RIBA-ROJA DEL TÚRIA Planta de València la Vella. Según Valls David, 1902. Valencia la Vella C/ Cisterna, 30 Teléfono 96 277 21 84 riba_roja@turistinfo.net València la Vella Con el nombre de “València la Vella” se conocen las ruinas situadas en una terraza sobre el río, entre el margen derecho del Turia y el barranco de la Cabrassa, a unos 3 km. al sudeste de Riba-roja de Túria. Es uno de los yacimientos arqueológicos valencianos del que contamos con noticias más antiguas, siendo mencionado en el siglo XIV por el Consell de València en relación a un proyecto para transvasar aguas del Xúquer al Túria y en el siglo XV por la Batlia, la cual concedió licencia a un particular para “recerca de tresor” en València la Vella y término. El gran poeta Jaume Roig (s. XV) le dedica unos versos en su obra L’Espill o Llibre de les dones: “Vella València/ fou derrocada/ per inculpada/ d’incontinència./ L’altra València,/ dita vellarda/ gran e gallarda/ tan pus antiga/ quant gran amiga/ dels vells romans...”. Durante los siglos XVI y XVII sus ruinas llamaron la atención a los cronistas regnícolas, Beuter (1538), Viciana (1563), Escolano (1610), Diago (1613), tratando de identificarlas con alguna de las ciudades mencionadas en las fuentes clásicas, concretamente con la ciudad romana de Pallantia. Otros importantes autores a lo largo de los siglos XVIII y XIX, asumen la interpretación clásica de nuestros antiguos cronistas o proponen nuevas identificaciones como Etovissa o Laurona. Danvila (1889), sin negar el nombre de Pallantia, opinaba que se trataba de un castro romano destruido en tiempos de Augusto. Valls David (1902) defiende que Etobesa o Etovissa y Pallantia son una misma ciudad, la Pallantia de los romanos sería la Etovissa de los cartagineses. En contraposición a la supuesta denominación erudita de Pallantia, la tradición popular, al menos desde el siglo XIV, conoce a estas ruinas con el nombre de “València la Vella”. El calificativo tendría relación con la supuesta existencia de una primitiva Valencia que luego fue abandonada al trasladarse al emplazamiento actual, tradición sin ninguna base científica y que ha sido totalmente rebatida por la arqueología. Las investigaciones arqueológicas han permitido determinar la cronología visigoda y la funcionalidad militar del yacimiento. Lo característico del lugar, de una superficie aproximada de 4 ha., es la existencia de una potente muralla de 1,80 m. de espesor, que se adapta a la topografía del terreno, reforzada por torres planta cuadrada (3 x 3 m.) de proyección exterior, ambas de mampostería trabada con hormigón de cal. El abundante y variado material cerámico proporciona una cronología centrada entre mediados del siglo VI y mediados del siglo VII d.C. y evidencia contactos con el norte de África y el Mediterráneo Oriental. En el interior del recinto se documentan molinos de mano y abundante escoria de hierro que evidencian algunas de las actividades productivas y de transformación allí realizadas. Este peculiar yacimiento, único por sus características y cronología en la Comunidad Valenciana, ha sido interpretado como un castro visigodo de la segunda mitad del siglo VI, que formaría parte de las fortificaciones, castra y castella, estratégicamente situadas controlando el territorio circundante y articuladas en torno a calzadas importantes y en función de los centros urbanos, normalmente amurallados y asiento de una sede episcopal, caso de la ciudad de Valencia, probablemente relacionado con el complejo momento histórico de reorganización y control de estos territorios por parte del monarca visigodo Leovigildo, en respuesta a la ocupación bizantina (552) del sur y sudeste hispanos. Nos hallamos ante uno de los escasos ejemplos de arquitectura militar visigoda de la Comunidad Valenciana y uno de los mejores y cronológicamente más tempranos identificados en la Península ibérica. Además, en el mismo yacimiento y en los alrededores, se documentan abundantes testimonios de la Guerra Civil (1936-1939), nidos para ametralladoras y armamento pesado, trincheras, galerías, graffiti, etc. que forman parte de nuestra historia más reciente y de nuestro patrimonio. Por otra parte, se asienta sobre un importante yacimiento fosilífero del Mioceno marino. Por todas estas circunstancias y aprovechando el recientemente creado Parque Natural del Túria, sobre el cual València la Vella supone un excelente mirador, sería el momento para integrarlo en el mismo, realizando las excavaciones arqueológicas pertinentes, poniendo en valor el yacimiento y creando una área de interpretación de todo el conjunto. With the name of “València la Vella” are known the ruins situated on a terrace above the river, between the right riverbank of the Turia and the ravine of Cabrassa, about 3 km. to the southeast of Riba-roja de Túria. The oldest references of an archaeological site we have belong to this Valencian archaeological site. It is mentioned in the 14th century by el Consell de València in relation to a project to transfer water from the Júcar to the Turia and in the 15th century by la Batlia, which granted license to an individual for “recerca de tresor” in Valencia la Vella and term. The great poet Jaume Roig (15th century) dedicates verses in his work “L’Espill” or “Llibre de les dones”: “Vella València/ fou derrocada/ per inculpada/ d’incontinència. / L’altra València, / dita vellarda/ gran e gallarda/ tan pus antiga/ quant gran amiga/ dels vells romans...” During the 16th and 17th centuries the ruins drew chroniclers’ attention, Beuter (1538), Viciana (1563), Escolano (1610), Diago (1613), trying to identify with any of the cities mentioned in classical sources, specifically with the Roman town of Pallantia. Other important authors throughout the 18th and 19th centuries assume the classical interpretation of our ancient chroniclers or propose new identifications such as Etovissa or Laurona. Danvila (1889), without denying the name of Pallantia, believed that it was a Roman hillfort destroyed at the time of Augustus. Valls David (1902) defends that Etobesa or Etovissa and Pallantia are the same city, the Roman’s Pallantia would be the Etovissa of the Carthaginians. In contrast to the supposed scholarly name of Pallantia, popular tradition, at least since the 14th century, meets these ruins with the name of “València la Vella”. The adjective would be related to the supposition of the existence of a primitive Valencia which was later abandoned to move to the present site, tradition without any scientific basis and which has been totally contested by archaeology. Archaeological investigations have identified the Visigothic chronology and military functionality of the site. The characteristic of the place, with an approximate area of 4 hectares, is the existence of a powerful wall of 1.80 m. of thickness, which adapts to the topography of the land, reinforced by towers of square ground plan (3 x 3 m.) with exterior projection, both of thickened rubblework with lime concrete. The varied and abundant ceramic material provides a focused chronology between mid-6th century and the middle of the 7th century AD and evidence contacts with North Africa and the Eastern Mediterranean. In the interior of the enclosure, hand mills and abundant iron slag are documented, which demonstrate some of the productive and transformation activities that were carried out there. This distinctive site, unique by their characteristics and chronology in the Region of Valencia, has been interpreted as a Visigothic hillfort of the second half of the 6th century, which would form part of the fortifications, castra and castella, strategically located to control the surrounding territory and articulated around major roads and depending on urban centres, usually walled and seat of a bishop’s palace, that is Valencia’s case, probably related to the complex historical moment of reorganization and control of these territories by the Visigothic king Leovigild, in response to the Byzantine occupation (552) of Hispanic South and Southeast. We have one of the few examples of Visigoth military architecture of the Region of Valencia and one of the best and chronologically earliest identified in the Iberian Peninsula. In addition, at the same site and in the surrounding area, numerous testimonies of the Civil War (1936-1939) are documented: dens for machine guns and heavy weapons, trenches, galleries, graffiti, etc. that are part of our more recent History and heritage. On the other hand, it is situated on an important fossil site of marine Miocene. For all these circumstances and taking advantage of the newly created Natural Park of the Turia River, on which València la Vella is an excellent viewpoint, would be the time to integrate it in this park, making appropriates archaeological excavations, putting in value the site and creating an interpretation of the whole area.