mantener vivo el dolor y provocar el deseo.

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MA NTE NE R V IVO E L D O LO R
Y P ROVOCAR E L D E S EO.
Día 1
—¿Y de qué se trata el nomadismo
Diógenes? ¿De las comunidades nómadas?
—No necesariamente.
Día 2, 3… ¡4 y 5!
Cuando me invitaron a escribir para nómada,
pensé inmediatamente en hacer algo relacionado
con mi carrera, Derecho. Pronto llegué a la
conclusión de que no lo haría, debido a que el
Derecho puede aportar poco como inspiración
para los artistas y no había mucho interés en el
tema para otras formaciones académicas que
participan. Al pasar los días me venían a la
mente personajes sobre los cuales podría escribir
mi texto: vagabundos, los tianguis, vendedores
ambulantes, migrantes, tradiciones, identidades,
palabras, costumbres, música, prejuicios,
ideologías. Cada vez que Diógenes posteaba
—pues abrió un grupo cerrado en facebook—
que ya algunos habían entregado sus textos
me presionaba, y me inquietaba más saber que
aquellos que no lo habían hecho, por lo menos
ya tenían el tema que abordarían ¿y yo? Nada.
Me daban vuelta los pensamientos, cuando iba
al trabajo, cuando trabajaba, cuando comía,
platicaba o leía.
Volví a repasar mi idea de escribir sobre el
Derecho tratando de encontrar algún punto a
favor en el cual pudiera basarme. Se me ocurrió
que el Derecho, aunque no lo parezca siempre
se encuentra en movimiento, cambia todos los
días, porque la gente cambia, las costumbres se
mueven, las ideas, los problemas y las conductas.
El Derecho surge de manera primitiva con la
sociedad. Este cambio a través del tiempo, pues
el Derecho que conocemos en la actualidad,
no es Derecho, ha cambiado, ahora se trata de
lineamientos legales que regulan los intereses
y las relaciones de las clases dominantes, de la
hegemonía. Pero no encontré después motivo
alguno para escribir al respecto.
En los siguientes días pensé en la dialéctica entre
el movimiento y lo estático que representan los
tianguis y los mercados; en lo absurdo que es el
movimiento en esos lugares por el traslado de
colonia en colonia, la mercancía, los clientes que
siempre están moviéndose pero los recorridos a
las colonias son siempre iguales, la mercancía es
la misma y los clientes buscan siempre el mismo
día a la misma vendedora de verduras para
comprar el mismo kilo de jitomates. Lo olvidé.
“Buen día a todos!!
Sólo para comentarles que ya me han
entregado uno de los textos. Ojalá tengan
chance de entregar algo para el día quince.
También espero que puedan revisar los
documentos que he enviado de apoyo.
Muchos Saludos y muchas gracias!”
Volvió a escribir Diógenes y yo no había hecho
nada. Quería encontrar algo bueno para tomarlo
como ejemplo, para explicar el nomadismo. Me
imaginé, la búsqueda incesante de algo, el añoro
del lugar al que no llegas.
Al poco rato me vino a la mente: los extranjeros.
Y recordé aquél poema que dice:
“El extranjero te permite ser tú mismo haciendo,
/ de tí, un extranjero”1 y como se describe el
autor del anterior a sí mismo: “soy un extranjero
perpetuo con un libro de pequeño formato
bajo el brazo”2.No encontré un mejor ejemplo
que representara el nomadismo social y lo
complementé con un poema de Baudelaire, ese
que dice:
“— ¿A quién quieres más, enigmático? Dime:
¿a tu padre, a tu madre, a tu hermana o a tu
hermano?
—No tengo padre, ni madre, ni hermana, ni
hermano.
— ¿A tus amigos?
—Utiliza usted una palabra cuyo sentido
desconozco hasta ahora.
— ¿A tu patria?
—Ignoro en qué latitud se encuentra…”3
Lo dejé. Me ocupé de otras cosas y días después
me enteré que alguna de las participantes
abordaría el tema de los migrantes y los
extranjeros. Inútil mi idea.
Últimos días
Imaginé entonces como si todos mis
pensamientos estuvieran hacinados y
murmuraran en barullo, casi al mismo tiempo:
lo más nómada que conozco es el viento. En
cada ciudad, en cada pueblo, en cada casa,
pulmón, bar, respiro, palabra, golpe, risa, suspiro,
tormenta, ¡En cada grito!. Cuando el viento se
mueve para hojear un libro, al señalar un lugar
hacia donde ir con el dedo índice, pidiendo raid
en carretera, al sacar el brazo con el auto en
movimiento, cuando vas, cuando vienes. Llega
a todos los lugares, nunca se detiene. En cada
rincón de la tierra hay viento. Todo se transmite
a través de él: la voz, la música, el silencio, las
bacterias, la basura, la saliva…
Lo más nómada que conozco son las tiendas
de autoservicio, lo más nómada que conozco
es el crecimiento humano, lo más nómada que
conozco es el tiempo. Se me volvió a ocurrir
una idea y otra y otra pero ninguna se quedó
conmigo.
Betzabel Alejandra Cárdenas Leyva
Tengo 24 años. Actualmente investigo acerca
de la discriminación y hago mi tesis con ese
tema aplicado a los procedimientos penales del
Estado de Querétaro. Trabajo en Gobierno del
Estado como Inspectora de Alcoholes. Me gusta
la investigación y lo sé porque he trabajado en
otras áreas de mi carrera (Derecho) y no hubiera
podido pasar toda la vida aplicando leyes que no
entiendo.
Bibliografía.
1
Larrosa, Jorge, “¿Para qué nos sirven los
extranjeros?”, en Educação&Sociedade, ano
XXIII, no 79, Agosto, 2002.
2
Guerrero, Gustavo, “Sabiduría del Desierto”, en
Letras Libres, no 1, Enero 2003. P. 74
3
Baudelaire, Charles, Charles Baudelaire,
Colección Obras Selectas, Ed. Edimat.
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