Configuración jurídica de la dignidad humana en la

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Eulalia Pascual Lagunas
Configuración jurídica de la dignidad
humana en la jurisprudencia
del Tribunal Constitucional
2009
Índice General
Abreviaturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
A modo de presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
CAPÍTULO I
Estructura jurídica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
CAPÍTULO II
Función constitucional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
II.1. Fundamento del Orden político y social . . . . . . . . 49
II.2.Elemento de garantía del sistema democrático
de derechos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
II.3.Elemento inspirador y de cohesión . . . . . . . . . . . . 53
II.4.Elemento de configuración y de interpretación
del sistema jurídico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
II.5.Elemento legitimador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
CAPÍTULO III
Contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
III.1. El núcleo duro de la dignidad humana . . . . . . . . .
III.1.1.Derecho a la vida y a la integridad
física y psiquica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
III.1.1.a) Derecho a la vida . . . . . . . . . . .
III.1.1.b) Integridad física y psíquica . . .
III.1.2.Derechos de la personalidad . . . . . . . . . .
III.1.2.a) Derecho al honor . . . . . . . . . . .
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Índice General
III.1.2.b)Derecho a la intimidad personal,
familiar y a la propia imagen . . III.1.2.c)La sexualidad . . . . . . . . . . . . . III.1.2.d)El domicilio . . . . . . . . . . . . . . . III.1.2.e)Las comunicaciones . . . . . . . . . III.1.2.f)La intimidad y los datos
informáticos . . . . . . . . . . . . . . III.1.3.Autodeterminación: El Proyecto de Vida . III.1.4.La libertad ideológica (art. 16.1 CE) . . . . . III.1.5.La libertad ambulatoria (art. 17.1) . . . . . . III.1.6.Derecho a la tutela judicial efectiva . . . . . III.1.7.El derecho a un nivel de vida mínimo . . . III.1.8.Derecho al trabajo y a la libre elección
de profesión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . III.1.9.Derecho a una vivienda digna . . . . . . . . . III.1.10.Derecho al medio ambiente . . . . . . . . . . . III.1.11.Derecho a la educación . . . . . . . . . . . . . . III.1.12.Derecho al ocio y a la cultura . . . . . . . . . . 93
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III.2. El contenido amplio de la dignidad humana . . . . . 102
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CAPÍTULO IV
Titularidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
CAPÍTULO V
Limites . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
CAPÍTULO VI
Garantías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
VI.1. Garantías generales internas . . . . . . . . . . . . . . . . .
VI.1.1.Garantías de protección generales
e institucionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
VI.1.1.a)Aplicación directa y vinculante
(art. 53) . . . . . . . . . . . . . . . . . .
VI.1.1.b)Interpretación acorde con la
Constitución y las Normas, y
Convenios Internacionales . . . .
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VI.1.1.c)El Defensor del Pueblo . . . . . . VI.1.1.d)Rigidez del sistema de reforma
constitucional . . . . . . . . . . . . . VI.1.2.Garantías con respecto a la actividad
legislativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . VI.1.2.a)La reserva de Ley Orgánica . . . VI.1.2.b)Obligación de respetar el
contenido esencial del derecho 128
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VI.2. Garantías generales internacionales . . . . . . . . . . . . 140
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VI.1.3.Garantías jurisdiccionales . . . . . . . . . . . . .
VI.1.3.a)El recurso de amparo . . . . . . . .
VI.1.3.b)El recurso previo de
inconstitucionalidad . . . . . . . .
VI.1.3.c)La cuestión de
inconstitucionalidad . . . . . . . .
VI.1.3.d)La tutela judicial efectiva . . . . .
127
VI.2.1.Garantías en el Derecho Comunitario . . . VI.2.1.a)El Tribunal Europeo de
Derechos Humanos . . . . . . . . . VI.2.1.b)El Tribunal de Justicia de las
Comunidades Europeas . . . . . . VI.2.2.Garantías Internacionales: Recursos
ante Naciones Unidas . . . . . . . . . . . . . . . . VI.2.2.a)El procedimiento 1503 . . . . . . VI.2.2.b)Las denuncias ante los Comités
previstos en Convenios de
Naciones Unidas . . . . . . . . . . . VI.3. Garantías específicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140
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VI.3.1.El acceso indirecto al recurso
de amparo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
VI.3.2.La igualdad como garantía de la
dignidad de la persona . . . . . . . . . . . . . . . 146
VI.3.3.El derecho a la tutela judicial efectiva
y a la justícia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
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Configuración jurídica de la dignidad humana en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Índice General
Configuración jurídica de la dignidad humana en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Índice General
VI.4.Garantía Institucional: la irrenunciabilidad
a la dignidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
VI.5.Garantías sobre la dignidad de la persona respecto
de otros derechos contenidos en la dignidad . . . . . 149
VI.6.Garantías específicas indirectas de tipo
promocional y prestacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . VI.6.1.Garantías prestacionales y promocionales
de los derechos que integran el contenido
de la dignidad de la persona . . . . . . . . . . VI.6.1.a)Derecho a la Educación . . . . . . VI.6.1.b)Derecho a la protección
de la salud . . . . . . . . . . . . . . . . VI.6.1.c)Derecho al Trabajo y a la Libre
Elección de Profesión u Oficio . 151
152
152
153
154
CAPÍTULO VII
Suspensión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
CAPÍTULO VIII
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159
Índice de sentencias por orden de aparición en el texto . 167
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173
Prólogo
El lector tiene en sus manos una obra de gran interés jurídico
para abordar el estudio que su autora ha querido dedicar a la
protección de los derechos humanos a partir del tratamiento
que nuestro Tribunal Constitucional ha ido perfilando a través
de su doctrina durante los treinta años de existencia que, lógicamente, ha influido directamente en la jurisprudencia y en
la propia legislación de nuestro país de manera más que considerable, como cualquier atento observador jurídico ha podido
fácilmente comprobar.
Debo, sin embargo, agradecer sinceramente a mi buena
amiga y excelente jurista, Eulàlia Pascual, con quien comparto
no pocas preocupaciones sociales y anhelos de justicia que me
haya distinguido tan amablemente al encargarme que le prologara esta obra que, además, constituye su tesina de doctorado
de cuyo Tribunal tuve la satisfacción de formar parte y que
mereció, por unanimidad, la máxima calificación.
Se inicia el libro con un interrogante: «¿La intención última del derecho es la construcción de una sociedad moral o
la ordenación de la convivencia?». Es, sin duda, el esencial
reto que Eulàlia Pascual se propone al abordar su trabajo que
tiene como eje la dignidad intrínseca de la persona humana,
ese tesoro escondido en la conciencia individual de cada uno
de nosotros y en la colectiva de la humanidad, que brilla en lo
profundo y pugna, desde la noche de los tiempos, por salir a
la luz pública y que para ello precisará de un orden jurídico tal
que le permita mostrarse en su plenitud sin que nada ni nadie
pueda arrebatarlo pues es lo más preciado que poseemos y que
Configuración jurídica de la dignidad humana en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Configuración jurídica de la dignidad humana en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Prólogo
además nos convierte en únicos e irrepetibles. Ello naturalmente conlleva la justa correspondencia que permita conjugar
esa plenitud que nos es propia a cada uno de nosotros con
la de las demás personas que gozan de idéntica condición y
cualidad.
Será a partir del antropocentrismo, basado en esa igual
dignidad de todo ser humano que las sociedades avancen en
una determinada dirección que apunta al humanismo político
y un claro reflejo de ello es la relevancia que han conferido a
la dignidad los convenios internacionales y posteriormente la
mayor parte de las normas constitucionales, que basan en ella
la proclamación y protección de los derechos humanos, muchas veces llamados derechos fundamentales, de manera que el
profesor Theo van Boven pudo decir en su momento que «hoy
en día los derechos humanos forman parte de la conciencia
jurídica de la Humanidad hasta el punto que aquellos países
que los vulneran se niegan a aceptarlo y dicen obrar también
en nombre de esos mismos derechos fundamentales», —hoy
no sé si podríamos efectuar esta afirmación que, sin duda, hace
diez o quince años era incontestable—. Sin embargo es preciso
dejar constancia que no fue hasta después de la II Guerra Mundial, y a partir de la Carta de Naciones Unidas, y más concretamente aún de la posterior Declaración de Derechos Humanos
de 10 de diciembre de 1948 que se introdujo por primera vez
en la historia del Derecho en un texto declarativo o programático la acepción «dignidad» como atributo humano en el que
fundamentar un nuevo orden político partiendo de lo proclamado en su artículo primero; «todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos, y dotados como están
de razón y conciencia deberán comportarse fraternalmente los
unos con los otros». Y es a partir de esa misma Declaración que
en su art. 28 afirma que «toda persona tiene derecho a que se
establezca un orden social internacional en el que los derechos
y libertades proclamados en esta Declaración se hagan efectivos» que se inicia una positivización de esos valores jurídicos
que se proclaman como derechos inherentes a la persona individual, tal y como es considerada en el artículo primero.
El avance desde entonces ha sido espectacular en el orden internacional y también en el orden interno de los países
democráticos hasta el punto de que la Carta de los Derechos
Humanos de la Unión Europea, en su artículo primero reconoce a la dignidad humana como un derecho en sí mismo considerado, declarando expresamente su inviolabilidad. Resulta
claro pues, que encabezando el catálogo de derechos que rigen
la actuación de las Instituciones comunitarias y de los Estados
miembros cuando aplican el derecho comunitario que se requiera poner de manifiesto que la dignidad humana no es sólo
un derecho fundamental sino que constituye la base misma de
los demás derechos fundamentales.
La dignidad de la persona, inherente a todo ser humano,
ha sido situada como piedra angular del sistema jurídico internacional y así se recoge, como indicaba, en numerosos ordenamientos jurídicos internos, tal es el caso de nuestro país en
el que cobra especial importancia en nuestra Constitución que
sitúa a la dignidad humana en el umbral del Título I relativo
a «los derechos y deberes fundamentales». En consecuencia,
como no podía ser de otra manera, es parte fundamental a la
doctrina del Tribunal Constitucional que, junto al valor de la
vida humana, sustancialmente relacionado con la dimensión
moral de ésta , ha elevado también a valor jurídico fundamental a la propia dignidad a la que ha definido como «valor espiritual y moral inherente a la persona». Es precisamente en
torno a ésta y otras definiciones complementarias de nuestra
doctrina constitucional respecto a la dignidad humana que la
autora centra su obra.
Sin embargo a la dignidad, pese a reconocerle su valor
fundamental en el derecho y en el sistema jurídico internacional como base de todos los derechos de la persona, se le atribuye en numerosas ocasiones el carácter de concepto jurídico
indeterminado lo que conlleva un riesgo en cuanto a su efecti-
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Configuración jurídica de la dignidad humana en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Prólogo
Configuración jurídica de la dignidad humana en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Prólogo
vidad. Eulàlia Pascual jurista involucrada desde hace muchos
años en la defensa de los derechos humanos en varias asociaciones y en la actualidad en su condición de presidenta de la
Federación Catalana de ONG por los Derechos Humanos, no
ha sido ajena al riesgo que respecto de la garantía de la dignidad de la persona y de los derechos fundamentales que le son
propios pueda suponer la abstracción del referido concepto y
por ello en este importante trabajo —único en su género—, en
base al estudio sistemático de la jurisprudencia de nuestro Alto
Tribunal referida a la dignidad ha logrado definir los elementos
integradores de la dignidad humana y dotar a la misma de un
contenido jurídico concreto e incontestable como es la doctrina del Tribunal Constitucional.
Su trabajo, riguroso, desde el punto de vista de la técnica
jurídica pero de lectura fácil y amena, será útil a los profesionales del derecho a quienes permitirá invocar la dignidad como
un derecho de contenidos perfectamente definidos y en consecuencia exigibles, y dotado de fuerza vinculante para todos
los poderes del Estado, especialmente para aquellos que tienen
como principal función la de la tutela efectiva de los derechos
fundamentales, pero también será de gran utilidad para quienes, como la autora misma, desarrollan una labor profesional
y vocacional comprometida en el ámbito de las asociaciones
y movimientos relacionados con los derechos humanos que
mantienen viva la llama que insufló la Declaración Universal
de 1948 una vez apagada la terrible hoguera prendida por una
parte del mundo que había perdido el rumbo del verdadero
sentido del Derecho del que fueron responsables por acción
o por omisión no pocos juristas, algunos de ellos incomprensiblemente citados con cierta veneración, que creyeron que el
derecho es una ciencia que permite levantar un Estado a partir
de determinada técnica jurídica que pueda ponerse al servicio
de cualquier idea que aspire a ordenar la vida en sociedad.
Por todo ello debo agradecer a la autora su deferencia al
honrarme con el ofrecimiento de prologar su valioso trabajo,
puesto que en el mismo se ha esforzado en el estudio de la
doctrina de nuestro Alto Tribunal que sirve, como intérprete
supremo de la Constitución, con sometimiento como el resto
de los poderes del Estado a la misma, a un Estado de Derecho
y no a un Estado de Leyes, distinción que siempre es pertinente recordar, ya que entre ambos media un abismo. Tan es así
que difícilmente puede afirmarse hoy en día que el derecho,
responda exclusivamente a la necesidad de ordenación de la
convivencia si esta no se sustentara en un concepto moral, cual
es, sin duda, el de la dignidad intrínseca de la persona; la que
es propia de cada uno de nosotros.
Eugeni Gay Montalvo
Magistrado del Tribunal Constitucional
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Configuración jurídica de la dignidad humana en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Prólogo
A modo de presentación
Cuando la Sra. Eulàlia Pascual me propuso trabajar sobre el
concepto de dignidad humana en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional como tema de trabajo de DEA (las antiguas
tesinas) pensé que ya era hora de que alguien, aquí, en nuestro
país, abordara con rigor el debate que se plantea acerca de
la importancia que, en la interpretación jurídica, despliega la
cláusula constitucional que declara que la dignidad humana es
fundamento del orden jurídico y la paz social.
Ciertamente la empresa no era fácil. Era necesario delimitar
entre instituciones jurídicas, con contorno incierto y con efectos
indeterminados, puesto que, a diferencia de la Constitución alemana y de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión
Europea, donde la dignidad alcanza la categoría de derecho fundamental, en nuestra Constitución, el art. 10.1, reconoce a la dignidad no como derecho sino, como la Sra. Pasqual correctamente determina, a la luz de la jurisprudencia de nuestro más Alto
Tribunal, como bien jurídico constitucionalmente protegido.
Ahí comenzaron los problemas. Si no era derecho y sí era
bien jurídico, ¿cuáles podrían ser los elementos configuradores que permitieran realizar un desglose analítico riguroso,
para ordenar la investigación? Porque no se puede dar una
respuesta jurídica a la interpretación del art. 10.1 CE, si no se
predetermina una metodología que permita «poner orden» en
la difícil tarea de pensar, de manera que se pueda ir más allá de
planteamientos generalistas o difusos.
Abordar este aspecto de la investigación resultó ser un importante reto, resuelto eficazmente, a mi parecer, en el trabajo
Configuración jurídica de la dignidad humana en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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Configuración jurídica de la dignidad humana en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
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A modo de presentación
de la Sra. Pascual. El establecimiento de un cierto paralelismo, aunque teniendo en cuenta los criterios diferenciadores
propios del marco constitucional español, con los elementos
configuradores comúnmente aceptados por el institucionismo
jurídico (desde Santi Romano a Robert Alexy, pasando por Häberle o MacKormick) constituye el punto de partida metodológico sobre el cual se va desgranando el orden interpretativo
«desvelado» en este trabajo.
Se trata, efectivamente, de «desvelar» o de poner en relieve, cuál es el pensamiento jurídico que nuestro Tribunal Constitucional ha ido construyendo alrededor de la dignidad humana. Ello resulta absolutamente necesario en nuestro entorno
intelectual, puesto que mal se puede abordar la interpretación
constitucional si el «fundamento del orden jurídico» no aparece como un concepto claro, diáfano y fundadamente aplicable.
Conseguir que la dignidad humana deje de estar en el limbo
de los conceptos indeterminados y tenga un sentido jurídico
concreto ha sido un avance hermenéutico, en el cual la Sra.
Pascual ha tenido bastante que ver.
Para mí ha sido una satisfacción (como siempre que alguien con quien se comparten los buenos y malos ratos que
presiden el lento discurrir de las investigaciones «con enjundia» consigue trabar eficientemente los resultados de un análisis jurisprudencial complejo) que este trabajo salga a la luz
pública. También que quienes hayan compartido conmigo el
hecho de ser miembros de la Comisión ante la cual se ha realizado la defensa de los resultados de la investigación hayan sido
la Dra. Yolanda Gómez Sánchez, Catedrática de Derecho Constitucional y miembro del Comité de Bioética por una parte y,
por otra, D. Eugeni Gay Montalvo, Magistrado del Tribunal
Constitucional.
Teresa Freixes
Catedrática de Derecho Constitucional y Catedrática Jean Monnet ad personam
Senior Expert de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea
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