ha optado por asumir su identidad política, aún cuando esta implica la muerte.