Mare Liberum III ‐ Revista Outdoors ‐ Rodrigo Fica – Mayo 2007 MARE LIBERUM III Texto y Fotografías: Rodrigo FicaT Mayo 2007 Tercera y última parte de aquella historia de cuatro amigos chilenos que viajaron en septiembre de 2006 al Parque Nacional Yosemite, la capital mundial de la escalada de big-wall. Afuera oscuro, adentro vacío. No era tarde, pero los calores del verano hacía tiempo que se habían retirado y el comedor del lodge no hacía más que reflejar lo desierto que se había ido quedado Yosemite. El cuerpo me dolía entero. El tríceps, el deltoides y el nosecuantoides. También la rodilla izquierda, que seguía hinchada como tomate, con mucho dolor. ¿Cómo aplacarlo? ¿Qué tomar? ¿A quién reclamar? A nadie, por supuesto. Nada que hacer. Salvo tratar de desligarme del problema. Saqué un nuevo ibuprofeno y me lo zampé con hastío junto a un gran sorbo de bebida. Ese fue el momento que marcó el comienzo de la bacanal. Ataqué el enorme y súper sano plato de papas fritas, hamburguesas y salsas varias. Sin remordimientos, pesar o angustia. Hacerlo ese día, en ese momento, estaba bien. Cuando estaba en lo mejor, luchando porque la mayonesa no se me quedara entre las sucias uñas, sin mediar aviso Dari se aparece frente mío, dejándose caer sobre el asiento con un gesto final de alivio. - ¡Dari! ¡Llegaste! ¿Cómo te fue? ¿Qué pasó? ¿Estás bien? -le preguntaba alegre y contento, mientras le pasaba mi comida para que se alimentara con lo que quisiera. Total, los turistas habían dejado más platos llenos en las mesas vecinas. http://www.aruficax.cl/ I Mare Liberum III ‐ Revista Outdoors ‐ Rodrigo Fica – Mayo 2007 - Bueno... –me contestó al mismo tiempo que agarraba un puñado de papas fritas con las manos-... esta vez no matamos a nadie. Esas pesadas malas noticias Doce horas antes todo era distinto. Estábamos en la cúpula somital de El Capitán, contemplando desde lo alto una linda mañana sobre los hermosos valles californianos. La noche anterior habíamos terminado de escalar Dihedral Wall, tras una semana de esfuerzos, y nos estábamos dando el gran gusto del disfrute final. No sólo físico, sino que también aquel que va dirigido al alma. Pero mientras arreglábamos el equipo, Dari había cometido un error que hizo que el petate más grande, aquel que contenía muchas$ cosas$, se tumbara y rodara hacia el vacío, cayendo a plomo, en menos de 7 segundos, el kilómetro que lo separaba del suelo. Un instante de descuido y, concertación, alegría transformada en desgracia. Un feliz y satisfecho Dari, en el vívac a la salida de Dihedral Wall. Pocos minutos después ya no estaría tan contento... Dari quedó destruido. La sobrecarga de adrenalina en su torrente sanguíneo lo desequilibró emocionalmente y tuvo que quedarse un buen rato sentado en el suelo para tratar de retomar algo de control. Y yo, en verdad, sin saber qué decir. Como cuando ocurren esas cosas que son tan, pero tan malas, que sencillamente cuesta creerlas. Que en realidad no le pasan a uno, sino que a otra persona. Claro, me hubiera gustado haber sido “Harry el Sucio” (lo segundo calzaba) como para tirar una frase de esas para el bronce. Algo así como “Newton was right” o “qué rico que bajaremos liviano”. http://www.aruficax.cl/ II Mare Liberum III ‐ Revista Outdoors ‐ Rodrigo Fica – Mayo 2007 Pero no. Me sumé al silencio de Dari y durante largos minutos continuamos los dos mirando esos mismos valles americanos que ahora definitivamente se nos parecían malditos. Cómo se declara Las implicancias eran enormes. Haber infringido la ley era un detalle (está prohibido tirar bultos al vacío). Lo que realmente nos preocupaba era que hubiéramos golpeado a otro escalador, o a alguien caminando. Calculen la energía de un bulto de 50 Prueba del uso y abuso que exigió Dihedral Wall. Al final, el guante kilos, cayendo a 9.8 terminó siendo más cinta que cuero kilómetros por segundo al cuadrado y golpeando justo en el cuello de alguien. Sea lo que fuese que hubiese ocurrido, había que saberlo pronto. Me sacudí la modorra y comencé a acelerarme: “Dari, ¡vámonos! ¡Ahora! ¡Rápido! Llevemos sólo lo mínimo. Yo con el petate; tú con el rack”. Maniobras frenéticas, con Dari repitiéndose varias veces el rosario costumbrista completo. Quizás en su mente ya imaginándose con de traje naranja diciendo “not guilty”. Como sólo yo conocía la bajada por East Ledges me fui al trote, adelante, por los slabs. Cerca de la salida de Zodiac escuchamos pasar por la carretera una ambulancia con la sirena a todo chancho. Más abajo, en las cuerdas fijas, nos separamos, cada uno con su tarea. Dari se fue liviano, sobre-corriendo, enlazando los diversos senderos que lo llevarían al inicio de Dihedral Wall. Por mi lado, escondí lo que no podía cargar y me fui hacia el campamento para preparar las cosas en caso que hubiera malas noticias (o para poder arrancar a Paraguay). http://www.aruficax.cl/ III Mare Liberum III ‐ Revista Outdoors ‐ Rodrigo Fica – Mayo 2007 Pero no fue necesario. Dari llegó al comedor sin escolta policial. Historia perdida Para gran fortuna nuestra, la ruta misma había estado vacía y no existía ningún excursionista pasando al pie de la vía cuando el petate cayó. No hubo testigos del impacto, pero personas que estaban cerca escucharon una fenomenal explosión. Incluso uno de ellos se fue corriendo para ver qué había pasado y encontró un bazar chino en el suelo: ropa, clavos, basura, mosquetones... Casi todo roto. Dari arribaría un par de horas después, casi desmayándose de la impresión al ver una gran mancha roja en unas piedras. Pero eran musgos. Tras una siesta recogería todo y en los días subsiguientes yo le ayudaría en la búsqueda. Al final, recobraríamos su saco de dormir del Dari, la ropa, los martillos, algunos friends y Increíblemente, el único daño que sufrió el petate fue la rotura de una de sus costuras laterales. Tras dos días de coser y coser, quedó tiki‐taka otra vez mosquetones. En cuanto a los clavos, camhooks, offsets y ganchos... nunca aparecieron. ¿Y el portaledge? Bien machucado quedó, pero según yo, utilizable. En el Camp 4 yo lo repararía a punta de martillazos, bautizándolo como Lázarus. Pero Dari, al ver las cintas y fierros maltrechos, movió la cabeza de lado a lado. En la práctica nunca más lo volveríamos a usar. http://www.aruficax.cl/ IV Mare Liberum III ‐ Revista Outdoors ‐ Rodrigo Fica – Mayo 2007 Cayendo al vacío Nos tomó una semana cerrar el proceso, con lo cual se nos agotaba nuestro tiempo. Sólo teníamos holgura para hacer una ruta más. El problema era que no contábamos con suficiente material para ninguna vía larga. Teníamos sí equipo de reserva y además compramos algunas cosas, pero aún así no era lo suficiente para algo en el Half Dome o El Capitán. Así es que, tras sexi meditaciones, nos decidimos por “Wet Denim Daydream” (V 5.6 A3), en Leaning Tower. El primer día partió muy mal. Mientras porteábamos al pie de vía, nos topamos con una patrulla de rescate del YOSAR que venía justo de terminar un operativo. Lamentablemente, Todd Skinner, uno de los vanguardistas líderes de la escalada libre en el mundo, había caído al vacío mientras rapeleaba en la Leaning Tower. Después se nos diría que, al parecer, el anillo ventral de su arnés se había roto (Skinner estaba trabajando “Jesús Built My Hotrod”, con la esperanza de liberarla). El accidente afectó el ánimo. No sólo nuestro, sino que terminó por dar un sombrío manto al ya vacío Camp 4. Y como no había gente en las calles, cada rincón del valle exudaba nostalgia y melancolía. Fue precisamente en tal ambiente que el 25 de octubre nos levantamos para ir a escalar nuestra última gran pared. Arriba, arriba Nos fuimos en bicicleta, con los petates en la espalda. Las carreteras estaban vacías y no tuvimos inconvenientes al llegar al estacionamiento de Bridalveil Fall. Dejamos las bicicletas apoyadas en un http://www.aruficax.cl/ Dari en su salsa: nacido para jumarear V Mare Liberum III ‐ Revista Outdoors ‐ Rodrigo Fica – Mayo 2007 árbol, sin candados. Subimos por laderas boscosas, establecimos un vívac y en la tarde, como teníamos flojera, sólo trasladamos el rack al comienzo de la ruta, a la cual se accedía tras una expuesta travesía. El 26 comenzamos temprano. El largo 1 estuvo bien, salvo una corta sección en que un copperhead roto obligó a colocar clavos y a hacer contorsiones extrañas. De ahí nos fuimos como el rayo, gracias especialmente a las nutridas escaleras de bolts existentes. A mediodía llegamos a la gigantesca terraza intermedia llamada Awhanee Hotel. Y, como había sido la tónica en todas las ascensiones previas que habíamos hecho, no había nadie más en la ruta (el accidente de Skinner había terminado por alejar a cualquier otro interesado). En la mitad de la Leaning Tower se encuentra esta enorme terraza, denominada Awanhee, que es un punto común de casi todas las rutas. Yo acabo de limpiar el largo y me apresto a ir hacia donde se encuentra Dari. Foto: Darío Arancibia El largo 5 fue mío, partiendo con un 5.7 “fácil” que resulto teracomplicado porque cometí el error de hacerlo sin zapatillas de escalada, zigzagueando por roca mala en busca de un anclaje que se demoró en aparecer. Luego, un A3 que me exigió todo lo que tenía pero que, al final, se me fue en collera. No sólo se me habían salido los coppers, sino que además no habíamos llevado rurps (error) y no teníamos cam-hooks. Fallé miserablemente y me bajé al relevo. La jornada siguiente comenzó con Dari en la punta. Tras tres horas de coppers, birdbeaks y clavos resolvió perfectamente el A3. Impecable. Un maestro. Pero terminó destruido, así es que yo hice los 4 largos que quedaban (sucesión de A1, A2, C2 y C2F). El último, un espectacular techo en 4 dimensiones. http://www.aruficax.cl/ VI Mare Liberum III ‐ Revista Outdoors ‐ Rodrigo Fica – Mayo 2007 Llegamos a la terraza de salida con las últimas luces del día, donde encontramos harta agua y pudimos saciar nuestra sed. Puers Aeternus Bajamos por el descenso estándar y en horas de la tarde llegamos al estacionamiento. Recogimos nuestras bicicletas que estaban tal cual las habíamos dejado tres días antes (aprende Chile) y nos volvimos pedaleando por la vacía carretera, haciendo competencia, molestándonos y riéndonos de nosotros mismos. Como si todavía fuéramos niños. Es que era el final. Teníamos que separarnos. Dari tendría meses aún por recorrer en Estados Unidos y yo regresaría directo a un quirófano cuyos verdaderos resultados el tiempo evidenciaría. Patricia, a su vez, en esos instantes ya estaba sobre las gélidas aguas del paso Drake en busca de sus sueños. Qué mejor final. Así, corriendo en las bicicletas y cortando el frío viento de otoño a cara descubierta. Pensando que todo es posible, que nada nos es negado. Qué no importa http://www.aruficax.cl/ El A3 del largo 5. Y, para qué estamos con cosas, se nos hizo complicado porque estaba limpio... como en realidad siempre debiera estar VII Mare Liberum III ‐ Revista Outdoors ‐ Rodrigo Fica – Mayo 2007 cuánto nos asfixien, mientras no nos rindamos habremos vencido. Navegando siempre por sobre esas rebeldes olas de la existencia. Por eso es que al pasar por última vez sobre las aguas del río Merced bramo: - ¡Mare! ¡Mare! ¡Mare! - ¡MARE LIBERUM! Rodrigo Fica aruficax@aruficax.cl Dari ya cerca del final, moviéndose en largos completamente sobreverticales http://www.aruficax.cl/ VIII