HUBO JUICIO, PERO NO JUSTICIA Nunca nos habíamos visto en la

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HUBO JUICIO, PERO NO JUSTICIA
Nunca nos habíamos visto en la tesitura de un juicio y sencillamente, ha sido
absolutamente decepcionante el ver que pese a que ha habido un juicio por la
terrible muerte de Roberto, no ha habido Justicia proporcional al monstruoso
crimen cometido por sus agresores. Agravado por los errores en la sentencia
judicial. En ella, se ve claramente que lo que menos importa es la verdad y la vida
y derechos del menor asesinado, primando los “derechos” de los menores
delincuentes ante todo lo demás. La principal pregunta que queda tras esta
pesadilla es ¿dónde están los derechos de las víctimas?
Tampoco se ha autorizado a que hubiera una Reconstrucción de los Hechos,
cuestión sorprendente puesto que hubiera ayudado a aclarar los hechos y a que la
sentencia no recogiera algunos errores significativos.
Tras el juicio, observamos con incredulidad como la mayor pena para uno de
los homicidas implicados es el de reclusión en semi-libertad de 2 años y medio. El
otro sale indemne pese a que está probado que estaba en el lugar de los hechos,
que llevó a Roberto al callejón para que nadie viera como le agredían y que huyó
corriendo tras dejarlo moribundo. Los testimonios y declaraciones iniciales del otro
agresor no son pruebas suficientes para condenarlo, dado que dos meses después
fue con su abogado para desdecirse y tratar de encubrir a su compañero.
Explicando que se había equivocado, que el otro agresor no estaba con él, que
había sido él solo y que cuenta con una minusvalía psíquica.
Los agresores y familiares se han negado a declarar en el juicio y todo lo que
habían declarado anteriormente ha quedado puesto en evidencia, demostrando que
era absolutamente mentira; pero ni si quiera eso es suficiente para una condena,
dado que los imputados “tienen derecho a no contribuir a su propia incriminación”.
El agresor sobre el que han volcado la responsabilidad tiene minusvalía psíquica y
quedará en la calle tras dos años y medio de internamiento en un centro de
menores por el crimen de homicidio. Inicialmente, declaró (por dos veces) como su
amigo, y compañero de otras agresiones, había participado en los hechos. Sin
embargo volvió a los 2 meses con su abogado y otros testimonios falsos (mujer y
tía del absuelto) al juzgado para declarar que se había equivocado y que su amigo
no estaba con él cuando agredieron a Roberto. Todo ello, ha quedado desmentido
en el juicio por los diversos testigos y ya se sabe que, al menos, ambos estaban
con Roberto cuando acabaron con su vida en el callejón. Lo llevaron engañándole y
diciéndole que querían hablar con él y, cuando estaban hablando tranquilamente
sin mediar discusión, tal como escucharan los vecinos del callejón (pero no vieron),
le dieron varios golpes por sorpresa. Uno de ellos por detrás, que es el que acabó
con su vida. Roberto cayó bocabajo, lo que desmentiría que el golpe mortal en la
parte posterior del cráneo ocurrió por una caída hacia atrás.
Tampoco han declarado sus familiares. Por conversaciones de whatsapps, se
ha sabido que los padres se pusieron en funcionamiento nada más cometer el
crimen y se reunieron en una de las casas para hablar sobre el tema. Los dos
menores no fueron detenidos hasta el día siguiente, con lo que tuvieron tiempo de
deshacerse de las ropas, pruebas, borrar conversaciones e intentar montar
coartadas.
En la actualidad, contamos con que Roberto ya no está y que dos menores
que habitualmente intimidaban y se actuaban de modo violento con adultos y
menores de Tafalla, prácticamente, no van a tener castigo. Incluso, uno de ellos va
a continuar en la calle como si nada hubiera pasado. La desgracia le ha tocado a
Roberto y a nosotros en esta ocasión. Por ello, desearíamos que estos menores no
vuelvan a cometer otro crimen o que otros menores que observan la impunidad a la
que están sometidos no sigan sus pasos.
No nos queda más que solicitar:
- Que los responsables judiciales: tomen decisiones Justas en este caso y
no sólo piensen en los derechos de los agresores y delincuentes, sino
también en los derechos de las víctimas.
- Se insta a los homicidas y sus familiares a que tengan la valentía y
honradez de esclarecer la verdad, dadas las contradicciones y mentiras
que han relatado durante estos meses.
- También, se solicita a los responsables de los hechos y sus familiares que se
abstengan de realizar actitudes y provocaciones que puedan incrementar
el dolor de los allegados, y rehagan sus vidas lejos de la familia y amigos
de la víctima, evitando generar más problemas en Tafalla.
•
En la otra cara de la moneda está el sincero agradecimiento a todos los
testigos que cumplieron honestamente con su obligación de decir la
verdad. A todo ellos, no podemos más que agradecer su honradez y su
participación en la reconstrucción del relato porque nos han ayudado a
entender cómo ocurrieron exactamente los hechos.
Familia y Amigos de Roberto
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