EL EFECTO DE LOS BASUREROS SOBRE LOS SUELOS Rocío López Puede considerarse a la basura como los residuos del metabolismo de una región, y va a reflejar las características políticas, sociales y culturales de la gente que habita esa región (Lipták, 1974). En la actualidad, y sobre todo en las grandes urbes, como la ciudad de México, la basura y su manejo constituyen un grave problema. Esta problemática comienza con la concurrencia de varias características: 1) El incremento de la población humana. 2) La agregación de la población en extensas áreas urbanas. 3) El incremento de artículos desechables. 4) El incremento de sociedades complejas e interdependientes, con un rápido avance tecnológico y una tecnología estática en el manejo de desechos sólidos, debido a las construcciones sociales e interinstitucionales. 5) Funciones jurisdiccionales obsoletas en el manejo de los desperdicios. 6) Actitudes sociales inconscientes, donde se piensa que los desperdicios se pueden tirar impunemente. 7) La creencia de que es mejor usar materiales nuevos para reciclar los ya usados (Lipták, 1974). En la ciudad de México la producción rebasa las 10 000 toneladas diarias, según cálculos conservadores (DDF, 1981); en otros cálculos se habla de hasta 30 000 toneladas diarias (Castillo 1984). Aunado esto a la problemática social que involucra, su manejo constituye una grave dificultad. El manejo de los desechos sólidos en México, puede ser representado como un ciclo el que comienza por la recolección en el sitio de producción, seguido por el transporte, el cual significa un alto costo dentro del proceso (Salvato, 1982) y que aumenta conforme las ciudades crecen y los lugares de destino final quedan más alejados de los sitios de producción. Para disminuir el costo de transporte, se han diseñado estaciones de transbordo en estos lugares. Llegan los camiones que realizan la recolección domiciliaria, de tres toneladas aproximadamente, y vierten su contenido en unidades, mayores, de veinte toneladas, que son las que realizan el transporte a las zonas de disposición final. Hasta el momento, en el D, F. se cuenta con 10 estaciones de transbordo, instaladas en las delegaciones de Milpa Alta, Xochimilco, Iztapalapa, Benito Juárez, Iztacalco, Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Miguel Hidalgo, Atzcapotzalco y está propuesta la creación de dos nuevas estaciones de transferencia en las delegaciones Madero y Álvaro Obregón (D, D. F. TECNIBERIA, 1987). Existen otras modalidades de recolección, como los carritos manuales, que están diseñados para recoger la basura de la calle, pero que en realidad funcionan también como recolectores de basura doméstica (Castillo, 1984). En las calles, la basura también es recolectada mecánicamente por las barredoras. Los desperdicios recogidos por los carritos manuales son transferidos a camiones recolectores en lugares y horas determinadas. Durante todo el proceso aquí descrito existe la pepena, que consiste en recuperar algunos materiales, luego vendidos en depósitos, los que incorporan nuevamente a la industria los desechos como materia prima. Los materiales recuperados no rebasan el 15% del total de desechos producidos (Castillo, 19849. Siguiendo el camino de los desechos sólidos, estos llegan a su destino final, que pueden ser las plantas industrializadotas o los sitios de depósito final. En esta última etapa se finaliza el proceso de la pepena. En el D. F. se cuenta con una planta industrializadota, situada en Aragón. Aquí los desechos se industrializan en forma de composta, pero la recepción que se tiene en este lugar es solamente de 500 toneladas diarias aproximadamente se habían manejado como tiraderos a “cielo abierto”, consistiendo esto en que los camiones recolectores o de transferencia llegan a estos sitios elegido para tal fin. El criterio para elegir el sitio de depósito es que se encuentre lo más alejado de los núcleos de población. Todo el proceso del manejo de desechos sólidos está acompañado de graves problemas de caciquismo, corrupción y manipulación sobre la población que se dedica a estos menesteres, misma que se encuentra alejada de todo servicio y protección de la sociedad (Castillo, 1984). Fue el basurero más grande de la ciudad de México el de Santa Cruz Meyehualco, situado al oriente de la ciudad, en la delegación Iztapalapa. Inició sus actividades en 1948 y fue clausurado en 1983. Tuvo una vida útil de 35 años y fue manejado como un tiradero a cielo abierto. En la década de los setenta, se intentó establecer un relleno sanitario dentro de este sitio, lo que no fue posible por lo avanzada que estaba la acumulación de desechos (D. D. F., 1982). Durante el funcionamiento de este basurero se observaron todos los problemas sociales antes mencionados (Castillo, 19849. Fue el basurero más grande de la ciudad de México el de Santa Cruz Meyehualco, situado al oriente de la ciudad, en la delegación Iztapalapa. Inició sus actividades en 1948 y fue clausurado en 1983. Tuvo una vida útil de 35 años y fue manejado como un tiradero a cielo abierto. En la década de los setenta, se intentó establecer un reheléenlo sanitario dentro de este sitio, lo que no fue posible por lo avanzada que estaba la acumulación de desechos (D. D. F., 1982). Durante el funcionamiento de este basurero se observaron todos los problemas sociales antes mencionados (Castillo, 1984), así como graves problemas ambientales relacionados con la acumulación de los desechos (Lipták, 1974; Salvato, 1982; Ortiz et al., 1987). Esto no es el único basurero a cielo abierto que ha existido en la ciudad de México. Entre otros se encuentran: Santa Fe, Santa Catarina, Cerro de la Estrella, Milpa Alta y Álvaro Obregón. Algunos han sido clausurados y otros, como el de Santa Catarina, prosigue laborando. Actualmente existe la tendencia a clausurar los tiraderos a cielo abierto, reemplazándolos por basureros manejados con la técnica de “enterramiento controlado”, que consiste en verter la basura de los camiones, realizar la última pepena, después de ésta, los desechos son esparcidos en una parte del área que ocupa el tiradero y se presiona mediante aplanadoras, cubriéndola con tierra y comprimiendo ésta. Tal manejo significa un avance tecnológico, pues disminuyen los malos olores y no esparcen los desechos, pero no evita los problemas de contaminación ambiental relacionados con la acumulación de desechos sólidos, ya que no existe un control de los lixiviados, ni del biogás que se producen durante la acumulación y descomposición de los desechos sólidos. Los basureros que actualmente se encuentran manejados con esta técnica son el Bordo de Xochiaca, San Lorenzo Tezonco y el Bordo Poniente. En este último, se intenta la captación del biogas producido por la degradación de la materia orgánica acumulada. En el manejo de los desechos sólido hay la técnica de “relleno sanitario”, que en México no existe en estricto sentido. Es éste un proceso que representa un método seguro y económico de disposición final de los desechos sólidos urbanos (Lipták, 1974). El método consiste en la elección adecuada del sitio, tomando en cuenta que los mantos freáticos estén por debajo de los 3 m. de profundidad, que tenga acceso adecuado en cualquier época del año y que no afecte a la población aledaña al área elegida. Para la realización de un relleno sanitario deberá impermeabilizarse la superficie del área elegida, para evitar el escurrimiento de los lixiviados a las capas del subsuelo y aguas subterráneas; también deberá estar dotado de una trampa que atrape a los lixiviados, pues ello permitirá que se colecten, ser posteriormente tratados y evitar así que se disperse la contaminación. El relleno sanitario deberá contar con barreras laterales que impídanle movimiento del biogás hacia los terrenos aledaños, así como un sistema que permita su captación y evite su acumulación, con el consiguiente peligro que representan ésta, pues los componentes que lo forman son inflamables e incluso explosivos (Lipták, 1974; Salvato, 1982). Otras de las características que tiene el manejo de desechos sólidos, mediante un relleno sanitario, es la compactación de la basura, disminuyendo la humedad que contiene y con esto la producción de biogas y lixiviados. La basura será colocada en celdas construidas dentro del área del relleno, en las que se colocarán los desechos que serán cubiertos diariamente con 15 cm. de tierra, lo que evitará malos olores y la dispersión de basura por acción del viento. Cuando la celda se haya llenado completamente, deberá ser cubierta con un mínimo de 30 cm. de tierra. Agotadas ya todas las celdas del relleno, se realiza el sellado final con una capa de 60 cm. de tierra. Agotadas ya todas las celdas del relleno, se realiza el sellado final con una capa de 60 cm. de tierra compactada, dando una ligera inclinación para que la lluvia corra libre y suavemente (Lipták, 1974). La acumulación de desechos sólidos causa graves problemas al aire, al suelo y al agua. Además de sufrir una fuerte erosión, el suelo se va a modificar por la presencia de gases producidos anaeróbicamente y la humedad y disponibilidad de N-NH4, Fe, Mn, Zn, y Cu, los que aumentan significativamente en los suelos con gases. Se cree que se debe principalmente a las condiciones reductoras del suelo y a la actividad anaeróbica de los microorganismos; el pH tiende a la neutralidad en los muslos con gases por la presencia de ácidos orgánicos producidos durante la descomposición de los desechos enterrados. La tasa de degradación de los desechos está en función de la permeabilidad de la cubierta, la profundidad de la basura, la cantidad de lluvia, el contenido de humedad de los desechos, la compactación, el pH y la edad del basurero (Flower et. al., 1978). Cuando se depositan los desechos, existe suficiente oxígeno para sostener las poblaciones de microorganismos aeróbicos. Los principales compuestos que se forman durante la descomposición aeróbica son: bióxido de carbono, amoniaco y agua. El tiempo que perduran estas condiciones es variable. Cuando se agota el oxígeno disminuyen las poblaciones aeróbicas, aumentando las anaeróbicas. Durante la descomposición anaeróbica, se pueden identificar dos fases; un estado no metanogénico, que es seguido por el estado de producción de metano. En el primer estadio de la descomposición anaeróbica de la materia orgánica, correspondiente a la no-metanogénica, en presencia de agua y enzimas bacterianas extracelulares, se forman compuestos solubles de bajo peso molecular, tales como ácidos grasos, azúcares simples y aminoácidos entre otros. En la ruptura de compuestos solubles en ausencia de oxígeno, se produce hidrógeno, monóxido de carbono, amonio, agua, bióxido de carbono y ácidos orgánicos, principalmente ácido acético. Durante el estado metanogénico los principales gases que se producen son bióxido de carbono y metano. Estos compuestos se originan a partir de dos reacciones, realizadas por una bacteria llamada Methanobacterium s.f. En la primera reacción del CO2 que se produjo durante las primeras fases de descomposición, por adición de hidrógeno, se forma metano y agua. En la segunda reacción, por acción del calor, el ácido acético se rompe dando lugar a la formación de metano y bióxido de carbono: 4 H2 1) CO2 ---------- 2) CH3 – C= O CH4 + 2 H2O --------- 2 CH4 + CO2 También se han encontrado otros gases que forman parte del biogás de los basureros, tales como: etano, propano, fosfina, ácido sulfhíndrico, nitrógeno y óxidos nitrosos, todos ellos altamente tóxicos para la vegetación, así como para otras poblaciones de organismos del suelo, como los nematodos (Flower et al., 1978). Existen bacterias que son capaces de utilizar el metano en su metabolismo como la Pseudomonas chromabacterium, capaz de oxidar el metano, dando lugar a la formación de bióxido de carbono y agua. Pero estas bacterias requieren de oxígeno y por tanto se encuentran asociadas solamente a la superficie de los rellenos sanitarios y en general de todos los basureros. La P. chromabacterium es capaz de sobrevivir a concentraciones extremadamente bajas de oxigeno, del 1%, pero a esta concentración de oxígeno la reacción de oxidación del metano es incompleta y se forman productos intermedios, tales como metanol, formol y ácido fórmico. Por estas razones durante la descomposición anaeróbica existe la posibilidad e que se forme un amplio rango de gases y líquidos. Aunque la atmósfera gaseosa de estos suelos va a ser dominada por la presencia de metano y bióxido de carbono (Flower et al., 1978). Los factores que más afectan a la producción de metano son el contenido de humedad, la temperatura y el pH, pero ha sido reportado por varios autores que el factor definitivo es la humedad, siendo que a mayor contenido de humedad, mayor producción de metano y que la temperatura óptima para la formación de metano es entre 30 y 37º C con un pH cercano a la neutralidad. Como se mencionó anteriormente, asociada a la degradación existe la producción de diversos líquidos. Aunado estoa el agua de lluvia que atraviesa las capas de basura, llevando en solución los materiales en descomposición y los líquidos que de ella se forman, dan lugar a lixiviados altamente contaminantes, que van a presentar movimientos horizontales, lo que provoca la contaminación de los suelos aledaños, y movimientos, verticales, lo que provoca un grave peligro para las aguas que forman los mantos freáticos y acuíferos. De alcanzarlos, los contaminarán con una gran cantidad de materiales en solución y suspensión, así como con distintos tipos de microorganismos. La acumulación de materiales de diversa índole, con diferentes tiempos de degradación y muchos de ellos sintetizados por el hombre (Tabla 2), produce un ambiente con características sui generis, dando lugar a la formación de productos secundarios, como se mencionó anteriormente, el biogas y los lixiviados, lo que induce la aparición de un ecosistema también sui generis, que va a depender, como se definió al principio, de las características de la basura que ahí se deposita. Esta, a su vez, depende de las condiciones políticas, sociales, económicas, tecnológicas y culturales de la población productora de los desechos que ahí se deposita. Esta, a su vez, depende de las condiciones políticas, sociales, económicas, tecnológicas y culturales de la población productora de los desechos que ahí se acumulan. Lo cual nos lleva a definir este ecosistema que depende de la sociedad como un “Socioecosistema”, cuyas características particulares estarán estrechamente relacionadas con las costumbres de la población que lo forma. Siendo éste un nuevo ecosistema. Es necesario hacer una caracterización exacta de los factores que lo componente, lo que permitirá conocer las interrelaciones, tanto bióticas como abióticas, que en él se dan, pues este socioecosistema es producto del fuerte impacto que el hombre imprime en el área elegida para fines de acumulación de desechos sólidos, producto de las actividades que realiza en un área dada, por una población características socioeconómicas-políticas-culturales determinadas y que contribuyen a la contaminación y degradación no sólo de las áreas utilizadas para este fin y las zonas aledañas, sino que también afecta a la ciudad que le dio origen, contribuyendo a la mala calidad tanto del suelo, como del aire y el agua. Lo que repercutirá directamente sobre la salud y calidad de vida de la comunidad aledaña, y en un marco general en la población de la ciudad a la que da el servicio. Para el caso específico de la ciudad de México, la posición geográfica que presentan la mayoría de los basureros en la ciudad son un foco de contaminación que afecta a la salud de toda la población.